POLÍTICA

Los datos desconocidos de la vida de Vicky Dávila que conmovieron a miles de mujeres, en un foro en Medellín

La directora de SEMANA intervino en ‘She is global Forum’, en la capital antioqueña.

Redacción Semana
8 de agosto de 2024
Vicky Dávila, intervención en She Is Forum
Vicky Dávila, intervención en She Is Forum | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO

La directora de SEMANA, Vicky Dávila, reveló este jueves detalles desconocidos de su vida que conmovieron a miles de mujeres que se dieron cita en She is Global Forum’, en Medellín.

“En un hogar carente de todo, me enseñaron el valor de la familia, la disciplina, el esfuerzo. Cada cosa que he tenido en la vida me ha costado mucho, nadie me ha regalado nada. Cuando era chiquita, me tocó vender cosas, vivíamos en una finca, vendía queso, lechuga, mapas, sahumerios, puerta a puerta”, recordó Dávila, quien agregó: “No cuento esto para generar lástima. Ese esfuerzo me sirvió, me formó, no siento resentimiento por el lugar donde nací y viví. Me formó inmensamente”, agregó. “Luego hasta fui cantante de música colombiana, era vocalista de un trío de tres hermanos, que eran mis primos, ayudábamos con dinero en la casa, me gusta el tiple, la guitarra y la bandola, me gusta el bambuco”.

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Dávila reveló que creció en un hogar en el que su padre era agresivo con su mamá.

“Vivimos con mi papá hasta que yo tuve 12 años. De repente entendí que había una situación de mucha agresividad en la casa, mi mamá sufría mucho. Cada vez que mi papá le pegaba, ella me llevaba a un rincón y me decía: ‘estudie para que no le pase esto’. Desde entonces aprendí que tenía que defenderme, que no podía dejar que me pisotearan, que tenía que aprender a responder”, contó la directora de SEMANA.

“Algo tan negativo me formó el corazón y de alguna manera la firmeza como persona, como profesional, como mamá. Agradezco esa experiencia tan dura”, dijo Dávila. “A mi papá lo perdoné, entendí que tal vez él fue el fruto de una sociedad que lo había hecho muy violento”.

La periodista señaló: “Me formé en un colegio militar, allí aprendí el amor por la bandera, por el escudo, y entendí la labor de los soldados. Por eso quiero a la fuerza pública como institución. Entiendo que el soldado, el más humilde de la cadena, expone su vida solo por cuidar la nuestra”, dijo.

“Luego estuve en colegio de monjas, donde aprendí muchas cosas como el esfuerzo y el trabajo. Yo era la única estudiante que atendía en la cafetería. Luego me daban una mogolla con Pepsi Cola. Aprendí que en la vida nada puede ser regalado, todo tiene que costar algo, un esfuerzo”.

La directora de SEMANA recordó uno de los episodios más duros de su vida cuando enviudó. “Conocí a Juan Carlos Ruiz, un periodista, me casé con él, tuvimos a Simón, mi hijo que hoy tiene 23 años.

Cuando Simón solo tenía tres meses de nacido, y no habíamos cumplido el primer año de casados, Juan Carlos se murió en una cirugía cerebral. Me tocó otra vez: la vida o la muerte, me hundo o lucho. Yo decidí luchar, especialmente por Simón”.

“Empecé a trabajar tan fuerte que me empezó a ir muy bien en el trabajo. Hace poco Simón sustentó su tesis de grado, obtuvo 5. Recuerdo que el día en que Juan Carlos estaba viviendo sus últimos minutos, en una sala de UCI, en un hospital en Bogotá, me le acerqué y le dije: ‘no me deje sola, no me haga esto’. Luego le dije: ‘bueno, vamos a hacer algo, si usted se va a mejorar, usted se mejora. Si no, váyase tranquilo que yo voy a hacer de Simón lo que usted y yo hemos querido, y así ha sido. Sé que Juan Carlos debe estar muy contento en el cielo”.

Entre las anécdotas de su infancia, Dávila recordó que estuvo a punto de llamarse Centuria, por decisión de su papá. “Él tuvo un sueño en el que un ángel le dijo que yo iba a vivir 100 años, y que por eso tenía que llamarme Centuria”. Sin embargo, en la pila bautismal, el padre escuchó el nombre propuesto. Sorprendido, sugirió mejor que se llamara Victoria. Ita, su madrina, agregó el Eugenia.

También habló de su familia. “Mi mamá es una señora común y corriente, vive en un barrio normal de Bogotá. Mis hermanos andan en TransMilenio, de los cinco, solo dos tenemos casa, los otros no tienen, no es que eso sea lo máximo, eso demuestra que somos una familia normal, como cualquiera, nunca he usado mi carrera para mejorar posiciones en mi familia, los he ayudado con estudio, nunca intrigando para que puedan tener millonarios contratos o posiciones que no se han ganado”.