Política
Iván Márquez: la vida del sanguinario líder de las Farc que traicionó la paz para convertirse en un capo del narcotráfico
El jefe de las disidencias habría muerto en Venezuela por cuenta de las heridas de un atentado.
Iván Márquez murió en su ley. El temido jefe de las extintas Farc y ahora líder de las disidencias habría fallecido por cuenta de sus heridas, según explicó el periodista William Parra. Habría sufrido un atentado en Venezuela el año pasado. Parra, en CM&, dijo que las heridas lo mantenían en una situación de salud delicada.
En ese país, se había refugiado tras haber traicionado el proceso de paz y haber fundado las disidencias, conocidas como la Segunda Marquetalia.
Su nombre real era Luciano Marín. Nació en 1955 en Florencia, Caquetá. En los años ochenta, siendo universitario, se vinculó a la guerrilla y se fue a pelear al norte del país. Cuando vino el proceso de la Unión Patriótica –por el cual muchos miembros de la Farc intentaron reinsertarse y fundar un partido político– Márquez abandonó las filas guerrilleras y se metió a la UP. Llegó a ser representante a la Cámara por este movimiento.
A raíz de la persecución de la UP, que terminó con la muerte de más de 3 mil de sus militantes, Márquez regresó a las Farc. Fue segundo de Efraín Guzman en el frente 5, y luego pasó al Bloque Caribe como delegado del Secretariado y coordinador de sus grupos. Ingresó al Secretariado desde antes de que muriera Jacobo Arenas, en 1990.
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Tenía la formación política de un marxista ortodoxo y era, a su vez, un experimentado jefe militar. Quienes lo conocieron aseguran que si hubiera sucedido a Reyes como negociador de las Farc, habría sido la mejor carta para alcanzar la liberación de secuestrados y eventualmente la paz. Tuvo figuración internacional en los diálogos de Caracas y Tlaxcala, bajo el gobierno de César Gaviria y, últimamente, en el proceso de liberación de secuestrados en Venezuela.
Por un tiempo corto tuvo la rara condición de ser comandante de dos bloques, el Caribe y el José María Córdova, hasta que en 2003 Iván Ríos llegó al José María Córdova.
Tras firmar la paz, Márquez fue uno de los líderes de la extinta guerrilla que traicionaron el acuerdo. Tras meses de estar perdido, reapareció en un video con armas y uniformes nuevos para anunciar el surgimiento de la Segunda Marquetalia, una organización delincuencial integrada por quienes se apartaron del proceso de paz.
Timochenko aprovechó para sacarse el ‘clavo’ y acusó a Márquez de no haber estado a la altura del momento histórico de Colombia. “Iván no percibió la dimensión del puesto que nuestra larga lucha lo llevó a ocupar. Se fue, sin ningún tipo de explicación, y se negó a ocupar su curul en el Senado, dejando acéfala nuestra representación parlamentaria en el momento que más requería su presencia”, dijo Timochenko.
Con el ego que siempre lo caracterizó, según quienes lo conocieron a fondo, Márquez pensó que sería el máximo comandante de las disidencias de Farc, pero nuevamente se equivocó. No contó con que Gentil Duarte e Iván Mordisco no lo aceptarían como líder porque siempre lo consideraron un “traidor” al haber sido jefe de la delegación de paz. Cuando Márquez volvió a la clandestinidad, las disidencias ya estaban conformadas por estructuras que nunca participaron de los diálogos de La Habana, sobre todo con hombres del frente 1 de las Farc.
Nuevamente los cálculos de Márquez fallaron y le declararon la guerra a muerte, a tal punto que empezaron a matar a su círculo más cercano. Jesús Santrich, Romaña y El Paisa murieron en su ley. En las disputas por el control del narcotráfico y territorial, fueron asesinados.
Mientras tanto, el líder de esa disidencia estaba en la mira de los Estados Unidos desde hace tiempo. En un documento, de 28 páginas, en el que la justicia de ese país abrió una investigación a Nicolás Maduro por formar parte del temido grupo del Cartel de los Soles, Márquez es mencionado de manera contundente. El indictment lo firma el entonces fiscal general estadounidense William P. Barr, en marzo de 2020, cuatro años después del acuerdo de paz con las Farc.
“El régimen venezolano, dirigido por Nicolás Maduro, sigue plagado de criminalidad y corrupción”, dijo en su momento Barr. “Durante más de 20 años, Maduro y varios colegas de alto rango presuntamente conspiraron con las Farc, provocando la entrada de toneladas de cocaína y devastando a los estadounidenses”. En el indictment se acusa a miembros de las Farc, con Márquez a la cabeza, de ser lugartenientes de una asociación narcoterrorista que buscaba inundar de coca las calles de Estados Unidos, con un sofisticado sistema de lavado de dinero.
A Márquez lo acusan de cuatro cargos: 1) participar en una conspiración de narcoterrorismo, que tiene sentencia mínima obligatoria de 20 años y un máximo de cadena perpetua; 2) conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos, que tiene una sentencia mínima obligatoria de diez años y un máximo de cadena perpetua; 3) usar y portar ametralladoras y armas, que tiene una sentencia mínima obligatoria de 30 años y una máxima de cadena perpetua, y 4) conspirar para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos, que tiene una sentencia máxima de cadena perpetua.
El documento cuenta que las Farc comenzaron a formar parte de esta organización en 1999, en medio del proceso de paz con el expresidente Andrés Pastrana, y que desde allí hasta 2020, cuando se firma la providencia, decidieron relocalizar parte de la operación del narcotráfico en Venezuela para sacar la droga por el Caribe, con paradas en Centroamérica, especialmente en Honduras. Para 2004, el Departamento de Estado ya calculaba que salían de Venezuela 250 toneladas de coca por año y para 2010 ya se rastreaban al menos 75 vuelos vía Honduras para poner esa droga en Estados Unidos.
Sobre Márquez, el indictment dice que se unió a las Farc en 1985 y que ya en 2006 estaba reseñado por la justicia de Nueva York por tráfico de drogas. El documento indica que para ese momento Márquez ya era un “fugitivo”.
El líder de las disidencias murió, presa el miedo y la desesperación por las traiciones de su gente. El exguerrillero estaba tratando de huir de Venezuela tras las muertes de sus hombres de confianza.
Márquez estaba paranoico y temeroso de que le hicieran un atentado, en esa guerra de bandas criminales que se pelean el control del narcotráfico, de la que él era uno de los mayores jugadores.
Finalmente, ese escenario sucedió el año pasado. Márquez fue buscado por un comando especial de ajuste de cuentas. Durante varios días se hablaba de su muerte, pero después se supo que había quedado gravemente herido. Las principales autoridades del país así se lo habían relatado a SEMANA, en su momento.
“Algunas fuentes aseguran que murió en un acto confuso en Venezuela. Otras dicen que está en un hospital en muy grave estado de salud, prácticamente en estado vegetativo. Sobre eso siempre he creído que hay que tener paciencia, mirar qué arrojan las fuentes de inteligencia, pero lo cierto es que la Narcotalia ya no tiene a Santrich, a El Paisa, a Romaña, a Gentil y a Iván Mordisco. La Narcotalia ha dejado de existir”, aseguró el presidente Iván Duque en diálogo con Vicky Dávila.
La información que llegaba del vecino país contrastaba con el comunicado que el grupo criminal emitió una vez se hizo público el hecho. “El día 30 de junio de 2022, el comandante Iván Márquez fue víctima de un atentado criminal dirigido desde los cuarteles del Ejército y los comandos de la Policía. Por fortuna salió ileso, solo sufrió pequeñas afectaciones y está gozando de buena salud”, señalaron.
Fuentes militares le confirmaron a SEMANA que quien aparecía en el video hablando sobre el estado de salud de Márquez fue Alberto Cruz Lobo, alias Enrique Marulanda, uno de los hijos de alias Tirofijo, fundador de la guerrilla de las Farc y quien murió de causas naturales.
En ese momento, las versiones de fuentes conocedoras apuntaban a que Márquez estaba muy grave, casi en estado vegetativo, y que habría sufrido impactos en el atentado en algunas partes del cuerpo. Por ejemplo, una esquirla se habría incrustado en su cabeza y el pronóstico de retirarla sería muy complejo.
Reportes desde ese país también señalaban que las heridas fueron irreversibles en varias partes del cuerpo y que había perdido tres dedos. Además, que tenía una afectación severa en una de sus piernas.
Por cuenta de estos impactos en su cuerpo, el líder de las disidencias estaría en estado vegetativo.
Tras despedirse del uniforme, el general Eduardo Zapateiro también entregó información sobre el cabecilla. “Allá (en Venezuela) aceptaron tener, en una retaguardia estratégica, a los bandidos de la Narcotalia y al ELN. Y cuando se empieza a vivir ese contubernio entre estructuras criminales y la parte legal del Estado, esos son los resultados”, dijo.
Al final, terminó su vida en medio de la misma violencia que infundió por años.