Salud
Ministro de Salud se “inclinó” frente a organizaciones que vienen trabajando en la reforma a la salud
En un efusivo discurso el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo aseguró que con la reforma se le va a quitar a las entidades de salud más de 100 billones de pesos que “manejan a su acomodo”.
Este sábado se conoció un video en el que el ministro de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo se dirige al equipo de colaboradores que vendrían trabajado desde hace varios meses en la polémica reforma, la que incluso generó ruptura de la coalición política planteada por el gobierno nacional desde la campaña presidencial.
Luego de exclamar que estamos frente a un panorama en el que “se acaba la salud”, Jaramillo resaltó el trabajo del quipo humano que le apostó al cambio. “Ustedes han sido la vanguardia de este trabajo, yo me inclino como ciudadano al trabajo que ustedes han hecho”, a la par que pronunciaba la frase hizo una ligera venida a manera de homenaje.
“Con respeto, ustedes en sus organizaciones les han dado a los colombianos un ejemplo. A mi y todos lo que creímos en el cambio y en la transformación y aquí estamos con un presidente que sabe que ustedes representan la vanguardia del cambio y la transformación en Colombia. Porque han sido la resistencia de 500 años en este país”, manifestó el jefe de la cartera de salud.
Él es consciente que el camino que recorren para lograr lo que pretenden no será fácil por eso enfatizó. “Tenemos que continuar porque vamos a tener muchas dificultades y tenemos que estar como ustedes lo dijeron: no solamente las siete organizaciones unidas en un solo grito, sino todo el pueblo que cree en el cambio y en la transformación unidos para resistir todos los empates del establecimiento”.
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Según el ministro de Salud, si se logra la reforma tal cual la tienen planteada el siguiente año se le quitará a lo que él llama el establecimiento una billonaria suma de recursos del sector que estarían siendo mal manejados, “esta reforma implica en que el establecimiento va a perder el año entrante, 100 billones de pesos que manejan a su acomodo”, fueron sus palabras textuales.
Afectado lo que calificó como la ley del oro. “cuando usted tiene 100 billones de pesos, que usted administra como usted quiere, usted impone la ley sobre todos nosotros”, enfatizó. Para el ministro de salud no se puede permitir desangre en el sistema cuando son recursos del pueblo “a pesar de que somo los cotizantes los que ponemos una parte de ese dinero. A pesar de que los impuestos que todos los colombianos ponen, se los entregamos - refiriéndose a los recursos - a una intermediación que ha sido nefasta en este país y que ha enriquecido a las eps y que ha hecho que se acrecienten los dineros para las clínicas privadas”.
Una situación que en su discurso indicó contrasta con la realidad de un país en el que en las regiones se evidencia la falta de atención médica. “Cuando vemos como nuestros pequeños hospitales en los sitios marginados y en más de 700 municipios, muchos de ellos, en sus territorios están sumidos en la desesperanza, vulnerables, cayéndose muchos de ellos”, puntualizó.
SEMANA: ¿Qué tanto ha cambiado el proyecto de reforma a la salud?
GUILLERMO ALFONSO JARAMILLO: Ha habido importantes modificaciones, se ha ido modelando con los diálogos que se han tenido con los diferentes sectores de la salud: pacientes, comunidad en general, indígenas, afros, médicos, sociedades científicas, IPS, EPS y sindicatos. Hemos ido teniendo un diálogo con todos esos actores. Recordemos que la exministra Carolina Corcho hizo audiencias con el Congreso, se escucharon a las comunidades. Lo que queremos es eliminar la mala información y los mitos creados alrededor de la reforma. Por ejemplo: que se estatizará el sistema de salud. De ninguna manera, seguirá siendo un sistema donde lo público hace una alianza con lo privado y se trabaja conjuntamente.
SEMANA: ¿En qué porcentaje ha cambiado la reforma a la salud?
G.J.: Mucho más del 50 por ciento, digamos en la moderación que se ha hecho.
SEMANA: ¿Ese más del 50 por ciento lo dejó satisfecho?
G.J.: Para nosotros continúan manteniéndose los principios que el presidente desea en esta reforma: el fortalecimiento de la prevención de la enfermedad. Hay que prevenir la enfermedad, promover la salud desde el kindergarten (...). La salud es integral, pero su base es la prevención y la atención primaria.
SEMANA: ¿Es decir, ya no es la reforma de Carolina Corcho?
G.J.: Algunos dicen que la reforma de Petro, de Carolina Corcho, no. La exministra con un grupo de médicos, donde hemos estado todos, venimos luchando desde hace muchos años, incluso contra la Ley 100. En 2008, la Corte, a través de la sentencia T-760, vio que había problemas en el sistema, ordenó 16 mandatos, no se cumplieron y entre todos trabajamos la ley estatutaria de 2015 que declaró a la salud como derecho fundamental, pero nunca se reglamentó. Han pasado ocho años. Si se hubiera reglamentado, hoy no estaríamos tratando de hacer esta reforma.
SEMANA: ¿El Gobierno cederá más en la reforma? Falta la plenaria de Cámara, Senado y el escenario no es fácil.
G.J.: Sí, uno entiende que siempre hay procesos donde hay cosas que no están totalmente consensuadas. Nosotros no podemos ceder en los principios que el presidente nos ha puesto: que pueda haber un recaudador único –el Adres–, eso está conciliado; segundo, que podamos pagarles directamente a las clínicas y hospitales. Esa es una de las soluciones a los problemas y las deudas que han quedado. Nosotros les pagamos al día a las EPS hoy, el Adres gira al día a las EPS, pero se demoran en pagar a las IPS y terminan debiendo, ahí comienzan a debilitarse las clínicas y hospitales públicos y privados.
SEMANA: Usted también es político, ¿cómo ve el ambiente en la plenaria de la Cámara?
G.J.: Soy optimista. La gran mayoría de los congresistas en la Cámara han trajinado el sector de sus departamentos y conocen muy bien la situación que se vive en los centros poblados. Ellos han palpado que hoy hay más de 700 municipios que ya no tienen hospital o centro de salud. Yo creo que en la Cámara hay una gran sensibilidad social (...).
SEMANA: ¿Es más complejo el escenario en el Senado?
G.J.: He encontrado que todos son conscientes de que hay que hacer una reforma, pero se sienten presionados porque hay un concepto errado: creer que las EPS son las que dan la salud y no es así.
SEMANA: Ha conciliado con todos los partidos. ¿Con cuál ha sido más difícil?
G.J.: Hay algunos que no estarán de acuerdo. Saben que es necesaria la reforma, pero la lucha es contra el Gobierno.
SEMANA: Eso es claro en la oposición, pero, por ejemplo, el Partido Conservador está rebelde…
G.J.: Hoy tenemos una crisis política. La U y los conservadores eran partidos de Gobierno. A raíz de los conflictos que se generan en todas las administraciones, ellos decidieron no ser de oposición, sino independientes. Para mí eso quiere decir que no están en contra del Gobierno, pero pueden no estar de acuerdo en algunas cosas. No veo dificultad para que nos podamos entender.
SEMANA: ¿Y el Partido Liberal? Usted es amigo personal de César Gaviria.
G.J.: Yo conozco a César Gaviria desde 1982, cuando llegué a la Cámara y nos encontramos en la Comisión Tercera, lo conozco hace 40 años, lo respeto mucho (...). No he tenido la oportunidad de hablar con él porque los temas políticos no los hablo yo, yo dialogo con los parlamentarios, pero el tema político lo maneja el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. Por ejemplo, el jueves pasado, antes de la votación en la Comisión Séptima, charlé con La U, liberales, conservadores, ese día me dijeron que no estaban de acuerdo con 11 puntos, yo los revisé con las personas que están con el equipo que venía de Carolina Corcho. Nos sentamos y les dije: “Estos artículos, creo, no son indispensables, podemos prescindir de ellos porque hay otros artículos que tocan esos temas”. Encontramos que podíamos eliminar nueve de los 11 y que podíamos modificar uno. En las facultades al presidente, que eran seis, propuse a los parlamentarios eliminar cinco.
SEMANA: ¿Le preocupan lostiempos para la reforma a la salud?
G.J.: A todo el mundo le preocupan los tiempos, pero para eso hay sesiones extraordinarias.
SEMANA: ¿Pero alcanzan en dos semanas más de extras?
G.J.: Pueden ser tres más.
SEMANA: Pero debe quedar, sí o sí, aprobada en esta legislatura.
G.J.: Debe quedar en esta legislatura por una sencilla razón: no tendríamos el tiempo para mostrar el beneficio de la ley, en especial en las zonas marginales del Pacífico, La Guajira, Orinoquía o Amazonía, hoy desprotegidas en materia de salud.
SEMANA: En castellano, ¿las nuevas EPS qué harán en adelante?
G.J.: Este lunes me reuniré con todas las EPS a las dos de la tarde. Les diré que casi seguirán haciendo las mismas funciones, mantendrán sus afiliados, les vamos a pagar lo que se les viene pagando por sus labores: van a auditar, estarán en las redes, de la mano con nosotros adelantando todo el proceso. La única diferencia es que en vez de pagarles a las clínicas a través de ellos, nosotros vamos a pagar a los hospitales directamente. De resto, trabajaremos con estas gestoras de salud y vida. Usted se mantendrá afiliado a una de ellas.
SEMANA: ¿Por ejemplo: qué pasará con Guillermo Alfonso Jaramillo?
G.J.: Yo estoy afiliado a Colsanitas, seguiré afiliado. Mi Gestora de Vida lo que me va a decir es “Guillermo, usted como vive cerca de la 123 con carrera sexta, su CAP estará en la 130 o 129 con 15, ese centro de atención primaria en salud lo atenderá si tiene una dolencia”. Allá lo ve el médico y si le recomienda un especialista, va al segundo o tercer nivel sin ningún problema.
SEMANA: ¿Y Sanitas coordina para que a Jaramillo lo atiendan rápido y sin mayor problema?
G.J.: Sí, ahí no hay ningún problema. No va a pasar nada. Todo se hará de la mano con las gestoras. Lo que vamos a hacer es a conformar redes. Si Sanitas no tiene un CAP en Ciudad Bolívar, el más cercano será el del Distrito. Se busca que la cita con el especialista, en ese ejemplo, no sea en el norte y tenga que estar dos horas en un bus. Deberían atenderlo cerca.
SEMANA: ¿En dos años tendrán que construirse 2.000 CAP?
G.J.: Muchos de los CAP ya están construidos. En 700 ciudades pequeñas, en municipios de sexta categoría, sus hospitales ya están, necesitamos arreglarlos y dotarlos. Eso será gradual, no de un momento a otro, no es en dos años.
SEMANA: ¿Cuánto vale esta reforma?
G.J.: Hay una cosa muy importante que la gente no ha tenido en cuenta. En la reforma tributaria del año pasado, el sistema general de participación subió mucho. En diez años se va a duplicar el dinero para la salud. Eso es muy importante.
SEMANA: El Ministerio de Hacienda en la era de José Antonio Ocampo estimó el costo en 100 billones en diez años...
G.J.: Es supremamente exagerado.
SEMANA: Usted habló de un negocio de las UCI en medio de la pandemia y alborotó un polvorín. ¿Qué hay de fondo?
G.J.: Revisen los debates que se dieron de 2020. Eso no es nuevo. Yo lo que pregunto es por qué a mí me va a investigar la Procuraduría y no investigaron eso antes cuando el propio exministro de Salud también hizo declaraciones con respecto a esa situación. Pregúntele al doctor (Fernando) Ruiz.
SEMANA: Pero el exministro Ruiz rechazó sus señalamientos y dijo que se salvaron millones de vidas.
G.J.: No estamos hablando de si se salvaron o no vidas, es la obligación de todo Gobierno. Lo que estoy diciendo y dije es que se abrieron unidades de cuidados intensivos y expliqué que en Mariquita y Lérida (Tolima) flexibilizaron tanto esa situación que no eran idóneas las personas que manejaban esas unidades. Y una UCI sin personal idóneo es un peligro inminente. Terminaron diciendo que yo estaba atacando a los médicos y no es así.
SEMANA: La oposición quiere recusarlo porque su esposa tiene un alto cargo en la Supersalud. ¿Qué piensa?
G.J.: Lo tiene que dirimir el consejo de ministros. Esa recusación no tiene ningún fundamento. Yo no la nombré, no soy su superior jerárquico y no puedo interferir en el trabajo de nadie de mi familia.