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Juan Manuel Santos, el Nobel de Odebrecht, tiene registros oficiales de dos reuniones con la multinacional de los sobornos, siendo presidente
Los encuentros de Santos fueron con Eleuberto Martorelli, expresidente de la multinacional de los sobornos, y con el propio Marcelo Odebrecht, cabeza de la compañía delictiva.
Juan Manuel Santos fue presidente de Colombia desde el 7 de agosto de 2010 hasta el 7 de agosto de 2018. Durante esos años se reunió, según registros oficiales, dos veces con Odebrecht. Primero con Eleuberto Martorelli, entonces presidente de la multinacional de los sobornos, y con el propio Marcelo Odebrecht, cabeza de la compañía criminal.
Con Martorelli, el encuentro, según la bitácora de visitas de la Casa de Nariño, ocurrió el 30 de octubre de 2013 y quedó registrado. Ese día, el directivo de Odebrecht ingresó a las 7:35 a. m. y salió a las 4:16 p. m., es decir, duró nueve horas en presidencia, según documentos oficiales. La reunión se dio 20 días antes de que Santos anunciara que iba a aspirar a la reelección.
Esa noticia la dio el entonces presidente el 19 de noviembre de 2013. Santos ha negado dicha reunión, al igual que sus abogados. Pero, además de los registros de Palacio, el exsenador Bernardo ‘Ñoño’ Elías aseguró en los estrados que supuestamente Martorelli le contó que estuvo con Santos en la Casa de Nariño hablando del polémico otrosí de Ocaña-Gamarra y de la financiación de Odebrecht a la campaña de la reelección.
La justicia solo tendrá que cruzar las bitácoras de Casa de Nariño con las declaraciones de Ñoño Elías y las versiones de Santos. Ya que hoy está comprobado que por lo menos 3.540 millones de pesos de Odebrecht sí entraron a las campañas del expresidente, la mayor parte del dinero sucio entró para su reelección justamente.
Faltan dineros por terminar de confirmar judicialmente hablando, por parte de los investigadores.
Otro de los registros revela una entrada de Martorelli a Casa de Nariño para reunirse con “Delt 1″ en el salón Bolívar. En primer lugar, “Delt 1″ podría ser un nombre en clave de seguridad para referirse al propio presidente de la república, según fuentes consultadas.
Adicional a ello, el salón Bolívar es uno de los más amplios de la Casa de Nariño.
La otra cita oficial de Juan Manuel Santos fue con el propio Marcelo Odebrecht, cabeza de la multinacional de los sobornos. Ocurrió el 9 de abril de 2015 en el marco de la Cumbre de las Américas, hacía 10 meses que Santos se había reelegido.
El expresidente habló con El Tiempo sobre dicha reunión el 19 de marzo de 2017, casi dos años después: “En el marco de la Cumbre de las Américas, me reuní, como es mi deber, y lo hago regularmente, con múltiples empresarios con intereses en Colombia. Hay que subrayar que en ese momento el señor Odebrecht no tenía ninguna investigación, no se tenía ninguna sospecha, ni estaba envuelto en ningún escándalo. De esa reunión hay un acta y me acompañaron las ministras de Relaciones Exteriores y de Comercio, la secretaria general, y otros funcionarios”.
Sin embargo, Lava Jato, la mayor operación contra la corrupción en Brasil, que comprometió a Odebrecht con millonarios sobornos en Petrobras, tuvo su origen en marzo de 2014. Un año después, Santos se reunió con Marcelo Odebrecht.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó en diciembre de 2016 que los ejecutivos de la constructora Odebrecht confesaron millonarios sobornos en toda América Latina, solo para lograr contratos de manera ventajosa y corrupta.
La Secretaria de Transparencia del Gobierno Santos emitió en ese momento una comunicación explicando el encuentro entre Juan Manuel Santos y Marcelo Odebrecht: “Esa reunión tuvo lugar el 9 de abril de 2015 en el marco de la Cumbre de las Américas, en desarrollo de una serie de encuentros del señor presidente con empresarios, las cuales incluyeron al presidente de Coca-Cola y otros, algo necesario para el país y absolutamente normal, en este tipo de escenarios. En esa reunión participaron la Canciller, la Ministra de Comercio, la directora de Procolombia, el secretario privado del presidente y otros funcionarios. En ese momento no existía ninguna sospecha de que Marcello Odebrecht o su compañía hubiesen participado en actos de corrupción en Colombia u otros países”.
Pero es importante reiterar que el origen de la operación anticorrupción Lava Jato en Brasil inició en marzo de 2014.
Según el acuerdo entre el Departamento de Justicia y El Grupo Aval y Corficolombiana, “aproximadamente en mayo de 2014, el ejecutivo de Corficolombiana (José Elías Melo) solicitó que el ejecutivo de Odebrecht 2 (Eleuberto Martorelli) asistiera a reunión con el Colombian Official 3 (...)”.
En la reunión, el ejecutivo de Odebrecht 2 (Martorelli) acordó con el “Colombian Official 3″ el pago de sobornos para su beneficio. Según el documento, el interés de Martorelli estaba circunscrito a la extensión del contrato Ocaña-Gamarra con el Gobierno Santos.
Un dato explosivo del acuerdo señala que alrededor de 2014 y 2015 se hizo el pago de un soborno por aproximadamente 3,4 millones de dólares en beneficio del “Colombian Official 3″ a través de empresas de terceros.
El documento revela que ese “Colombian Official 3″ está plenamente identificado y que ese nombre solo lo conocen Estados Unidos y Corficolombiana. Santos respondió a la pregunta pública de la directora de SEMANA, Vicky Dávila, quien hizo la revelación sobre el “Colombian Official 3″ y le pidió al expresidente que se pronunciara sobre si era cierto o no lo que decía una alta fuente que conoce plenamente el acuerdo de Corficolombiana, en el sentido de que él era el “Colombian Official 3″.
Santos aseguró en su cuenta en Twitter: “Si alguna de las partes del acuerdo entre Corficolombiana y las autoridades norteamericanas confirman la falacia que está circulando sobre el supuesto soborno que yo recibí, me encargaré de demostrar que es una calumnia temeraria, infame y contraevidente”.
Es claro que Santos sabe que el acuerdo obliga a las partes, por ahora, a mantener la reserva. En otro documento de ocho páginas, fechado el 10 de agosto, la SEC dijo que Aval reconoció que hubo plata sucia de la multinacional de los sobornos en la campaña de Santos.
Así aparece consignado en el punto 12: “En mayo de 2014, antes de que funcionarios del Gobierno colombiano aprobaran las nuevas obligaciones financieras para la extensión Ocaña-Gamarra, el ejecutivo brasileño acordó pagar sobornos adicionales a funcionarios del Gobierno colombiano en forma de contribuciones ilícitas de campaña”.
En el caso de Eleuberto Martorelli, la información confirmada por SEMANA refleja además que el expresidente de la multinacional de los sobornos era un asiduo visitante de la Casa de Nariño. En total, entró en 15 oportunidades entre el 3 de abril de 2013 y el 28 de marzo de 2016. Varios funcionarios de alto rango lo atendieron de manera permanente en sus despachos.
De acuerdo con los registros, Martorelli se reunió en tres oportunidades con Catalina Crane, en ese momento alta consejera para la Gestión Pública y Privada. Esas reuniones fueron los días 3 de abril, 4 de septiembre y 8 de octubre de 2013. Hay otro ingreso de Martorelli a ese despacho el 19 de septiembre de 2013, pero no se precisa con quién se reunió.
Con la entonces ministra de Transporte, Cecilia Álvarez (hoy imputada por el escándalo de Odebrecht, otrosí Ocaña Gamarra) hay registros de dos reuniones de ella con Martorelli en la Casa de Nariño. Una se dio el 2 de julio de 2013, entre las 2:49 p. m. y las 5:11 p. m. Causa curiosidad que el registro muestra que ese encuentro se hizo en las oficinas de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer.
El segundo encuentro fue el 17 de julio de 2014. Martorelli ingresó a esa cita a las 5:03 p. m. y no hay registro de su salida. Esa cita se dio casi un mes antes de que ella dejara el cargo como ministra de Transporte.
El encuentro se dio en el salón ejecutivo grande. Con la consejera presidencial María Isabel Nieto, el directivo de Odebrecht se reunió en una oportunidad, según los registros, el 24 de febrero de 2014. Pero después de la reelección de Santos, en junio de 2014, aparecen varias entradas de Martorelli a Palacio.
En dos ocasiones se reunió con Néstor Humberto Martínez, en ese entonces superministro del gabinete Santos. Los encuentros con él fueron el 12 de febrero de 2015 y el 27 de mayo del mismo año. El directivo de Odebrecht también se reunió con María Lorena Gutiérrez en dos ocasiones, en la Dirección Administrativa de la Presidencia.
Aunque se registró el ingreso de Martorelli los días 25 de junio de 2015 y 28 de marzo de 2016, no quedaron datos sobre sus salidas. Martorelli también se reunió con Rafael Pardo, alto consejero para el Posconflicto, el 22 de febrero de 2016 a las 6:04 p. m. Tampoco quedó registro de su salida.
Según el empresario Eduardo Zambrano, quien colabora con la justicia, en 2010 en plena campaña, Santos habló con Luiz Bueno, en ese momento presidente de Odebrecht en el país, en un desayuno en el hotel Casa Medina de Bogotá, donde se habría acordado recibir un “aporte” de la empresa.
Santos habría presentado a Bueno con el comité financiero y Roberto Prieto, gerente de la campaña, se encargó de perfeccionar y concretar la cifra, según Zambrano. Lo cierto es que Prieto confesó que Odebrecht en ese 2010 sí pagó 450 mil dólares en afiches para la campaña de Santos. La justicia lo condenó por ello y por la encuesta de Paddington que pagó Odebrecht en 2014 para la campaña de Santos, como por los 250 millones de pesos que aportó Interbolsa.
Juan Manuel Santos, el Nobel de Odebrecht: este es el entramado y las nuevas pruebas que tienen contra las cuerdas al expresidente
Esta semana, por primera vez desde que dejó la Casa de Nariño, el expresidente Juan Manuel Santos empezó a sentir pasos de animal grande en su contra por la entrada de dineros sucios de Odebrecht a sus campañas de 2010 y 2014. La Fiscalía concluyó formalmente que está probado que la multinacional de los sobornos aportó 3.540 millones de pesos para elegir a Santos en esas dos oportunidades y que el monto más grande fue para la reelección.
SEMANA revela todo el entramado, las pruebas, la ruta del dinero y la identidad de los protagonistas de este escándalo que compromete directamente al expresidente Santos.
La situación del premio nobel de paz colombiano se complicó después de revelarse, el pasado 10 de agosto, el acuerdo entre el Grupo Aval y Corficolombiana, y el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Comisión de Valores de ese país (SEC). En los documentos queda claro que la plata de Odebrecht sí entró a la campaña de la reelección, en 2014.
Una alta fuente, que conoce de cerca los detalles de esa negociación, le aseguró a este medio que Juan Manuel Santos es, de hecho, el llamado “Colombian Official 3″ que aparece mencionado en uno de los documentos del acuerdo. Allí se señala que “aproximadamente en mayo de 2014, el ejecutivo de Corficolombiana (José Elías Melo) solicitó que el ejecutivo de Odebrecht 2 (Eleuberto Martorelli) asistiera a reunión con el Colombian Official 3 (...)”.
En la reunión, el ejecutivo de Odebrecht 2 (Martorelli) acordó con el “Colombian Official 3″ el pago de sobornos para su beneficio. Según el documento, el interés de Martorelli estaba circunscrito a la extensión del contrato Ocaña-Gamarra con el Gobierno Santos.
El documento revela que ese “Colombian Official 3″ está plenamente identificado y que ese nombre solo lo conocen Estados Unidos y Corficolombiana. Santos, al responder una pregunta pública de la directora de SEMANA, Vicky Dávila, quien hizo la revelación sobre el “Colombian Official 3″, aseguró en su cuenta en Twitter: “Si alguna de las partes del acuerdo entre Corficolombiana y las autoridades norteamericanas confirman la falacia que está circulando sobre el supuesto soborno que yo recibí, me encargaré de demostrar que es una calumnia temeraria, infame y contraevidente”.
Es claro que Santos sabe que el acuerdo obliga a las partes, por ahora, a mantener la reserva. En otro documento de ocho páginas, fechado el 10 de agosto, la SEC dijo que Aval reconoció que hubo plata sucia de la multinacional de los sobornos en la campaña de Santos. Así aparece consignado en el punto 12. “En mayo de 2014, antes de que funcionarios del Gobierno colombiano aprobaran las nuevas obligaciones financieras para la extensión Ocaña-Gamarra, el ejecutivo brasileño acordó pagar sobornos adicionales a funcionarios del Gobierno colombiano en forma de contribuciones ilícitas de campaña”.
La ruta de la plata
La entrada de los dineros sucios de Odebrecht para la campaña de reelección de Santos en 2014 requirió de una sofisticada operación de “inteligencia financiera”, según los investigadores de la Fiscalía. “Todo está probado”, dijo uno de ellos.
Un país clave en esta trama, y que hasta ahora se conoce, es Argentina. Su protagonista es Víctor Eduardo López Cuéllar, un empresario colombiano dedicado al comercio de carros de lujo con operaciones internacionales. La Fiscalía comprobó que este hombre recibió directamente, procedente de una cuenta de Odebrecht en Brasil, desde la polémica División de Operaciones Estructuradas de la compañía, alrededor de un millón de dólares.
El dinero se movió desde el nivel central de la multinacional por intermedio de empresas offshore. La más importante fue Management Services Limited, que sirvió como un vehículo financiero por medio del cual se hizo el aporte. El intermediario fue Otto Bula, quien, según la Fiscalía, fue el que entregó el dinero a la campaña para la reelección de Santos.
Ese fue el modus operandi de Odebrecht para corromper a líderes políticos en toda América Latina con el fin de obtener millonarios contratos de manera ventajosa a través de sobornos. Panamá fue otro país fundamental para mover la plata sin levantar sospechas.
La investigación de la Fiscalía también comprobó que la encuesta de Paddington, materializada en 33 folletos alusivos a la campaña, fue otro aporte de Odebrecht a la reelección de Santos. Eleuberto Martorelli, quien fue presidente de Odebrecht en Colombia, dijo ante la Procuraduría y la Fiscalía que, a través de Luis Peña, representante de la empresa de publicidad Sancho BBDO, “se pagó un millón de dólares como contribución a la campaña” de Santos, representados en un estudio sobre la situación política de las principales ciudades del país. Todo se trianguló por Panamá bajo la gerencia de Roberto Prieto. Por eso, el 2 de febrero de 2014, la multinacional del soborno firmó un convenio con Sancho BBDO, a través de una empresa panameña, por el millón de dólares.
Este hecho, negado por Prieto, fue corroborado por Luiz Antonio Bueno Junior, Luiz Antonio Mameri y Luiz Eduardo da Rocha Soares, de Odebrecht, quienes reconocieron esa contribución y añadieron que hubo un direccionamiento en Colombia del empresario y contratista Eduardo Zambrano “para que se ocultara lo ocurrido con dichos aportes”. Por estos hechos, Prieto fue condenado, entre otros delitos, por falso testimonio en calidad de determinador.
En el caso de 2010, el propio Prieto, gerente de la campaña de Santos, confesó que Odebrecht le pagó una factura de 450.000 dólares de afiches a la cuenta de una empresa creada en Panamá, bajo la asesoría legal de Mossack Fonseca, una firma salpicada en el escándalo de los Panama Papers. La cuenta en Panamá pertenecía a la expareja de esposos Félix Otto Rodríguez y María Fernanda Valencia Falquez, dueños de Impressa Group. Poco tiempo después, Valencia fue “nombrada en contraprestación” como directora de Artesanías de Colombia en 2011, durante el Gobierno Santos, según se lee en la condena de Prieto.
Las interceptaciones a Prieto con Zambrano y Andrés Giraldo, su mejor amigo, y las declaraciones del comité financiero ante los investigadores confirmaron que fue Prieto el que buscó la ayuda de Odebrecht para los afiches. El primero en mencionar que Odebrecht había aportado dineros para las campañas presidenciales fue el condenado exviceministro de Transporte del Gobierno Uribe Gabriel García, quien recibió un soborno de 6,5 millones de dólares. Las coimas de la multinacional en Colombia ascendieron a 80.000 millones de pesos.
Según las declaraciones de Zambrano ante la Fiscalía, el primer contacto de la campaña de Santos con Odebrecht se dio en febrero de 2010. Zambrano aseguró que se trató de un famoso desayuno en Casa Medina, en Bogotá, al que, según él, asistió el propio Santos aunque en la campaña lo negaran.
En ese encuentro estuvo presente Luiz Bueno, de Odebrecht, a quien Santos presentó al comité financiero, según Zambrano. De dicho comité formaban parte Orlando Sardi, Juan Claudio Morales y Consuelo Caldas. El empresario también le dijo a la Fiscalía que en esa oportunidad se habló de los aportes y de la ayuda que entregaría Odebrecht a la campaña de Santos, siendo Prieto el que terminó concretando el monto.
En 2014 habría ocurrido un hecho crucial y así lo denunció Armando Benedetti cuando era senador, en 2017. Él habló de reuniones en el apartamento de Juan Manuel Santos los días 26, 27 y 28 de mayo de ese año, la misma semana de la primera vuelta en la que el presidente-candidato buscaba la reelección. En ellas se habría recolectado una suma millonaria de dinero, no solo de Odebrecht, sino de otras empresas. Esas sumas no fueron reportadas. El aporte de cada empresa fue de 4.000 millones de pesos, según Benedetti.
Aún hoy los investigadores tratan de confirmar si en 2014 hubo una vaca en la costa que realizaron políticos de Bolívar, Córdoba y Sucre a fin de recolectar para la campaña de Santos. El dinero se habría recogido en la casa de Juancho García, hermano del Gordo García, condenado por la masacre de Macayepo. ¿Estuvieron presentes el exministro Aurelio Iragorri y Alejando Lyons, entonces gobernador de Córdoba?
Otro hecho que aún no se aclara es lo que pasó en el hotel La Regatta de Cartagena entre políticos y contratistas, a donde habrían llegado tulas repletas con dinero en efectivo para la reelección de Santos. Un hecho más sobre la mesa es si el polémico excongresista Yahir Acuña aportó 5.000 millones de pesos a la campaña. Además, si algunos gobernadores fueron convocados por Palacio e hicieron aportes a través de asignación de contratos. El papel de Sergio Díaz-Granados y Santiago Rojas en la campaña de reelección es un secreto a voces, como el nombre de quién llevó la plata a Nariño y a la costa Caribe.
La Fiscalía pudo establecer que a la campaña de Santos para su periodo presidencial 2010-2014 también entró dinero de Interbolsa. Prieto pidió la suma a la firma y esta fue cancelada directamente por la empresa a Francisco Ortiz Producciones, que a su vez emitió las siguientes facturas: la 941, del 25 de agosto del 2010, por 92.800.000 pesos; la 957, del 15 de octubre del 2010, por 104.400.000 pesos; además de 40 millones de pesos que se pagaron por concepto de IVA. Eso da un total de 250 millones de pesos, incluyendo IVA.
La operación se volvió sospechosa porque Interbolsa se dedicaba al negocio bursátil, un objeto comercial completamente ajeno a la empresa de publicidad que le prestaba sus servicios a la campaña de Santos. Asimismo, quedó claro que Francisco Ortiz Rebolledo Producciones no desempeñó ningún trabajo para Interbolsa. Ortiz Rebolledo fue nombrado gerente de RTVC en 2015. Por estos hechos, la Fiscalía le imputó a Prieto el delito de falsedad en documento privado.
“Tapar huecos financieros”
La adjudicación del contrato de construcción del puente Plato, como parte del tramo tres de la Ruta del Sol, también terminó en enredos con Prieto. El juez Hyman Alberto Hermosilla Reyes, quien condenó al exgerente, dice que él contactó a Zambrano para solicitarle ayuda con el “pretexto de tapar los huecos financieros de la campaña que buscaba la reelección del expresidente de la república, Juan Manuel Santos”.
Fue así como acudieron a otras empresas multinacionales que tenían a cargo grandes proyectos de infraestructura y con millonarios presupuestos. Una de ellas fue la concesionaria Yuma y su principal socio, la empresa italiana Impregilo. Yuma resultó beneficiada con el proyecto del puente Plato el 4 de agosto de 2010. Luego, llegó el otrosí número cinco para realizar estudios de viabilidad de un segundo puente entre los municipios de Zambrano, en Bolívar, y Plato, en Magdalena, bajo el argumento de que la vía, al ser de doble calzada, sin el segundo puente se convertiría en un cuello de botella.
El segundo puente se adjudicó directamente. Por esa gestión, Prieto cobró 650 millones de pesos canalizados a través de Megaland SAS con la factura 032 del 18 de mayo de 2016. Megaland era una empresa cuyo representante legal era Gilberto Hernán Saldarriaga, primo hermano de Andrés Giraldo, el mejor amigo de Prieto. Tanto Prieto como Zambrano terminaron condenados por estos hechos.
La Fiscalía de Néstor Humberto Martínez firmó un polémico preacuerdo con Prieto que le generó una condena de cinco años y dos meses de prisión, aunque ya está en detención domiciliaria y devolvió 877 millones de pesos. También fue sometido a una inhabilidad para ejercer cargos públicos por 62 meses.
En cambio, las investigaciones contra Santos fueron archivadas en el Consejo Nacional Electoral, en la época en que Alexander Vega, hoy registrador, era su presidente. Según se escucha en las grabaciones entre Óscar Iván Zuluaga y Daniel García Arizabaleta, Vega promovió la teoría de que no pasara nada para evitar que se cayera el establecimiento. En la Comisión de Acusación de la Cámara, Santos también obtuvo un archivo, promovido por los entonces representantes Jhon Jairo Cárdenas, de La U, quien le hizo campaña, y Andrés Calle, liberal, hoy presidente de la Cámara (los liberales también apoyaron la reelección de Santos). El expresidente, hasta ahora, ha gozado de impunidad.
Pero las cosas parecen estar cambiando y todo indicaría que el expresidente Santos todavía tiene pendientes muchas explicaciones a la justicia no solo en Colombia, sino en Estados Unidos.
El eslabón
Esteban Moreno y Andrés Sanmiguel, dueño de la empresa Gistic, se convirtieron en pieza clave de la investigación por la entrada de los dineros de Odebrecht a la campaña de reelección de Santos. Los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana denunciaron a Moreno en 2017 en una carta que le enviaron a la Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia y la Comisión de Acusación de la Cámara. En ella, los expresidentes culparon a Santos.
Aunque los hechos ocurrieron en 2014, los dos fueron imputados por enriquecimiento ilícito solo hasta 2021. Ambos están enredados por un giro de 3.850 millones de pesos de empresas de Odebrecht a la firma Gistic de Sanmiguel a través de un contrato ficticio, cuyo monto, según él, era para la reelección de Santos.
La Fiscalía probó que Moreno fue quien recogió el dinero en efectivo. Una explosiva grabación entre Moreno y Sanmiguel da luces claras de lo sucedido. Moreno fue categórico: “Es que aquí dieron la plata 16 manes pa ganar esta vaina; de los 16, yo administré siete”. Sanmiguel fue prudente en la charla. Solo exclamó: “¡Usted me había dicho que era un billetal!”.
“La grabación Oculta”, en la que Esteban Moreno dice cómo financiaron supuestamente la reelección de Ssntos y hace elucubraciones sobre lo que puede pasar si se sabe la verdad https://www.semana.com/amp/la-grabacion-oculta-de-andres-sanmiguel-y-esteban-moreno-por-vicky-davila/630998?__twitter_impression=true compártela y opina...
Posted by Vicky Davila on Monday, November 2, 2020
A Moreno, quien aún no le ha contado toda la verdad a la justicia, se le escucha decir en la conversación: “Entonces, si quieren incendiar el país, marica, de una, ¡miren a ver!... El escenario catastrófico es que los cojan y los llamen a todos… y se incendia el país. Pero, marica, le digo una cosa: tumba al presidente, tumba al fiscal, se cae la candidatura de Vargas, el establecimiento del país…”.
Y agregó lo siguiente, dejando en claro que les hizo una seria advertencia a los interesados: “Yo les dije una cosa: ¿quieren que le pase eso al presidente? Hagan cambio de página, sencillo, güevón…”. Se atrevió incluso a llegar más lejos: “Marica, aquí está cagado todo el mundo. Le voy a mostrar los escenarios: … si con tanta plata se volaron los topes, declaran nula la elección de presidente”.
Pero Moreno consideraba que tenía un seguro ante la preocupación de Sanmiguel sobre qué iba a ocurrir si finalizaba el Gobierno Santos. “No importa... En este escenario, a nosotros nos vale mierda quién sea el próximo presidente. ¿Sabe qué necesitamos tener? El fiscal. Después de que el fiscal sea Néstor Humberto, estamos del otro lado…”.
Moreno se mostraba dispuesto a ayudar a los implicados, siempre y cuando no lo enredaran a él. Y explicaba, gráficamente, lo que pensaba sobre el tema. “Por eso yo estoy en la mitad de todo, porque o no tengo estómago, o tengo mucho estómago... Y si pasa algo, hay que ayudarles a que no les dé ni gripa, güevón; y si les da gripa, hay que tener un contenedor de Kleenex y otro de ibuprofeno al lado de la casa de ellos…”.
En el audio se escucha a Moreno mencionar al expresidente César Gaviria y a su hijo, Simón, pero luego trata de comprar el silencio de Sanmiguel ofreciéndole abogados “que ya están pagos” las 24 horas para defenderlo. Y lo insta a que consiga documentación falsa que sustente el pago de 3.850 millones de pesos de Odebrecht para engañar a los investigadores. Asimismo, le sugiere que se deje reportar en Datacrédito.
Como era de esperarse, Moreno le dice a Sanmiguel que le pida lo que quiera al Gobierno Santos. “Mire qué le interesa de este Gobierno: una obra, un negocio, plata… Por eso es importante sentarme con usted. Piense en hacer una vaina de agroindustria, en una tierra, alguna mierda, güevón. No sé, póngase creativo, decentemente, pero creativo, porque aquí toca pensar en todo. Usted pudiera hacer una lista de mercado”.
Finalmente, Moreno lanza una sentencia que explica todo: “Les dije... a mí me tocan una muela y se incendia el país…”. Por su parte, Sanmiguel dijo en interrogatorio ante los fiscales: “Me dijeron que era urgente sacar la plata porque era para la campaña de la reelección de Juan Manuel Santos”.
Además, certificó que la primera cita con Moreno fue en una sede de Bancolombia en la calle 72, en la zona financiera de Bogotá. “Ahí hablé con Esteban Moreno... él llegó lleno de escoltas... llegaron 20 tipos en carros blindados. Y llegó este señor Esteban, nunca se me va a olvidar, como con un gabán largo… a decir ‘fresco, no te preocupés, que es que yo ya vengo haciendo esto toda la semana, llevo en esto dos semanas. Esto lo necesitamos urgente, es que esto es ya’... Entraron y recibieron la plata con esa gente… ahí fueron como 1.500 millones de pesos en efectivo…”.
El empresario también dijo, bajo juramento, que al día siguiente le hizo otra entrega de efectivo a Moreno en una sede del mismo banco, en la 93, en el norte de Bogotá. En total, le habría dado más de 3.800 millones de pesos en fajos de billetes.
Sanmiguel aseguró que el propio Moreno le confirmó que toda la gente que lo acompañó a recoger la plata era del Partido Liberal y que el destino del dinero era la campaña de reelección de Santos. Sanmiguel confesó que sintió miedo de Esteban Moreno. “Me llega con 20 escoltas y dije: este tipo me va a matar...”. Los investigadores también recibieron de manos de Sanmiguel todos los documentos y comprobantes de los cheques de la fraudulenta operación. Aunque está imputado, Moreno lleva nueve años en libertad y su juicio podría comenzar en unos tres o cuatro meses. Sanmiguel también está libre.
El pez muere por la boca
Para entender lo que pasó en la campaña de reelección de Santos, es fundamental conocer las interceptaciones de la Fiscalía al exgerente Prieto. De hecho, la única conversación que se conoce entre él y el entonces presidente Santos muestra a un mandatario supuestamente sorprendido con el pago de 450.000 dólares por los afiches para su campaña por parte de Odebrecht, en 2010. Esto se convirtió en el preludio que llevó a Santos a decir “me acabo de enterar” justo cuando su exgerente confesó los aportes de la multinacional de los sobornos, sabiendo que todo estaba prescrito y que nada le pasaría al mandatario.
Son centenares de horas de grabación hoy en poder de los fiscales. En ellas, Prieto habla con sus cómplices y, con desparpajo, deja ver sus preocupaciones y estrategias. En una conversación entre él y Claudia Castro, quien era asistente de la primera dama, ella le dijo: “Usted es el único güevón”. Él contestó: “¿Quiere que le cuente un secreto? Yo sí voy a salvar al presidente (...). Hay que salvar al presidente”.
En otra interceptación, Prieto, a los gritos, le dice a Enrique Riveira, ex secretario privado de Santos: “Voy a hablar y voy a defender a su presidente, y me puede llamar el hijueputa presidente, pero no me mamo más esto (...). ¿Y sabe qué voy a hacer? Lo que no ha hecho este hijueputa Gobierno, defender al presidente”.
“Hago lo que me dé la hijueputa gana, me voy a defender, porque me tienen culiado, Enrique (...). Y porque me tienen tratado como un bandido. Ustedes tienen que tener huevos y calzones, están en la Presidencia escondidos y yo estoy en la hijueputa calle (...). Me voy a restear por ese hijueputa, porque yo tengo huevos y personalidad (...). Y con eso me enterraré, a mí me importa un culo, ya no tengo nada que perder, voy a defender la institucionalidad presidencial que se llama Juan Manuel Santos, a su presidente lo dejaron solo, y se lo dije a él el domingo, porque hay una mano de cobardes”.
Una nueva conversación entre Prieto y Claudia Castro se dio luego de que el exgerente hablara con Blu Radio y confesara que a la campaña de Santos en 2010 entraron dineros de Odebrecht. Ella le dijo que era un “valiente y un kamikaze”. Él contestó: “Como me dijeron los periodistas, Prieto, usted le acaba de quitar una presión al presidente ni la hijueputa”.
En otra charla con Castro, Prieto se vanagloriaba de lo que hizo. “Mire, estoy leyendo la prensa, eso salió del putas, el presidente quedó limpio, lo acabo de sacar del peor bollo de su vida”.
Además, hay otro encuentro muy revelador entre Prieto y la entonces primera dama de la nación, María Clemencia Rodríguez, que queda al descubierto en las interceptaciones. Así se lo reportó Prieto a un interlocutor no identificado: “Ayer estuve tres horas con la primera dama y hablamos muy largo. Le dije: su marido es un animal de cuatro patas (...). ‘¿Pero qué hacemos?’, me dijo ella. ‘¿Qué hago, Roberto? Volvió y la cagó. Por eso hay que mantenerlo guardado’”.
Prieto cuenta que María Clemencia le dijo que todo lo que había en contra de él era “una infamia” y que la demanda sería “como un hipopótamo”. En ese entonces, Prieto amenazaba con demandar a los periodistas hasta por 20.000 millones de pesos para gastarlos en “prepagos”. La justicia, pese a lo que decía la primera dama en ese momento, halló culpable a Prieto, aunque la sacó barata.
La sábana de interceptaciones sembró en los investigadores la duda frente a si hubo una operación de destrucción en 2017 para alterar y desaparecer documentos de la contabilidad de la campaña de reelección de Santos.
Las llamadas entre Araceli Rojas, la auditora de la campaña y Prieto son demoledoras. Allí se revela que “las cajas de la campaña”, con la información, fueron llevadas a la calle 168 con Novena, en el norte de Bogotá. Araceli le dice a Prieto que están sacando “gancho por gancho” y hablan de la factura de “Conecta” que no tiene soporte. En otra llamada, Prieto le da instrucciones a otra mujer: “Eso es de 2010, eso también desaparézcalo”.
Otro dato relevante es que Araceli Rojas le informa a Prieto que el presidente Santos la llamó. “Dijo que no me presentara, que no fuera, que él iba a averiguar”. Ella estaba pendiente de asistir a su primera cita en la Comisión de Acusación de la Cámara. A Prieto siempre lo mantuvieron controlado desde la Casa de Nariño, mientras Santos, según parece, sabía todo lo que ocurría en la Fiscalía con las investigaciones en ese momento.
El analista Juan Carlos Ramos Gordillo lo dejó por escrito el 11 de julio de 2017: “Se puede establecer que el sujeto Roberto Prieto está permanentemente informado por personal de la Presidencia de la República sobre cómo avanza su investigación en la Fiscalía”.
Igual sucedió en el Consejo Nacional Electoral. Allí la preocupación de Prieto era la encuesta que pagó Odebrecht. “Ahí me toca hacer un arreglo”, le dice Prieto a su amigo Andrés Giraldo. “Me toca hablar con la persona que hizo las encuestas, que diga que él solo hizo una encuesta de base y análisis sobre las encuestas públicas (...). Y si no declaran caduca la de 2010, cagada (...). Usted sabe el riesgo que tengo en Paddington”.
Prieto hizo de todo. También hay evidencia en las interceptaciones de que les envió mensajes a los ejecutivos de Odebrecht para que mintieran en sus declaraciones y beneficiaran a Santos. Prieto hablaba con el presidente, luego se reunía con el empresario Zambrano y les enviaba con él los mensajes a los brasileños. Zambrano regresaba con las razones.
Las pruebas con respecto a la entrada de dineros de Odebrecht a la campaña de la reelección de Santos están por todas partes. Federico Gaviria, otro empresario, condenado por las irregularidades en la Ruta del Sol II, en la que estaba presente Odebrecht, le dijo a la Corte Suprema: “Considero que nada de esto hubiera sido posible sin una directriz y orden del señor presidente de la república, Juan Manuel Santos”.
El exsenador Bernardo ‘Ñoño’ Elías, también condenado por los sobornos de Odebrecht, confesó, en febrero de 2021, en SEMANA: “Hubo plata corrupta en la reelección”. Nadie quiso escucharlo. Por su parte, el condenado excongresista Otto Bula habló de dos reuniones con Andrés Giraldo en un restaurante de un hotel en Bogotá. Aseguró que le envió a Prieto, a través de Giraldo, un millón de dólares para la campaña.
Prieto nunca dijo toda la verdad, pero, en una interceptación del 9 de mayo de 2017, quedó más que al descubierto. Estaba asustado. Y se escucha cuando le dice a su interlocutor, Fernando Quintero: “Tienen muy destapada la segunda vuelta”. Quintero le preguntó: “¿Destapada?”. Prieto fue categórico: “Sí, eso se va a venir un tsunami ni el hijueputa (...). Ni le digo, del fiscal para abajo. En los medios ya todo el mundo sabe el rol que jugó Néstor Humberto, Juan Mesa, esa carta de Pastrana y Uribe es muy hijueputa, ¿cierto? Jalan esa piola de Esteban y ni siquiera lo mío, lo mío no dice ni un culo (...). Estoy trabajando sobre el tema para tranquilidad, que eso no trascienda. El señor me dijo: ‘Yo soy su amigo, tranquilo, ese es un tema entre privados’ (...). Pero es que si explota lo otro, apague y vámonos. Están hurgando esa segunda vuelta duro. Lo grave es que dicen que Esteban (Moreno) movió 8.000 millones de pesos”.
Martorelli y Santos
La Fiscalía acaba de anunciar que Luis Fernando Andrade, director de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) en el Gobierno Santos, será vinculado como presunto coautor del delito de interés indebido en la celebración de contratos y le imputará cargos. Pero este es solo uno de los procesos que enfrenta Andrade, quien terminó enredado por el escándalo de Odebrecht, la campaña de reelección y el Gobierno Santos. Andrade responde en juicio por supuestamente favorecer a Odebrecht en la Ruta del Sol. Además, lo relacionan con el Ñoño Elías, condenado por recibir sobornos de Odebrecht y quien terminó regalándole un bolso de marca a la esposa de Andrade.
Los 15 ingresos de Eleuberto Martorelli, expresidente de Odebrecht en Colombia, a Palacio merecen un capítulo aparte. Los registros dicen que se reunió con el presidente Santos el 30 de octubre de 2013. Veinte días después, Santos anunció que competiría por la reelección. Aunque Martorelli duró nueve horas en esa visita a la Casa de Nariño, los abogados de Santos dicen que esa reunión no se dio.
En las otras visitas, Martorelli se reunió, entre otros, con María Isabel Nieto, mano derecha de Santos, y la ministra de Transporte de la época, Cecilia Álvarez, también imputada por el escándalo. Hoy está en manos de la Comisión de la Cámara si reabre el caso del expresidente Santos o no con este arsenal de evidencias que ya es imposible de tapar.
Con todo esto, es claro que el expresidente y nobel Juan Manuel Santos le debe la verdad a Colombia y al mundo. El escándalo le revienta justo cuando está dedicado a buscar la secretaría general de la ONU. El escueto mensaje que publicó esta semana en redes sociales no es suficiente ni convincente. Tal vez le está apostando a la estrategia de Ernesto Samper, quien salió adelante con la teoría de que el cartel de Cali lo llevó al poder a sus espaldas.