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Metro de Bogotá: estos son los escenarios que evalúa la Sociedad Colombiana de Ingenieros y que podrían frenar la megaobra
SEMANA conoció los escenarios que debe estudiar la Sociedad Colombiana de Ingenieros para determinar si es viable o no que la primera línea del metro de Bogotá sea subterránea.
La incertidumbre por la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá sigue latente y lejos de disiparse. Esta semana quedó en evidencia que desde el Gobierno del presidente Gustavo Petro buscan, a como dé lugar, ponerle un freno de mano a la que sin duda es catalogada la mega obra de infraestructura y de movilidad más importante del país, todo por la insistencia del primer mandatario para que el trazado sea subterráneo en vez de elevado.
A principios de este 2023, tras una reunión con la alcaldesa Claudia López en la Casa de Nariño, el Gobierno anunció la instalación de mesas técnicas para revisar conjuntamente entre el Distrito y la Nación, las viabilidades técnicas y jurídicas para modificar el objeto del contrato firmado con el consorcio chino y lograr que se hiciera realidad el deseo del presidente Petro de soterrar el trazado, principalmente, sobre la Avenida Caracas.
En las mesas no se ha avanzado más que en una discusión, sin embargo, esta semana el presidente Petro de manera sorpresiva anunció en su cuenta de Twitter, que ya había una propuesta en común con la Alcaldía de Bogotá para “evitar” un metro elevado. De inmediato la administración distrital salió a desvirtuar al primer mandatario negando dicho acuerdo, a lo que el jefe de Estado respondió advirtiendo que el Gobierno había sido engañado entonces por la alcaldía, por lo que a Claudia López no le quedó más remedio que ceder y salir a confirmar que efectivamente se está a la espera de unos estudios o conceptos por parte de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) para determinar los criterios de beneficio – costo de las alternativas para soterrar el trazado.
Los tres escenarios
Pero el rifirrafe de mensajes entre Petro y López, en vez de aclarar qué va a pasar con la primera línea del Metro de Bogotá, por el contrario, lo que hizo fue añadir más leña a la fogata de la incertidumbre, pues hay más dudas que certezas sobre el futuro de la obra.
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Sin embargo, SEMANA logró tener acceso al contrato firmado entre la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y la Sociedad Colombiana de Ingenieros en el que se establece cuáles son los tres escenarios que se deben evaluar y sobre los cuales se debe emitir un concepto que sirvan de insumo para tomar una decisión final.
Se trata de un contrato por 8.375 millones de pesos y que fue firmado el pasado 19 de julio, pero en el mismo, la SCI no solo debe emitir conceptos sobre la primera línea del Metro de Bogotá, sino también pronunciamientos o lineamientos técnicos sobre diferentes proyectos ferroviarios del país.
Al hacer un análisis al contrato, queda claro que el Gobierno Petro no solo quiere plantear la posibilidad de soterrar el trazado por la Caracas, sino también pide evaluar la viabilidad de trasladar el trazado a la Carrera 13.
Los tres escenarios a evaluar son: 1, diseño actual del metro elevado (Patio Taller – Estación 11 (calle 1) – Avenida Caracas hasta calle 72); 2, se tomará el diseño de la primera línea hasta la estación número 11 (calle 1), y se evaluará el diseño subterráneo de la línea por la carrera 13, hasta la calle 72; y 3, se tomará el diseño actual hasta la estación número 11 (calle 1), y se evaluará el diseño subterráneo de la línea por la avenida Caracas, con un túnel TBM (tuneladora) y conservando las estaciones actuales del diseño de la primera línea.
“Lo que hemos pedido es lo que se denomina en ingeniería una evaluación de beneficio – costo y que compara las alternativas que existen en este momento que es el diseño actual con el viaducto, la posibilidad de que ese trazado se pueda soterrar, y la otra es el proyecto que nosotros dejamos en su momento en ingeniería básica avanzada y que tiene diseños definitivos y que va entre la décima y la 13 por todo el borde oriental”, aseguró a SEMANA el ministro de Transporte, William Camargo.
Es así como los tres escenarios que quedaron establecidos en el contrato entre la SCI y la ANI no contemplan el análisis de extender la primera línea del metro de la calle 72 hasta la calle 100 como lo anunció el presidente Petro en otro mensaje en su cuenta de Twitter.
“Se acordó trabajar una fase de la primera línea elevada entre el patio taller y la carrera 50 y a partir de allí una fase subterránea hasta la calle 100, en el norte de la ciudad, que sería licitada por la nación y que ya tienen estudios de detalle”, fue el anuncio que hizo el presidente, sin embargo, en el contrato ese escenario no aparece.
Pese a que dicho escenario no está explícito en el contrato firmado, Camargo afirmó: “eso es parte de lo que uno con los equipos y los consultores puede revisar porque básicamente son indicadores paramétricos de costo”.
Ahora, si bien hasta octubre próximo es que se van a conocer los conceptos de la SCI, desde ya el Gobierno Petro está metiendo una especie de freno de mano al proyecto, pues le solicitó a la Alcaldía de Bogotá que bajo ninguna manera los frentes de obra que iniciaron con el comienzo de la construcción del viaducto afecten el borde oriental de la ciudad hasta que no se tome una decisión final.
¿Engañados?
Si bien en un primer momento el presidente Petro afirmó que el Gobierno había sido engañado por la Alcaldía al salir a negar la supuesta propuesta en común para evaluar un metro subterráneo, ahora, una vez conocidos los tres escenarios que debe evaluar la Sociedad Colombiana de Ingenieros, es el Distrito el que siente que le mintieron.
Fuentes de la Alcaldía de Bogotá le explicaron a SEMANA que lo que se había planteado en las mesas técnicas no fue lo que finalmente se le pidió a la SCI que evaluara. En otras palabras, el Gobierno, le había comunicado a la Alcaldía que iba a pedir el concepto de un escenario, pero terminó pidiendo la evaluación de otros totalmente diferentes.
De acuerdo con lo revelado por las fuentes, después de que el Gobierno aceptó que jurídicamente no se podía modificar el contrato para que la primera línea se subterranizara, se planteó la opción de modificar el trazado, es decir hacerlo elevado, pero que arrancara en Bosa, tomara el corredor férreo del sur y terminara en Paloquemao y la calle 26. Esa alternativa que se planteó tiene ya un estudio de prefactibilidad porque esta sería la tercera línea del metro.
El Gobierno espera tener los conceptos de la SCI en tres meses, pero fuentes del Distrito le indicaron a SEMANA que nadie en la Alcaldía de Bogotá ni en la Empresa Metro se arriesgaría a firmar una modificación contractual de ese calibre. “Quien lo haga, podría terminar en la cárcel”, se dijo.
El pensar de los candidatos
En medio de toda esta polémica en torno al Metro de Bogotá, los candidatos a la Alcaldía expresaron su preocupación sobre el futuro de la megaobra.
Para Diego Molano, “Petro es el mayor enemigo de Bogotá, nos lo dejo claro cuando fue alcalde y ahora como presidente manipula la obra más importante de los capitalinos. Al final lo que quiere es poner a la capital contra la pared para poner a su novelesco candidato Bolívar. No podemos permitir que por un capricho del presidente Petro, tengamos que gastar 10 años más y 15 billones más para tener el metro”.
Y enfatizó “al presidente le digo: no más tramoyas para mantener a los ciudadanos esclavos de las promesas de un político que juega con su calidad de vida”.
Por su parte, para Rodrigo Lara, si bien el metro elevado, “tiene defectos”, lo mejor para Bogotá es continuar con el proyecto tal cual como fue contratado.
“El metro elevado contratado tiene innumerables defectos, pero no se puede parar. Uno de los defectos es la supresión de todos los carriles de vehículos de la Avenida Caracas, para que quepa al mismo tiempo TransMilenio y el viaducto del Metro, obviamente es mejor soterrarlo, sin embargo, el problema es que enterrarlo es impagable, cuesta $17 billones, y con esos recursos, más los $3 billones del disparatado TransMilenio de la Séptima, yo construyo la tercera línea del Metro que va a circular de sur a norte”, señaló Lara.
Ahora, Lara enfatizó que “la solución secreta, que no nos ha contado la alcaldesa Claudia López, a la que llegó con la Presidencia de la República, consiste en acortar el metro elevado hasta la intersección de la Avenida Caracas con las calles 26 y 24, y eso haría”.
El ex senador y ahora candidato Jorge Enrique Robledo, señaló por su parte, que el presidente Gustavo Petro lo que está haciendo es dar señales de autoritarismo.
“En todo esto hay tres controversias principales, la primera, es un debate técnico, si metro elevado o subterráneo, yo soy de los que prefiero en las líneas centrales son mejores las subterráneas porque los impactos ambientales de las elevadas pueden ser muy graves; lo segundo, es un debate legal, Peñalosa, a mi juicio, dejó contratado ese metro y la alcaldía de Claudia López llegó a cumplir el contrato que estaba firmado; y la tercera discusión es si se puede cambiar ese contrato o no, y los abogados más serios a mi juicio, han dicho que no se puede cambar el contrato porque hay leyes que impiden cambiarlo y si lo cambian, son sancionados legalmente los que lo hagan, tanto empleados públicos, como contratistas privados y ese es un tema sobre el cual Petro ha dicho que sí se puede cambiar, pero él no ha dado ninguna prueba al respecto, él ha debido pedirle desde hace rato un concepto al Consejo de Estado para dirimir ese asunto”, comentó Robledo.
Y a renglón seguido subrayó: “Petro insiste que tienen que cambiar el trazado, pero yo me hago una pregunta, él puede tener el deseo que eso suceda, pero ¿él puede ordenarle a Claudia López que eso suceda?, es decir, ¿los alcaldes de Colombia son subalternos del presidente de la República?, en eso se debería medir Petro, porque si no cae en abierto autoritarismo”.
De otro lado, Carlos Fernando Galán, también candidato a la Alcaldía de Bogotá, señaló de manera tajante, que “no estoy de acuerdo con la propuesta del presidente Petro de parar el Metro, replantearlo, porque eso costaría $15 billones adicionales, sin contar con las demandas y varios años más de espera”, y resaltó: “hay que construirlo como está y para defenderlo yo le pido a los ciudadanos que nos den un mandato en la elección de octubre, para garantizar que llevamos a buen puerto ese proyecto”.
Juan Daniel Oviedo, ex director del Dane, y hoy candidato a la Alcaldía, también se mostró en desacuerdo en que se vaya a modificar la primera línea del Metro en la ciudad. “Nuestra actitud de escuchar y tomar decisiones basadas en evidencia, nos llevan a establecer que desde expertos, hasta habitantes de la localidad de Bosa, coinciden todos en que esa solución de movilidad debe suceder ya y como se ha contratado hasta el momento”.
En ese sentido, Oviedo agregó: “es clave que se respete la institucionalidad, pero al mismo tiempo la necesidad de todos los habitantes de Bogotá de mejorar su calidad de vida desde la movilidad”.
Finalmente, es de mencionar que Gustavo Bolívar, quién es el candidato a la Alcaldía de Bogotá, por el Pacto Histórico no solo está de acuerdo con subterranizar la primera línea del Metro, sino que además anunció que hará todo lo posible para que no se continúe con el proyecto elevado.
“Vamos a lograr a toda costa, como se pueda hasta el 31 de diciembre, para que el Metro de Bogotá en el tramo de la Avenida Caracas sea subterráneo”, dijo Bolívar cuando se conoció que era el elegido para llevar la bandera del Pacto Histórico en la capital del país.
En ese sentido, Bolívar enfatizó: “nosotros vamos a luchar para que por lo menos el tramo que atraviesa la Caracas sea subterráneo”. No obstante, el candidato dejó claro que “si de aquí a que nos posesionemos el 1 de enero no se logra, vamos a terminar la obra como quede concebida, tampoco vamos a atravesarnos, pero el metro subterráneo va a ser nuestra prioridad”.