Política
“El gobierno dice que está en austeridad, pero abrirá diez embajadas”: Juana Carolina Londoño le pide coherencia a la Cancillería
La representante a la Cámara le dice al canciller (e) que los debates se dan en el Congreso y no en desayunos privados.
La Comisión Séptima de la Cámara de Representantes se quedó esperando al canciller (e) Luis Gilberto Murillo para la continuación de un debate de control político al Ministerio de Relaciones Exteriores.
A las 8:35 de la mañana del miércoles el canciller (e) radicó una excusa por la que no asistió a la sesión que era la continuación de un debate de la semana anterior que quedó en el aire cuando Murillo tuvo que retirarse por una reunión en Casa de Nariño.
La representante Juana Carolina Londoño, una de las integrantes de esa Comisión, advierte en conversación con SEMANA que los desórdenes en la Cancillería son evidentes y cuestiona que se estén abriendo nuevas embajadas cuando el presidente Gustavo Petro habla de austeridad.
SEMANA: ¿Qué respuestas están esperando de parte de la Cancillería por el proceso de los pasaportes?
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Juana Carolina Londoño (J.L.): Este tema de pasaportes es una historia de nunca acabar. Hay cosas sobre las que estamos esperando respuesta: si las tres resoluciones que fueron emitidas en su momento por el secretario general tienen efectos vinculantes jurídicos y si se adjudicó el contrato porque eso es lo que nos dirá cuál es el camino a seguir.
SEMANA: Eso quiere decir que, de cuenta de esos nuevos cambios, ¿hay riesgo de que el Estado colombiano tenga una demanda peor?
J.L.: Eso dependerá de la respuesta que él nos dé. El canciller (e) dice que al secretario general se le delegaron funciones, mas no responsabilidades, pero es que recordemos que en su momento Álvaro Leyva asumió las funciones del Fondo Rotatorio donde tenía toda la capacidad jurídica. Con la suspensión llega el canciller (e) Murillo y a los ocho días le devuelve esas facultades que tenía el canciller Leyva al señor secretario, entonces ahí es donde para mí está todo el centro jurídico del asunto sobre a dónde se mirará de acá en adelante.
SEMANA: Este tema comenzó con el canciller Álvaro Leyva y ahora está en manos de Luis Gilberto Murillo. Él ya estuvo en el Congreso, pero también ha tenido desayunos con los congresistas, justamente, cada que hay un debate de control el canciller cita a los legisladores para que desayunen con él. ¿Qué explicación les ha dado en esos desayunos?
J.L.: La verdad, no sé porque yo no fui a ese desayuno. Fui una de las ausentes porque los debates se hacen, no en desayunos previos, sino en el Congreso.
SEMANA: El Gobierno está haciendo nombramientos, su meta es tener diez embajadas nuevas para 2026. ¿Cómo ve esos nombramientos?
J.L.: Este no es un debate hacia el canciller (e) Murillo que lleva poco tiempo en el cargo, sino que es importante mostrar el paneo de lo que hemos hecho en el Congreso de la República durante año y medio y que no pasan cosas. Lo he dicho y lo reitero de manera respetuosa: hay una Cancillería que no es ordenada, ha habido muchísimos escándalos y ha faltado manejar temas con diplomacia.
Un Gobierno que dice que está en austeridad, que no tiene recursos, que no ha sido capaz de ejecutar los recursos y de llevar la ejecución a los territorios, ahora se mete en la creación de diez embajadas.
SEMANA: La apertura de esas embajadas hace parte de los acercamientos de la vicepresidenta, Francia Márquez, y del Gobierno Petro con Centroamérica y África.
J.L.: Tendremos que revisarlo. Pero pienso que en un momento de austeridad tenemos que ser coherentes. Soy una mujer que pertenezco al Partido Conservador con muchísima independencia, pero siento que a este Gobierno le ha faltado demasiada coherencia al respecto. No es solo decir que no hay recursos, sino que vemos muchos gastos inoficiosos en muchas de las entidades y veo que no se ha frenado el gasto y aquí necesitamos es llegar con inversión a las regiones.
SEMANA: Usted decía que hay que ponerle orden a la Cancillería. Tenemos a un canciller (e) que es Murillo, pero una vez termine la suspensión en curso contra Álvaro Leyva, pues el canciller Leyva regresaría al cargo. ¿A usted le da tranquilidad el regreso del canciller Leyva o prefiere que haya una Cancillería administrada por Murillo?
J.L.: No tengo nada personal contra el canciller Leyva. En su momento, el año pasado, cuando fui presidenta de la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes pues me tocó ponerlo en cintura porque el Congreso de la República se respeta. Hay que mandar mensajes claros de independencia de las ramas del poder público.
El Ejecutivo tiene unas funciones claras, el señor canciller tiene que cumplir sus funciones cuando es citado en el Congreso de la República. A él (Leyva) se citaba en su momento y no iba y, en últimas, de buena o de mala manera tuvo que atender las situaciones del Congreso. El canciller tiene una oportunidad de reorganizar los mensajes en relaciones internacionales que son un poco confusos los mensajes que se mandan con otros países, siento que tiene que obrar con un poco más de tino, de diplomacia, y revisar y organizar los ejercicios administrativos al interior de la Cancillería. Son estilos diferentes y en el estilo de trabajo me identificaría más con el canciller (e) Murillo.
SEMANA: Habla de mensajes confusos de la diplomacia colombiana con algunos países. ¿Con cuáles?
J.L.: Con Perú siempre hemos tenido unas relaciones supremamente cordiales en temas comerciales y hoy no tenemos embajadores en los países, simplemente tenemos personas que se encargan de los negocios y eso no es un buen mensaje. Mandar mensajes, tristemente, de parte y parte en Argentina cuando hemos tenido tan buenas relaciones no está bien. Con Israel se llamó a consultas a la embajadora y se paró la compra de armamento. Eso manda mensajes confusos, es muy lamentable.
SEMANA: Usted es conservadora. El partido ha dicho que se opone a la reforma a la salud, que ya pasó por la Cámara, y que tendrá su propia reforma pensional. Esta posición que tiene el Partido Conservador sobre el Gobierno de Gustavo Petro, en la que está diciendo que no va con las reformas, ¿se va a mantener o puede haber acercamientos entre los conservadores y el Gobierno para apoyar su agenda?
J.L.: Esta posición se va a mantener. Hemos fijado una posición de bancada en la que debemos votar en bancada. Hablo en primer persona: siempre he marcado una voz de independencia total hacia el Gobierno, Colombia necesita coherencia de los parlamentarios porque están pasando cosas que no están bien en Colombia. Hay un retroceso de la seguridad.
El Partido Conservador es un partido de valores. Tiene que mostrar finura durante estos dos años y medio que restan del Gobierno. Ya hemos decidido en bancada que no vamos a votar las otras iniciativas y esto debe acatarse y respetarse. Mantendré el criterio y la independencia en los dos años y medio de Gobierno que restan del presidente Petro.