ENTREVISTA
Monseñor Francisco Múnera, presidente de la Conferencia Episcopal, habla de la constituyente de Petro y de la polarización del país
El presidente de la Conferencia Episcopal habló sobre la propuesta del Gobierno Petro. Además, de los dos años del mandatario, la polarización y otros temas que le preocupan, porque “en Colombia estamos perdiendo los valores”.
SEMANA: ¿Cómo se produjo su elección?
FRANCISCO MÚNERA: Nuestros procesos son muy sencillos y no hay ningún tipo de campañas. Es un discernimiento. La asamblea consideró el trabajo realizado por nuestra anterior presidencia, valoró el momento actual que vive el país y también las circunstancias particulares que tenemos como Iglesia actualmente, tanto a nivel nacional como a nivel de Iglesia universal. Surgieron algunos candidatos y entre ellos recibí ese voto de confianza y de bondad de parte de mis hermanos obispos. SEMANA: ¿Cómo recibe la Conferencia Episcopal?
F.M.: Con un trabajo muy significativo por parte de la presidencia, que entregan el señor cardenal Luis José Rueda y monseñor Omar Alberto Sánchez. Un trabajo de mucha unidad, creo que lograron establecer muy buenos vínculos con el país, con la sociedad, con todos los actores, y eso ha sido fundamental para el trabajo y el servicio que prestamos a la patria.
SEMANA: ¿Cuáles serán las estrategias que usted trabajará durante su presidencia?
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F.M.: Recibimos un mandato claro con el que haremos un llamado al país para no acostumbrarnos a las situaciones que van haciendo callo en la vida de la nación. Es una invitación a una renovación de nuestra mentalidad, de la manera de ver las cosas y de ver el país. La propuesta es, especialmente, defender el valor de la vida en todas sus manifestaciones, defender la dignidad de la persona humana, porque esto para nosotros constituye lo que llamamos los principios no negociables. Luego, queremos fortalecer la institucionalidad a partir de la familia, según el proyecto de Dios. Lo tercero, queremos trabajar y apostar muchísimo a la propuesta educativa para aportar al país y que tome conciencia de que realmente una educación con calidad y focalizada, sobre todo, en nuestros niños, es garantizar el presente y el futuro. Una educación que forme valores, porque también constatamos que en Colombia estamos perdiendo los valores. Debemos respetar a los demás, que nos duela el sufrimiento de los demás, que superemos la indolencia, la indiferencia, la apatía y, principalmente, la polarización, que es uno de los puntos que está afectando mucho la vida social y política del país.
SEMANA: ¿Por qué dice que se están perdiendo los valores en Colombia?
F.M.: Nos ha entrado una anticultura, llamémoslo así. Por ejemplo, del dinero fácil, eso nos ha afectado, y la ambición del dinero es la raíz de todos los males. La corrupción ha dañado el tejido social del país, se ve corrupción en todos los niveles y eso es por la pérdida de valores. Debemos trabajar en la honestidad, en la palabra dada, en el respeto por la vida del otro, eso es un aspecto muy importante. Es importante también trabajar en una cultura ciudadana y política de diálogo, que seamos capaces de no mirar al adversario como un enemigo al cual hay que eliminar o destruir. También en la inequidad en las regiones, porque es otro problema grave. Entonces, es un llamado a que nos duela el país, a que tengamos dolientes y querientes por esta patria y que eso nos permita superar la polarización tan fuerte que tenemos. Estos son cambios que deben hacerse sin importar el Gobierno que esté, porque hay que seguir trabajando sobre lo construido, pero también hay que seguir avanzando.
SEMANA: La polarización cada día aumenta. ¿La falta de valores ayuda en ese sentido?
F.M.: Sí, tenemos que construir un país que aprenda a conversar a través del diálogo social. Todos debemos aprender eso. ¿Qué nos está faltando para acercar las orillas, para que no sigamos atizando los odios? Todos los sectores tienen que apuntar a eso, al diálogo. Como Iglesia queremos trabajar mucho en ello.
SEMANA: Usted habla de la defensa de la vida, pero para nadie es un secreto que el país tiene grandes problemas de orden público. ¿Cuál será el trabajo de la Iglesia en temas de paz?
F.M.: Nosotros trabajamos fuertemente en temas de paz, primero, como una opción humanitaria. Segundo, porque las comunidades requieren la presencia de la Iglesia, pues estamos en todos los rincones del país. Somos actores que podemos acercar y darles confianza a las partes y generar estos diálogos territoriales. Hay que darle un respaldo a la institucionalidad y en ese sentido la Iglesia seguirá trabajando.
SEMANA: ¿Cómo creerles a los bandidos que dicen querer la paz, pero siguen cometiendo todo tipo de delitos y asesinando colombianos?
F.M.: Tenemos una deuda de confianza, es decir, hemos ido acumulando una desconfianza muy grande, y no podemos negar que también de parte del Estado, haciendo grandes esfuerzos, se han presentado incumplimientos y eso genera también estos temores. Colombia sigue siendo todavía un país con mucho más territorio que Estado; entonces, en muchas de nuestras fronteras los actores ilegales siguen cooptando la población y la economía. Pero tenemos que seguir apostando, con esperanza, a que los diálogos sean llevados con una metodología, con estrategia y, sobre todo, generando confianza para que produzcan resultados.
SEMANA: ¿Qué opina sobre la propuesta del Gobierno Petro de hacer una constituyente?
F.M.: Todavía no puedo dar una postura como institución, porque se requiere más tiempo para reflexionarlo. Hay que escuchar el sentir de todos, porque es una discusión abierta que ya, por lo menos, ha sido puesta sobre la mesa. Ahora, en mi opinión personal, creo que tenemos la Constitución de 1991, que ofrece los elementos suficientes para seguir ahondando y avanzando en las reformas que el país requiere. Pero este es un nuevo escenario y nos tocará a todos los sectores analizarlo en todas sus implicaciones. Se requiere estudiar la propuesta con mucha seriedad.
SEMANA: El Gobierno ha dicho que incluirá a todos los sectores. Si los convocan, ¿participarán de los diálogos para la constituyente?
F.M.: Claro, participar sí, pero ya cuando sepamos qué implica la propuesta. Debe haber un diálogo de todos los sectores: la academia, los partidos políticos, los gremios, sectores sociales y económicos. Debemos analizarla para saber sus elementos positivos y negativos.
SEMANA: ¿Cómo evalúa los casi dos años de gobierno de Gustavo Petro?
F.M.: Ha intentado llevar adelante su propuesta de gobierno, con la que fue elegido. Aún le faltan dos años y creo que debemos darle todavía un tiempo para ver más resultados. Todos reconocemos que Petro todavía tiene tiempo, pero también muchos temas pendientes.
SEMANA: En medio de toda esta polarización, violencia, peleas políticas y diferencias entre los colombianos, ¿cuál es el mensaje que les envía a los ciudadanos?
F.M.: Nosotros queremos aportar al país, queremos una Colombia unida y en paz. Y que cuenten con nosotros como los obispos católicos de Colombia. Estamos deseosos de tender puentes y facilitar espacios y escenarios con todos los sectores, con toda la nación, reconociendo que tenemos un potencial muy rico, talentoso y con mucha esperanza. No nos dejemos llenar de pesimismo. Debemos construir un país con fortalezas, solidaridad y con berraquera.