Política
Pese a que en Colombia sigue desbordada la producción de cocaína, Petro dice que superó la incautación de droga del gobierno anterior
Varios sectores han advertido que la cifra de erradicación de cultivos ilícitos sigue desplomada.
Aunque el país sigue en cifras rojas en temas puntuales de lucha contra las drogas, como la erradicación de cultivos ilícitos y que aún Colombia es considerado uno de los mayores países productores de cocaína en el mundo, el presidente de la República, Gustavo Petro, sacó pecho sobre las operaciones de las autoridades de incautación de droga.
El mandatario colombiano fue directo en asegurar que su gobierno, del llamado cambio, superó las cifras de incautación de droga frente al gobierno anterior del expresidente Iván Duque.
A través de su cuenta personal de X, antes Twitter, el jefe de Estado reveló que las autoridades han incautado 650 toneladas de cocaína, en el desarrollo de varios operativos que se han desplegado en zonas estratégicas del territorio nacional.
“No solo superamos de lejos la incautación de droga del anterior gobierno en su primer año, sino también en todos los años de su gobierno, van casi 650 toneladas de cocaína incautada”, posteó Petro.
Tendencias
No solo superamos de lejos la incautación de droga del anterior gobierno en su primer año, sino tambien en todos los años de su gobierno, van casi 650 toneladas de cocaína incautada. https://t.co/K4HyuiUgOa
— Gustavo Petro (@petrogustavo) November 22, 2023
Cocaína sigue ganando terreno en Colombia: su producción en el año 2022 fue la cifra más alta en la historia del país
El “famoso polvito blanco” sigue ganando terreno en Colombia. A pesar de los múltiples esfuerzos que se han realizado, el país es, por mucho, el mayor productor de cocaína en el mundo, una noticia que, lejos de generar orgullo, deja una enorme preocupación por las consecuencias.
Su producción alcanzó las 1.700 toneladas y las 2.300 hectáreas en 2022, lo que representaría un incremento de 13 % frente a 2021 y, hasta ahora, la más alta de la historia.
Este incremento ha hecho que la cocaína colombiana alcance nuevos mercados en Europa y Estados Unidos. Asimismo, han aumentado las incautaciones en todas partes del mundo, que van desde África, hasta Asia pasando por Europa del Este, en estos últimos donde existe un potencial de expansión, que advierte la ONU puede ser muy peligroso.
Los departamentos colombianos con más terrenos dedicados a la siembra de la hoja de coca son Norte de Santander, Nariño y Putumayo, fronterizos y claves para el paso ilegal de la sustancia ya procesada.
Aparte de eso, concentran el 65 % de la coca de todo el país, detalla el informe de la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
Norte de Santander, cerca de donde se encuentra la región del Catatumbo, se ha convertido en el mayor enclave productivo del país, según información de Bloomberg en Línea.
El municipio con más cultivos de coca es Tibú, ubicado en el Catatumbo. Cuenta con 22.000 hectáreas.
A este le siguen Tumaco (Nariño) y Puerto Asís (Putumayo), este último en donde hay un incremento de cerca de 20.000 hectáreas.
La apuesta de Petro que hace aguas: este es el caos que viven los erradicadores de coca. Dicen que no les pagan y trabajan de manera indigna
Los erradicadores de coca son civiles trabajando en condiciones de soldados. Se internan en la selva por dos meses para vivir en campamentos militares, duermen en cambuches, su comida depende de las remesas que les envía la fuerza pública y la jornada laboral va ligada a la luz del sol: desde las 5:00 a. m. salen a caminar para buscar las fincas donde arrancarán las plantas de la hoja base de coca y solo terminan a las 6:00 p. m. cuando tienen que resguardarse con la puesta del sol.
La situación se ha vuelto insostenible. Un grupo de cuatro erradicadores que trabaja en la serranía del sur de Bolívar, en los programas de erradicación manual de cultivos, denunció que están laborando sin que les paguen su salario a tiempo, con raciones de comida insuficientes. Un extrabajador habló de una posible irregularidad en el proceso, pues afirma que algunas plantas no son arrancadas, sino dobladas, por lo que no se estarían erradicando por completo los cultivos.
Todos ellos son hombres cercanos a los 40 años que no tenían trabajo, que habían laborado antes en obras civiles o en cultivos y aceptaron la oferta para poder enviarles dinero a sus familias. Contaron su relato con la condición de preservar sus nombres, pues temen perder la única fuente de ingresos por revelar las condiciones en las que se efectúa la erradicación manual de cultivos.
“Desde hace tres contratos para acá siempre ha sido lo mismo: uno les pregunta a los coordinadores y no dan respuesta concreta, a veces le contestan a uno con groserías”, relató uno de los hombres denunciando la demora en los pagos.
La erradicación manual de cultivos es la apuesta del gobierno de Gustavo Petro para esquivar otros métodos más nocivos para el ambiente, como la aspersión aérea con glifosato.
Pero realizarla requiere una logística nacional: grupos de 21 civiles que se internan por dos meses en la selva en compañía de un ingeniero, un oficial antinarcóticos de la fuerza pública y un enfermero para recorrer las fincas y arrancar una a una las plantas. Que haya un enfermero en el equipo móvil da cuenta de los riesgos de esa tarea porque los empleados pueden sufrir descompensaciones en el terreno.
Ellos van acompañados de personal militar que, desde el aire, en helicópteros, detecta con imágenes satelitales dónde debe realizarse la erradicación para que quienes están en tierra midan el hectareaje con un Trimble (una especie de sensor) y empiecen a arrancar mata por mata.
Finalmente, a los erradicadores no los contrata directamente el Estado, sino la empresa Global Services, que tiene el contrato de erradicación en Colombia desde hace más de tres años. La firma está afincada en Bogotá, pero despliega sus grupos móviles en todas las regiones del país en las que hay programas de erradicación, como Aguachica, Villagarzón, San José del Guaviare y Carepa.