NACIÓN
“No tengo ningún reparo en considerar al grupo Aval como aliado”, dice el presidente Gustavo Petro, quien pone dos condiciones
El mandatario reaccionó a unas declaraciones de Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente de la organización financiera, en Asobancaria.
Este domingo, el presidente Gustavo Petro se mostró dispuesto a ser un aliado del Grupo Aval, la organización del empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo, presidida por su hijo Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, siempre y cuando haya dos condiciones. “No tengo ningún reparo en considerar al grupo Aval aliado, si cierran importaciones de gas natural y nos ayudan a lograr que las actuales termoeléctricas con capital fósil vayan hacia las energías limpias”, sostuvo Petro.
No tengo ningún reparo en considerar al grupo Aval aliado, si cierran importaciones de gas natural y nos ayudan a lograr que las actuales termoeléctricas con capital fósil vayan hacia las energías limpias.https://t.co/xs8dulmO2V
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 18, 2023
Sarmiento Gutiérrez, en un reciente discurso en Asobancaria, según Bloomberg, dijo: “Esperamos que el Gobierno nos vea como un aliado en la lucha contra el cambio climático”. El presidente del Grupo Aval intervino en ese encuentro y destacó la tarea que realizan sus organizaciones como Corficolombiana, Promigas y Aval, en la lucha contra el cambio climático.
En declaraciones a SEMANA, fuentes cercanas al Grupo Aval informaron que la organización no importa gas ni posee termoeléctricas.
“Con la paz total hay que asegurarnos de que la cura no sea peor que la enfermedad”: Luis Carlos Sarmiento G., en entrevista con SEMANA
Termómetro a la economía
SEMANA: Casi todos los años el sector financiero logra altos crecimientos, por lo general, por encima de los resultados de la economía. Qué expectativa tiene ahora que hay señales de desaceleración.
Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez (L.C.S.G.): Utilizamos siempre el crecimiento nominal de la economía. Este año nosotros creemos que puede estar en 11 %, con una inflación del 9,5 %, el crecimiento real sería por el orden del 1,5 %. Sin embargo, creemos que el crecimiento del sector en 2023 va a estar por debajo del nominal de la economía. Si nos va bien, probablemente el crecimiento de los activos del sector va a rondar el 10 %, lo que quiere decir que va a ser un año de no muy buen desempeño, porque hay muchas cosas pasando. Las tasas están todavía altas, el costo de fondeo está elevadísimo, las provisiones de los bancos están creciendo porque hay mucha cartera que está entrando en problemas. Entonces el margen para crecimiento no es tan amplio. En la medida en que no se den muchas utilidades, no se produce tanto nuevo capital. Y, a su vez, en la medida en que no se produce nuevo capital, no hay cómo apalancarlo, y el apalancamiento es crecimiento. Entonces los bancos andan todos cautos, asegurándose de no llegar a incumplir con relaciones de solvencia de patrimonio regulatorio (el nivel de capital mínimo exigido por el regulador).
SEMANA: Aun así, seguirían siendo el sector que más crece dentro de la economía como ha sido hasta hoy, o ¿cree que habrá otra actividad que les pueda ganar?
L.C.S.G.: No estoy seguro. Si uno hace una revisión, entretenimiento ha venido creciendo más. Lo que pasa es que hay que tener también el valor absoluto del sector y el crecimiento dentro de todos los sectores de la economía. Construcción, por ejemplo, paró de crecer; el agro podría empezar a crecer otra vez, pero más el año entrante. Entonces, es difícil decir. En el último dato de crecimiento los servicios financieros ya no fueron los de mayor crecimiento. Esa puede ser la tendencia que se mantenga.
SEMANA: El Grupo Aval que usted conduce es, por su tamaño y diversidad de negocios, un retrato de lo que está pasando en las distintas ramas de la economía en Colombia y en otras naciones donde hacen presencia. Cuénteme ¿cómo ve el entorno para el grupo en este y en otros países?
L.C.S.G.: El grupo lo dividimos. Lo que es grupo Aval es 100 % doméstico, excepto un banco chiquito en Panamá que se llama Multibanco. Este es un grupo que, al final, está dividido en tres grandes columnas. Una sería el grupo financiero doméstico, que es Aval, y esos son los cuatro bancos en el país. También está Corficolombiana, Porvenir (Fondo privado de pensiones) y unas agencias en el exterior, incluido un banco en Panamá. Después, está el grupo internacional, que son los seis bancos en Centroamérica, pero esa parte ya no está dentro de Aval. Se escindió. Y en tercer lugar están las otras compañías que son importantes. Los medios de comunicación, como El Tiempo, por ejemplo. Hay una parte de construcción de propiedad raíz comercial, como centros comerciales, o como el hotel Grand Hyatt, entre otros.
En ese componente, inclusive, se está construyendo vivienda otra vez, y esa es la tercera parte del grupo. Entonces, el crecimiento en Colombia seguramente va a ser todo orgánico y a través de los bancos. Uno siempre trata de crecer más que los pares para tratar de tomar o retomar algo de participación de mercado. En el exterior, tenemos un grupo de inversores. Ahí siempre se tiene que mirar cualquier oportunidad que salga, todas se estudian, pero tiene que ser parte de una estrategia internacional. Por ahora estamos en Centroamérica, se mira al Caribe de vez en cuando. En la medida en que salga algo muy, muy bueno, se consideraría.
Riesgos en el horizonte
SEMANA: En Colombia se habla mucho del riesgo país, que –además– se ha ido incrementando. ¿Ustedes lo experimentan así? ¿Tienen alguna estrategia para contrarrestar eso?
L.C.S.G.: Generalmente, una manera de medir el riesgo país es con la incertidumbre, que está amarrada a incertidumbre regulatoria, la cual surge cuando hay muchas reformas surgiendo a la vez y la gente no sabe cómo van a terminar. En este momento estamos metidos en la mitad de la tormenta perfecta, porque hay reformas por todos lados. Hay que esperar cómo quedan y cómo las absorberán las personas y los planes de negocio. Ahí, eventualmente, volverá a calmarse esa incertidumbre y se bajará el riesgo país. La otra cosa que siempre causa incertidumbre es la seguridad doméstica. Ahí lo que toca es que el Gobierno asegure que exista presencia del Estado en todo el país. En la medida en que lo haga entonces se manejan ambos riesgos, los regulatorios y los de seguridad. Y eso lleva a que se baje la percepción de inseguridad, de incertidumbre y baja el riesgo país. Por ahora, hay que esperar a que decante todo eso que está sucediendo. El problema es que, las reformas, seguramente se irán para la siguiente legislatura. Eso nos lleva a otro tiempo más de incertidumbre.
Percepción con las reformas
SEMANA: ¿Qué le gusta y qué no de las reformas? ¿Hay algo rescatable?
L.C.S.G.: Todas las reformas tienen cosas buenas y cosas malas, depende de quien las mire. Si soy un trabajador, seguramente veré cosas muy buenas en la reforma laboral que, al final, les reconocerá más ingresos a los trabajadores. Si soy un empresario, entonces tengo que decidir basado en un costo, dependiendo de cómo salga esa reforma, cuánto costo le aumenta a mi empresa y el compromiso que tengo yo de entregar una rentabilidad patrimonial. Tengo que ver entonces si puedo seguir contando con ese trabajador o no. Todas tienen cosas así. La de salud lo mismo. Estoy de acuerdo en que la salud no funciona perfectamente, pero lo que no creo es que se pueda decir que la salud funciona mal en todo el país. En las ciudades principales marcha. La cobertura es importante, pero yo que hago muchas brigadas de salud en la patrulla aérea, me he dado cuenta de que hay zonas recónditas de la geografía donde la salud no llega. Yo hubiera preferido que la reforma se dedicara a corregir donde no funciona. Pero entonces vuelvo y digo, si yo soy una persona en esas regiones recónditas, de pronto veo la reforma de salud con mucha esperanza. Si soy una EPS en Bogotá, de pronto la veo con terror. Y la pensional es lo mismo: seguramente va a haber mucha más gente que se va a poder pensionar. Pero, si yo estuviera sentado en el Gobierno, me preguntaría ¿y de dónde va a salir la plata para pensionar a toda esa gente? Entonces, como sucede en todo, hay un lado que las verá bien y otro que las mirará con terror.
Seguridad y Paz Total
SEMANA: Mencionó usted el tema de la seguridad, ¿cómo está viendo el tema de la propuesta de ‘paz total’?
L.C.S.G.: Soy apenas un lector del periódico informándome como el resto de la gente. Simplemente diría que al sector privado le interesa mucho que se maneje el tema de seguridad. ¿Quién podría decir que no le preocupa, que prefiere la guerra a la paz? En todo caso, creo que la paz total no existe en ningún país del mundo, pero si se llegara a lograr, buenísimo. Toca asegurarnos que la medicina no sea peor que la enfermedad. Mi deseo es que les vaya bien con eso.
Tasas de interés
SEMANA: Todas esas variables son definitivas para los negocios. Usted dice que en los negocios le gusta el crecimiento, pero rentable. En este contexto de tasas de interés altas, ¿cree que el grupo podrá lograr esa combinación que parece amenazada por todo?
L.C.S.G.: Al final, uno trata es de armar un estado de resultados. Por un lado, están los ingresos que entran por las tasas que se les cobran a los deudores. Se tiene el costo que se le debe pagar uno a quien le pone los depósitos para prestarlos. Tiene además los costos operativos y laborales. Tiene el costo de provisiones cuando la cartera se deteriora, y la suma de todos los anteriores le da a uno el PyG del banco. El resultado de un banco tiene que compararse con el patrimonio que, en el caso de Aval, es de 70.000 accionistas, quienes compraron sus acciones en la compañía y esperan recibir una rentabilidad sobre ese patrimonio.
A veces uno no crece tanto como quisiera porque se queda corto de las expectativas de rentabilidad. Depende mucho del costo de fondos, el cual, a su vez, depende mucho de medidas de liquidez de la Superintendencia Financiera, de la tasa del Banco de la República, de cómo se siga comportando la calidad de la cartera que ya se viene deteriorando. Con todo eso uno puede empezar a decir, bueno, cuánto necesito de ingresos y cómo lo manejo.
SEMANA: En cuáles de las modalidades de crédito se viene presentando mayor deterioro, en el caso del Grupo Aval.
L.C.S.G.: Lo que más se viene deteriorando es la cartera de consumo y la parte de la construcción, el crédito hipotecario. En la parte de la construcción hay que hacer una separación. La que tiene que ver con VIS y VIP depende mucho de la normalización de los subsidios. Al principio hubo un gran remezón porque los anuncios del Ministerio de vivienda preocuparon muchísimo a los constructores que recibieron el mensaje como: ‘van a quitar los subsidios que ya se habían otorgado’ y que contribuían a llegar a los puntos de equilibrio de sus proyectos y, por lo tanto, quedaban en riesgo de que se les esfumaran. Eso ha venido cambiando, se ha venido regularizando y parece que esos subsidios no van a desaparecer. Pero el futuro no está definido. No hay certeza sobre cómo se van a manejar los subsidios, entonces los constructores van a tener mucha dificultad para iniciar proyectos porque van a entender que no tienen el punto de equilibrio, que es el que les permite iniciar los proyectos y acudir así a los bancos para fondearse.
SEMANA: Esa es la mirada del que construye la vivienda, pero el que la va a comprar, con un subsidio no le alcanza. Tiene que ir por un crédito a las entidades financieras. Y ahí, se encuentra con tasas difíciles de asumir para el ciudadano.
L.C.S.G.: Más bien, veámoslo de esta otra manera. Sin el subsidio –para los que acceden a ellos– no habría posibilidad de que puedan adquirir vivienda. También tiene que conseguir los otros recursos para seguir pagando el valor de la casa. Pero cuando el Gobierno pone el subsidio, en muchas ocasiones, la cuota que le queda al usuario es parecida a lo que están pagando en arrendamiento.
El coctel del dólar, inflación, bajo crecimiento
SEMANA: ¿A cuáles de los sectores en los que tiene negocios el Grupo les han pegado más las variables como el precio del dólar, la inflación y el bajo crecimiento?, pues todas han estado en niveles malos.
L.C.S.G.: En general, a todas nuestras inversiones en el sector real, que son básicamente infraestructura, hotelería, transporte de gas y agroindustria. A todas les ha pegado duro, por la misma razón por la cual nos quejamos todos, todos los días y es que subió muchísimo el costo del crédito. Esas empresas son tomadoras de crédito, no son bancos. Entonces están en el otro lado de la moneda y se les han incrementado muchísimo los costos, porque se les ha subido el costo del crédito que toman.
Por ese lado han sufrido bastante y están todos defendiéndose. Realmente la hotelería ha retornado a ocupaciones de más del 60 % que se había perdido en la pandemia. Eso ayuda un poco. En el agro, ahí se exporta bastante, por ejemplo, aceite de palma, caucho, tilapia. A estas empresas les sirve que suba el valor del dólar, porque reciben más en pesos. En las carreteras, por las leyes contables, la inflación ayuda un poco a que puedan causar más ingresos. Pero en la medida en que se fondeen con crédito bancario entonces se les suben los costos y eso los afecta. Conclusión, en el lado del sector real el incremento en los costos de los créditos los ha afectado negativamente. Sin embargo, creemos que la inflación, que ya está empezando a ceder y para final del año puede llevar al Banco de la República a empezar a bajar tasas.
SEMANA: Justamente, todos estos sectores que menciona son los mismos que el gobierno de Gustavo Petro tiene en la mira para impulsar y hacerlos protagonistas, de manera que reemplacen la dependencia del petróleo. ¿Ustedes han sido llamados a participar?
L.C.S.G.: Realmente, para que el país funcione –nos parece a nosotros– tiene que haber una colaboración entre Gobierno y empresa privada. Como usted dice, manejamos negocios en algunos de los sectores que al Gobierno le interesan, pero lo importante es que al Gobierno le interesen los sectores y le interese desarrollarlos con la empresa privada. Si es así, estaríamos dispuestos.
Transición energética
SEMANA: Ustedes tienen inversiones en gas, con Promigas, por ejemplo. ¿Cuál es la expectativa que tienen con la transición energética? ¿Si aquí no se dieran posibilidades se llevarían esos negocios a otro país?
L.C.S.G.: Nosotros estamos en transporte y distribución de gas, no en extracción. Entonces, realmente no tenemos ningún contrato de exploración ni extracción. En ese sentido, no nos afecta. Nos impactaría si se llegara a la conclusión de que se va a apagar el gas en el país. En que ya nadie va a utilizar gas para calentadores ni para estufas.
Lo que sí estamos haciendo es trabajar –lo más rápido que podemos– en energías limpias y en energías alternativas para que, cuando se dé ese momento, uno pueda dar otro paso y reemplazar ese segmento con nuevos negocios. Además, es debatible si el gas es o no una energía limpia. Yo creo que nadie puede negar que si es una energía más limpia que el carbón. Aún si se trajera gas de Venezuela, ahí está el gasoducto para transportarlo.
SEMANA: Usted dice que solo se meten con el transporte, pero si no hay exploración tampoco tendrían nada que transportar.
L.C.S.G.: Claro, lo que pasa es que, lo que aquí se ha planteado, no es tanto que no llegue gas a las casas, sino más bien que no se saque gas de la tierra, es decir, tendría que venir de algún lado. Aquí hay unas reservas que se acabarán si no se explota, si no se explora; pero vendrá gas de otros lados y dentro del país, tiene que transportarse de alguna manera. El día en que digan no más gas, ese día tiene que estar uno listo para decir bueno, pero ya estamos produciendo energía de otra manera o agarrándonos a otros métodos de energía que nos reemplacen lo que estamos haciendo hoy.
SEMANA. Es decir, siempre están poniendo los huevos en diferentes canastas...
L.C.S.G.: Nos toca. Hay que mantener contentos a 70.000 accionistas.