Política
“Me siento con la satisfacción del deber cumplido”: Alfonso Prada, ministro del Interior, hace un balance del primer semestre legislativo del Gobierno
En conversación con SEMANA, el jefe de la cartera política detalló el avance de la reforma política y respondió a las críticas frente a los artículos más espinosos.
SEMANA: ¿Qué se aprobó en la primera vuelta de la reforma política y qué promete para modificar el sistema político colombiano?
Alfonso Prada (A.P.): El gran logro es que nunca se había llegado a una primera vuelta completa que consagra la lista cerrada con paridad de género y alternancia entre mujeres y hombres, lo cual va a garantizar varias cosas. Primero, las listas cerradas marcan una coherencia ideológica al interior de los partidos. Segundo, para el control económico, van a bajar los costos porque cada campaña no es independiente, dado que habrá solo una campaña por partido para las elecciones de corporaciones públicas. El control y la transparencia van a aumentar sustancialmente, simultáneamente al prohibirse la financiación privada, dado que esta sería 100 % estatal.
Adicionalmente, en virtud de la paridad y la alternancia, las listas cerradas van a permitir que llegue el 50 % de mujeres en cualquier evento. Es decir, si eligen 10 senadores o concejales, cinco de quienes se eligen en la lista van a ser mujeres. Eso representa que el 50 % de la población, que ha sido tradicionalmente excluida, que es la mujer, va a legitimar con su presencia la democracia colombiana y profundizarla. Ese es el logro más importante. Superamos las listas individuales, las cuales solo premian a quienes tienen más visibilidad mediática o sobre todo más recursos económicos para el pago de la publicidad. Incluso, más recursos económicos de la mafia o el clientelismo, que termina cooptando la política con personas individuales.
SEMANA: ¿Cómo se fortalecerán los partidos para que las listas cerradas se construyan de forma transparente?
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A.P.: Las listas cerradas también obligan a la democratización interna de los partidos. Eso significa que en la reforma no solo creamos las listas cerradas, sino que para elaborarlas les quitamos el bolígrafo a los líderes tradicionales, como ocurría hace treinta años, y se los entregamos a los militantes y afiliados de los partidos. Van a ser convocados a una consulta, que también financiará el Estado, para que la definición de los puestos de la lista se tome en votaciones democráticas internas. Para esto le damos un año a los partidos, para que reformen sus estatutos. Al ministro del Interior, a mí, se le dan tres meses para que presente un proyecto de ley de democratización de partidos. Esta reforma comienza a regir a partir del 2026, lo que nos da tiempo suficiente para prepararnos y modernizar la estructura de los partidos. Con estos elementos, creo que el avance es histórico.
SEMANA: Peligra el límite a la reelección de los congresistas. ¿Qué opina?
A.P.: No es una derrota del Gobierno, es un ejercicio democrático. Respetamos las decisiones democráticas, autónomas e independientes del Congreso de la República. No toda votación es una derrota. El próximo año, todos los artículos negados de iniciativa del Gobierno pueden ser seguramente revividos en los siguientes cuatro debates.
SEMANA: Se escuchó fuerte oposición a varios artículos de la reforma política desde la misma coalición de Gobierno. Incluso, Katherine Miranda dijo que es una “decepción” que se aprobara la inclusión de partidos grandes dentro de las coaliciones, que eran de las minorías. ¿Hay desgaste en la coalición tras este debate?
A.P.: No voy a responder a esto, yo respondo tesis y argumentos. Si siente decepción, eso es como una emoción. Espero que la supere prontamente y lo va a hacer, estoy seguro. No respondo situaciones personales emotivas, lo que sí respondo son argumentos. Hay personas en el Congreso de la República, no solamente en la bancada de Gobierno, sino también en otras, por fortuna es la gran minoría, que les ha ido muy bien con las listas abiertas y no quisieran que Colombia cambiara. De eso se trata la crítica. Lo dicen también claramente: “una persona como yo, que ha tenido la posibilidad de destacarse en la individualidad”. Lo dicen así. Aquí sacrificamos las individualidades por la profundización de la democracia, el trabajo colectivo, ideológico y de coherencia que representan las listas cerradas.
Representa coherencia ideológica porque una lista cerrada hace que los candidatos compitan entre ellos mismos y desgastan completamente la estructura ideológica del partido. Quienes compiten en la misma lista se vuelven casi enemigos, van a pelearse los recursos, las donaciones, plantean ideas diferentes para contrastar con los demás y eso desgasta a los partidos. Las listas crean condiciones de corrupción y clientelismo en la financiación de las campañas y, sobre todo, sacrifica la condición ideológica de los partidos.
SEMANA: Otra de las preocupaciones es que se perjudique la separación de poderes al permitir que los congresistas salten a ser ministros, que manifestó el representante Duvalier Sánchez.
A.P.: En el mundo entero es así, esta es de las democracias que se quedó absolutamente arcaica en la desconfianza de los nombramientos, pensando que es un instrumento para comprar al Congreso. Tal vez lo piensan congresistas —no creo que Duvalier lo sea— que desconfían. Anoche lo decían en la plenaria los mismos colegas, que tal vez ellos desconfían de los miembros de su partido, porque seguramente así ha sido. Hay inteligencias y liderazgos que se construyen en el Congreso de la República y no encontramos razón para que no sean llamados a ejercer la función pública. En el mundo entero, las democracias se nutren de los mejores hombres y mujeres que se forman en ese escenario. Cuando son nombrados en una responsabilidad del Ejecutivo, adquieren las mismas inhabilidades e incompatibilidades que tenemos los servidores públicos, razón por la cual, por ejemplo, no podemos hacer política. Ahí se rompe la vinculación con la cual se rompería la separación de poderes, para nada.
Este tipo de figuras vuelven sincera la política. En la historia de Colombia, por lo menos desde que yo existo, lo que he visto siempre son gobiernos de coalición. Los partidos políticos que integran el Congreso postulan hojas de vida para que integren el Gobierno y se integran a la coalición. Desde esa perspectiva, tener candidatos que postulen los partidos, que sean elegidos y que tengan altas calidades, fortalece la representación y crea liderazgos reales. Aquí no hay ningún tipo de afectación a la separación de poderes, salvo que se piense con maldad y que detrás de esto haya una cooptación del Congreso.
Al mismo tiempo, con las listas cerradas, se van a animar jóvenes, mujeres, profesores, intelectuales y empresarios a integrar las listas porque tienen incluso la posibilidad de ser postulados a ejercer cargos superiores en el Ejecutivo.
SEMANA: A su vez, se cumple la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos frente a las facultades de la Procuraduría de sancionar a funcionarios elegidos con voto popular...
A.P.: Lo único que estamos haciendo es incorporando las decisiones del Sistema Interamericano de Derechos Humanos aplicables en Colombia, dado que somos parte de la OEA y del sistema. Precisamente, en el caso de Gustavo Petro, cuando fue destituido por el procurador general de la época, fue llevado ese caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Ahí se ordenó ajustar el ordenamiento jurídico para que, en el futuro, nunca una autoridad administrativa tenga el poder de sancionar con destitución, es decir pérdida de derechos políticos, a quienes hayan sido elegidos por el pueblo, que es el superior y el soberano. El principio democrático impone que cuando vaya a ser destituido un elegido popularmente solo lo pueda hacer un juez de la república, eso es lo que vinculamos a la constitución.
SEMANA: Si bien no fueron las 12 reformas que prometió Roy Barreras, es un balance positivo para el Gobierno y para usted como ministro del Interior. ¿Cómo ve el cierre de la primera legislatura?
A.P.: Me siento con la satisfacción del deber cumplido. Los encargos que me hizo el Gobierno nacional, en cabeza del presidente y la vicepresidenta, creo que los hemos cumplido al 100 %. Faltando naturalmente las conciliaciones finales, puedo decir que las tres reformas constitucionales que propusimos fueron aprobadas en lo esencial, tal cual las propuso el Gobierno, que son la jurisdicción agraria, la del campesino como sujeto político de derechos y la reforma política. Obviamente la ley de paz total, como una ley que va a habilitar un camino hacia la paz integral en Colombia. La reforma tributaria, que aportará a este Gobierno cerca de 100 billones de pesos frescos y nuevos que contribuirán a la generación de igualdad y lucha contra la pobreza, entre otras cosas. La creación del Ministerio de la Igualdad, como otra ley que era un compromiso de campaña, logramos sacarla adelante y que permitirá contar con un nuevo instrumento en la lucha contra la pobreza y exclusión en Colombia.
El balance final es satisfactorio. Hemos apoyado proyectos supremamente importantes que seguirán su trámite en las otras legislaturas como la ley antifracking o la que regula y legaliza la producción del cannabis de consumo adulto, pero también de otro tipo de usos en el mercado. Estamos satisfechos, muy agradecidos con el Congreso y la opinión pública por el apoyo que seguimos recibiendo en uno y otro escenario.
SEMANA: En palabras de Roy Barreras, ¿esta coalición de Gobierno será un matrimonio duradero o un romance fugaz?
A.P.: Algunos apostaron a que esta relación no iba a durar más de un mes, como le dicen a algunas parejas cuando se van a casar. Pues hemos durado un semestre entero. La coalición está consolidada, dialogamos mucho con los directores de los partidos y con las bancadas. Tengo contacto permanente con ellos, el Gobierno en general lo tiene y el propio presidente ha hecho reuniones con las bancadas. Hemos ido encontrando caminos, identidades y puntos de encuentro que generan una unidad de la nación que nos permite avanzar en el Gobierno del cambio. Sin una mayoría tan sólida, es muy difícil que los cambios de la magnitud que ha propuesto Gustavo Petro sean una realidad.