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Polémica reforma a la salud de Carolina Corcho está viva: ‘jugadita’ con 2 congresistas que traicionaron a conservadores y a La U está dando resultados
La estrategia del presidente Gustavo Petro está dando frutos. Estas son las cuentas y las movidas del Gobierno.
La controvertida reforma a la salud de la ministra Carolina Corcho no está muerta en el Congreso. Sin embargo, el Gobierno no puede cantar victoria y anunciar un triunfo que se le puede escapar después del Domingo de Resurrección.
Las cuentas definitivas se conocerán luego del 11 de abril cuando La U y el Partido Conservador tomen una decisión en bancada. Aun así, el ambiente muestra que la iniciativa no tendría dificultades en su tránsito por la Comisión Séptima de la Cámara, donde iniciará su estudio.
Por eso, el Gobierno, en una jugada hábil, optó por radicar la ponencia, casi a escondidas, el pasado 31 de marzo, un día antes del inicio de la Semana Santa. “Me tomó por sorpresa”, dijo el ministro del Interior, Alfonso Prada, quien negó que la Casa de Nariño le haya entregado “lentejas” o prebendas a los congresistas de La U Camilo Ávila y al conservador Gerardo Yepes, quienes respaldaron el articulado en contravía de sus colectividades.
La Comisión Séptima de la Cámara está conformada por 21 integrantes, de los cuales nueve respaldan el proyecto. Allí hay cuatro votos inamovibles de congresistas del Pacto Histórico (Agmeth Escaf, Alexandra Vásquez, María Fernanda Carrascal y Alfredo Mondragón, uno de los ponentes). También hay dos votos favorables de la Alianza Verde (Juan Camilo Londoño y Martha Alfonso), uno del Partido Comunes (Germán Gómez) y dos de las curules de paz (Juan Carlos Vargas y Karen Juliana López).
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Así, las cuentas estarían en contra de la iniciativa de Corcho. Pero el Gobierno empezó a moverse bajo la mesa para sumar respaldos de otros sectores y alcanzar otros dos votos con el fin de evitar el naufragio de la propuesta. Y, hasta el momento, lo ha conseguido.
SEMANA conoció que el congresista Gerardo Yepes, quien firmó la ponencia de la reforma, pese a que no contó con la aprobación del Partido Conservador, defenderá a capa y espada su respaldo al Gobierno en una reunión de la bancada que se realizará este martes 11 de abril a las nueve de la mañana.
Yepes le dijo a esta revista que está dispuesto a acudir a la objeción de conciencia para respaldar la transformación del sistema de salud que propone el presidente Gustavo Petro. “Si el partido decide votar en contra, me apartaré”, anunció.
Asimismo, el representante conservador José Alexánder Quevedo, también de la Comisión Séptima, respaldará el proyecto de Corcho con su voto. El encuentro del próximo martes lo citó el director del Partido Conservador, Efraín Cepeda, quien está molesto porque el representante Yepes desobedeció los lineamientos de la colectividad y firmó la ponencia.
Si Yepes y Quevedo se declaran en rebeldía, el Gobierno sumaría 11 votos y, automáticamente, la reforma tendría la cifra para evitar su hundimiento en la Comisión Séptima. En el conservatismo creen que lo más probable es que se deje en libertad para votar la ponencia dada las divisiones entre la línea del director Efraín Cepeda y el senador Carlos Andrés Trujillo, el exdirector que llevó al partido a la coalición que respalda al Gobierno Petro. El pulso está para alquilar balcón.
“La decisión que se tome en la bancada del Partido Conservador será absolutamente obligatoria para todas las partes. Ya no habrá opiniones personales”, anticipó Cepeda. Él, quien cree que el sistema de salud no está en el cielo, pero tampoco en el purgatorio ni en el infierno, se levantó molesto de la mesa de concertación con el Ministerio de Salud el 29 de marzo, pues dijo que acordaron el articulado en varias oportunidades, pero los técnicos de Corcho no lo plasmaron en el borrador del proyecto. “Es una perdedera de tiempo”, destacó en ese momento.
El Gobierno sabe que en el conservatismo se puede pescar en río revuelto, aprovechar las divisiones internas y obtener los votos. De hecho, Yepes les dirá a las directivas que, si niegan la ponencia, la colectividad debe declararse en oposición porque esa sería una decisión contradictoria. Cepeda no se considera un enemigo del Gobierno y ha dicho que no tiene interés en atravesársele a la reforma, sino que le pide al Gobierno tener en cuenta sus consideraciones.
Antes de viajar de vacaciones a París, Cepeda dio instrucciones por chat, según conoció SEMANA: “Favor revisar este texto que mandó el Gobierno. Nuestros técnicos dicen que nos acataron los compromisos. Me van a mandar un escrito y se los enviaré en un momento”, dijo en un grupo de WhatsApp del partido y anexó el “texto limpio del proyecto” de reforma a la salud. Este mensaje fue el 30 de marzo, horas después de levantarse de la mesa de concertación.
El Gobierno también tiene en la mira al Partido de la U. Camilo Ávila, representante a la Cámara por Vaupés, pasó por encima de la directora Dilian Francisca Toro y firmó la ponencia en la tarde del viernes 31 de marzo. Ávila también se sostendrá en su decisión, mientras que Víctor Salcedo, representante por el Valle del Cauca, también de la Comisión Séptima, dijo que respetará la decisión de la bancada el próximo martes. Si los senadores y representantes coinciden en negar la ponencia, Ávila no tendrá otra alternativa que acatar la decisión. Sin embargo, no está descartado que La U adopte una estrategia con Víctor Salcedo, cercano a Dilian Francisca Toro: radicar proposiciones y ajustar el contenido de la ponencia sobre el camino.
Aunque el Gobierno obtendría las mayorías con los nueve votos inamovibles, además de los apoyos eventuales de los dos ponentes de La U y del Partido Conservador, el Partido Liberal también está en el foco de la Casa de Nariño.
SEMANA conoció que los cuatro congresistas del liberalismo (María Eugenia Lopera –cercana a la Casa de Nariño–, Héctor Chaparro, Germán Rozo y Hugo Archila) están dispuestos a respaldar la reforma a la salud de Corcho, pero esperarán las reuniones de bancadas convocadas por el expresidente César Gaviria para tomar una decisión.
Entre los liberales el tema causa controversia. En voz baja, algunos congresistas rebeldes creen que Gaviria no puede imponer la ley de bancadas porque los senadores y representantes no han decidido si apoyan o no la reforma a la salud. Aunque el plan B del expresidente es apretar a los congresistas con los avales del partido para las elecciones regionales de octubre, no sería tan efectivo, pues en Colombia hay más de 28 partidos políticos y el Consejo Nacional Electoral ha venido entregando personerías jurídicas por doquier. A diferencia de contiendas anteriores, hay casas políticas de dónde escoger.
Precisamente, la ministra Corcho visitó Arauca la semana pasada y, en el marco de una audiencia de la Comisión Séptima de la Cámara, se reunió con el representante Germán Rozo, del Partido Liberal, quien se opuso a firmar la ponencia.
El diputado de Arauca Juan Quenza reveló que en el encuentro estuvo Renzo Martínez, el candidato de Rozo a la gobernación, y David Talero, aspirante por la alcaldía de Saravena. Los detalles de la reunión no trascendieron, pero en la Comisión Séptima especulan que podría tratarse del ofrecimiento de avales del Pacto Histórico en las elecciones regionales a cambio del respaldo de Rozo a la iniciativa. Él aclaró que en dicho encuentro advirtió sobre los reparos del Partido Liberal a la reforma.
El Gobierno Petro avanza en su estrategia de buscar los votos por separado. Si tiene éxito, a los contradictores les tocará dar la pelea y tratar de ajustar el proyecto con proposiciones en el Congreso.