Política
“Mi apoyo era condicionado, le dije que no era un cheque en blanco”: Katherine Miranda habla sobre su quiebre con el Gobierno Petro
La representante opinó sobre la posibilidad de que la Alianza Verde se declare en independencia. Además, aseguró que se unió a la campaña del ahora presidente bajo la condición de que se respetara su derecho al disenso.
SEMANA: ¿Cree que la Alianza Verde está cerca de declararse en independencia frente al Gobierno del presidente Gustavo Petro?
Katherine Miranda (K.M.): Creo que, en la práctica, el Partido Verde ha tenido una notoria independencia, más allá de la formalidad de ser gobierno o no. Eso habla muy bien del partido, que no ha sido lo que históricamente hemos conocido en el país. Los partidos que dicen ser de gobierno simplemente se dedican a votar todo, sin cuestionar absolutamente nada.
Sin embargo, se dijo hace un tiempo en el partido que, al cumplir un año del presidente en el poder, se iba a discutir si valía la pena mantenernos como Gobierno o dar el paso a la independencia. Creería que es algo que se va a discutir después del 20 de julio, pero creo que en la práctica ya se está dando.
SEMANA: ¿Se ha conversado sobre el tema internamente?
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K.M.: La discusión sí se ha dado en el partido, pero aún no tenemos una fecha fija para evaluar. Se dijo que antes de las elecciones de octubre.
SEMANA: ¿Cómo están las fuerzas al interior del partido en torno a la independencia?
K.M.: Sin lugar a dudas, la llegada de Carlos Amaya a la Presidencia muestra una línea que ha sido crítica con el Gobierno. Las últimas entrevistas que ha dado frente al rumbo que va a tomar el partido muestran más cercanía al centro. Él ha dicho que, si se quiere pensar en un partido a futuro, se tiene que desligar de Gustavo Petro. Creo que hay una tendencia hacia allá. Silenciosa, pero la hay.
SEMANA: ¿Mayoritaria?
K.M.: Yo creo que sí.
SEMANA: Y está la carrera por la Presidencia del Senado en juego, que puede ser un motivo para posponer una decisión.
K.M.: De acuerdo. Por eso digo que es después del 20 de julio que esto se decanta más.
SEMANA: Copartidarios más cercanos al Gobierno aseguran que esta tendencia a la independencia puede ser un cálculo político de cara a las próximas elecciones. ¿Qué opina?
K.M.: Independientemente de las elecciones de final de año, el partido siempre ha tenido una lógica de una independencia deliberativa. Siempre hemos sido así, seamos oposición o seamos Gobierno. Se puede ver en la Alcaldía de Bogotá. A pesar de que la alcaldesa sea del partido, siempre ha habido voces disonantes que han hecho críticas. En el Gobierno Duque éramos partidos de oposición, pero si presentaba algo bueno se le apoyaba. Si presentaba algo malo, se le criticaba. Ese ha sido el modus operandi del partido históricamente.
Para mí no obedece a ningún cálculo político, como algunos lo quieren hacer ver, sino al ADN de lo que somos. Tampoco hemos hecho oposición por oposición, recalcitrante o simplemente con el ánimo de dañar un Gobierno. No se hizo con Duque, mucho menos con Gustavo Petro. El ADN del Verde son críticas constructivas e independencia deliberativa. Así fue con el expresidente Santos, también.
SEMANA: ¿Qué provocó el quiebre entre usted y el presidente Gustavo Petro?
K.M.: No es una postura nueva. Yo no llegué a la campaña de Petro porque sí. El presidente a mí me pidió el apoyo y mi apoyo fue completamente condicionado a que se respetara mi derecho al disenso. Le dije que no era un cheque en blanco, que yo apoyo lo que me gusta y lo que no, lo diré. Eso lo tenía absolutamente claro el presidente desde el día número uno y yo se lo dije a él. Las cosas siempre estuvieron sobre la mesa.
Le apoyo y le apoyaré al Gobierno muchas cosas que creo que están bien, pero yo no me podía tragar el sapo de la reforma política. Para mí no es correcto apostarle a una lista cerrada si con eso teníamos que entregar la reelección inmediata del Congreso actual. Hay un espíritu demócrata que no me puedo saltar, así me convenga a mí o así le convenga al Gobierno. La primera ruptura fue la reforma política.
La segunda, que para mí fue durísima, fue la expropiación exprés. Yo soy una mujer de Estado, creo profundamente en las instituciones. Creo profundamente en la propiedad privada. Entiendo la necesidad de una compra de tierras urgente, pero creo que hay mecanismos democráticos y correctos para hacerlo que no impliquen la expropiación. Fue durísimo ese tema.
SEMANA: ¿Y las reformas sociales?
Tengo críticas frente a la reforma, a la salud y se las hice saber al Gobierno antes, durante y después. La primera crítica es por la forma en la que se ha llevado el debate, creo que ha sido bastante atropellado. Se habla de que ha habido muchísima discusión frente al tema, pero se les olvidó el pequeño detalle de hacer la consulta previa. Frente a esos vacíos y vicios, lo que hay que hacer es denunciarlos y tratar de subsanarnos. Si no se puede, empezar de cero. En ese orden de ideas, me alejo de una reforma a la salud a la que le falta consenso, que ha sido atropellada y que no ha sido justa con todos los actores de la sociedad, ni con los indígenas o las comunidades. Han tenido mucho afán y han sido bastante soberbios. Se pueden hacer mejor las cosas. No creo que sea imponiendo, no creo que sea amenazando.
SEMANA: ¿Qué le parecen las salidas en falso del presidente?
K.M.: Creo que ahí el presidente y el Gobierno se han equivocado, colocando en contra a la justicia, las cortes, el Congreso y los medios de comunicación. Nuevamente, soy una mujer de Estado, profundamente institucional, y creo que los cambios se pueden hacer sin generar tantos sacrificios y violencia. No creo que la violencia sea un mecanismo válido para presionar los cambios. Creo en el consenso y construir en la diferencia. Eso ha sido un quiebre con el Gobierno. Pasamos de pensar que el enemigo en el país eran los violentos y ahora son los medios de comunicación, el Congreso y las instituciones. No creo que sea positivo para el país.
Se habla de un golpe blando, pero creo que ahí se meten autogoles. Este Gobierno ha sido el número uno con todos los goles que se ha metido. Están señalando a los medios, pero lo que han hecho es colocarle los micrófonos a personas de su propio Gobierno.
SEMANA: ¿Qué ha sabido sobre las amenazas en su contra?
K.M.: No mucho, está el tema en la Fiscalía. Hablé hace poco con Cecilia López, que fue quien nos alertó en su momento. Es más una amenaza con ganas de callar, con ganas de generar miedo. En un momento como el que está pasando Colombia no nos podemos atrincherar. No nos podemos asustar. Yo no soy enemiga de nadie, no tengo a ninguna persona a la que haya graduado de enemiga. Lamento profundamente que gente me vea como enemiga. Uno trata de ser imparcial, hay gente a la que le gusta y otros a los que no.