Política
Partido Comunes, integrado por exFarc, se juega su futuro político en las elecciones del 29 de octubre, ¿una colectividad en vía de extinción?
Esta colectividad que surgió del Acuerdo de Paz aún no encuentra el rumbo para conquistar el voto ciudadano y cada vez es más factible que desaparezca la agrupación política. Las elecciones serán determinantes para su futuro.
La historia política del partido Comunes es corta pero concreta. La colectividad se creó el 1 de septiembre de 2017, fruto del Acuerdo de Paz firmado con el Estado, y cinco años después se convirtieron en partido de gobierno con la llegada del presidente Gustavo Petro a la Casa de Nariño.
Ese dato, para algunos, podría ser irrelevante, aunque la historia confirmará que es la primera colectividad en tener una transición tan rápida de las armas a la política y posteriormente integrar una coalición de gobierno.
Los comunes hicieron campaña a favor de Petro, aunque él nunca se quiso tomar la foto con ellos en tarima. Desde ahí los antiguos comandantes guerrilleros sintieron el rechazo, pero entendieron que por la dinámica de la campaña pudo tratarse de una decisión acertada. A fin de cuentas, saben que su pasado guerrillero podía restarle adeptos al aspirante presidencial.
Sin embargo, pensaron que la situación cambiaría desde el 7 de agosto de 2022, pero los cálculos fallaron. A pesar de que todos los militantes de la colectividad acompañaron al presidente Petro desde el día uno, sienten que los dejaron de lado. El diálogo con el Gobierno no es fluido y les han hecho varios desplantes. 14 meses después de la posesión, la relación es distante y de nada les ha servido ser un partido de gobierno.
“En algunos casos, el partido ha sido maltratado y consideramos que eso no es correcto porque damos todo nuestro apoyo a los proyectos y reformas del Gobierno, pero uno nota que Comunes no existe para el Ejecutivo”, dijo el representante Luis Alberto Albán.
A pesar de ello y de continuar con el ánimo de mantener al mayor número posible de excombatientes en la legalidad, el Partido Comunes tendrá una prueba de fuego este domingo 29 de octubre y será el derrotero para conocer el futuro político de la colectividad.
Por la dejación de armas se garantizó su tránsito a la política y han tenido 10 curules en el Congreso, pero ese beneficio se acabará en 2026. Desde 2018 han participado en dos certámenes electorales, pero para ellos han sido jornadas de aprendizaje ya que no se les ha contado el umbral - que no han logrado superar - y los comicios del 29 de octubre serán el medidor para comprobar si han logrado reunir adeptos a sus políticas.
Para tal fin estarán en la contienda electoral con 296 candidatos de los cuales 144 son firmantes del Acuerdo de Paz los que aspiran a algún cargo de elección popular, un número importante si se tiene en cuenta que son relativamente nuevos en la política, pero no el suficiente para consolidarse como una verdadera fuerza de izquierda en Colombia.
En las pasadas elecciones no les fue bien y la única alcaldía que lograron fue la de Julián Conrado en Turbaco (Bolívar) aunque él no se inscribió por el Partido Comunes. Sin embargo, nadie desconoce que él hizo parte del proceso de paz por lo que de alguna manera se cuenta como el excombatiente que llegó a un cargo de elección popular. En coalición ganaron la Alcaldía de Guapi (Cauca) y lograron algunos ediles en la capital del país.
La mayoría de aspiraciones políticas de Comunes para el 29 de octubre están centradas en los Concejos municipales, unas pocas para las Juntas Administradoras Locales y las restantes para asambleas. La aspiración más llamativa ha sido la de Pastor Alape, excomandante guerrillero, a la Alcaldía de Puerto Berrio (Antioquia). Alape se convierte en el primer exintegrante del extinto secretariado de las Farc en medirse en las urnas. No obstante, no será nada fácil porque deberá enfrentarse a los partidos tradicionales que han manejado ese municipio. Junto con Alape, Comunes tendrá en total siete candidatos para diferentes alcaldías.
Comunes llega a estos comicios sin poder consolidarse como un partido político cohesionado y no es un secreto que existen grandes diferencias entre los militantes, un punto clave para poder tener un protagonismo importante en las elecciones.
Sin duda, esta será una prueba de fuego porque se sabrá si la ciudadanía en las urnas los acompaña y si eso no ocurre, en 2026 será el final de Comunes porque desde ese año sí se les pedirá, como a todos los partidos, el umbral mínimo para que puedan continuar con su funcionamiento, de lo contrario perderían la personería jurídica y dicha participación en política quedaría en el limbo.
Las cartas ya están sobre la mesa y en 24 horas se sabrá si el trabajo político de Comunes ha sido exitoso, pero si no logran un número importante de votos será la muestra de que la colectividad entrará en un proceso de extinción porque no lograrán en dos años hacer lo que no han hecho en 10.
Sumado a todos los problemas políticos que tienen, el proceso de implementación del acuerdo tampoco avanza y el presidente Petro no les ha cumplido, como lo han dicho los mismos integrantes de Comunes. “En la implementación se avanza en anuncios, pero en la práctica no hay soluciones reales. Entonces, los funcionarios están lejanos y no es fácil acceder a ellos. Sobre la paz total, tenemos una experiencia que es válida, pero no quieren hablar con nosotros”, reiteró Albán.
Lo cierto es que la política se construye con votos y los comunes siguen aprendiendo del mundo de la política, tan dinámico y en el que unos intereses priman sobre las lógicas. La ciudadanía tiene en sus manos el futuro de este partido que sigue cargando sobre sus hombres el pasado armado que la sociedad, al parecer, no ha podido olvidar.