Política
“No es con mentiras como se logra el cambio”: representantes están furiosos con el presidente de la Cámara, David Racero
Racero anunció que no destinará recursos de la corporación para pagar almuerzos de los congresistas, pero sus colegas lo desmintieron.
El presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, no ha cumplido un mes en la dignidad y ya tiene literalmente desesperados a sus colegas que ya se cansaron –dicen ellos– de las mentiras que les está metiendo a los colombianos basándose en el discurso de supuesta austeridad.
La gran molestia se generó porque el pasado 17 de agosto Racero convocó una rueda de prensa para anunciar que acabaría con la compra de almuerzos para los representantes a la Cámara y que no destinaría recursos de la corporación para pagar dicha alimentación.
“Qué pena, pero los congresistas pueden comprar su almuerzo. Por más que me insistan, no destinaré recursos de la Cámara para el almuerzo de 187 representantes. Es verdad que estamos teniendo sesiones largas de trabajo, pero para eso nos pagan. Dejemos la sinvergüencería”, dijo Racero.
Como este jueves se adelantó la elección del contralor general y hubo Congreso Pleno presidido por Roy Barreras, los representantes quisieron tener prudencia para no hacerle reclamo a Racero en medio de la elección. Sin embargo, acudieron a un comunicado público para desmentirlo y pedirle que dejara de usar la presidencia de la corporación para “hacer populismo”.
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“Es necesario aclararle a la opinión pública que la corporación no le suministra a ninguno de los actuales representantes a la Cámara almuerzos o refrigerios en las comisiones o sesiones plenarias ni en ninguna otra de sus actividades legislativas”, dice el comunicado.
Además, agregan que, “en consecuencia, rechazamos las declaraciones del representante Racero y le solicitamos ser responsable en sus afirmaciones, ya que en su calidad de presidente de toda la corporación está afectando el nombre de la institución y de los parlamentarios que la conforman”.
La comunicación está firmada por Carolina Arbeláez y Jorge Méndez (Cambio Radical), Miguel Polo Polo y Juan Espinal (Centro Democrático), Marelen Castillo (Liga de Gobernantes Anticorrupción), Ciro Rodríguez y Juan Peñuela (Partido Conservador).
“Somos conscientes de los reclamos justificados de la ciudadanía, los cuales debemos escuchar y acatar, pero no es con mentiras, doctor Racero, como se logrará el anhelado cambio que hoy reclama el país”, dicen los congresistas.
La representante Arbeláez pidió al presidente Racero aclarar si se ha dado alguna petición particular sobre el tema de la alimentación, ya que no hay rubro destinado para comprar almuerzos, tal y como él lo señaló. “No sé cuál sea el propósito de él, la imagen del Congreso es mala y lo que está haciendo es populismo político”.
El representante Carlos Ardila, vocero del Partido Liberal, también mostró el malestar de la colectividad frente a las declaraciones de Racero.
“El Congreso no le paga el almuerzo a los congresistas y, por lo tanto, la supuesta determinación de suspender dichos almuerzos es falsa, inexistente y carece de objeto, pues, repito, el Congreso jamás ha pagado el almuerzo de los congresistas y, en ese sentido, el doctor Racero no puede “suspender” lo que nunca se ha puesto en marcha”, dijo Ardila.
Además, Ardila dijo que el anuncio de suspensión de camionetas para los representantes que hizo Racero también es falso porque “las camionetas de los congresistas dependen del convenio que se suscribe con la UNP y del esquema de seguridad que se haya asignado, mas no de la mesa directiva de la Cámara. Se suspendió, entonces, el uso de los automotores que hacen parte de los activos de la Cámara, sin que sea claro cuál es el uso que ahora tendrán, si se van a liquidar y en qué condiciones, o si simplemente se van a deteriorar”.
Sobre ese asuntos de las camionetas de la Cámara, lo cierto es que son vehículos con más de 10 años de uso que están en proceso de venta y, muchos de ellos, no se estaban usando por falta de reparación y otros porque no estaban asignados.
Ardila pidió a Racero rectificar las informaciones que ha dado y que “se abstenga de realizar este tipo de afirmaciones que faltan a la verdad y que perjudican injustificadamente la imagen del Congreso como institución y el buen nombre de cada uno de los congresistas, y que en su lugar se apegue con estricto rigor al mandato de la Ley 5 y represente a nuestra Corporación con la debida dignidad y decoro, para lo cual, además, se le brindan al presidente y a todos los colegas los correspondientes gastos de representación”.
La relación de Racero con sus colegas no va nada bien y se vienen duros debates donde seguramente le pasarán cuenta de cobro por las declaraciones que ha dado. Le quedan once meses en la dignidad, tiempo que podría ser eterno para Racero porque en este momento nadie quiere saber de él.