Política
La tomentosa relación entre Claudia López y Gustavo Petro: el Metro de Bogotá, el centro de la discordia
Claudia López pasó de demandar el metro elevado a elogiar a Enrique Peñalosa por el contrato. El apoyo de mandataria distrital a este proyecto, empezó a desquebrajar su relación con Gustavo Petro. Este es la radiografía de la tormentosa relación entre ambos.
La relación entre la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y el hoy presidente de la República, Gustavo Petro, ha sido de altas y bajas, y sin duda alguna el Metro de Bogotá ha sido, quizás, la principal razón del centro de la discordia entre ambos líderes políticos, sin contar el distanciamiento que hubo entre los dos en el marco de las protestas por el paro nacional en la capital del país.
Aunque Claudia López respaldó a Petro junto con su Partido Verde en la segunda vuelta presidencial de 2018, la ruptura entre ambos fue casi irreparable tiempo después. En ese entonces, López defendía a capa y espada la construcción de un metro subterráneo en la capital del país, el cual había sido propuesto por Gustavo Petro mientras fue alcalde de Bogotá.
De hecho, en 2019, cuando Iván Duque ya había ganado las elecciones presidenciales y Enrique Peñalosa era el alcalde de Bogotá, Claudia López, quien ya se encontraba haciendo campaña para la alcaldía de la capital del país, criticaba fuertemente a Peñalosa por no continuar los estudios del metro que había adelantado Petro e incluso apoyó una demanda en contra del proyecto de metro elevado que estaba promoviendo Peñalosa.
“Hoy estamos aquí para decirle a Bogotá que nos duele la irresponsabilidad de que hayan votado el metro subterráneo a la caneca, sin duda el mejor metro para Bogotá, el que tenía los estudios listos. Enrique Peñalosa engañó a esta ciudad y quienes se eligieron e hicieron campaña con él engañaron adrede a Bogotá. Ya los vimos mentir una vez, no les volvemos a creer, nos dijeron que tendrían el mejor metro para Bogotá contratado en un año, han pasado cuatro y lo único que hicieron fue que perdiéramos cuatro años más en el trancón, en el atraco, en el negocio infame que es TransMilenio hoy en Bogotá”, dijo López, el 22 de julio de 2019.
Esa demanda y medida cautelar que buscaba frenar la mega obra del metro elevado en Bogotá fue desestimada por el Consejo de Estado, por lo que Peñalosa tuvo vía libre para continuar con su proyecto y posterior firma del contrato.
Fue así cuando la entonces candidata a la alcaldía Claudia López empezó a cambiar su discurso y aseguró que lo importante era continuar adelante con el metro, el cual la ciudad ha estado esperando por varias décadas.
“Lo he dicho con absoluta claridad, sin duda el metro subterráneo era el mejor para Bogotá. Fue una absoluta irresponsabilidad de Enrique Peñalosa haber botado a la caneca nuestros impuestos, los estudios de la ciudad, que estaban listos para poder tener el mejor metro para Bogotá, que era el subterráneo”, dijo López en un principio para ese entonces.
Y después agregó: “Pero yo no puedo cometer la irresponsabilidad de que Bogotá siga perdiendo tiempo y plata, Bogotá necesita metro desde hace 50 años, no podemos perder cuatro años más”. Y enfatizó, “aunque no sea la mejor opción, si contratan el metro elevado, yo respetaré y continuaré con ese contrato”.
De hecho, en su plan de gobierno, López dejó por escrito que era “respetuosa de la Ley y los recursos públicos firmados y en ningún caso revocará un contrato firmado, ni perjudicará, ni retrasará la soluciones de movilidad que necesita con urgencia Bogotá, incluido el metro”.
Posteriormente, cuando ya se había posesionado como alcaldesa de Bogotá, Claudia López, siguió moldeando su discurso y pasó de criticar a Peñalosa, a agradecerle por el metro elevado.
“Desde aquí le mando un abrazo de reconocimiento y gratitud al exalcalde Enrique Peñalosa, al expresidente Juan Manuel Santos, que empezaron en sus respectivos mandatos los trámites y compromisos mutuos requeridos para que la fase 1 de la primera línea del metro empiece hoy a construirse”, dijo López en octubre de 2020.
Y fue ahí cuando la relación de Claudia López con Gustavo Petro se empezó a desquebrajar. Sobre el hecho, el entonces senador Petro le recriminó a López que era una “mentira” decir que “un sueño se hace realidad”. “El metro elevado no es un sueño, es un generador de más buses, contaminación y destrucción urbanística de la ciudad”, dijo.
Para el metro elevado no tienen que agradecerme nada. Esa no es nuestra obra y no hemos aportado nada a ella, será destructiva para Bogotá, la condenará a medio siglo de más buses de tranmilenio
— Gustavo Petro (@petrogustavo) October 20, 2020
Nuestra obra la tiraron a la basura: el metro subterráneo y poderoso de Bogotá https://t.co/bGXmzmVeMY
Desde ese momento, la relación entre López y Petro se fue agudizando. El tono subió de nivel, a tal punto de llegar a los insultos y las palabras de grueso calibre. La mayor confrontación entre ambos se vivió en el 2021 en el marco del Paro Nacional. La polémica se desató porque la alcaldesa acusó al petrismo de estar detrás del vandalismo en diferentes puntos de la ciudad y, particularmente, al entonces senador Gustavo Bolívar de una posible financiación de la primera línea. El señalamiento de la alcaldesa sucedió luego del incendio de un bus nuevo del SITP en Suba, quemado por un grupo de delincuentes.
Como era de esperarse, Gustavo Petro respaldó en su momento a Bolívar y tildó de ataque “trapero” las denuncias de la mandataria.
El rifirrafe entre ambos fue aumentando con el pasar de las semanas, a tal punto de que en diciembre del año anterior, López y Petro se reunieron para establecer un pacto de no agresión entre ambos. Se trató de una estrategia para destrabar las iniciativas de la administración distrital.
De hecho, en un debate de SEMANA al Pacto Histórico, Petro dio señales de la nueva relación que estaba surgiendo con la alcaldesa López.
Esa reconciliación siguió en firme a tal punto que para llevar a feliz término ese pacto de no agresión, López le ordenó en su momento al entonces secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, que buscara reuniones con diferentes sectores del petrismo.
Después de ese pacto, no se volvieron a escuchar cuestionamientos entre Petro y López. No obstante, el metro de Bogotá volvió a ser punto de discordia entre ambos, toda vez que el entonces candidato del Pacto Histórico, estando en campaña, aseguró en varias ocasiones que de llegar a la Presidencia revisaría el contrato del metro en Bogotá, porque aún no hay diseños de la primera línea y de esta manera tomaría la mejor decisión de costo beneficio para la nación en cuanto a un metro elevado o subterráneo.
Como era de esperarse, López cuestionó estas afirmaciones aseverando que más reversa tiene un río que el metro de Bogotá. Sin embargo, la alcaldesa solo hizo alusión al metro y en ningún momento mencionó a Petro.
Estos nuevos choques por el metro de Bogotá hacían pensar que la relación entre el nuevo presidente de Colombia y López no iba a iniciar de la mejor manera, pero el 23 de junio de 2022, López y él sostuvieron una reunión y la alcaldesa aseguró: “Mil gracias al presidente electo Gustavo Petro por su disposición y tiempo para que conversáramos sobre temas claves de ciudad y país. Él cuenta conmigo y yo con él para sacar adelante los programas de cambio social, económico y ambiental que apoyamos los bogotanos y colombianos”.
Gustavo Petro endureció su discurso frente al metro elevado
Desde que Gustavo Petro era precandidato presidencial por el Pacto Histórico, empezaba a lanzar dardos de cuál sería su intención con la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá.
Aunque en un principio parecían simples comentarios, con el pasar de los meses su discurso se fue agudizando a tal punto de que llegó a presionar fuertemente al Distrito para que accediera a sus pretensiones: o la primera línea se construye de forma subterránea, o se paralizarán todas las inversiones de la nación en los proyectos de Bogotá.
Una vez superada la segunda vuelta presidencial y siendo ya el mandatario electo, Petro ordenó la instalación de una mesa de empalme exclusiva para conocer el avance del proyecto del Metro de Bogotá.
Posteriormente, tras un estudio al avance del proyecto, su equipo de empalme sugirió “explorar alternativas en el proyecto en cuanto a tipologías constructivas y de trazado sobre el borde oriental”.
Fue así como el jefe de Estado acogió la recomendación del equipo de empalme y tan solo tres meses después de haberse posesionado, a principios de noviembre, le solicitó al consorcio chino Metro Línea 1, encargado de construir la primera línea del Metro de Bogotá, que estudiara la viabilidad técnica y financiera de que parte o la totalidad del trazado sobre la avenida Caracas fuera subterráneo en vez de elevado.
En su momento, cuando se conoció esta petición del presidente Petro al consorcio chino, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, no solo defendió la postura del primer mandatario, sino que aseguró de forma tajante que la intención del Gobierno no era hacer ningún cambio al proyecto, pues lo único que se pretendía era tener sobre la mesa un estudio sobre la posibilidad de que el trazado de la Caracas fuera subterráneo, nada más.
El 4 de noviembre, en declaraciones a los medios de comunicación, en compañía de la alcaldesa Claudia López, Reyes señaló que esos estudios que el presidente Petro le había solicitado al consorcio chino se darían a conocer el 8 de enero de este año. No obstante, días después, en el marco del congreso de la infraestructura en Cartagena, el ministro anunció que la presentación de dichos estudios se aplazaba.
“Todo debe ser público y es importante que lo conozcan. Hemos tenido una reunión entre el consorcio chino que estuvo esta mañana aquí (en Cartagena) en una presentación con el sector transporte. Le pedimos que nos explicara cómo va el tema de los estudios y cómo se está cumpliendo con la voluntad del presidente de la República para adelantar unos estudios de cuánto costaría y cómo sería las implicaciones técnicas geológicas de una subterranización parcial en la Caracas de la línea 1 del Metro”, aseguró en su momento el ministro Reyes.
Y después agregó: “Había dicho que se iba a entregar el 8 de enero, pero ahora se va a hacer el 16 de enero, porque el 8 de enero es domingo, el lunes es festivo y consideramos que la fecha oportuna para hacer los anuncios y la presentación oficial al presidente será el 16 de enero”.
Sin embargo, el 24 de noviembre, desde Cartagena, el ministro de Transporte insistió que desde el Gobierno nacional no se está pensando en cambiar o afectar el contrato, pues tan solo “es una petición que presentó el presidente”. De igual modo, Reyes precisó para esa fecha que el Gobierno Petro estaba comprometido con la movilidad de Bogotá.
Llegó el 16 de enero y el consorcio chino no se pudo reunir con el presidente Gustavo Petro como se había acordado en un principio, dado que el primer mandatario se encontraba de gira por Europa en el marco del Foro Económico de Davos, en Suiza.
Fue hasta el pasado 25 de enero que por fin se dio el crucial encuentro del presidente Petro con el consorcio chino y con la participación de la alcaldesa López. El consorcio Metro Línea 1 efectivamente realizó esa evaluación solicitada por el jefe de Estado y puso sobre la mesa cinco principales propuestas para modificar el trazado y la tipología de la primera línea del metro.
Al término de la reunión, la alcaldesa López explicó cuáles fueron las conclusiones del encuentro. Reveló que el consorcio chino encargado de la megaobra le advirtió al jefe de Estado que cualquier cambio en el objeto del contrato “no es viable” y traería consigo un “alto riesgo jurídico”.
“El consorcio chino le entregó el informe al presidente Petro con cinco opciones que analizó de las cuales recomendó una, tengo por viabilidad técnica, económica y financiera, que es la extensión de la primera línea del metro de la calle 72 a la 100 subterránea en tres estaciones adicionales y 3,9 kilómetros adicionales”, sostuvo López.
Y agregó: “Esa opción la recomienda el concesionario por razones jurídicas y porque considera que no modifica el objeto del contrato y no superaría el 50 % del valor original del contrato e integraría mayor demanda de pasajeros”.
Así mismo, López indicó: “El presidente Petro escuchó las cinco opciones e hizo una contrapropuesta, nos ha pedido que continuemos con las mesas de trabajo, las cuales vamos a continuar, el presidente solicitó dos conceptos jurídicos, según los cuales sí se podría modificar el objeto del contrato”.
Ese día, el ministro Reyes acompañó a la alcaldesa Claudia López en las declaraciones que se dieron al final del encuentro con el presidente Petro, y el funcionario reiteró una vez más que la única intención del primer mandatario era el de tener sobre la mesa un estudio sobre la viabilidad de soterrar el trazado de la primera línea del metro, pero que el proyecto no estaba en riesgo y que se iba a continuar con su construcción.
Pues bien, desde ese entonces hasta hoy, el discurso del Gobierno como del propio presidente Petro tomó un cambio radical. El jefe de Estado empezó a defender a capa y espada su idea para que ese sistema de transporte masivo tenga un tramo subterráneo.
Petro, en su cuenta de Twitter, señaló que logró rescatar parte de los estudios del metro subterráneo que él propuso cuando era alcalde de Bogotá, al calificar esos documentos como un patrimonio económico de la capital del país.
“¿Y por qué no hubo detrimento patrimonial cuando botaron más de cien mil millones de pesos a la basura en los estudios del metro subterráneo? ¿Ese no era dinero del público? Pues es al contrario, recuperaremos parte de esos estudios que son patrimonio económico de Bogotá”, trinó el presidente Petro.
Y agregó en el mensaje: “Se estudió un metro subterráneo en el 2014 con 27 estaciones y 32 kilómetros que costaba 14 billones de la época, y hoy estamos en uno de 19 estaciones y 22 km que vale casi 40 billones de pesos, pero aquí sí no hay detrimento patrimonial”.
En otro trino, el mandatario colombiano lanzó agudas pullas. “Digan la verdad, no investigarán el detrimento patrimonial a la nación por más de 20 billones de al anular el mejor proyecto estudiado y a punto de construirse de Bogotá porque órganos de control y presidente y alcalde eran del mismo grupo político. Ahora nos toca pagar”.
Los mensajes de Petro se fueron agudizando. El presidente endureció su postura sobre la primera línea del Metro de Bogotá, al señalar que como está actualmente en su diseño inicial es un “esperpento” y una “chambonada”, insistiendo que debe ser subterráneo por lo menos en un tramo.
Así mismo, se conoció, tras una conversación en la Casa de Nariño, que el mandatario colombiano indicó que si no se hace una modificación al megaproyecto, tres generaciones a futuro “nos van a maldecir”, declaraciones que dejaron en incertidumbre la primera línea del metro de Bogotá.
La presión del ministro Reyes
El discurso del Gobierno Petro frente al futuro del metro de Bogotá llegó a su punto más álgido este jueves 2 de febrero. Amenazó con parar proyectos de Bogotá si no se modifica la primera línea del metro como quiere el presidente Petro.
“Es muy claro: si no se acepta, como se ha venido diciendo, que se hagan las modificaciones propuestas dentro del marco jurídico, pues el Gobierno también, en la medida en que financia el 70 % de los otros proyectos, pues esos otros proyectos se van a tener que parar”, afirmó el funcionario.