CONGRESO
Nuevas mesas directivas rompen pactos de la coalición uribista
La elección de Javier Cáceres, de Cambio Radical, como presidente del Senado y de Édgar Gómez, de Convergencia Ciudadana, como presidente de la Cámara pone en aprietos a la coalición de gobierno.
Quedaron conformadas las nuevas mesas directivas que dirigirán la Cámara y el Senado en el último año que le queda a este Congreso. El senador Javier Cáceres, de Cambio Radical fue elegido por la mayoría de los integrantes del Senado (96 votos, de 98 votos escrutados) como nuevo presidente de esa corporación. En la Cámara el elegido para presidir la mesa directiva fue el representante, Édgar Gómez, de Convergencia Ciudadana (82 votos, de 161 votos escrutados).
Con esta elección, la mayoría de los congresistas decidió apartarse de lo que los partidos pactaron cuando comenzó este Congreso a legislar, en 2006. Los candidatos que estaban postulados según los acuerdos previos, eran para la presidencia del senado: Gabriel Zapata, de Alas Equipo Colombia, y para la presidencia de la Cámara Miguel Amín, del Partido de la U, a quien no le alcanzaron los 77 votos que obtuvo.
Esta elección de las mesas directivas del Congreso avizora si no un resquebrajamiento de la coalición de gobierno, por lo menos una relación más difícil de la que hasta ahora ha sostenido el gobierno con el Legislativo, donde goza de mayorías.
Desde que comenzó a rumorearse el incumplimiento de los pactos, algunos congresistas advirtieron que este hecho podría afectar a la coalición. La razón: la conformación de unas mesas directivas distintas a las que se preveían se debe al respaldo de la oposición a los nuevos nombres.
De hecho, el vocero del Partido Liberal, Juan Manuel Galán, dijo horas antes de la elección que el respaldo de su partido a la elección del caribeño Cáceres era para expresar el rechazo al proyecto de reelección presidencial, por vía referendo, que deberá conciliarse en esta legislatura.
La elección de Cáceres se comenzó a fraguar desde hace varios días cuando un grupo de parlamentarios amigos suyos le aconsejaron que se postulara. Con el paso de los días aseguró el respaldo de varios sectores y el domingo en la noche ya daba por hecha su elección.
Cuando se cambiaron las cuentas a favor de Cáceres, el gobierno buscó una salida salomónica: que los aspirantes a la presidencia del Senado se repartieran la presidencia seis meses uno y seis meses el otro. Pero Cáceres dijo que no, que él prefería que se hiciera una elección según lo acostumbrado.
Zapata, quien hacía parte del acuerdo inicial, al ver que no contaba con los votos necesarios para su aspiración, decidió declinar su postulación.
Pero la mayor sorpresa la causó la elección de Edgar Gómez como presidente de la Cámara. Momentos antes de su elección, en la primera sesión del último año legislativo, la tensión reinaba en el recinto.
Desde temprano, en los pasillos del edificio se daba por sentada su elección. Las alianzas de partidos que apoyaron su postulación se cocinaron tan solo un día antes.
Algunos de los argumentos con los que los congresistas defendieron el incumplimiento de los acuerdos fueron: que el gobierno no les cumplió con varias promesas y que el Congreso se modificó y ya no es el mismo que empezó en 2006.
Falta ver de qué manera las nuevas mesas directivas influirán en la toma de decisiones del legislativo. Sin embargo, lo que sí queda claro es que habrá un debilitamiento de la unidad uribista en un momento de especial trascendencia para la democracia. Este Congreso deberá decidir, entre otros temas claves, el futuro del referendo reeleccionista.
Además, este último periodo legislativo tendrá que sesionar en pleno desarrollo de las campañas para las elecciones de 2010, que desde ya han agitado el mundo político.