Política
Las sedes de la Supernotariado se caen a pedazos: moho, goteras, serpientes, falta de aire y documentos en mal estado
SEMANA conoció denuncias de funcionarios de la Superintendencia de Notariado y Registro que ponen en riesgo su vida por trabajar en oficinas deterioradas. El superintendente Roosvelt Rodríguez no les presta atención.
La Superintendencia de Notariado y Registro, entidad descentralizada adscrita al Ministerio de Justicia y del Derecho, como ocurre en varias entidades del Gobierno, se niega a escuchar las voces de los sindicatos y trabajadores que no apoyan abiertamente al presidente Gustavo Petro.
Desde hace varios meses, los funcionarios y contratistas de la entidad vienen encendiendo las alarmas por el mal estado de las sedes a nivel nacional, las cuales ayudan a miles de colombianos con varios tipos de trámites.
Si bien la Superintendencia tiene funciones de inspección, vigilancia y control sobre los servicios que prestan los notarios, curadores urbanos y quienes forman parte del servicio público catastral, esta debe prestar servicio al cliente en las oficinas de Registro de Instrumentos Públicos.
En total, la entidad tiene 195 oficinas de registro a nivel nacional, divididas en principales y seccionales. Estas prestan el servicio público registral, que sirve para, entre otras cosas, los trámites de compraventa de inmuebles y expedición de certificados de tradición y libertad, entre otros.
Esto hace que no se encuentren debidamente adecuadas para que funcionarios cumplan con sus obligaciones y para archivar los documentos de los trámites ciudadanos.
Las imágenes más fuertes se presenciaron en la oficina de Purificación, municipio del Tolima. En una noche de fuerte lluvia, dentro de las oficinas se ve cómo se hizo un agujero en el cielorraso, el cual permite la entrada de chorros de abundante agua hacia adentro.
El agua no solo inunda el piso, sino que moja máquinas de aire acondicionado tipo Minisplit, con su respectiva manejadora, que se encuentran en el piso. Al final del video se ve que el agua pasa por todos los pasillos, incluso humedeciendo cajas.
En Girardota, municipio de Antioquia, un funcionario grabó un video haciendo un recorrido en el que mostró las falencias que presenta la sede. El funcionario inicia mostrando el primer piso de la oficina, pero luego baja al sótano, que, con temperaturas que superan los 30 grados centígrados, no cuenta con aire acondicionado.
“Este es el primer piso de la oficina y este es el sótano, donde están los otros funcionarios. Actualmente, el calor es insoportable y el aire acondicionado no funciona”, dijo el funcionario que hace el recorrido por las oficinas.
Además, en Girardota también denuncian que la oficina se encuentra al lado de un canal lleno de matorrales y aguas, de donde aparecen distintos animales. Fue alarmante para los funcionarios ver a una serpiente en una de las ventanas, la cual podría ser potencialmente peligrosa para ellos.
En la seccional de Chocontá, en el departamento de Cundinamarca, el moho se apodera de buena parte de las paredes. Algunas tienen manchas negras, las cuales podrían generar problemas respiratorios a largo plazo si se inhalan con frecuencia.
SEMANA también conoció fotos del estado del techo, evidentemente podrido por el moho, destapado en algunos lugares y con cables salidos. A buena parte de las paredes se les despega la pintura por la humedad, lo que desprende polvo que podría causar alergias. La condición de humedad es tal, que los libros y documentos que reposan en los estantes están en muy mal estado.
En Magangué, departamento de Bolívar, la situación tampoco es favorable para los empleados. El agua entra a las instalaciones y a las paredes se les desprende la pintura por la humedad. Los techos están llenos de goteras, desprenden pintura y polvo. En algunos casos se puede ver la placa de concreto que cubre la sede.
El sindicato más grande de la Superintendencia, que agremia a más de 2.000 trabajadores, ha advertido sobre la situación en varias ocasiones. Una de ellas fue por medio de una comunicación interna en un correo, adjuntando el video de Purificación en el que una gotera gigante inunda la oficina.
“¿A dónde se están yendo los recursos asignados para el mejoramiento de la infraestructura de las oficinas de Registro de Instrumentos Públicos? Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Purificación ruega por atención del señor superintendente hace varios meses”, dice el mensaje, con fecha del 2 de abril.
SEMANA también conoció todos los mensajes que desde la seccional se enviaron a las oficinas centrales, solicitando arreglos de aires acondicionados e infraestructura. El último mensaje, del 6 de septiembre, ya manifiesta “solicitudes reiteradas” que no se logran resolver, por lo que desde la seccional pidieron ayuda del sindicato.
“Buen día, compañeros de los presidentes de los sindicatos SintraSNR y Sintranore, los funcionarios de la Orip seccional solicitamos de manera atenta su colaboración ante la gestión para lo pertinente”, se lee en los correos.
Según Óscar Fernández, presidente nacional de SintraSNR, el estado de la infraestructura en la seccional es crítico. Dice que desde hace más de seis meses se han hecho requerimientos para su arreglo.
“Desafortunadamente no se ha tenido una respuesta positiva frente a ese tema. No solamente es esa oficina. Carecen de insumos, mobiliario y aire acondicionado en ciudades como Magangué, que tiene temperaturas superiores a los 35 grados. El trámite de intervenir esas oficinas ha sido muy demorado”, indicó.
Además, aseguró que de 195 oficinas, el 30 por ciento necesita una intervención urgente de la entidad.
“Somos imparciales frente a la política. No estamos ni a favor ni en contra del Gobierno, queremos intervenciones. Hemos solicitado en más de tres oportunidades una cita y espacio con el señor superintendente para denunciar esta y otras situaciones que él debe saber, y no hemos recibido respuesta. Tal vez porque no estamos alineados con el Gobierno. Él tiene cercanía con otras agremiaciones sindicales”, agregó. Y manifestó que se sienten “discriminados” por no estar de acuerdo con “la ideología de izquierda” del Gobierno.
Por otro lado, se les prometió que, mediante la venta de un lote en la localidad de Teusaquillo, se iba a conseguir el recurso para arreglar las sedes, pero nada se ha sabido del proceso. “Supimos que ese lote se iba a vender para mejorar la infraestructura de las 195 oficinas en el país. La información ha sido muy corta. No tenemos certezas. El lote sigue a nombre de la Superintendencia. El presidente tiene un plan, pero no ha sido socializado”, indicó.
Además, quienes trabajan en las oficinas principales también quieren un cambio, dado que se encuentra ubicado en un sector peligroso del centro de la capital del país, por lo que muchos funcionarios han sido atracados en inmediaciones del edificio.
Tal como otras entidades del Gobierno, la Supernotariado no habla con sindicatos lejanos al presidente Gustavo Petro, lo que muestra que los derechos sindicales serían exclusivos para aquellos que acompañan las iniciativas que se ordenan desde la Casa de Nariño.