ELECCIONES 2023
Las declaraciones del presidente Gustavo Petro el 27 de septiembre y que, un mes después, le pasan factura con la derrota en elecciones
El jefe de Estado, en aquella oportunidad, habló de sus posibilidades electorales y del supuesto descontento de la gente.
El presidente Gustavo Petro aseguró el 27 de septiembre de 2023 que si se volviera a presentar a las elecciones, ganaría una vez más la Presidencia. Esa afirmación la hizo desde su discurso en la plaza de Bolívar, en el marco de las marchas del 27 de septiembre que él mismo convocó para buscar respaldo a las reformas sociales.
El mandatario sostuvo la hipótesis según la cual las encuestas verídicas no son las de las firmas encuestadoras, sino las marchas, y por eso aseveró que la convocatoria en las calles es la muestra de la calificación que le hace la sociedad civil a su administración. “Decían que este Gobierno había perdido popularidad. Sacan unas encuestas, como si nosotros no hiciéramos encuestas, lo único que se evidencia es la mentira en esas encuestas. Ustedes son la verdadera encuesta”, detalló el presidente Petro desde la plaza de Bolívar frente a personas que él mismo ayudó a desplazar para que lo escucharan y ovacionaran.
La transmisión especial de SEMANA sobre la jornada electoral en Colombia:
“Las encuestas reales nos dicen que, si mañana hubiera elecciones, nosotros otra vez ganábamos la Presidencia. Lo que hay es fuerza y cariño popular, con ese cariño popular llegamos hasta donde sea, hasta donde el pueblo quiera llegaremos, hasta donde el pueblo diga ‘aquí llegamos’”, aseveró el jefe de Estado. Y continuó: “Sabemos que contamos con el amor del pueblo, el amor. Hablábamos de la política del amor y ese es el amor: el amor del pueblo y el amor que cada funcionario aquí presente debe sentir por ustedes”.
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Esa premisa de que el resultado de las manifestaciones de este miércoles es la muestra del nivel de apoyo que tiene el Gobierno en las calles no salió solo del discurso del presidente. Durante su intervención, la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y la senadora del Pacto Histórico, María José Pizarro, estuvieron comentándole de cerca que “esa” (la convocatoria) era la encuesta sobre su gestión.
“Este Gobierno se va a mantener vigente y cada vez más activo, va a trabajar las 24 horas del día, como hemos dicho, por amor al pueblo. Ese amor de ustedes es lo que va a cambiar todo, el amor del pueblo es fundamental para el cambio”, agregó el presidente. Y siguió: “Nosotros hemos llamado ‘Colombia, el país de la belleza’, pero también de la sangre derramada: el país de la belleza donde la sangre se derrama. Cuando dejemos de derramar sangre, seremos el país más bello”. Hoy, la realidad es otra y ya sin las personas que él desplazó para que lo aplaudieran, los resultados del 29 de octubre dejaron ver otra realidad.
La izquierda en Colombia perdió los comicios locales de este domingo en las principales ciudades del país, según el conteo oficial. Con un 55 % de participación, las alcaldías de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla quedaron en manos de opositores o candidatos desligados del gobierno del presidente Gustavo Petro. Casi 39 millones de personas estaban habilitadas para elegir gobernadores, diputados, alcaldes, concejales y otras autoridades locales para el período 2024-2027.
Carlos Fernando Galán (Nuevo Liberalismo) ganó la alcaldía de Bogotá con 49 % de los votos sobre el independiente Juan Daniel Oviedo (20 %) y se posesionará el primero de enero. El hijo del excandidato presidencial Luis Carlos Galán, asesinado por el narcotráfico en 1989, ganó en la ciudad de 8 millones de habitantes y reemplazará a la alcaldesa Claudia López (Partido Verde). La Alcaldía de Medellín fue para Federico Gutiérrez; la de Cali, para el empresario Alejandro Éder, y en Barranquilla la ganó el exalcalde Alejandro Char.
Con una desaprobación del 60 % según la más reciente encuesta de Invamer, el primer mandatario de izquierda en la historia del país recibió un castigo en las urnas explicado por un “desgaste en términos de su imagen”. Los escándalos de corrupción que rodean a su familia, las dificultades para acordar la paz con los grupos armados y la creciente violencia le pasaron factura al Gobierno.