POLÍTICA
¿Personas con VIH están muriendo por viruela del simio? Dura advertencia desde la oposición al Ministerio de Salud
El Gobierno había informado de la llegada de 25.000 dosis de la vacuna contra la viruela del mono, pero hasta el momento no se conoce fecha de llegada.
Mientras el país espera el anunciado lote de vacunas contra la viruela del mono que prometió hace cerca de un mes el Ministerio de Salud, en Colombia ya se empieza a presentar fallecimientos por esta enfermedad en personas que tienen ciertas patologías, como el VIH.
Así lo dio a conocer este jueves el representante del Centro Democrático, Andrés Forero, quien reveló un derecho de petición enviado al Instituto Nacional de Salud, en el que la entidad le informa que han fallecido siete personas por viruela del mono que tenían previamente VIH.
Según el Instituto Nacional de Salud, “por lo menos 7 personas VIH positivas han muerto en el país, estando infectadas con viruela símica. No sabemos cuándo llegarán las vacunas, pero todo apunta a que con la estrategia de vacunación de (la ministra) Carolina Corcho, esta población con riesgo no podría recibirlas”, apuntó Forero.
Según @INSColombia por lo menos 7 personas VIH positivas han muerto en el país estando infectadas con viruela símica.
— Andrés Forero CD #1️⃣0️⃣1️⃣ (@AForeroM) January 12, 2023
No sabemos cuándo llegarán las vacunas, pero todo apunta a que con la estrategia de vacunación de @carolinacorcho esta población con riesgo no podría recibirlas. pic.twitter.com/vaEUZjjN0l
El congresista explicó que, según los lineamientos dados a conocer por el Ministerio de Salud, las 25.000 dosis de vacunas contra la viruela del mono que llegarían al país por cuenta de un acuerdo que se firmó con el gobierno de Japón no se podrían aplicar a personas inmunosuprimidas, como es el caso de quienes tienen VIH.
Según informó el Ministerio de Salud, la vacunas que recibirá Colombia serán producto de una donación hecha por Japón, en el marco de una investigación para evaluar la efectividad de esas vacunas.
Vale decir, sin embargo, que las dosis han demostrado altos niveles de seguridad en el pasado, pues se han usado para contrarrestar el virus de viruela humana. Lo que se busca determinar en Colombia y en otros países del mundo es qué tanta protección brindan esas vacunas contra la viruela del mono.
El acuerdo contó con el apoyo de la Cancillería y les permitiría a las autoridades colombianas aplicar una vacuna que ya recibió el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir los casos de viruela del mono.
El problema con el anuncio fue que ni el Ministerio de Salud colombiano, ni el gobierno japonés dieron una fecha específica para la llegada de las vacunas, pese a que advirtieron que sería “muy pronto”.
La vacuna se llama LC16M8, fue desarrollada por Chiba Serum y originalmente fue utilizada para prevenir la viruela humana en la década de los setenta en Japón. Fue modificada para prevenir la viruela del mono, es considerada de tercera generación y tiene pocos efectos secundarios.
Vigilancia ética
La emergencia sanitaria de importancia internacional que se instauró a raíz de la circulación del virus de la viruela del mono despertó la atención de las autoridades de salud de distintos gobiernos, pero también generó estigmatización en algunas poblaciones.
De hecho, ha habido fuertes debates alrededor de la mejor forma de prevenir los contagios de una forma efectiva, pero que al mismo tiempo fuera respetuosa con distintas minorías.
Es por eso que recientemente la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó que la respuesta ante la circulación de este virus debe ser “equitativa” y debe adaptarse a “las necesidades de la población”.
Así lo señaló mediante un documento de “recomendaciones” dirigido a las autoridades sanitarias de distintos países.
“En la actualidad, el brote de viruela símica está afectando predominantemente a hombres gais, hombres bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Una vigilancia ética de la viruela símica debe ser sensible a los riesgos que puedan afectar a este grupo de población clave y guiar una respuesta priorizada al brote”, indicó la OPS.
La OPS advirtió que si no existe ese lazo de confianza entre las comunidades minoritarias y los servicios sanitarios, las personas podrían evitar conseguir tratamiento médico o dar información sobre los contactos más estrechos.
“Además, en algunas jurisdicciones donde el comportamiento de algún grupo de población clave esté tipificado como delito, se corre el riesgo de que haya medidas punitivas”, indicó la OPS.