Política
“La fe mueve montañas, hicimos posible lo imposible”, general Pedro Sánchez, quien coordinó la búsqueda de los menores encontrados, da detalles de la operación
El comandante del Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares de Colombia contó en SEMANA la titánica labor, que involucró a 350 personas.
Un milagro. Así se describe en todo el mundo el hallazgo de los cuatro menores de edad que se habían extraviado en la selva entre el Caquetá y Guaviare tras accidentarse la avioneta en la que viajaban. Luego de casi 40 días deambulando en la selva, los niños fueron encontrados con vida.
SEMANA conversó en exclusiva con el brigadier general Pedro Sánchez, comandante conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, quien lideró la titánica operación en la que participaron más de 350 miembros de las distintas fuerzas de las Fuerzas Militares.
La tarea de encontrar a los menores a salvo, según describió el general, era prácticamente imposible de cumplir: “cuando miramos el mapa observamos una densa telaraña donde solamente se encuentra adversidad; nuestros comandos recorrieron 2.656 kilómetros, durante más de 35 días, en un área en la cual tenían que ir de un lugar a otro. Los menores ya estaban muy débiles”.
Sin embargó, tal como describió el oficial al mando de la operación, “la fe mueve montañas e hicimos posible lo imposible”.
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“La fe mueve montañas, se puede lograr cuando se cree, la persistencia permite alcanzar lo que uno sueña, que cuando trabajamos unidos podemos llegar lejos. A los niños no solamente los encontramos, sino que los encontramos vivos y hoy están aquí en Bogotá, recibiendo la atención más especializada”, expresó el general, bastante conmovido.
Sánchez no duda en reconocer el heroísmo de los comandos especiales de las Fuerzas Militares y del grupo de indígenas que se internaron en la selva para “hacer posible lo imposible”, pero aclara que “los más valientes fueron los niños”.
A los niños los vi con una alegría inmensa. Detrás de esos ojos de esperanza está el trabajo de más de 350 personas, está la energía de millones de personas, está el trabajo de quienes diseñaron la estrategia.
“Yo soy una humilde voz de aquellos valientes comandos, de aquellos soldados, de aquellos aviadores de nuestro Ejército, de aquellos pilotos de nuestra Fuerza Aérea, de aquellos indígenas que se internaron en la selva. Pero tal vez por encima de ellos los más valientes fueron nuestros cuatro menores, ellos no tenían la tecnología ni la capacidad que nosotros manejamos, ellos solo tenían aquello que se llama deseos de vivir”, indicó el oficial.
La operación
Frente a los detalles de la operación, el brigadier general explicó que, durante todos estos días, pilotos de la Fuerza Aérea lanzaron con un cálculo preciso desde el aire cerca de 100 kits con alimentos y elementos de comunicación, que el ICBF había preparado para que, en caso de que los menores los encontraran, pudieran recibir comida y establecer comunicación con las Fuerzas Militares que los buscaban.
“En este momento no podemos asegurar que alguno de los 100 kits que el ICBF haya sido encontrado por lo menores, pero finalmente todo se dio en la tierra, todas las evidencias se encontraron en la tierra”, explicó Sánchez.
De acuerdo con el oficial, en la búsqueda en tierra se utilizaron unas “células combinadas”, compuestas por comandos especiales de las Fuerzas Militares e indígenas que conocían la zona.
“En realidad quienes hicieron el trabajo fue esa célula combinada. Quienes los hallaron fueron esos indígenas de la comunidad Murui, fueron ellos los que los encontraron y luego se encontraron con una célula de nuestros hombres de los comandos especiales. Esta tarea de salvar y proteger vidas no es nueva, no es la primera vez que salvamos y protegemos vidas”, detalló el brigadier general.
Una de las claves de la operación, según el oficial, fue mantener la fe intacta, creer en que a pesar de llevar más de un mes desaparecidos, todavía era posible encontrar a los menores con vida.
“Los comandos siempre, siempre mantenemos la fe intacta. Cuando nos asignan una misión es para cumplirla. Hacíamos lo imposible y abrazamos la adversidad. Los indicios que fuimos encontrando nos marcaron que ahí estaban nuestros menores. Los conocimientos muy sabios de nuestros indígenas ayudaron enormemente a encontrarlos, eso nos mantuvo la fe”, expuso.
En cuanto al terreno, el oficial expuso que las condiciones no eran fáciles, no solo por el clima, la mayor parte del tiempo lluvioso y nublado, sino por las especies animales y vegetales que ponían en riesgo la integridad del equipo de búsqueda y de los menores.
“Un terreno supremamente difícil, en la selva, denso. Con animales peligrosos, plantas venenosas, a 20 metros no se observaba lo que había posterior a eso. Nosotros siempre dijimos, tres variables no podemos controlar: la selva, la meteorología y la voluntad de nuestros menores”, contó.
Pero a pesar de la adversidad, en medio de la dificultad de la meteorología y con la complicidad de la selva, los cuatro menores, con valentía, mantuvieron la fe y finalmente tanto los comandos especiales como los colombianos pudimos gritar: “milagro, milagro, milagro”.