POLITICA
“‘Matarife’ fue un producto que se inventó un loco para ganar relevancia”: advierten que si el Centro Nacional de Memoria Histórica emite la serie, le caerán “denuncias”
La entidad está promocionando la divulgación de una serie que fue cuestionada por la Corte Constitucional.
El anuncio del Centro Nacional de Memoria Histórica de emitir la controvertida serie Matarife generó un terremoto político este lunes 18 de diciembre y llevó a que distintos sectores consideren “denunciar” a la entidad ante las autoridades, si eso ocurre.
Lo hacen porque la cinta, que fue ampliamente divulgada, fue considerada por la Corte Constitucional como no ajustada a la verdad. Recordemos que tras estudiar sus afirmaciones, los magistrados del alto tribunal ordenaron por unanimidad a su creador rectificar las afirmaciones; él había hecho varias denuncias en contra del expresidente Álvaro Uribe.
Uno de los primeros en reaccionar fue Hernán Cadavid, congresista del Centro Democrático. “La Corte Constitucional estimó que el llamado Matarife carecía de todo sustento. Fue un producto que se inventó un loco para ganar relevancia ante un sector de difamación”, dijo.
El concejal de Bogotá por la Alianza Verde, Julián Rodríguez Sastoque, dijo: “Es una absoluta vergüenza que el Gobierno, a través del Centro Nacional de Memoria Histórica, promuevan la película Matarife. No solo por ser su contenido grotesco, panfletario y politiquero, sino un irrespeto al trabajo serio y documentado alrededor de la memoria construido por las víctimas del conflicto”.
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Adicionalmente -dijo Sastoque-, “la Corte Constitucional ha dicho que ‘el ejercicio periodístico irresponsable llevado a cabo por el señor Mendoza Leal afectó el derecho de la sociedad a estar informada’. El ‘cambio’ era degradar de esta forma la institucionalidad de la paz y la reconciliación. Inaudito”.
El también concejal electo de Bogotá, Daniel Briceño, resumió: “En esto se convirtió el Centro Nacional de Memoria Histórica. Una completa vergüenza lo de Matarife y el gobierno de Petro”.
La concejal del Centro Democrático, Diana Diago, cuestionó la decisión de la entidad.
“¿Esto es cierto? El Centro Nacional de Memoria Histórica va a proyectar la novela del matarife. Increíble, el gobierno del cambio dándole bombo a semejante infamia. Hay que recordarle a la entidad que la misma Corte Constitucional le exigió a Mendoza rectificar las falsas acusaciones en contra del el presidente Álvaro Uribe”, dijo.
Daniel Mendoza, el autor de la publicación Matarife, no se quedó callado y respondió a las críticas.
“Para los rabiosos, que brincan por todos lados. La serie Matarife, además de ganar en la Corte Constitucional, triunfó en el mundo entero. 19 premios internacionales en cinco continentes. Ahora llega, Matarife, la Película. Vamos bien”, manifestó.
En realidad, la conclusión para los magistrados de la Corte Constitucional contra Matarife fue clara. No todo producto audiovisual o periodístico puede valerse de la libertad de expresión para manchar el buen nombre de una persona. La ponencia, en este caso, estuvo en manos de la magistrada Paola Meneses.
Y es que a Mendoza le sobraron calificativos y acusaciones, pero le faltaron pruebas al lanzar sentencias como “nunca le crean nada a este matarife mafioso”, “paraco”, “matarife de la paz” o “Kiko Gómez llevaba kilos de cocaína con la bendición de Uribe”.
“En efecto, los mensajes publicados y difundidos en las redes sociales del señor Mendoza Leal, así como en la serie Matarife: un genocida innombrable, aseguran que el señor Uribe Vélez habría cometido hechos delictivos mientras se desempeñó como servidor público en Colombia. En criterio de la Sala, esto implica que los derechos fundamentales a la honra y buen nombre del accionante, como ciudadano colombiano, podrían (...) haberse visto afectados en el país con ocasión de estas afirmaciones”, señaló el alto tribunal.
La contundente y radical decisión de la Corte Constitucional cerró un debate sobre los límites de productos publicados en redes sociales a título de investigaciones periodísticas. Aseguró que no son responsables y violan los derechos fundamentales a la honra y buen nombre, como le ocurrió al expresidente Uribe.