POLÍTICA
La saliente directora del Centro Democrático se destapa. Confiesa infidencias de Uribe y se refiere al escándalo de Zuluaga y García Arizabaleta
La directora saliente del Centro Democrático, Nubia Stella Martínez, se destapa. Habla de los momentos más difíciles que enfrentó, como las capturas de Álvaro Uribe, Óscar Iván Zuluaga y Ciro Ramírez.
SEMANA: ¿Cuándo sintió la necesidad de retirarse del Centro Democrático?
NUBIA STELLA MARTÍNEZ: Cuando no veía a mis hijos y no tenía tiempo para mi familia. Es una lucha permanente por lo importante, por lo prioritario.
SEMANA: ¿Y cómo se fraguó su salida del partido?
N.M.: Empecé a comentarle al presidente Álvaro Uribe que tenía ese agobio, que sentía que debía acompañar unos procesos que estaban viviendo mis hijos, mi familia. Él es muy respetuoso. Tengo una gran responsabilidad, acuérdese de que esto es elección tras elección. Vivimos seis elecciones, procesos electorales, hay un partido que tiene un trabajo inmenso que la ciudadanía no conoce. Cuando empezaba el proceso, sentía que no podía abortarlo, que tenía que llegar hasta el final y se dilataba la partida. Hablé con el presidente claramente y quedamos en que la elección de 2023 iba a ser la última en la que iba a estar. En esta oportunidad, el presidente me pidió que lo hablara con cada una de las personas con las que debía hacerlo y eso fue lo que hice en este último trayecto.
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SEMANA: ¿Qué será lo más duro de dejar la dirección?
N.M.: Sentirme una partícipe activa del apoyo al país, de sumar diariamente para que Colombia supere las preocupaciones que en este momento adolece.
SEMANA: ¿Qué logró?
N.M.: Es un partido muy joven, tiene nueve años de vida institucional. Siempre estamos luchando por ser el número uno, somos un partido del primer puesto. Somos un partido moderno, tenemos cinco plataformas digitales: de militancia, de avales y coavales, favorabilidad política, educación y capacitación. Fuimos el primer partido, no sé si haya más, que dio avales digitales. Nunca nadie podría vender o prometer un aval, es algo muy serio. Es un partido fortalecido institucionalmente. Hemos hecho capacitaciones, hicimos un diplomado para jóvenes en el que se inscribieron más de 3.000. Hoy el partido tiene una academia de mujeres mentoras en la política y dejamos listos los programas de 2024. Somos el partido que tiene más militantes inscritos (más de 650.000); además, hay otros 600.000 simpatizantes. Son personas con las que me escribo, les hablo, ciudadanos que te critican y mantienen viva la democracia interna del Centro Democrático. También somos el primer partido reconocido como oposición y fuimos el que mayor votación obtuvo por el logo y las JAL en estas elecciones.
SEMANA: ¿Qué le quedó faltando?
N.M.: Por ejemplo, volver militantes a esos simpatizantes. ¿Sabe qué frustración tengo y es enorme? El Centro Democrático presentó la solicitud de tutela a la Corte Constitucional para que el Gobierno de Gustavo Petro nos reconociera el tiempo en televisión al que tenemos derecho los partidos de oposición. Ganamos la tutela y adivine qué. No nos han dado un minuto. ¿Qué me quedó faltando? Más comunicación de nuestros valores y principios, aquellos que nos dan credibilidad. Me quedó faltando organizar más esa narrativa de la colectividad.
SEMANA: ¿Cuál fue el momento más duro?
N.M.: Cuando al presidente Uribe le decretaron la medida de aseguramiento. Fue muy duro para nosotros ver cómo le generaron una estrategia de infamia tan grande. Soy abogada, mis dos hijos también, uno cree en la justicia y tiene la esperanza en la norma y en que algún día se sepa la verdad. Por eso estudiamos Derecho. Recuerdo ese día cuando empezaron a llegar todos a la casa del partido como cuando se llega a un funeral. Hubo rostros de agobio, todos sentíamos que se estaban metiendo con la figura más representativa, con el presidente Uribe. Fue muy duro para el partido. Él siempre estuvo fuerte, grande, empezó a vincularse activamente a defenderse con su equipo jurídico. Cuando vimos la foto del presidente preso, fue para nosotros (...) no sé qué decirle, él tenía covid, el más grande dolor, la más grande angustia. Quisiéramos que no hubiera pasado nunca, que no estuviera viviendo eso. Ahí comenzamos otro proceso ejemplar: empezábamos muy temprano a hacer tareas como si eso no estuviera sucediendo.
SEMANA: ¿Siguieron trabajando igual tras la captura?
N.M.: Igual. Cuando cogieron preso al presidente, él ya había renunciado al Senado. Entonces, empezamos a trabajar de lejos, nos veíamos menos; además, estábamos en pandemia y todos guardados. Él inventó las macrorruedas físicas y después virtuales. Yo diría, sin lugar a duda, que fue el momento en que trabajamos más. Un día Uribe dijo: “Nubia, aquí va a haber hambre. Tenemos que prepararnos”. Enseguida, los congresistas, con mucha generosidad, aportaron parte de su sueldo, más recursos del partido, y se entregaron mercados a través del correo social. La gente nos escribía así no fueran del Centro Democrático. Obvio, no se alcanza una cobertura gigante, pero fue significante. Otro día me dijo: “Nubia, se nos va a morir gente, amigos, por falta de ventiladores en las ucis”. Nos pusimos a conseguir ventiladores, los conseguimos y los llevamos a las regiones más recónditas. Dos niñas, vestidas como si fueran astronautas de la Nasa, por el covid, viajaron en aviones privados a distribuir ocho respiradores certificados a hospitales públicos de zonas remotas.
SEMANA: ¿Alguna vez vio derrumbado a Uribe?
N.M.: Jamás. Es estoico, admirable en su fortaleza. Obviamente, también se le puede ver el dolor de vivir este injusto proceso y que su familia haya tenido que padecer esta situación durante mucho tiempo. Por cierto, nosotros creamos la página del legado de Uribe, en la que están todas las infamias y mentiras que han dicho de él.
SEMANA: ¿Algo de Uribe que no se sepa?
N.M.: Cuando se le olvida un nombre, suspende lo que está haciendo hasta que lo recuerda a través de ejercicios de memoria, como repasar los nombres por cada una de las letras del abecedario, hasta que lo encuentra. Recita poesía, incluso en actos políticos. Se sabe la letra de muchos vallenatos. Es un gran anfitrión, recoge la loza y la lleva a la cocina. Siempre está pendiente de que en las reuniones nuestras haya un cariñito para los asistentes, como un pandebono, una empanada, una fruta. Extrema puntualidad con el horario. La mayoría de las veces llega antes.
SEMANA: ¿Qué le estresaba de Uribe como jefe?
N.M.: No ser capaz de resumir y sintetizar tanto como él lo esperaba. También la agenda, porque siempre se supera la razón de la cita. Él siempre les comparte su apreciación sobre el país, sobre la economía, pregunta por sus familias y la situación de su territorio, se toma fotos y firma libros. Siempre se supera el tema por el que fue la persona a la cita, no se limitan jamás.
SEMANA: Otro momento difícil fue la investigación contra Óscar Iván Zuluaga por los dineros de Odebrecht. ¿Cómo se vivió ese momento?
N.M.: Con mucho dolor. Fue un golpe muy duro para nosotros.
SEMANA: Zuluaga sintió que lo dejaron solo y le dieron la espalda.
N.M.: El doctor Óscar Iván envió su carta de renuncia y el partido la aceptó.
SEMANA: ¿Usted qué pensó cuando se enteró de que Daniel García Arizabaleta reconoció que Zuluaga recibió dineros de Odebrecht?
SEMANA: ¿Se sintió defraudada por Zuluaga?
N.M.: Me dolió por el doctor Óscar Iván y su familia. Pero, insisto, él está haciendo todo su proceso de manera personal para exponer su versión de lo sucedido. Será la justicia la que determine qué pasó.
SEMANA: ¿Alcanzó a hablar con Zuluaga cuando él renunció?
N.M.: Tuvimos una llamada telefónica. Fue una conversación personal y humana.
SEMANA: Y luego el Centro Democrático enfrenta la captura de Ciro Ramírez.
N.M.: El partido enfrentó la situación con inmenso dolor, preocupación, con la ilusión también de que no sea responsable de lo que se le señala, esperando las determinaciones de la justicia.
SEMANA: Dejó muchos amigos, pero también contradictores en el Centro Democrático. Por ejemplo, Ernesto Macías.
N.M.: Siguiente pregunta.
SEMANA: Su dirección tuvo triunfos legislativos, pero también un bajonazo en curules en la actual legislatura. ¿Qué pasó?
N.M.: El partido ha tenido un proceso institucional desde que empezamos. Iniciamos con un éxito inmensamente grande con la elección de un senador como Álvaro Uribe; después, en la segunda etapa, creo que las personas del partido sintieron que no les estábamos cumpliendo. Nos habíamos comprometido con modificar el acuerdo de paz con las Farc, entre otras. Sin embargo, nos recuperamos en las territoriales y esperamos que así sea en el Congreso.
SEMANA: ¿Cuál fue la decisión que le causó más problemas?
N.M.: Me costó mucho la solicitud de retirarle el aval a Daniel García Arizabaleta, porque era una persona que trabajaba en el partido, lo querían muchas personas de la colectividad, solicitó ir al Congreso. Fue muy difícil.
SEMANA: ¿Y cómo le quitaron el aval?
N.M.: Él había firmado una carta en la que decía que si había algún problema él renunciaba. Él la entregó. Los hechos hablaron por sí solos.
SEMANA: ¿Le han ofrecido participar en política?
SEMANA: ¿Petro acabará o fortalecerá al Centro Democrático?
N.M.: El futuro del Centro Democrático no lo define Petro, lo definen los colombianos que ya están entendiendo el grave error que cometieron. El presente va muy grave, estamos retrocediendo a pasos agigantados. La industria, el comercio, la construcción, las exportaciones, la agricultura van en picada. Perdimos la seguridad y avanzan el narcotráfico, la minería criminal y todo el crimen organizado. Estamos muy mal, pero a este país lo vamos a sacar adelante entre todos: los empresarios, las instituciones, la academia, los jóvenes. El Centro Democrático y el liderazgo de Uribe serán determinantes para reencontrar el rumbo que perdimos. Uribe será clave para recuperar el país.
SEMANA: ¿Cuál será ahora su papel en el Centro Democrático?
N.M.: Por petición del presidente seré el enlace con los sectores económicos y sociales.