Diálogos de Paz
Iván Márquez: la historia no contada de cómo se quedó solo, perdió la oportunidad de hacer la paz y vive paranoico y lleno de temor
Una vez más, el temido líder de las disidencias abandonó una negociación y su estado de salud es desconocido. El único camino que tendría sería el sometimiento a la justicia.
Iván Márquez volvió a hacerle conejo al Estado colombiano y abandonó un proceso de paz. A pesar de todas las críticas, el Gobierno Petro decidió darle una oportunidad al guerrillero, pese a ser quizás el más grande traidor del Acuerdo de Paz de 2016, documento que firmó en tres oportunidades, según él, porque no existían garantías y se haría un montaje en su contra.
En junio de 2024, Márquez reapareció para instalar el diálogo de paz entre el Gobierno y la Segunda Marquetalia, encuentro que fue calificado como positivo porque se pensó que sería una negociación rápida por tratarse de disidentes que estuvieron participando en el proceso de La Habana. Sin embargo, el camino empezó a enredarse por cuenta de unas órdenes de captura de Estados Unidos contra Márquez con fines de extradición.
Cuando se determinó que el segundo ciclo sería en Cuba, la Marquetalia pidió al Gobierno Petro que intermediara en la suspensión de dichas órdenes, pero nada se pudo hacer. Desde la isla dejaron saber que el exjefe de las Farc no podía ingresar a La Habana. En mayo de 2024, el Departamento de Estado retiró a ese país de la lista de países que no cooperan con los esfuerzos antiterroristas, y recibir a Márquez significaría, inmediatamente, la inclusión en ese grupo de nuevo.
Aunque Cuba apoya todos los procesos de paz en Colombia, no están dispuestos a recibir otra sanción por cuenta de una negociación que hasta ahora estaba empezando. Esa situación empezó a generar un distanciamiento de Márquez con todos los integrantes de ese grupo delincuencial y él no autorizó el nombre de la Segunda Marquetalia para seguir dialogando con el Ejecutivo.
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A pesar de que, según fuentes de ese grupo, la estrategia de Márquez era generar una presión para lograr levantar las órdenes de captura en su contra, sus compañeros de la organización criminal no estuvieron de acuerdo y quisieron seguir adelante en los diálogos con o sin él. Por esa razón, se presentó un distanciamiento con Walter Mendoza, quien fue designado como jefe de la delegación de paz del grupo criminal.
Mientras que se conoció el rumor sobre la supuesta muerte de Márquez tras un procedimiento quirúrgico, Mendoza y los demás integrantes de la Marquetalia siguieron en contacto con el Gobierno y eso habría molestado al máximo líder de la organización. Con el paso de los días se confirmó que estaba vivo, pero se evidenció una ruptura en las comunicaciones internas y nadie de ese grupo sabía de él. Fue Otty Patiño, comisionado de Paz, quien confirmó con sus fuentes que el guerrillero seguía con vida.
SEMANA supo que, desde ese momento, Mendoza y otros integrantes de la Marquetalia buscaron un canal directo con Márquez y no se logró, por lo que llegaron a la reunión del pasado fin de semana al Putumayo con la idea de seguir adelante en la negociación. Allí, les sorprendió una supuesta comunicación de su antiguo jefe en la que desautorizaba todo tipo de actuación.
Mendoza y los demás negociadores del grupo criminal, cansados de las imposiciones de Márquez, le lanzaron un ultimátum y le pidieron enviar un mensaje claro o un video con un plazo hasta el miércoles 20 de noviembre. Nunca hubo respuesta.
Se confirmó la división y todos dejaron la Segunda Marquetalia para ratificar la existencia de una nueva disidencia llamada Coordinadora Guerrillera del Pacífico, que tiene injerencia, por lo menos, en cinco departamentos. Sobre este grupo no está clara la información del número de hombres que tiene. En un comunicado dijeron que partían cobijas y que querían seguir negociando con el Gobierno.
Tras esa decisión, está claro que Márquez nuevamente vive solo, que todos sus compañeros lo abandonaron y que únicamente estaría con alias el Zarco Aldinever y operando en el departamento de Vichada.
Aunque Márquez pueda contar con varios hombres armados a su lado, el caso es que no confía ni en su sombra tras el atentado que sufrió el 30 de junio de 2022 en Venezuela. Allí resultó gravemente herido y las heridas fueron irreversibles.
En la mesa de instalación de los diálogos de paz con el Gobierno Petro, la imagen de Iván Márquez generó impacto. Al líder de las disidencias se le vieron los estragos del atentado. En el brazo derecho tiene una prótesis y los problemas de visión que lo aquejan son evidentes.
Aunque muchos dijeron que el atentado había sido perpetrado por un grupo de comandos, la realidad es que lograron ingresar un paquete bomba que, al ser destapado por Márquez, se activó. Casi pierde la vida y desde allí no cree en nadie.
Ese es su temor, cree que todos le quieren hacer daño, entregarlo a la justicia de Estados Unidos o matarlo. Según fuentes conocedoras de los movimientos de Márquez, en este momento vive un infierno porque ha perdido poder militar, nadie quiere seguir sus órdenes y se ha enfrentado con antiguos compañeros que se convirtieron en sus enemigos, como Iván Mordisco, otro delincuente que lidera otra disidencia.
A pesar de su estado de salud, tiene que estar en constante movimiento para evitar cualquier sorpresa. Aunque se dice que permanece en Caracas, Venezuela, cercanos a Márquez expresan que esa versión no es cierta y que no permanece más de un día por temor a que le pase lo mismo que a Rodrigo Granda, exintegrante de las Farc, cuando fue capturado en la capital de ese país en 2004. El que era conocido como el canciller de las Farc fue enviado a Colombia, pero Márquez tendría que ser enviado a Estados Unidos y ese es su otro gran temor.
El no permanecer en la capital le complica las comunicaciones y el acceso a medicamentos que debe tomar a diario. Esa situación deriva en que su estado de salud se complique y busque periódicamente atención médica.
Si pasa a Colombia, sus enemigos lo pueden matar; si se queda en territorio venezolano, le da miedo que lo capturen, y cuando logra ubicarse en las montañas de la frontera, queda totalmente incomunicado.
A pesar de todo esto, el Gobierno Petro no le cierra la puerta al diálogo con Márquez y se asegura que si reaparece buscarían la manera de dialogar con él para hallar una salida negociada al conflicto. Lo que no está claro es el panorama jurídico, porque el otrora líder de una delegación de paz está solo y quienes lo acompañan serían delincuentes comunes que no podrían entrar en una negociación de paz.
Para algunos sectores, Márquez tiene las horas contadas, ya que sólo tiene dos caminos: el sometimiento a la justicia o que sea dado de baja por las Fuerzas Militares cuando pise territorio colombiano.
Vea el video de Salud Hernández-Mora en la guarida de Iván Mordisco