Bogotá
Campaña de ahorro de agua en Bogotá no ha dado los resultados esperados: podrían decretar medidas más drásticas
La capital no ha cumplido con las metas de ahorro de agua y las medidas restrictivas podrían ser más drásticas. El Ideam advierte que no lloverá con intensidad en los embalses. La situación es preocupante.
“Necesitamos lograr un cambio de comportamiento en los bogotanos que nos permita garantizar la prestación del servicio de agua potable en la ciudad para el corto y mediano plazo. El llamado es a ahorrar agua, para poder contar con el servicio en los próximos meses”.
Esas fueron las palabras que usó el alcalde Carlos Fernando Galán el pasado lunes 8 de abril, cuando anunció las medidas restrictivas de agua que tomó la administración distrital por la situación crítica de los embalses, que están en su nivel más bajo de los últimos 40 años.
El pedido de Galán a la ciudadanía fue imperativo: “No desperdiciemos una gota de agua en Bogotá”. Así fue como el alcalde invitó a los capitalinos a reducir el consumo promedio de agua en la ciudad en 2 metros cúbicos por segundo (m3/s) hasta los 15 m3/s; sin embargo, una semana después, aunque la ciudadanía ha ahorrado agua, los resultados son insuficientes.A pesar de que el consumo de agua en la ciudad ha bajado del promedio de 17 m3/s, en ninguno de los primeros días de los turnos de racionamiento se cumplió con la meta de ahorro establecida.
“O bajamos el consumo o las medidas deberán ser más restrictivas. No se trata de guardar agua sino de consumir menos”, ha sido el tajante llamado de Galán.Y no es para menos. En las primeras jornadas del racionamiento, varios sectores de la ciudad le hicieron conejo a la medida. “Usar los tanques en los días de restricción es hacerles trampa a los embalses”, ha dicho el mandatario distrital.
Tendencias
Se trata de los edificios o conjuntos residenciales donde hay tanques de reserva, por lo que el ahorro en los primeros días fue casi nulo. Esta situación generó que, en algunas zonas, en vez de ahorro, hubiera un sobreconsumo hasta de un 60 por ciento. Se trata de barrios ubicados en las localidades de Antonio Nariño, Barrios Unidos, Chapinero, Los Mártires, Puente Aranda, Rafael Uribe, Santa Fe, Teusaquillo, entre otras.
Multas
Este preocupante panorama llevó a la administración distrital a ordenar la imposición de multas y sanciones a quienes despilfarren el agua en la ciudad. “Vamos a evaluar aquellos comportamientos que nos sean reportados, para determinar la viabilidad de posibles medidas como comparendos, multas, suspensión de actividad económica o llamados de atención pedagógicos”, dijo Galán.
El objetivo es observar el comportamiento de los ciudadanos en cada localidad en relación con el lavado de vehículos (bicicletas, motos, carros) en vía pública, el arrojo de desperdicios a los cuerpos de agua de la ciudad y de sustancias como jabón o aceite en fuentes de agua.
Los infractores pueden ser sancionados con multas entre 700.000 y hasta 1.200.000 pesos, en caso de reincidencia. La Secretaría de Gobierno ha recibido un total de 216 reportes por desperdicio de agua, principalmente, en Usaquén, Suba, Fontibón, Kennedy y Chapinero. Ya van 29 operativos y 18 comparendos.
Además de las multas, la Empresa de Acueducto de Bogotá hará un cobro adicional a todos los usuarios que excedan el consumo promedio de agua en la ciudad. “Vamos a analizar los consumos y se aplicarán las medidas de desincentivo al consumo en exceso a los usuarios que superen bimestralmente 44 metros cúbicos de consumo de agua, el cual se verá reflejado en la factura que llegue a los predios desde junio”, señaló la gerente del Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño. El valor adicional a pagar, independientemente del estrato socioeconómico en el que se esté, será de 3.380,84 pesos por m3 superior al límite en Bogotá; 3.105,39 pesos en Soacha; 2.384,24 pesos en Gachancipá y 2.082,39 en Tocancipá y Zipaquirá.
Las medidas se podrían hacer más restrictivas. La Alcaldía se comprometió a evaluar cada 15 días el balance de las jornadas de racionamiento, y con solo mirar la gráfica diaria del consumo de agua, se puede evidenciar que no se ha cumplido con la meta de ahorro. Lo anterior deja entrever que el racionamiento, en el corto plazo, no se va a eliminar.
Meses de sequía
La directora del Ideam, Ghisliane Echeverry, le aseguró a SEMANA que, aunque se pronostican lluvias para Bogotá, la predicción para la zona donde está ubicado el sistema de Chingaza es totalmente diferente.“Bogotá se encuentra ubicada en la región Andina, así que el régimen pluviométrico responde a esta región del país, que tiene dos temporadas de más lluvias y dos temporadas de menos lluvias en el año; esa es la climatología histórica.
La temporada de menos lluvias o temporada seca usualmente es en diciembre, enero y febrero y empieza a transicionar a la temporada de más lluvias en marzo, pero esta temporada se profundiza en abril, mayo y junio; eso es lo que ocurre históricamente en esta zona. Pero a pesar de que en abril esperábamos lluvias por encima de lo normal, hemos encontrado que las dos primeras semanas han sido incluso mucho más secas que marzo”, indicó Echeverry.
Esta realidad irá cambiando en los próximos días en la ciudad. “Esperamos una transición a fase neutra en este momento entre abril y junio, que se estabilice la temperatura y las lluvias empiecen a aumentar”, comentó la directora del Ideam.
Pero para la zona donde está Chingaza, otro es el panorama. “El sistema Chingaza depende del régimen pluviométrico de la Orinoquía, más no de la región Andina. Allí enero fue bastante seco; en febrero sí se recibieron lluvias importantes que no se esperaban; marzo estuvo por debajo de lo normal y abril también ha estado afectado por la sequía. Para la Orinoquía, a diferencia de la región Andina, no se espera que se instalen con fuerza las lluvias para este segundo trimestre, y para después de junio, para el segundo semestre del año, se viene una temporada seca”, acotó Echeverry.
“Lo que estamos esperando para el resto del año en esta zona es que no se instalen lluvias fuertes y que, al contrario, tengamos déficit en general de precipitación. No es ausencia total de lluvias, por supuesto que va a llover en algún momento, pero tal vez no lo suficiente para la recuperación total”, puntualizó.
Este pronóstico prende aún más las alertas en Bogotá. El racionamiento podría ampliarse hasta por un año. La Alcaldía estudia medidas.