POLÍTICA
Jorge, hermano de Luis Andrés Colmenares, revela cómo soportó la separación de sus padres. “Fueron 12 años donde viví el ausentismo”
El hijo menor de la familia Colmenares, hoy concejal de Bogotá, habló con SEMANA tras el desgarrador libro ‘Mi viacrucis’, escrito por su madre Oneida Escobar Gil.
SEMANA: ¿Qué fue lo más duro del libro de su madre?
JORGE COLMENARES (J. C.): Ver cómo mi mamá se estaba guardando tantos sentimientos en el transcurrir de todo el proceso de mi hermano y que en muchos casos no lograba notar. Para uno como hijo es difícil, es recordar lo vivido, para mí no fue fácil estar en España y enterarme de que mis padres ya no estaban viviendo juntos; no fue fácil vivir tantos obstáculos que mi mamá tuvo en medio del proceso de mi hermano; tampoco el no poder demostrar mis sentimientos en muchos casos de tristeza o desconsuelo por la pérdida de mi hermano por intentar mostrarme fuerte ante mi familia y que no se preocuparan por mis vivencias. Fueron 12 años en los que viví el ausentismo de unos padres porque estaban enfocados en el proceso de su otro hijo.
SEMANA: ¿Ella no le consultó que escribiría un libro? ¿Cómo fue el proceso de redacción?
J. C.: En la familia siempre hemos respetado la autonomía. Ella, simplemente, me comentó que iba a escribir un libro; yo ni siquiera leí los borradores sino que esperé que fuera una realidad para leer todo el producto que ella había hecho. Fueron horas de trabajo en que ella recordó, revisó papeles, documentos, muchas veces la observé llorando; siempre respeté la autonomía. Ni mi papá ni yo nos metimos en la creación de su producto.
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SEMANA: ¿Su padre, Luis Colmenares, ya leyó el libro? ¿Qué le dijo?
J. C.: Esta semana tuve una charla larga con mi papá, me comentó que leyó el libro completo, que respeta lo que mi mamá plasmó ahí, que en muchos casos difiere de lo que mi mamá escribió, pero que respeta lo que cada uno hace. Tuvo sentimientos encontrados, el hecho de que una historia que teníamos tan oculta, como la separación de ellos, que ya se volviera pública, no fue fácil para él. O también ver algunos sentimientos que mi mamá no nos contaba, fue sorpresa, pero respetó totalmente.
SEMANA: La separación de los padres es muy difícil, ¿cómo lo enfrentó? Ya había perdido a Luis Andrés, su hermano mayor.
J.C.: No fue para nada fácil, porque ya veníamos de un dolor que era la pérdida de mi hermano, más que un hermano, era un padre para mí, era mi consejero, cómplice y compañero. Estando en ese proceso de superación de su pérdida yo me voy fuera, a España, por circunstancias de seguridad, y un día, en horas de la madrugada, recibí una llamada de mi mamá. Me comentó que mi papá no vivía en la casa, y otra llamada de mi papá contándome que no iba a vivir en la casa con mi mamá. Era estar lejos, fuera del país y vivir otro dolor más. Mi familia estaba totalmente desmoronada, se iba cayendo a pedacitos todo lo que había vivido en mi infancia: una familia unida, que viajaba, alegre.
SEMANA: ¿Cómo es la relación suya con su padre? Al comienzo se especuló que era muy difícil…
J. C.: No era sencilla la relación. Mi padre ha sido una persona muy fuerte, ha perdido hermanos, desde temprano a su mamá, a un hijo, la familia que había construido se estaba perdiendo. Cada vez el carácter de él se endurecía un poco. Luego, con el tiempo, todo logró llegar a la estabilidad.
SEMANA: Su mamá decía que lo de Luis Andrés había sido un homicidio, su papá no creía esa versión. ¿Usted qué posición tiene?
J. C.: Mi hermano Luis Andrés, el día que salió de Halloween, me hizo hacerle una promesa: que siempre, pasara lo que pasara, protegería a mi mamá. Tal y como mi mamá lo escribió en su libro, cada vez doy más fe de que mi hermano, independiente de la circunstancia, nos mostraba una forma de despedirse. En el mismo libro mi mamá plantea cómo mi hermano, días antes de su muerte, decía que la casa le olía a velorio, el sueño que él había tenido y, además, cómo me hizo hacerle la promesa de cuidarle a su gorda siempre antes de salir esa noche. En ese momento, me pareció algo ilógico, porque él siempre sabía que yo cuidaría de mi mamá, también es madre mía, pero con el tiempo entendí que era una forma que él tenía de despedirse.
SEMANA: Usted no había contado ese episodio de despedida…
J. C.: No, nunca lo conté, nunca lo mencioné porque en muchos casos, muchas personas creen que todos esos sentimientos, sueños, vivencias que nosotros tuvimos son de una familia llena de brujería, tal como lo plasmó una serie de Netflix que nosotros no autorizamos. Por miedo a que la gente pensara que estábamos en temas de espiritismo o brujería no lo mencioné, pero reitero, sus últimas palabras antes de irse fueron: ‘No se te olvide que siempre debes cuidarme a mi gorda’. Y salió con su disfraz a la fiesta.
SEMANA: Su mamá dice que es homicidio, ¿usted qué versión cree?
J. C.: Mi mamá siempre me dijo durante el velorio que mirara fijamente el rostro de mi hermano para ver si era tal como ella lo veía, con muchos golpes en la cara. Yo le decía que sí, que los tenía, para mí fue muy difícil, porque yo fui el único en la familia que sí alcanzó a compartir con Laura. Ella, junto con mi hermano, me llevaban a fiestas, me recogían, me acompañaban. Conocía por completo a los amigos de mi hermano, con quien había compartido. Si bien veía ese rostro de mi hermano golpeado, también conocía a las otras personas con las que salía. Tenía un dilema, entre le pasó algo a mi hermano, pero no creo que hayan sido ellos. Siempre tuve esa dicotomía de no saber hacia qué lado tirar. Sí sabía que lo habían golpeado, pero no creía que fueran las personas que tanto, después con el tiempo, nos dimos cuenta que sí habían sido.
SEMANA: ¿Cómo fue la relación de Laura Quintero y su hermano? ¿Usted qué veía?
J. C.: Me causó mucha extrañeza que mi hermano por fin presentara a una mujer en la casa, porque él siempre fue muy reservado, solamente los temas de las personas con las que él salía, pretendía o compartía algún sentimiento, el único que lo sabía era yo. Pero yo veía un formalismo, una cercanía distinta, una relación más formal de pareja. Entonces, me causó extrañeza y dije: ‘Bueno, de pronto ya encontró a la que quería presentar en la casa’, porque con mi mamá los temas de las relaciones siempre han sido difíciles.
SEMANA: ¿Cómo eran esos encuentros entre Luis Andrés y Laura? ¿Él le confesó algún sentimiento hacia ella?
J.C.: Él, al inicio, me decía que le gustaba mucho ella, que estaba muy enamorado de ella, estaba dispuesto a iniciar una relación formal con ella. Justo ese día del Halloween era cuando él iba a ennoviarse con ella, pero un fin de semana antes, mientras yo caminaba con mi hermano, porque íbamos a comprar una pizza, sí escuché una especie de discusión donde él decía: ‘Yo no voy a pelear por ninguna mujer’. Entonces, yo veía que empezaba a tener algunos conflictos. Sin embargo, esa semana siguieron viéndose, saliendo y pues él iba a dispuesto a ennoviarse con ella esa misma noche.
SEMANA: ¿Ella cómo era con él?
SEMANA: ¿Ella lo volvió a llamar?
J. C.: Yo corté contacto con ella, los amigos de mi hermano, en especial el que mi mamá menciona como Gogoto, sí me visitaba frecuentemente, supuestamente, con el interés de saber cómo estaba yo, pero me hacía muchas preguntas: qué hacía mi mamá, qué investigaba, con quién hablaba. Yo le contaba todo con la inocencia, por la imagen que tenía de ellos; después, por interceptaciones que se hicieron en medio del proceso judicial, me di cuenta de que lo que intentaban hacer era sacarle información al más pequeño, al menor, para después llevarla a las personas que estuvieron involucradas en el proceso judicial.
SEMANA: Pasando a otro tema, ¿por qué no será más concejal?
J. C.: Aspiraciones voy a volver a tener, en dos años nos veremos en las elecciones, sé que volveré más recargado, con más conocimiento, pero volveremos al recorrido político. Renuncié a la militancia del Partido Centro Democrático por diferencias que sostuve con los directivos y, en algunos momentos, algunos pensamientos ideológicos que no eran los mismos que tenía. No pensaba completamente igual a la ideología que el partido profesa, yo ingresé al Concejo de Bogotá muy temprano, a los 24 años, creo que me falta mucho más por estudiar y aprender. Utilizaré estos dos años para recargarme, estudiar, aprender y desde ya lo anuncio: volveremos más recargados para las elecciones del Congreso próximo.
SEMANA: ¿Salió molesto con alguien en particular del Centro Democrático?
J. C.: En muchos casos tuve conflictos con algunos dirigentes y militantes muy poderosos, pero ya queda en la conciencia de cada cual.