Política
Los siete ‘dolores de cabeza’ que atormentan al presidente Gustavo Petro; su agonizante polémica reforma a la salud, el principal
No pasa por un buen momento el mandatario colombiano y su gobierno del llamado cambio.
Una semana bastante difícil atraviesa el presidente de la República, Gustavo Petro, por situaciones que estallaron y que está intentando sobrellevar con su equipo más cercano.
Los dolores de cabeza del mandatario colombiano se vienen agudizando conforme pasan los días. SEMANA hizo el recuento. Quizá, el más agudo de ellos es la agonizante polémica reforma a la salud, cuyo proyecto tiene las horas contadas en el Congreso de la República. Esta situación lo obligó a convocar a una reunión de emergencia en la Casa de Nariño, para evaluar las salidas y las opciones para rescatarla.
El hecho se desató luego de que, esta semana, ocho congresistas pidieron que se archivara la polémica reforma. Según señalaron, el gobierno del llamado cambio no buscó los caminos de concertación frente a la incertidumbre que generaba el proyecto.
Otro dolor de cabeza para el presidente Petro fue el portazo que recibió de parte de la Justicia, por la determinación que adoptó un magistrado de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla frente a la solicitud de libertad presentada por el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso Gómez, quien fue designado como “gestor de paz” por el gobierno de Gustavo Petro, la cual fue negada.
Sobre el exjefe paramilitar, Petro recientemente reveló los planes que tenía para que desarrollara su papel de gestor de paz.
“Ojalá aquí pueda tener una actividad para ayudarnos a identificar, por ejemplo, cuántas haciendas entregaron ellos para que yo pueda entregárselas al campesinado, para que puedan producir, ver si alguna se la robaron por ahí para recuperarla, porque la fuerza pública está para eso, una fuerza pública para la paz, y ver cómo los que aún mantienen su tesis de hacer negocios raros con fusiles al hombro, con pistola al cinto, puedan incluirse realmente en un proceso de pacificación que implica necesariamente que la región sea más próspera”, dijo Petro.
El otro problema para el Gobierno que ha desatado un escándalo de grandes proporciones ha sido la compra de más de 40 carrotanques para el suministro de agua potable en La Guajira, por parte de la UNGRD, bajo la dirección de Olmedo López.
Esta semana, el nuevo director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, Carlos Carrillo, confirmó que los carrotanques que compró la entidad están parqueados en un batallón de La Guajira y no pueden prestar sus servicios de suministro de agua porque no tienen las pólizas o seguros de riesgos.
Otro de los hechos que han marcado la semana, que tampoco sería favorable para el presidente Petro, fue la elección de Luz Adriana Camargo como nueva fiscal general, pese a un extraño suceso que intentó torpedear ese proceso: la extraña renuncia de la ternada Amelia Pérez, quien era ‘la favorita’ del Gobierno.
También se suma a la lista la noción de censura al ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, quien debió asistir al Congreso de la República por fuertes cuestionamientos a su gestión al frente de esa cartera.
Y es que el panorama de Jaramillo no está nada sencillo. La representante a la Cámara Carolina Arbeláez apuntó que uno de los motivos de la citación a esa moción de censura es “la crisis de desabastecimiento de medicamentos que está poniendo en riesgo la vida de millones de colombianos”.
“Lo que está pasando en el Gobierno del cambio es un absoluto desastre”, aseveró la congresista de Cambio Radical, alertando sobre los 18.000 trámites de medicamentos que están acumulados en el Invima.
La congresista denunció que el Ministerio de Salud firmó un contrato por $ 1.000 millones para tener a su disposición un avión propio para movilizarse por todo el país.
“La utilización de recursos públicos para aviones privados, mientras el sistema de salud enfrenta carencias y la población sufre la escasez de medicamentos, no puede pasar desapercibida. ¿Es este el ‘cambio’ prometido?”, cuestionó Carolina Arbeláez.
Pero ese no es el único funcionario del gabinete contra las cuerdas. El canciller (e) Luis Gilberto Murillo tuvo doble cita en el Congreso por cuenta de las irregularidades que habrían tenido lugar en la Cancillería, meses antes de que este fuera nombrado como encargado del Ministerio de Relaciones Exteriores, tras la suspensión de Álvaro Leyva.
Pero las citas se dieron en un contexto particular, pues se conoció que el nuevo contrato para la licitación de pasaportes de la Cancillería estaría en riesgo otra vez, una ‘papa caliente’ que le toca asumir a Murillo, pese a que los inconvenientes vengan desde meses e incluso años atrás.
Y para cerrar los dolores de cabeza de Petro, este jueves 14 de marzo, su hijo Nicolás Petro tuvo diligencia en la Comisión de Acusación, en donde habló de la primera dama, Verónica Alcocer, del congresista Agmeth Escaf y de la directora del Dapre, Laura Sarabia.
Trascendió que la primera persona que aparecería en esa lista de confesiones es la propia primera Dama, Verónica Alcocer, quien, en medio del interrogatorio que Nicolás Petro le entregó a la Fiscalía el año pasado, fue acusada de haber creado una “campaña paralela” cuando Petro buscaba ser presidente. En esos señalamientos, apareció el empresario Christián Daes como uno de los supuestos financiadores de Alcocer.