Política
Los liberales volvieron a los brazos del presidente Gustavo Petro: la mayoría de los congresistas se alista para aprobar la polémica reforma a la salud. César Gaviria no está de acuerdo
Pese a la oposición del expresidente César Gaviria, la mayoría de los congresistas del Partido Liberal se alió con el Gobierno. Buscan aprobar la polémica reforma a la salud, que tanta preocupación genera en el país.
De acuerdo con el Estatuto de la Oposición, el Partido Liberal tuvo hasta agosto de este año para replantear su permanencia en el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Mientras los conservadores y La U saltaron a la independencia antes de cumplirse el primer año de mandato, mientras que los liberales, de manera silenciosa, se mantuvieron firmes.
En campaña presidencial, la mayor parte de los liberales que fueron elegidos congresistas apoyaron al candidato que pudiera hacerle contrapeso a Gustavo Petro. Primero fue Federico Gutiérrez, luego Rodolfo Hernández y finalmente se logró un acercamiento generalizado al ahora mandatario.
Los liberales decidieron declararse parte de la bancada oficialista con el fin de mostrar disposición para construir conjuntamente las reformas sociales. La disposición de la Casa de Nariño duró poco y la relación con los partidos tradicionales tuvo un punto de quiebre cuando se conoció la reforma a la salud, a principios de este año.
Los esfuerzos por llevar propuestas a la mesa con respecto a las reformas sociales fueron liderados por el expresidente César Gaviria. Tanto Dilian Francisca Toro, quien en su momento era presidenta del Partido de la U, como Efraín Cepeda, líder de los conservadores, adhirieron a la mayor parte de las peticiones del exmandatario colombiano.
Lo más leído
Sin embargo, esto no rindió frutos porque el Gobierno no quiso cambiar un ápice de su proyecto. Aun así, una buena parte de los liberales se mantuvo cerca de la Casa de Nariño, pese a la oposición de César Gaviria, quien cada día está más distante del presidente Petro.
SEMANA consultó a varios congresistas de la colectividad, quienes aseguraron que en Cámara de Representantes al menos 30 legisladores se encuentran completamente alineados con el Gobierno nacional. Se trata de una gestión de Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, que cuenta con la influencia de cabezas como Andrés Calle, Dolcey Torres y María Eugenia Lopera, representante cercana al excongresista Julián Bedoya.
Al principio de la legislatura, con 179 votos a favor, Calle venció al congresista Julián Peinado, que contaba con el apoyo del expresidente Gaviria, en la elección para convertirse en presidente de la Cámara de Representantes. Se trata de un golpe que habla del control que tiene el Gobierno sobre la Cámara baja.
Es ahí donde avanza la reforma a la salud, en gran parte gracias a los votos liberales. Los miembros de la Comisión Séptima de la Cámara evitaron su hundimiento y en la votación de la ponencia positiva, 24 de los 33 representantes la respaldaron. Los nueve restantes no votaron por distintas razones, lo que significa que no mostraron una posición contraria.
“Les están prometiendo cielo y tierra. A algunos les cumplieron, a otros no les han cumplido. Esos son los que le reclaman al Gobierno”, dijo un congresista que prefirió comentar sobre lo que sucede en el partido por fuera de micrófonos.
La última muestra de la alianza fue la plenaria de la Cámara de Representantes del pasado miércoles, en la que se deshizo el quorum para no discutir la reforma a la salud. Se fueron el Centro Democrático, Cambio Radical, La U y los conservadores, pero los liberales no se movieron de sus asientos.
“Viene el articulado, título y pregunta. Tal vez en algunos artículos hay diferencias, pero veo a toda la bancada votando título y pregunta positiva. En la plenaria, mientras los demás desbarataban el quorum, nosotros estábamos juiciosos”, dijo otro parlamentario de la Cámara.
Los congresistas de la Cámara esperan que se cumplan las promesas. Varios de ellos manifestaron que esperan que se nombre un ministro de las entrañas del liberalismo y mencionaron que Luis Fernando Velasco, jefe de la cartera política, tiene un pie afuera. Los representantes y senadores del partido no se comunican entre sí por la diferencia en número de escaños, dado que tienen 33 y 13, respectivamente, y las fuerzas no son proporcionales a la hora de votar. La última reunión de bancada conjunta fue hace meses, por lo que operan bajo unas lógicas distintas.
Dos senadores están completamente en contra del Gobierno, otros se encuentran incómodos y una parte es más cercana a la Casa de Nariño. A pesar de las posiciones personales, la relación con el Ejecutivo ha mejorado gracias a Luis Fernando Velasco, quien entiende cómo funciona el Capitolio por sus años como legislador.
Sin embargo, las cosas son a otro precio. Por ejemplo, un golpe de autoridad fue el voto en blanco del partido en la elección para la presidencia del Senado, que terminó allanando el camino de Iván Name: “Le marcamos el ritmo. Dijimos ‘aquí estamos’. Respetico”.
Los senadores esperan que lleguen las reformas a la plenaria y acordaron revisar en qué estado se encuentran para decidir la postura que asumirán. A pesar de esto, será una decisión individual: “Las famosas líneas rojas las tiene cada uno. No es algo que se concertó”.
Las advertencias de Gaviria
Tanto la cercanía con el Gobierno como las decisiones individualistas de la bancada hacen que los congresistas se separen cada vez más de su líder, el expresidente César Gaviria. Un senador le contó a SEMANA que a la última reunión de bancada del Senado, convocada por el líder del liberalismo, solo asistieron seis parlamentarios.
Otra evidencia del quiebre es que solo algunos firmaron la contrarreforma a la salud presentada por el exmandatario previo al comienzo de la legislatura. “No la concertaron con nosotros. No firmaré algo que no hice”, dijo un legislador.
“Nadie quiere radicar una contrarreforma que se va a hundir”, expresó otro congresista, quien asegura que dicha contrarreforma tendrá la misma suerte de las que radicaron los partidos de oposición. Incluso, el expresidente se ha mantenido al margen de expresar su opinión frente a las reformas, lo cual habla de las grandes diferencias entre Gaviria y los congresistas.
“Hace tres semanas hubo reunión de bancada de Cámara, antes de votar la ponencia positiva de la reforma. El expresidente nos habló del discurso de la campaña, que debía ser la seguridad. Le dijimos que habláramos de la reforma a la salud. Nos respondió que hiciéramos lo que quisiéramos”, aseguró un congresista. Otro corroboró la versión y aseguró que el exmandatario está frustrado con la posición de los representantes, que para él arriesgan un sistema que se viene perfeccionando durante 30 años.
Unos más aseguran que la lejanía se debe a la entrega de avales para las próximas elecciones. Sin embargo, lo cierto es que buena parte de la bancada está buscando que Gaviria deje la dirección en los próximos meses.
“Queremos una presidencia colegiada; que represente a varios congresistas. No sabemos si el partido celebrará la convención este año, pero el próximo se deben tomar decisiones”, aseguró un representante. Un senador no está seguro sobre la salida del expresidente: “Se quiere un relevo, pero hay que esperar”.
Mientras tanto, el expresidente César Gaviria mantiene su defensa del sistema de salud y rechaza completamente la reforma del Gobierno. Las decisiones de parte de su bancada son motivo de frustración, pero no piensa bajar la guardia con el polémico proyecto.
Se avecina una recompensa para los liberales, que puede venir en forma de un ministerio propio, con una representación más cercana políticamente. Por ahora, la reforma a la salud cuenta con una disciplina liberal de 30 escaños que mueven la balanza en favor del Gobierno.