Política
Daniel García Arizabaleta reveló que Óscar Iván Zuluaga le pidió que mintiera en Fiscalía sobre los dineros de Odebrecht en la campaña presidencial
El exdirector del Invías logró inmunidad total ante contundencia de las evidencias contra Zuluaga y reveló que el propio Zuluaga lo habría presionado para que le mintiera a la justicia.
Aunque el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga ha negado durante casi una década que recibiera dineros para su campaña presidencial, hoy está a punto de ser imputado por estos hechos. Dos grabaciones que Daniel García Arizabaleta le entregó a la Fiscalía ponen a Zuluaga en jaque. Estos fueron grabados por García Arizabaleta y allí se escucha la voz del excandidato reconociendo que hubo que gestionar ante Odebrecht, al finalizar la campaña, para que le pagaran lo que se le debía al cuestionado asesor publicitario José Eduardo Cavalcanti de Mendonça, conocido como Duda Mendonça.
Cuando era candidato al Senado en las elecciones de 2022 por el uribismo, la Fiscalía anunció una imputación en contra de García Arizabaleta por el escándalo de Odebrecht. El partido le pidió “respetuosamente su renuncia”. García Arizabaleta accedió, pero se sintió traicionado. Fue en ese instante cuando recuperó las grabaciones que hizo un tiempo atrás como un seguro. En ellas Zuluaga habla explícitamente de los dineros de la multinacional del soborno que entraron a su campaña, con su aprobación.
El acta de compromiso con la Fiscalía agrega: “En efecto, el señor Daniel García Arizabaleta, en el marco de colaboración, se compromete a declarar que el candidato Zuluaga lo abordó para solicitarle su intermediación para que se comunicara con directivos en Colombia de la empresa Odebrecht, con el propósito de que esa compañía, en nombre de la campaña presidencial, terminara de cancelar un dinero que se le adeudaba a Duda Mendonça por concepto de servicios de publicidad. Dinero que fue pagado por Odebrecht con pleno conocimiento del candidato Zuluaga, quien, además, a sabiendas, no lo reportó al Consejo Nacional Electoral en el informe de ingresos y gastos de la campaña 2014-2018″.
Lo más leído
Según el exdirector del Invías, luego del triunfo de Zuluaga en primera vuelta, Eleuberto Martorelli, directivo de Odebrecht en Colombia, sostuvo una reunión con el candidato y se comprometió a pagarle al publicista.
La estocada final de García Arizabaleta contra Zuluaga fueron los audios que ya están en poder de la Fiscalía y bajo el conocimiento de un juez. “Anexó a su testimonio dos grabaciones de las conversaciones entre el postulado y el indiciado Zuluaga que soportan los hechos”, concluye el documento. Con su colaboración ante la justicia, que promete ser efectiva, el exdirector del Invías busca inmunidad total por el delito de enriquecimiento ilícito, y el compromiso de ser testigo de cargo contra Zuluaga.
Adicionalmente, se comprometió a devolver la totalidad de los dineros apropiados por unos 360 millones de pesos. De no cumplir, su inmunidad se le revocaría.
Los explosivos audios contra Zuluaga fueron entregados por García Arizabaleta el 3 de febrero. En ese momento, el exdirector del Invías hizo una grave revelación ante los fiscales. Dijo que fue contactado por personas del movimiento político que acompañó la campaña de Zuluaga, incluso por el propio excandidato, y le pidieron que rindiera una declaración jurada “orientada a demostrar el desconocimiento acerca del ingreso de dinero de la empresa Odebrecht a la campaña”, según el documento del principio de oportunidad.
García Arizabaleta explicó que, en una de las conversaciones que sostuvo con Zuluaga, “este manifestó que el apoyo económico de Odebrecht fue de alrededor de un millón quinientos mil dólares (USD 1.500.000)”. Además, según García, él era quien llevaba a Eleuberto Martorelli, de Odebrecht, a las reuniones Óscar Iván Zuluaga, “recogía a Martorelli y lo llevaba al apartamento de este último, (Zuluaga) al menos en dos o tres oportunidades”.
Con todo esto no cabe duda de que el excandidato Óscar Iván Zuluaga está en serios problemas con la justicia.
Lea la portada completa en SEMANA...
Han pasado casi diez años desde que Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos se enfrentaron en las urnas en 2014 por la Presidencia. Santos buscaba la reelección y Zuluaga, quien ganó la primera vuelta, intentó destronarlo, pero no pudo. El entonces presidente continuó en el poder y en 2016 estalló el escándalo de Odebrecht en Colombia que marcó para siempre a estas dos campañas presidenciales.
Pese a que la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez reveló que ambas recibieron dineros de Odebrecht, los peces gordos han gozado de impunidad, incluidos los excandidatos y los brasileños. Algunos mandos medios terminaron condenados en general por las actuaciones frente a Odebrecht, como el exviceministro de Transporte del Gobierno Uribe, Gabriel García; el gerente de la campaña de Santos, Roberto Prieto, y el exsenador Otto Bula, entre otros.
Pero solo hasta ahora un principio de oportunidad firmado por la Fiscalía, y avalado por un juez, con el exdirector del Invías Daniel García Arizabaleta promete destapar la olla podrida de la campaña de Zuluaga y salpicarlo directamente. Unos audios serían una prueba contundente en su contra.
Por su parte, en el caso de Santos, si bien Prieto fue condenado por hechos relacionados con Odebrecht, estuvo en la cárcel y hoy está con detención domiciliaria, jamás respondió por lo que pasó en esa contienda, pese al arsenal probatorio en su contra. La mayoría está basado en interceptaciones que nunca fueron investigadas y en las que, claramente, hay indicios de cómo se habría movido la plata sucia de Odebrecht para que Santos pudiera ser reelegido.
Los audios que ponen a Zuluaga en jaque fueron grabados por García Arizabaleta y allí se escucha la voz del excandidato reconociendo que hubo que gestionar ante Odebrecht, al finalizar la campaña, para que le pagaran lo que se le debía al cuestionado asesor publicitario José Eduardo Cavalcanti de Mendonça, conocido como Duda Mendonça.
Tan pronto estalló el escándalo, hubo quienes intentaron hacerle firmar unas cartas en las que él salvaba de cualquier responsabilidad al candidato presidencial. García Arizabaleta se negó y entendió que no podía confiar en Zuluaga ni en la gente que lo rodeaba, y que si se agravaban las investigaciones por la presunta entrada de dineros sucios a la campaña, corría serio peligro de terminar en la cárcel. Así que empezó a recaudar las pruebas en caso de necesitarlas más adelante. Y no se equivocó.
Otro hecho que impulsó al exdirector del Invías fue una declaración pública del abogado Jaime Granados, “defensor de Zuluaga, en la que dijo que había que investigar a Daniel García Arizabaleta”, según el escrito del principio de oportunidad.
El exdirector del Invías “valoró esa manifestación como una amenaza, porque ese abogado es una persona muy influyente en la rama judicial, motivo por el que decidió grabar dos conversaciones que sostuvo con Óscar Iván Zuluaga que evidencian que el candidato a la presidencia conocía del pago al publicista Duda Mendonça con dinero proveniente de Odebrecht”, de acuerdo con el documento en poder de SEMANA.
Se sintió traicionado
Cuando era candidato al Senado en las elecciones de 2022 por el uribismo, la Fiscalía anunció una imputación en contra de García Arizabaleta por el escándalo de Odebrecht. El partido le pidió “respetuosamente su renuncia”. García Arizabaleta accedió, pero se sintió traicionado. Fue en ese instante cuando recuperó las grabaciones que hizo en las que Zuluaga habla explícitamente de los dineros de la multinacional del soborno que entraron a su campaña, con su aprobación.
En el principio de oportunidad queda claro que García Arizabaleta se comprometió con la justicia a ser “testigo directo del conocimiento que tenía el indiciado (Óscar Iván Zuluaga) que a su campaña política por la presidencia para el periodo 2014-2018 ingresaron dineros –representados en servicios– de la multinacional Odebrecht”.
El acta de compromiso con la Fiscalía agrega: “En efecto, el señor Daniel García Arizabaleta, en el marco de colaboración, se compromete a declarar que el candidato Zuluaga lo abordó para solicitarle su intermediación para que se comunicara con directivos en Colombia de la empresa Odebrecht, con el propósito de que esa compañía, en nombre de la campaña presidencial, terminara de cancelar un dinero que se le adeudaba a Duda Mendonça por concepto de servicios de publicidad. Dinero que fue pagado por Odebrecht con pleno conocimiento del candidato Zuluaga, quien, además, a sabiendas, no lo reportó al Consejo Nacional Electoral en el informe de ingresos y gastos de la campaña 2014-2018”.
Según el exdirector del Invías, luego del triunfo de Zuluaga en primera vuelta, Eleuberto Martorelli, directivo de Odebrecht en Colombia, sostuvo una reunión con el candidato y se comprometió a pagarle al publicista.
La estocada final de García Arizabaleta contra Zuluaga fueron los audios que ya están en poder de la Fiscalía y bajo el conocimiento de un juez. “Anexó a su testimonio dos grabaciones de las conversaciones entre el postulado y el indiciado Zuluaga que soportan los hechos”, concluye el documento. Con su colaboración ante la justicia, que promete ser efectiva, el exdirector del Invías busca inmunidad total por el delito de enriquecimiento ilícito, y el compromiso de ser testigo de cargo contra Zuluaga.
Adicionalmente, se comprometió a devolver la totalidad de los dineros apropiados por unos 360 millones de pesos. Los primeros 120 millones de pesos fueron devueltos un día antes de que el principio de oportunidad fuera legalizado ante un juez de garantías, y el restante será retornado en los diez meses siguientes a la decisión ejecutoriada del auto que concede el principio de oportunidad. De no cumplir, ese beneficio se le revocaría. Las consignaciones deben hacerlas en el Banco Agrario.
Los explosivos audios contra Zuluaga fueron entregados por García Arizabaleta en un medio digital, justo el día en que rindió el primer interrogatorio, el pasado 3 de febrero. En ese momento, el exdirector del Invías hizo una grave revelación ante los fiscales. Dijo que fue contactado por personas del movimiento político que acompañó la campaña de Zuluaga, incluso por el propio excandidato, y le pidieron que rindiera una declaración jurada “orientada a demostrar el desconocimiento acerca del ingreso de dinero de la empresa Odebrecht a la campaña”, según el documento del principio de oportunidad.
Aunque García Arizabaleta dijo que su rol en el equipo que buscaba llevar a Zuluaga a la presidencia fue solo político y no financiero, “lo único que le consta al respecto es el pago de 600.000 dólares por parte de Odebrecht al publicista Duda Mendonça”. Sin embargo, explicó que, en una de las conversaciones que sostuvo con Zuluaga, “este manifestó que el apoyo económico de Odebrecht fue alrededor de un millón quinientos mil dólares (USD 1.500.000)”. García Arizabaleta señaló que la participación del publicista brasileño pagado por Odebrecht fue determinante para el triunfo de Zuluaga en la primera vuelta.
El documento que otorga el principio de oportunidad trae una importante revelación de García Arizabaleta ante la Fiscalía. “Indicó el aspirante que dada su cercanía con el señor Martorelli se convirtió en la persona que facilitaba los encuentros con Óscar Iván Zuluaga, al punto que recogía a Martorelli y lo llevaba al apartamento de este último, al menos en dos o tres oportunidades”.
SEMANA pudo establecer que, en uno de los audios, García Arizabaleta le consulta a Zuluaga si tiene una preocupación por los videos de las cámaras de seguridad que pudieran existir y que tuvieran registro de las visitas que le hizo el directivo de Odebrecht en Bogotá. La respuesta del excandidato les interesó a los fiscales porque dio a entender que todo estaba arreglado. ¿Hubo acaso destrucción de evidencias?
Aunque Zuluaga lleva casi diez años negando la entrada de dineros de Odebrecht a su campaña, todo indica que las pruebas aportadas por García Arizabaleta a la Fiscalía demostrarían que el excandidato habría mentido durante todos estos años.
Campaña Santos, impune
Mientras Zuluaga está contra las cuerdas por la presunta entrada de dineros de Odebrecht a su campaña, Juan Manuel Santos ha podido gozar de impunidad plena. La Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes archivó las investigaciones por la presunta financiación de su reelección con plata de la multinacional brasileña.
Y al igual que ocurrió con Zuluaga, lo mismo hizo el Consejo Nacional Electoral. Y, a decir verdad, la Fiscalía, aunque no investiga a Santos por su fuero, ha sido muy tímida en las pesquisas, teniendo todas las pruebas en los expedientes, en especial las comprometedoras interceptaciones a Roberto Prieto, gerente de la campaña.
Así sustentó una fiscal investigadora ante un juez la necesidad de escuchar a Prieto por Odebrecht. “Persona que, al parecer, está vinculada con hechos relacionados con el ingreso ilícito de dineros a la campaña denominada Santos Presidente, primera y segunda vuelta, 2010-2014 y 2014-2018”.
Entonces, los investigadores pudieron recaudar información valiosa de la boca del propio Prieto. En una interceptación de una conversación entre él y Claudia Castro, en ese momento asistente de la primera dama, ella le dijo: “Usted es el único güevón”. Él le replicó: “¿Quiere que le cuente un secreto? Yo sí voy a salvar al presidente (...) Hay que salvar al presidente”.
Prieto, quien quería poner contra la pared al comité financiero de la campaña Santos, terminó reconociendo en una entrevista en Blu Radio que, en 2010, Odebrecht financió afiches del candidato por 400.000 dólares. En un audio, en el que se escucha a Santos y a Prieto, el entonces presidente, al conversar sobre dichos afiches, solo exclamó: “¡Miércoles!”. Y preguntó: “¿Eso se reportó en las cuentas?”. Prieto fue categórico y le dijo: “No”.
En otra conversación, Enrique Riveira, exsecretario privado de Santos, llamó a Prieto porque había preocupación en la Casa de Nariño tras un anuncio del exgerente en el sentido de que iba a hablar al día siguiente en radio. Ante las preguntas de Riveira, Prieto se exaltó y le dijo: “Voy a hablar y voy a defender a su presidente, y me puede llamar el hijueputa presidente, pero no me mamo más esto (...). ¿Y sabe qué voy a hacer? Lo que no ha hecho este hijueputa Gobierno, defender al presidente.
Hago lo que me dé la hijueputa gana, me voy a defender, porque me tienen culiado, Enrique (...). Y porque me tienen tratado como un bandido. Ustedes tienen que tener huevos y calzones, están en la Presidencia escondidos y yo estoy en la hijueputa calle (...). Me voy a restear por ese hijueputa, porque yo tengo huevos y personalidad (...). Y con eso me enterraré, a mí me importa un culo, ya no tengo nada que perder, voy a defender la institucionalidad presidencial que se llama Juan Manuel Santos, a su presidente lo dejaron solo, y se lo dije a él el domingo, porque hay una mano de cobardes”.
Después de la entrevista, Prieto conversó de nuevo con Claudia Castro. Ella le dijo: “Usted es un valiente, un poquito enfermo de la cabeza, un kamikaze, ¿alguien lo ha llamado a darle las gracias?”. “Como me dijeron los periodistas, Prieto, usted le acaba de quitar una presión al presidente ni la hijueputa”, le respondió él a ella.
Horas más tarde, Prieto habló de nuevo con Castro y aseguró: “Mire, estoy leyendo la prensa, eso salió del putas, el presidente quedó limpio, lo acabo de sacar del peor bollo de su vida”.
En otras interceptaciones, los investigadores quedaron con dudas frente a si hubo una operación en 2017 para destruir la contabilidad de la campaña de reelección de Santos. ¿La alteraron? ¿Desaparecieron información clave?
El papel de Araceli
El 12 de mayo de 2017, Araceli Rojas, quien fue la auditora de la campaña de Santos, llegó a Colombia. En ese momento se desempeñaba como cónsul en Los Ángeles. Las llamadas entre ella y Prieto son demoledoras. Allí queda claro que “las cajas de la campaña”, que contenían toda la información, quedaron en esos días en manos de Rojas en un salón ubicado en la calle 168 con novena, en el norte de Bogotá.
Prieto envió a funcionarios del Gobierno para que se ocuparan en ese momento de la operación secreta. De hecho, en las interceptaciones se escucha a Araceli cuando le reporta a Prieto que están sacando los papeles “gancho por gancho”. Hablan de la factura de “Conecta” que no tiene soporte. En una llamada, Prieto le dice a una mujer de nombre Liliana, al hablar de la Fundación Colombia Unida: “Eso es de 2010, eso también desaparézcalo, todo eso”.
Aunque la Fiscalía trató de conseguir los videos del lugar donde se hizo todo, fue imposible. Una fuente le contó a SEMANA que tan pronto el presidente Santos se enteró de estas investigaciones, llamó a la Fiscalía, preguntó por el nombre del investigador y montó en cólera. Se quejó porque supuestamente lo estaban investigando a él, pese a tener fuero. Esa línea de investigación quedó archivada, pues de inmediato cambiaron al fiscal.
Otro dato relevante de este caso muestra cómo Araceli Rojas le cuenta a Prieto que el presidente Santos la llamó. “Dijo que no me presentara, que no fuera, que él iba a averiguar”. Se trataba de su primera cita en la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes.
Todo indicaría que a Prieto siempre lo mantuvieron controlado desde la Casa de Nariño e igual habría hecho Santos con las investigaciones de la Fiscalía en esa época. Así lo describe el informe del analista Juan Carlos Ramos Gordillo, del ente acusador, quien el 11 de julio de 2017 alertó: “Se puede establecer que el sujeto Roberto Prieto está permanentemente informado por personal de la Presidencia de la República sobre cómo avanza su investigación en la Fiscalía General de la Nación”.
En el Consejo Nacional Electoral todo estuvo también bajo control, según lo revelan las conversaciones de Prieto con su mejor amigo, Andrés Giraldo, a quien le expresa sus preocupaciones por el gasto de las encuestas en la campaña. “Ahí me toca hacer un arreglo”, le dice Prieto a su interlocutor. Su gran angustia era con la firma Paddington. “Me toca hablar con la persona que hizo las encuestas, que diga que él solo hizo una encuesta de base y análisis sobre las encuestas públicas (...). Y si no declaran caduca la de 2010, cagada (...). Usted sabe el riesgo que tengo en Paddington”. Su amigo Giraldo le respondió: “Sí, lo conozco, ahí no cabe la menor duda de que hay que moverse”. Ambos hablaban de dinero.
En las interceptaciones, Prieto también queda en evidencia porque hizo gestiones para enviarles razones a los brasileños de Odebrecht con el fin de que ellos pudieran entregar versiones que beneficiaran al Gobierno Santos. Se creó una especie de red humana. Prieto iba a Palacio, hablaba con el presidente y otros funcionarios, luego se reunía con el empresario Eduardo Zambrano y les enviaba con él los mensajes a los ejecutivos de la multinacional involucrados en el escándalo. Zambrano se encargaba de regresar con las razones de los brasileños.
Por su parte, Federico Gaviria, otro empresario vinculado y condenado por las irregularidades en la Ruta del Sol II, donde estaba presente Odebrecht, declaró ante el magistrado Jorge Caldas, de la Corte Suprema de Justicia: “Considero que nada de esto hubiera sido posible sin una directriz y orden del señor presidente de la república, Juan Manuel Santos”. ¿El Gobierno Santos favoreció a Odebrecht con contratos en infraestructura a cambio de que la cuestionada firma lo apoyara en su campaña de reelección, máxime cuando había perdido la primera vuelta frente a Zuluaga?
El exsenador Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, también condenado por recibirle plata a Odebrecht, alertó igualmente a la justicia sobre la entrada de dineros de esa multinacional a la campaña de Santos de 2014. “Hubo plata corrupta en la reelección”, le confesó Elías a SEMANA en febrero de 2021. A él nadie lo escuchó. El también excongresista condenado Otto Bula fue tajante ante la Fiscalía y aseguró que tuvo dos reuniones con Andrés Giraldo en un restaurante de un hotel en Bogotá y, supuestamente, le hizo llegar a Prieto una cifra cercana al millón de dólares en medio de la campaña.
Por otro lado, una conversación entre Andrés Sanmiguel, dueño de la empresa Gistic, y Esteban Moreno, quien trabajó en la campaña de Santos, revelada por Vicky Dávila en una columna en SEMANA, también muestra hechos muy graves que nunca han sido investigados a profundidad. En el audio de 31 minutos, estas dos personas aseguran que Odebrecht giró 3.850 millones de pesos a Gistic para la reelección de Santos. El dinero habría sido recogido en efectivo por Moreno.
“Entonces, si quieren incendiar el país, marica, de una, ¡miren a ver!... El escenario catastrófico es que los cojan y los llamen a todos… y se incendia el país. Pero, marica, le digo una cosa: tumba al presidente, tumba al fiscal, se cae la candidatura de Vargas, el establecimiento del país (...). Yo les dije una cosa: ¿quieren que le pase eso al presidente? Hagan cambio de página, sencillo, güevón”, le dice Moreno a Sanmiguel.
Y, además, le sugiere que le haga una lista al Niño Dios para que le pida lo que quiera al Gobierno Santos, evidentemente a cambio de su silencio. Le ofrece abogados y asegura: “Ya les pagaron (...). Están a disposición nuestra a la hora que necesite, a la hora que sea”.
Finalmente, Moreno lanza una de las frases más impactantes. “Les dije (...) a mí me tocan una muela y se incendia el país”. Tanto Sanmiguel como Moreno, después de años, siguen libres, a pesar de haber sido imputados.
A propósito, el 9 de mayo de 2017, una interceptación de la Fiscalía muestra que Prieto entró en pánico y le dijo a su interlocutor, llamado Fernando Quintero: “Tienen muy destapada la segunda vuelta”. Quintero le preguntó: “¿Destapada?” Prieto fue categórico: “Sí, eso se va a venir un tsunami ni el hijueputa (...). Ni le digo, del fiscal para abajo. En los medios ya todo el mundo sabe el rol que jugó Néstor Humberto, Juan Mesa, esa carta de Pastrana y Uribe es muy hijueputa, ¿cierto? Jalan esa piola de Esteban y ni siquiera lo mío, lo mío no dice ni un culo (...). Estoy trabajando sobre el tema para tranquilidad, que eso no trascienda. El señor me dijo: ‘Yo soy su amigo, tranquilo, ese es un tema entre privados’ (...). Pero es que si explota lo otro, apague y vámonos. Están hurgando esa segunda vuelta duro. Lo grave es que dicen que Esteban (Moreno) movió 8.000 millones de pesos”.
La visita de Martorelli
Por su parte, Luis Fernando Andrade, exdirector de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) del Gobierno Santos, también terminó enredado por Odebrecht, está en juicio y enfrenta graves cargos. En últimas, lo señalan de supuestamente haber favorecido los intereses de los brasileños en Colombia, en la Ruta del Sol. Además, lo vinculan con ‘el Ñoño’ Elías, ficha de Odebrecht, quien terminó incluso regalándole un bolso de marca a la esposa de Andrade, en agradecimiento.
En toda esta historia tampoco han sido explicados los 15 ingresos de Eleuberto Martorelli, directivo de Odebrecht en Colombia, a la Casa de Nariño. Por lo menos uno de los registros indica que Martorelli se reunió con Santos el 30 de octubre de 2013, 20 días antes de que el entonces presidente anunciara que iría por la reelección. Los abogados del expresidente han negado esa reunión. Según los registros, Martorelli duró nueve horas en esa visita a Palacio.
Cuando Prieto aseguró que ingresaron dineros de Odebrecht a la campaña de 2010, Santos reaccionó diciendo: “Me acabo de enterar”. Sobre 2014, él siempre ha negado que eso haya ocurrido. Sin embargo, siendo presidente, públicamente, en una entrevista con RCN Radio, aseguró que Prieto “lo traicionó”. Ese día, su exgerente se volvió loco. Incluso, en las interceptaciones de los investigadores, quedó el registro de las conversaciones que tuvo con María Clemencia Rodríguez de Santos. En un diálogo telefónico con un interlocutor no identificado, Prieto reportó: “Ayer estuve tres horas con la primera dama y hablamos muy largo. Le dije: su marido es un animal de cuatro patas (...). ‘¿Pero qué hacemos?’, me dijo ella. ‘¿Qué hago Roberto? Volvió y la cagó. Por eso hay que mantenerlo guardado’”.
En esa conversación, la entonces primera dama también le dijo a Prieto que todo lo que había en contra de él era “una infamia” y que luego la demanda sería “como un hipopótamo”. En esa época, Prieto ya estaba desesperado por las investigaciones y amenazaba con demandar a los periodistas hasta por 20.000 millones de pesos, dinero que, de ganar ante los estrados, decía que se iba a gastar en “prepagos”. Pero los jueces hallaron culpable a Prieto por hechos relacionados con Odebrecht, y fue condenado a cinco años de cárcel, con un principio de oportunidad jugoso. Tanto, que ya está en su casa, con detención domiciliaria. No se cumplió el vaticinio del “hipopótamo” de Tutina.
Con semejante carga probatoria, la pregunta es ¿cuál es ese poder inmenso que ha impedido que prosperen las investigaciones contra Santos por la entrada de dineros de Odebrecht a su campaña?En diálogo con SEMANA, Zuluaga aseguró: “Tenemos muy claro que este no es el momento para hablar. Solo cuando tengamos muy definido lo que sigue habrá suficiente oportunidad para hacerlo”. Sobre si ha pensado salir del país, el excandidato presidencial dijo: “Mi actitud siempre es dar la cara, llevo diez años en esto”.
Este medio intentó comunicarse con el expresidente Santos, pero no fue posible. Sin embargo, Alfonso Portela, abogado que defendió al expresidente ante el escándalo de Odebrecht, le dijo a SEMANA: “Investigaron hasta la saciedad el tema Odebrecht en Colombia. Nunca encontraron una situación particular que comprometiera la campaña del expresidente Santos. Si hay otras aristas, circunstancias, en lo que tiene que ver con el expresidente, eso quedó más que claro, no solo en el Consejo Nacional Electoral, sino en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes”.
Zuluaga y Santos saben lo que pasó en las elecciones presidenciales de 2014. Las evidencias son contundentes. Los colombianos tienen derecho a saber la verdad y la justicia no puede ser ciega ante unos hechos imposibles de tapar. Que Zuluaga responda por Odebrecht, pero que también lo haga Santos. Aquí ninguno de los dos tiene corona, ni puede estar por encima de la ley.
Tras la pista de Fonseca
El millonario apoyo en especie que recibió la campaña a la presidencia del entonces candidato Óscar Iván Zuluaga, en 2014, llegó con el fichaje de uno de los más importantes estrategas políticos de la región, el fallecido Duda Mendonça, quien parecía tener la fórmula mágica para ganar las elecciones.
Lo que no se sabía era que a su lado siempre tuvo como mano derecha a Augusto Cezar da Fonseca, otro renombrado especialista en campañas políticas, quien conocía como pocos los negocios de Mendonça y sería un testigo clave en este escándalo que está tomando un nuevo aire.
El testimonio de este reconocido estratega brasileño fue pedido a la justicia de Brasil por medio de una carta rogatoria, enviada por la Fiscalía a inicios del año pasado, y busca que Da Fonseca cuente cómo se realizó esta negociación y el papel que desempeñó el fallecido Mendonça en la campaña presidencial de Zuluaga. Pero, sobre todo, el pago no reportado de un millón y medio de dólares por parte de Odebrecht.
El testimonio, según documentos en poder de SEMANA, debió darse en febrero del año pasado y podría resultar determinante por el estrecho vínculo que él tenía con Mendonça. Luego del fallecimiento de Mendonça, la campaña presidencial de Lula da Silva tuvo como principal estratega a Da Fonseca. ¿Qué habrá dicho sobre la campaña de Zuluaga?