POLITICA
La contundente carta que Luigi Echeverri le envió a los empresarios: “El país se subió a un bus sin frenos manejado por un conductor suicida y ebrio”
En la misiva, el empresario y exdirectivo de Ecopetrol dijo que “el sector privado tiene la obligación hoy de salvar la democracia”.
El empresario y exdirectivo de Ecopetrol, Luigi Echeverri, no se quedó callado frente a la crisis que enfrenta el gobierno del presidente Gustavo Petro y le envió una carta a los empresarios del país donde les dice que “es hora de que el sector privado defienda esta democracia”.
El documento- según el empresario- es una reflexión dirigida a líderes empresariales y trabajadores de Colombia.
De acuerdo con Echeverri, el sector privado tiene la obligación y oportunidad hoy de salvar la democracia.
En el extenso documento, dice que hace un llamado urgente de unidad y acción dirigido a los miembros del consejo gremial que representan el sector de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi).
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“Llegó el momento de entender que sin una verdadera democracia no habrá empresas ni economía sostenible, sin lo cual no hay tributos ni generación de empleos, y, por tanto, no habrá asociaciones ni sindicatos”, dijo.
Dijo que “un presidente puede estar enfermo de la cabeza, pero más enfermo está el país que a sabiendas lo elige”.
La problemática de Colombia, según él, se agravó con la conducta mafiosa que caracteriza al populismo aliado al narcoterrorismo, “ese es un grave problema”.
“Colombia nuevamente está en manos de una persona con ego y una ambición que sobrepasa su capacidad para gobernar sin valerse de engaños y mentiras, que no es capaz de respetar la legalidad ni de construir nada diferente a su fama, a costa del empobrecimiento colectivo, propio de las tiranías ideologizadas, que bien sabemos condenan naciones, países, estados y sociedades enteras, a la esclavitud que representa la miseria absoluta”.
Afirmó que “sabiendo que los buenos somos más y los malos no son tantos, no podemos darles largas a la incapacidad de salir de la trampa populista de la polarización extrema, que al final obliga a la ciudadanía a tratar de sobrevivir entre los costosos e indeseables enfrentamientos civiles y militares con grupos ilegales violentos, sin respeto por la vida, la libertad, la propiedad (…)”.
“Aún estamos a tiempo de defender la democracia. Este es el momento, hay que entender que cuando se presentan las grandes crisis, surgen oportunidades de cambiar corrigiendo los errores, después, ya puede ser muy tarde. Es ahora o nunca”, aseveró Echeverri.
Dijo que, sin duda, “estamos gobernados por alguien que aqueja y demuestra graves desequilibrios, complejos, resentimientos, insensatez y desprecio por sus obligaciones constitucionales, que maneja con gran habilidad un discurso populista e impostor y una dialéctica inversa cargada de retórica y demagogia, en muchos momentos totalmente incoherente (...)”.
Destacó que la administración de los poderes del Estado requiere idoneidad y no debe caer en manos de irresponsables, de fanáticos ideológicos y “menos de delincuentes diestros en terrorismo”.
“El país, en busca de un cambio que nadie argumenta no sea necesario, se tragó la carnada y el anzuelo de los cantos del populismo y como sociedad cometimos el grave error de subirnos en un bus sin frenos, manejado por un conductor suicida y ebrio por cuenta de un licor adulterado”, se lee en la misiva.
Luigi Echeverri destacó que “nos llegó el momento de unirnos y ser responsables, de barrer y limpiar la basura que resulta de la carencia de ética en el partidismo, por la inadecuada calidad de la preselección de candidatos a todo tipo de exposiciones públicas. No está bien que en materia de experiencia especializada, cualquiera pueda ser ministro o presidente de Colombia”.
Les afirmó que “nos llegó la hora de defender a Colombia de la ruina a la cual gobiernos populistas corruptos, han llevado recientemente a nuestras naciones hermanas a situaciones de empobrecimiento y miseria”.
Echeverri destacó que “como país no podemos darnos el lujo de delegar la responsabilidad en una clase política que ha fallado. No podemos esperar dormidos a que termine esta pesadilla en la conducción demencial de un Estado democrático y correr el riesgo de que se monte al poder algo o igual o parecido a lo que tenemos hoy”.