Petro dijo que Venezuela está atravesando por un “problema interno de reglas democráticas”, pese al “robo” electoral de Maduro

Este jueves 8 de agosto, el presidente de la República, Gustavo Petro, volvió hacer referencia a la crisis política y social por la que está atravesando Venezuela, tras el robo electoral de Nicolás Maduro, con una intención de atornillarse al poder.

La mención que hizo el jefe de Estado fue en el marco de un evento que se desarrolló en Cartagena, en la Cumbre Ministerial Latinoamericana y del Caribe por la Inteligencia Artificial, desde donde señaló que en Venezuela existe un problema interno de reglas democráticas.

“El que haga el microprocesador más rápido tiene el poder del mundo y por eso esta discusión se está volviendo una discusión militar, geopolítica, militar, y por eso la discusión de Venezuela no tiene que ver solamente con un problema interno de reglas democráticas, que lo es, sino tiene que ver –y ahí el peligro– en que cae en una nueva dinámica geopolítica en donde lo que se está disputando no son mercados, sino el poder integral del mundo”, expresó Petro.

Y avanzó en su particular tesis: “América Latina, ¿qué va a hacer ahí? Porque nuestra propuesta sería primero juntarnos, poner nuestros equipos de expertos que ya hay. Nosotros ya tenemos aquí uno en Colombia, es un tema nuevo a que lo juntemos a estudiar el tema y su implicación en las sociedades latinoamericanas y en la América Latina”.

“Segundo, a construir propuesta en lo que es peligroso. Lo peligroso es, entre otras, cosas lo que hemos mencionado. Aquí voy a terminar porque ya me alargué, la interrelación entre crisis climática e inteligencia artificial”, dijo el mandatario colombiano.

Sin embargo, el canciller Luis Gilberto Murillo se refirió a los diálogos que se están adelantando con Venezuela, luego del fraude de las elecciones en ese país y que el dictador Nicolás Maduro se perpetuara en el poder.

Según dijo Murillo, esos diálogos, con apoyo de Brasil y México, se han mantenido permanentemente.

“Van bien. La gran mayoría de países ven con muy buenos ojos el esfuerzo diplomático que están haciendo los presidentes Petro, Lula y Andrés Manuel López Obrador. Allí hay una luz de esperanza, hemos estado en contacto a nivel de cancilleres, de vicecancilleres y embajadores para tener una interacción con el Gobierno y con el oficialismo, pero también con las distintas oposiciones”, aseguró Murillo.

Sumado a ello, dijo que los presidentes de los distintos países están en conversaciones. Se trata de Petro, Amlo, Luiz Inácio Lula da Silva y Maduro. “Los presidentes han estado dialogando permanentemente”, confirmó Murillo.

En su caso, dijo que ha mantenido diálogos con embajadores y cancilleres de esos países y que en las próximas horas la Cancillería se pronunciará de manera oficial. “Nos mantenemos en la posición de que es muy importante que se concluyan los escrutinios, que se revisen, eso implica actas, mesas, que se haga de manera transparente”, aseguró Murillo.

Entre tanto, el ministro de Relaciones Exteriores insistió en que haya un acompañamiento y veeduría independiente internacional como lo han pedido distintos países, entre ellos Colombia y hasta la Iglesia católica, a través del papa Francisco. Sin embargo, algunos han cuestionado la posición de Colombia porque habría faltado contundencia para condenar los hechos que vienen sucediendo en ese país tras el fraude de las elecciones, como violaciones a los derechos humanos y retenciones de más de 2.000 personas de forma arbitraria.

Murillo se refirió a esos hechos diciendo que Colombia respalda una protección de los derechos humanos sobre “cualquier acto que lleve a más violencia de cualquiera de los actores o que refleje actitudes que se vean como represión” y que por eso “tienen que rechazarse y condenarse”.

Finalmente, Estados Unidos ha reconocido que se trató de un fraude en las elecciones y que según sus investigaciones Edmundo González sería el ganador de esos comicios. Desde ese país, en apoyo con la ONU, han condenado los ataques y represiones en contra de los líderes de la oposición que han terminado siendo perseguidos por el régimen.