POLÍTICA
Ollas comunitarias, otro escándalo que golpea al Gobierno Petro: la plata no llegó a las fundaciones. En la mitad hay políticos
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres enfrenta cuestionamientos por contratos para alimentación de los colombianos más pobres. Las fundaciones reclaman que no les giraron los recursos completos. ¿En manos de quién terminaron?
Acabar con el hambre fue una de las principales promesas de Gustavo Petro en la campaña. Con las ollas comunitarias, el mandatario ha tratado de cumplir en parte con ese propósito. La apuesta de Petro se centra en el programa Hambre Cero, de Prosperidad Social, y en los decretos de emergencia de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
Sobre esta última entidad, hasta hace unas horas a cargo de Olmedo de Jesús López Martínez, hay serias dudas a raíz de presuntas irregularidades en la puesta en marcha de esas ollas comunitarias. ¿A dónde han ido a parar los dineros? SEMANA conoció los contratos y las denuncias en las que las fundaciones advierten que en varias ocasiones no les han llegado los recursos prometidos para ese propósito.
Una persona que lidera uno de los comedores en una zona del norte del país, y que pidió no ser mencionada para evitar represalias, dijo que en algunas oportunidades no le enviaron la plata para los alimentos el año pasado. Por eso, para evitar que las personas se quedaran sin comida, les tocó sacar de su propio presupuesto.
Aseguran que los problemas comenzaron cuando López llegó a la dirección de la UNGRD y agregan que conocen quejas similares de otras fundaciones que habrían tenido que recurrir a la misma estrategia. “No fuimos la única. Hubo otras ollas comunitarias a las que les incumplieron. Como no les giraban los recursos para los contratos, estaban parados. Nosotros los concluimos con recursos propios”, aseveró la persona.
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Según señaló, el desembolso debía hacerlo directamente la UNGRD y se comunicaron con la secretaria de la entidad, Ana María Castaño Álvarez, encargada de tramitar los documentos de las ollas comunitarias.
Sin embargo, las responsabilidades del programa y los cuestionamientos vienen de más arriba. Víctor Meza, ex subdirector general de la entidad, responsabilizó a Sneyder Pinilla, subdirector para el manejo de desastres, de ser el encargado del programa de las ollas comunitarias y de supuestamente haber incumplido. Pinilla también resultó involucrado en el lío de los carrotanques para La Guajira.
Meza fue declarado insubsistente por López, argumentando supuestas irregularidades en la gestión de las ollas comunitarias. Pero Meza negó haber tenido participación en esos contratos. Hoy todos en la entidad se tiran la pelota. Según le dijo a SEMANA el secretario de Transparencia de la Presidencia, Andrés Idárraga, hay serios indicios sobre la actuación de Pinilla frente a estos contratos. Esos reportes ya están en manos de la Fiscalía y los entes de control.
Las fundaciones, el último eslabón de la cadena de las ollas comunitarias, reclaman que es tal el despelote en la UNGRD que aún les llegan correos de la entidad en los que les piden documentos para liquidar el contrato, a pesar de que ya han sido tramitados. “Los hemos reenviado tres veces”, manifestó una de las personas, quien reconoce que llegó a ese contrato gracias a un contacto que tenían en la entidad en la región. “Nos hicieron el puente porque éramos amigos”, afirmó.
La mayoría de las ollas se encuentran en el norte del país, especialmente en La Mojana o en La Guajira. Sin embargo, esas regiones también han sido las de mayores escándalos y cuestionamientos, en las que hay políticos de por medio, mientras las personas más pobres siguen esperando soluciones de fondo.
López, desde la UNGRD, prometió soluciones en alimentos y saneamiento básico. Ya se sabe lo que ocurrió con los carrotanques, que se encuentran parqueados en Uribia, en medio de denuncias por presunta corrupción, lo que provocó que el pasado jueves, en horas de la noche, López renunciara a su cargo.
Otro nombre que ha salido a relucir en esa zona del norte del país es el de Luis Gómez Pimienta, quien fue el gerente especial para La Guajira hasta diciembre del año pasado. Se trata de un político de la región que ha militado en el Pacto Histórico. Allí se le vio apoyando a candidatos petristas en las pasadas elecciones, incluso cuando estaba al frente de ese proyecto. Renunció a finales del año pasado sin mayores explicaciones.
Uno de los personajes más cuestionables con los que se le ha visto a Pimienta es el exnarcotraficante Samuel Santander Lopesierra, conocido como el Hombre Marlboro, mencionado por Day Vásquez de haberle entregado dineros a Nicolás Petro para la campaña del hoy presidente. Pimienta también estuvo con Wilder Navarro, candidato a la gobernación de La Guajira por el Pacto Histórico en las pasadas elecciones regionales.López reconoció en un video que Lucho Pimienta, como lo conocen en esa región, se encargó de entregar los contratos de las ollas comunitarias.
“Toda la inversión que se dio en La Guajira, lo que tiene que ver con las ollas comunitarias, las 125, los contratistas y los operadores, los seleccionó Luis Gómez Pimienta”, reconoció el entonces director de la UNGRD en un video.
En el entramado sale salpicado otro político de La Guajira, Javier Rojas, un líder indígena wayú capturado en su momento por un millonario robo, pero quien quedó libre por vencimiento de términos. Al parecer, el lanzamiento y la distribución de las ollas comunitarias se habrían hecho desde la ranchería que él lidera, según López.
Allí también aparece mencionado el senador Carlos Andrés Trujillo, del Partido Conservador, quien se acercó a Petro desde la campaña y es cercano a López. Ambos son afines al alcalde de Uribia, Jaime Luis Buitrago García. En ese municipio es donde precisamente están parqueados los carrotanques de agua y donde también se han registrado problemas con las ollas comunitarias. En medio de la campaña al Congreso, hubo polémica porque en las rancherías había publicidad a favor de Trujillo, a pesar de que se sabe que su principal caudal electoral está en Antioquia.
El caso de La Guajira es uno de los más polémicos con respecto a las ollas comunitarias. El presidente Petro ha reconocido que es un “fracaso” no responder a las necesidades básicas de ese departamento. En 2023 hubo 125 ollas comunitarias. Y en 2024 se proyecta impactar a 34.500 personas en 11 municipios para llegar principalmente a menores de edad y a adultos mayores de la comunidad wayú. Sin embargo, los antecedentes dejan serias dudas sobre ese proceso.
“La estrategia de ollas comunitarias es un programa de la Unidad que tiene como objetivo mitigar la desnutrición y promover la economía popular en el departamento, afectado por la sequía, la pobreza y la falta de servicios básicos”, dijo López.
Según denunció el concejal de Bogotá Daniel Briceño, la administración de López le “entregó a dedo” 61.650 millones de pesos a 11 organizaciones para financiar 470 ollas comunitarias con los recursos de la emergencia decretada por Petro en La Guajira. Solo las 125 ollas que se pusieron en marcha en La Guajira el año pasado, y que López reconoce que pasaron por manos de Gómez Pimienta, costaron 20.250 millones de pesos.
“En total, hasta el 31 de diciembre de 2023, la UNGRD ha entregado en el país 155.535.390.322 pesos a dedo para financiar 1.114 ollas comunitarias”, aseguró Briceño, quien pidió a los entes de control que les pongan la lupa a esos contratos.
López ya renunció por el escándalo de los carrotanques. Sin embargo, el lío de las ollas comunitarias será otro tema que las autoridades tendrán que investigar y por el que deberá responder junto con los demás salpicados. Y más cuando se trata de la alimentación de los más necesitados.