Política
Pese a los continuos traspiés de la política de la ‘paz total’ del presidente Petro, el rey de España, Felipe VI, la apoyó | ¿Por qué?
Dijo el rey de España, Felipe VI, en una cena que ofreció: “es el anhelo que comparten todos los colombianos”.
El presidente de la República, Gustavo Petro, quien avanza en una agenda de trabajo en España, recibió un crucial apoyo por parte del rey de España, Felipe VI, a su política de la ‘paz total’, iniciativa que ha sufrido varios traspiés por parte de organizaciones criminales armadas al margen de la ley.
El monarca español fue enfático en asegurar que Colombia puede contar con el país ibérico para un camino de paz y preservación del medioambiente, aseguró Felipe VI, rey de España, en una cena de gala ofrecida en honor del presidente Gustavo Petro y su esposa, Verónica Alcocer, primera dama de la Nación.
“La prioridad que su Gobierno otorga a la política de ‘paz total’, unida al compromiso de nuestro país para apoyar este esfuerzo, hace que estemos ante un momento especialmente importante para avanzar en el anhelo que comparten todos los colombianos: el silencio de las armas”, sostuvo.
También indicó en su discurso: “En este sentido podrá contar con España a lo largo del arduo, pero necesario camino que valientemente han decidido emprender en busca de una paz duradera en su país”.
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Por otro lado, el monarca hizo referencia a las acciones que ha encaminado el Gobierno nacional del Pacto Histórico para afrontar la crisis climática.
“La preeminencia que otorga a la preservación del medioambiente, desde la condición que tiene Colombia como reserva mundial de la biodiversidad y el agua, lo está convirtiendo en ejemplo para abordar la transición energética y la lucha contra los efectos del cambio climático”, indicó.
A renglón seguido, insistió que Colombia ha situado el medioambiente en el centro de su agenda nacional e internacional, por lo que “España está dispuesta a liderar con Colombia iniciativas innovadoras para avanzar en este camino”.
Golpe a la ‘paz total’ de Petro: “El ELN no comparte esa visión”, asegura Antonio García, jefe de esa guerrilla
El comandante máximo del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Antonio García, aseguró que es sumamente peligroso establecer plazos para alcanzar un acuerdo de paz y ha enfatizado que lo que el ELN busca es un gran pacto nacional. En entrevista con SEMANA, García abordó varios temas relacionados con las negociaciones de paz y la posición del ELN.
Sobre la visión de ‘paz total’ que tiene el ELN, García afirmó que su organización no comparte esa visión y no se siente vinculada con ese propósito. Explicó que el ELN es una organización alzada en armas por motivaciones políticas y sociales, y que los diálogos con el Gobierno tienen como objetivo construir un acuerdo político.
“El ELN no comparte la visión de ‘paz total’ y tampoco está ni se siente vinculada a ningún grupo con ese propósito. El ELN es una organización alzada en armas por motivaciones políticas y sociales; por eso, los diálogos con el Gobierno tienen el propósito de construir un acuerdo político en el cual la sociedad participe en el diseño de los cambios que el país requiere”, aseguró a SEMANA.
Respecto al tiempo que podría llevar firmar un proceso de paz con el ELN, García señaló que la “variable tiempo es una de tantas en un proceso de solución política. Las más importantes están referidas a la creación de las nuevas condiciones que se requiere construir para que los problemas largamente aplazados de Colombia puedan ser atendidos”.
Afirmó que las condiciones necesarias para abordar los problemas pendientes en Colombia, como la democracia, la equidad y la justicia social, requieren de un tiempo considerable. “El gobierno de (Juan Manuel) Santos y el actual han dicho que construir transformaciones requiere mucho tiempo. Ojalá no sea tanto”, dijo alias Antonio García.
El máximo cabecilla del ELN también se refirió a la promesa del Gobierno de Gustavo Petro de poner fin al ELN en tres meses después de asumir la Presidencia. Respondiendo a esto, García dijo que “no fue idea nuestra, como tampoco resultó de intercambio alguno. Ya estamos en el octavo mes de gobierno y apenas estamos en las primeras de cambio en los diálogos”.
En cuanto a la conveniencia de negociar en medio del conflicto o bajo un cese bilateral del fuego, García mencionó que esa fue la idea propuesta por el expresidente Juan Manuel Santos, pero luego hubo cambios en esa postura. Afirmó que en el tercer ciclo de negociaciones, que se llevará a cabo en Cuba, se discutirán temas como la participación de la sociedad y el cese bilateral, y esperan llegar a acuerdos al respecto.
Sobre la negociación con un gobierno de izquierda, García destacó que para el ELN no se trata solo de negociar con el Gobierno, sino también con el régimen político en general. En ese sentido, esperan encontrar disposición para abordar cambios más profundos que satisfagan las demandas de la población, especialmente de los desposeídos.
“No solo es una negociación con el Gobierno, sino con el régimen político; en ese sentido, esperamos encontrar disposición para buscar cambios más de fondo para que la gente no tenga que estar movilizándose cada mes porque no le cumplen lo acordado, que no se use la violencia por parte del Estado para tratar los conflictos sociales, que se acaben la privación de la libertad, la persecución y los asesinatos de dirigentes sociales. Una apertura a tratar estos temas facilitaría encontrar solución a otros problemas que son la razón de las luchas de la gente, sobre todo de los desposeídos y, a la vez, el fondo del alzamiento armado”, aseguró a SEMANA.
En relación con los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc en algunas zonas del país, García sostuvo que hubo un momento, entre 2009 y 2010, en el que lograron detener la confrontación con las antiguas Farc, pero luego, según García, surgieron alianzas con bandas paramilitares y grupos narcotraficantes. También mencionó la colaboración de algunos mandos desertados o desmovilizados que estaban trabajando con las fuerzas de seguridad del Estado.
“Luego vino la diáspora de ese proceso y alianzas que ya existían de estructuras de ellos con bandas de paramilitares y narcos; tomaron fuerza para intentar a sangre y fuego recuperar áreas que abandonaron en su desmovilización, volvió la imposición contra las comunidades, donde los intereses no son los de la causa popular. A este tipo de agresiones, en algunas regiones del país, nuestras estructuras han tenido que enfrentarse. De otro lado, varios de sus ‘mandos’, unos desertados o presos y otros desmovilizados en años anteriores, ya estaban trabajando con la inteligencia del Ejército y la Policía, hechos documentados en expedientes judiciales y de la Fiscalía”, dijo.
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