NACIÓN

Ministros de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, y de Venezuela, Vladimir Padrino, comenzaron empalme sobre reapertura de la frontera

Este encuentro histórico se da después de estar cerrada la frontera por más de cuatro años.

24 de septiembre de 2022
Y es que con la llegada del presidente Gustavo Petro, las cosas comienzan a cambiar, por lo que se espera que se inicie el proceso de reapertura progresivo para reanudar temas que tienen que ver con la activación del transporte de carga terrestre y conexiones diplomáticas con el vecino país.
Con la llegada del presidente Gustavo Petro, se espera que se inicie el proceso de reapertura progresivo para reanudar temas que tienen que ver con la activación del transporte de carga terrestre y conexiones diplomáticas con el vecino país. | Foto: Ministerio de Defensa de Colombia

Este sábado, desde muy temprano, viajó el ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, hacia el estado de Táchira, Venezuela, donde está reunido con su homólogo Vladimir Padrino, para hablar de temas relacionados con la apertura de la frontera colombo-venezolana, que estuvo cerrada durante el gobierno del expresidente Iván Duque.

Y es que con la llegada del presidente Gustavo Petro, las cosas comienzan a cambiar, por lo que se espera que se inicie el proceso de reapertura progresivo para reanudar temas que tienen que ver con la activación del transporte de carga terrestre y conexiones diplomáticas con el vecino país.

Cabe recordar que ya habían anunciado la reapertura de la frontera, que será a las 10:00 a. m. del próximo lunes. El paso de carga pasará por los puentes internacionales Simón Bolívar (Villa del Rosario) y Francisco de Paula Santander (Cucutá).

El anuncio de la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela ha generado expectativas. Más allá de un posible encuentro entre los presidentes Nicolás Maduro y Gustavo Petro, todavía no hay claridad de cómo operarán en la práctica el comercio y los temas migratorios.

Retomar la tracción en la movilidad de personas, superar las tensiones del pasado, pero, sobre todo, garantizar negocios entre los dos países no será una tarea fácil. De hecho, hay más dudas que certezas. Hace unos días el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, se pronunció en el sentido de un acuerdo con Venezuela para la reanudación del paso de carga hacia los dos países. Sin embargo, para el sector no hay claridad absoluta de cómo funcionará en la práctica.

Por otro lado, el Ministerio confirmó que, aunque los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander que unen a Cúcuta con el estado Táchira operarán entre las 7:00 p. m. y las 6:00 a. m., “temporalmente, los camiones llegarán a un punto del otro país y harán el traslado de la carga a camiones nacionales, mientras se hacen los protocolos y se normaliza la situación gradualmente”.

Eso implica retos operativos que generarían sobrecostos, mientras que los dos países acuerdan los temas aduaneros y de sanidad, tal como lo solicitó Venezuela. Pero esa es la carga más liviana; para un amplio sector de transportadores no existen condiciones idóneas ni de rentabilidad ni de seguridad para llevar mercancías al vecino país.

De hecho, no existe garantía plena de que un camión que viaja cargado desde Colombia tenga qué traer desde Venezuela, ni mucho menos que lo haga de forma totalmente segura para el conductor y la mercancía.

Todo lo que tiene que ver con la provisión de carga, de combustible, el tema de seguridad sobre las vías, cómo va a ser el aforo, las aduanas, todo eso es fundamental, porque no hay absolutamente nada; esperamos que en el transcurso del año se vayan normalizando las operaciones”, asegura Anderson Quiceno, CEO de la Asociación de Transportadores de Carga (ATC), que agrupa a cerca de ocho mil tractomulas y camiones.

Por su parte, Colfecar aplaude la reanudación de transporte de carga, pero recuerda cuellos de botella. Uno, el transporte internacional se rige por las normas de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), de la cual Venezuela ya no hace parte; dos, la presencia de grupos armados ilegales que se aprovechan del paso de los camiones en las cercanías de las denominadas trochas, por donde circulan el contrabando y los migrantes irregulares. Y tres: está en juego un gigantesco mercado, combustibles, aceites minerales, materias plásticas, manufacturas, papel, cartón y productos farmacéuticos.

Según cálculos de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana, la balanza comercial entre los dos países podría oscilar entre 800 y 1.200 millones de dólares al cierre de 2022, gran parte de los cuales están relacionados con el sector de carga.