NACIÓN
Petro habla por primera vez de la niñera Marelbys Meza: “Es nuestra amiga… no tiene nada que temer en nuestro gobierno”
La exniñera había hablado con SEMANA tras revelarse que se dio la orden de interceptar su teléfono haciéndola pasar por integrante del Clan del Golfo. “El presidente sabe, me conoce”, dijo.
En su duro discurso, el presidente Gustavo Petro se refirió duramente al caso de Marelbys Mesa. “A nadie se le ha ordenado una sola interceptación telefónica ilegal ni a ilustres y poderosos exfuncionarios ni personas humildes. Eso no es cierto. No se les ha dado esa orden ni se les dará”, dijo. El primer mandatario, tras días de silencio sobre el escandaloso caso, por fin, rechazó los hechos con vehemencia.
“La cúpula militar aquí presente, los generales y almirantes, saben perfectamente que ni el presidente ni ningún funcionario de este gobierno les ha dado alguna orden que tenga que ver con romper la Constitución; es más quedan ustedes autorizados por el presidente de la República, por si eso ocurriese, que ustedes mismos lo denuncien”, sostuvo Petro.
El primer mandatario también habló específicamente de la exniñera que trabajó con sus dos alfiles en el gobierno, Laura Sarabia y Armando Benedetti, y muy cerca a él en la campaña presidencial. “Es nuestra amiga… no tiene nada que temer en nuestro gobierno”, dijo.
Y defendió a Laura Sarabia: “No [se han] parado a pensar ni siquiera qué podría pensar una joven mujer recién parida con su primer niño, con su primera experiencia maternal, cuando le sucede un hecho en su vida doméstica que la hace sentir en la zozobra y que reacciona dentro de la ley al punto que se usó el polígrafo que yo ni he logrado saber dónde está”.
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Marelbys Meza habla con mucho dolor de lo que vivió en su trabajo con Laura Sarabia. “Tristeza” fue la palabra con la que describió lo que sentía tras la confirmación de SEMANA de que ella fue víctima de chuzadas. Por orden de la Policía, su teléfono fue interceptado con el argumento de que ella pertenecía al Clan del Golfo.
La humilde mujer piensa en el pasado y no le da crédito a lo que vive hoy. Asegura que ella sirvió con amor y devoción no solo a Laura Sarabia, sino al presidente Petro. “El presidente sabe, me conoce. Yo trabajé en la campaña. Le di amor, alma, vida y sombrero. Él sabe que yo le di mucho amor”, sostuvo en medio de lágrimas. “Yo en esta vida no he hecho sino trabajar. Yo sólo sé trabajar”, agregó.
Para Marelbys Meza, la confirmación de que la estaban chuzando no es sorprendente pero sí muy atemorizante. En diálogo con SEMANA, la mujer se refirió a los constantes seguimientos que vivía. “Terrible... no. ¿Cómo así?”, dijo. Al enterarse de que la policía había ordenado interceptar su teléfono con un informe de que ella pertenecía al Clan del Golfo, la exniñera de Laura Sarabia sólo dijo “me da tristeza”.
En medio de lágrimas, contó que está protegida por la Fiscalía y por eso no puede acercarse a su familia. “Yo lo sentía. Yo sentía un eco en el teléfono. Yo no quería que nadie me llamara. No quería hablar con nadie”, agregó.
Habló también de la acusación de robo que vivió en la casa de Benedetti. “¿Usted le entregaría su hijo a una ladrona? (...) eso fue aclarado”, putualizó. El embajador Armando Benedetti había ya dejado en el aire la pregunta sobre si la humilde niñera había sido chuzada por orden de Laura Sarabia, la mujer más poderosa del gobierno de Gustavo Petro.
Para el embajador de Colombia en Venezuela es claro que fue la jefa de Gabinete de Palacio la que comenzó a moverse tras sospechar que su exniñera iba a hacer pública esa historia. “Es la que me habla primero de Marelbys y de ahí yo llamo a Vicky [Dávila]. Es decir, es ella la que me informa que Marelbys habló con Vicky y me dice que va a salir en SEMANA. ¿Por qué sabía? ¿Ella chuza?”, se preguntó.
La Fiscalía descubrió que la tesis del embajador era real. Cuando el fiscal que lleva el caso del robo de la plata de un maletín de la jefe de gabinete del presidente, Gustavo Petro, ordenó investigar a la niñera, ahí se descubrió que otro fiscal, del Chocó, había ordenado ya una interceptación de su línea telefónica.
Lo escandaloso del caso es que la chuzada se ordenó con una maniobra ilegal, a través de un informe de Policía con el cual se vinculaba a Marelbys Meza con el Clan del Golfo. Con esa excusa se estaban realizando los seguimientos. La Fiscalía anda tras la pista de esta chuzada desde hace varios días, desde que SEMANA hizo pública la delicada denuncia de Marelbys contra su exjefa y jefe de Gabinete, Laura Sarabia.
Hay un dato relevante, el fiscal que manejaba el caso, con sede en Chocó, les explicó a los investigadores en Bogotá que la policía le hizo la petición de la interceptación argumentando que Marelbys Meza, una humilde niñera de 51 años, era fundamental para capturar a alias Siopas, uno de los jefes de Clan del Golfo y heredero del poderoso narcotraficante Otoniel.
Todo era una farsa, simplemente un montaje para escuchar de manera ilegal a la niñera. Por eso, la sorpresa del fiscal del caso fue mayúscula, cuando ordenó hacer una interceptación legal, mientras investigaba el robo de la plata de Laura Sarabia y le informaron que el número de Marelbys ya estaba cargado en la plataforma de interceptaciones.
Ya el fiscal de Chocó rindió su versión y SEMANA está en capacidad de confirmar que a raíz de esta información tan grave se ordenó la inspección a la Casa de Nariño.
Este es un nuevo capítulo del ya grave y espinoso caso revelado por esta revista en el que, según testimonio de la misma Marelbys Meza, ella denunció que fue recogida en su casa por hombres de la Unidad Nacional de Protección (UNP), luego llevada a un edificio adscrito a la Presidencia de la República donde, en el sótano, fue interrogada con polígrafo.
Lea la entrevista completa de Vicky Dávila con Marelbys Meza
VICKY DÁVILA (V. D.): Marelbys Meza, la exniñera de su hijo, habló con SEMANA. Dijo que su conductor, el 30 de enero, la recogió en su casa y la llevó a Palacio. Ella terminó al frente, en un sótano, sometiéndose a un polígrafo. En la Casa de Nariño no quedó registro alguno. ¿Eso es correcto?
LAURA SARABIA (L. S.): no, no es correcto. La entraron porque entró en mi carro. No hizo el filtro normal. Ella incluso tiene todo el registro, todo lo legal y lo normativo.
V. D.: ¿cómo así? ¿La ingresaron por la parte de atrás pero hubo registro normativo?
L. S.: no es que la hayan ingresado por la parte de atrás. Lo que pasa es que sucede el robo de mi casa. Yo le pregunto a ella si está dispuesta a someterse al polígrafo, como se sometió todo mi esquema de seguridad. Ella dice que no tiene ningún problema.
Entonces yo le digo: ‘Te voy a mandar a recoger para que no tengas problema’. Ella vivía muy lejos. Mi conductor fue, la esperó y la trajo acá. Como entraron en mi carro, ingresaron por el parqueadero, pero no fue para ocultarla ni por la parte de atrás ni nada de eso.
V. D.: o sea, ella no ingresó con registro.
L. S.: claro.
V. D.: si busco en los registros de Palacio, ¿encuentro que estuvo allí?
L. S.: sí. Le puedo mandar la hora. ¿Por qué lo puedo certificar? Porque, para el polígrafo, uno tiene que firmar un consentimiento y en la prueba está la fecha, la hora, el nombre, su firma, su huella y todo. Es la constancia de que ella lo hizo acá.
V. D.: Marelbys dice que fue bajo presión porque ustedes estaban sospechando de ella. Asegura que, si no iba, quedaba como si se hubiese robado la plata del maletín perdido. Y dice que, por eso, le tocó ir.
L. S.: Vicky, nunca la obligué. Ella nunca me dijo: ‘Oye, yo no quiero ir’. Me dijo que estaba dispuesta a hacerlo y así se hizo. No estuve presente y tampoco sé si ella fue o no (la responsable de la pérdida del dinero).
Y lo que le digo: ella firmó un consentimiento con la Policía. Vuelvo e indico: ella nunca me refirió que no quisiera hacerlo. Obviamente ese era el procedimiento en ese momento.
V. D.: ella dijo que se sintió secuestrada.
L. S.: ante eso, puedo decir que esos procedimientos de polígrafo quedan grabados. Entonces, esa es la prueba de que en ese momento se hizo todo bajo la ley. Jamás se hizo nada en contra de nadie.
V. D.: ¿pero había una orden judicial para someterla ante el polígrafo?
L. S.: no.
V. D.: ¿pero no cree que cuando Marelbys dice que aceptó someterse al polígrafo bajo presión, es lógico? Estaba sola con tres personas frente a Palacio y sospechaban que se había robado una fuerte suma de dinero. ¿No le parece suficientemente atemorizante?
L. S.: en el momento en que ella me dice ‘recójame para ir a hacer el polígrafo’ es consciente de lo que va a hacer. No se le hizo el polígrafo a ella sola. Se le hizo a todo mi esquema de seguridad y a mis conductores.
V. D.: su esquema de seguridad es de la Policía, pero ella era su empleada particular. No es una funcionaria.
L. S.: claro, era mi empleada particular.
V. D.: ¿por qué llevarla a un polígrafo a una dependencia del Gobierno si no se trataba de una funcionaria?
L. S.: aquí hay unos estudios de seguridad. Soy una alta funcionaria y está ese mecanismo. Si me hubiera referido que no se sentía capaz de hacer el polígrafo, obviamente hubiera tomado alguna decisión porque ella cuidaba a mi hijo. No me iba a quedar con la duda. Soy muy sincera: ¿quién sabe qué le podían hacer después a mi hijo?
V. D.: usted estaba en su derecho de prescindir de los servicios de la niñera. Lo que es inadmisible es todo lo que hicieron para someterla a un polígrafo como si se tratara de una funcionaria del Gobierno.
L. S.: si quiere, con mucho gusto, solicito que se entregue el video y se verifique lo que dice la señora. Ella nunca en la vida me refirió que hubiera pasado por esa situación. Incluso, quería seguir trabajando conmigo. Ella me dice: ‘Oye, no quiero perder mi trabajo’. Y alguien que ha pasado por eso, lo que diría es: ‘Yo no quiero seguir trabajando con una persona así’, si yo supuestamente la obligué, la presioné y la violenté.
V. D.: me parece bien. (Al cierre de la edición impresa de SEMANA, Sarabia sólo hizo llegar un fragmento del polígrafo, de 18 segundos, sin autorización para publicar. Allí, Marelbys dice que está dispuesta a ir a donde la llamen y dice que está agradecida con quien le hace el procedimiento). ¿Hay un abuso de poder siendo usted la mujer más cercana al presidente de la República?
L. S.: no creo que haya un abuso de poder. Le pregunté conscientemente si quería hacer el polígrafo, así como cuando trabajaba con el senador Benedetti. La conozco a ella por él. También, cuando pasó un caso similar, le hicieron un polígrafo.
V. D.: pero usted decidió someter a la niñera en una dependencia de Palacio.
L. S.: sí, porque mi esquema de seguridad aceptó.
V. D.: Es que Marelbys no es funcionaria. ¿A ella le pagaba el Gobierno o le pagaba usted?
L. S.: yo le pagaba.
V. D.: o sea, no es una funcionaria.
L. S.: sí, pero...
V. D.: ¿entonces, por qué la tenía que llevar a la sala de poligrafía del Gobierno?
L. S.: esa fue la recomendación de ese momento de mi esquema de seguridad.
V. D.: ¿y era correcto incomunicar a Marelbys durante cuatro horas?
L. S.: la verdad, ahí no puedo decir nada, porque no hice el procedimiento. Fue la Policía.
V. D.: pero usted lo autorizó.
L. S.: no, yo no autoricé. A mí simplemente me pasa un suceso, lo reporté a la Fiscalía y a la Policía. Se hizo el procedimiento tal cual como se les hizo a los demás integrantes del esquema de seguridad.
V. D.: pero sin ser funcionaria. Los demás sí lo son.
L. S.: claro, pero ella firmó un consentimiento.
V. D.: pero la niñera estaba sola, no tenía un abogado, no tenía a nadie. Estaba sola en Palacio. ¿No lo iba a firmar?
L. S.: vuelvo e insisto: si ella me dice ‘no quiero hacer el polígrafo’, jamás lo hubiera hecho.
V. D.: ella dice que lo hizo por presión. Además, le dijeron que esa noche no regresaría a la casa, que iría a la cárcel y que le iban hacer un allanamiento a ella y a su familia. Asimismo, a uno de sus hermanos lo abordaron varios hombres para exigirle que devolviera la plata. Otro episodio ocurrió cuando llevaba a su mamá a la Terminal de Transporte. Allí terminaron haciéndole una sospechosa requisa a ella y a todas las personas que la acompañaban.
L. S.: no tengo referencia de lo que me dice. Hasta ahora me estoy enterando.
V. D.: ¿el presidente Gustavo Petro sabía que a esa señora la iban a llevar a hacerle un polígrafo en ese sótano al frente de la Casa de Nariño?
L.S.: no. El presidente sabía que me pasó un hecho en mi casa, con la niñera de mi hijo, y sabía que se habían activado todos los protocolos de seguridad.
V.D.: ¿Usted hizo una denuncia en la Fiscalía por el robo de su dinero?
L.S.: Sí, señora.
V.D.: ¿Usted ese día denuncia cuánto dinero se le perdió?
L.S.: No denuncio específicamente cuánto porque eran unos dólares que tenía ahí y una plata que había sacado. La tenía en una maleta encima del sofá. Lo que referí en ese momento es que no sabía específicamente cuánto era.
V.D.: ¿Pero no sabía cuánta plata tenía en el maletín?
L.S.: Eran más o menos 3.500 o 4000 dólares.
V.D.: ¿Y la otra plata que tenía en efectivo?
L.S.: La había sacado para pagar una tarjeta que más o menos eran como cinco millones de pesos. Creo que la denuncia quedó como en 30 y algo así. No me acuerdo en este momento.
V.D.: Marelbys dice que un policía le advirtió: “Vieja, ladrona, devuelva la plata, que son 150 millones de pesos”. ¿Eran 150 millones de pesos?
L.S.: No, la verdad no sé ese episodio. Cuando ella estaba con la Policía, le hicieron unas preguntas, como nos las hicieron a todos, que si ella había cogido el bolso, pero en ningún momento hay ese tipo de maltrato. Nunca.
V.D.: Hay otra cosa extraña que ocurre y es que ella cree que estuvo en la Fiscalía. Pero lo que pasó fue que la volvieron a citar a la Sijín y le pusieron un abogado de oficio por videollamada, en una diligencia supremamente extraña. ¿Está enterada?
L.S.: No. Incluso estaba esperando que la Fiscalía me llamara a ampliar la denuncia, pero hasta el momento no me han llamado y la verdad nunca más volví. Hace más de dos meses no tengo contacto con la señora.
No sabía sobre ningún procedimiento con un abogado en la Sijín. (Pocas horas después de esta entrevista, Laura Sarabia hizo llegar un documento a la Fiscalía, ampliando su denuncia después de cuatro meses del robo. Allí habla de un hurto de 7.000 dólares y califica a Marelbys como la principal indiciada y posible autora de ese delito).
V.D.: ¿Por qué hay 150 millones de pesos en efectivo en la casa de Laura Sarabia?
L.S.: No. La que habla de 150 millones de pesos es la señora. ¿Y por qué tenía dólares en mi casa? Porque me pagan los viáticos en efectivo, en dólares, entonces, pues ese día los tenía.
V.D.: ¿No son consignados? ¿En Palacio entregan los viáticos en efectivo?
L.S.: Los entregan en efectivo, sí señora.
V.D.: Marelbys dice que usted siempre llegaba a la casa, e iba directo a una caja fuerte. ¿Eso es verdad?
L.S.: Eso no es verdad. Me quedo sin palabras. Quién sabe esa señora qué se está inventando.
V.D: ¿Cómo era su relación con la niñera?
L.S.: Ella nunca puede decir que hubo un maltrato de mi parte o que no le pagara las cosas de ley. Cuando la saco, no es por el polígrafo, aunque tuvo un resultado negativo. No la saco por eso. Soy consciente de que el polígrafo no es ninguna prueba.
V.D.: ¿El polígrafo salió mal?
L.S.: Sí, ella perdió la prueba.
V.D.: ¿Y usted le contó a ella?
L.S.: No. Precisamente, como le digo, tenía claro que el polígrafo no es una prueba judicial, tampoco es una prueba de que ella hubiera robado la plata de mi casa. Simplemente lo que hice fue decirle que no me sentía cómoda.
V.D.: O sea, ¿el polígrafo concluyó que ella se robó la plata que usted tenía en el maletín?
L.S.: En el polígrafo le hacen varias preguntas y lo que arroja es lo que refiere el cuerpo sobre si está diciendo mentiras. Ella sí arrojó un resultado negativo. Fue la única de todo mi esquema de seguridad que tuvo un resultado negativo.
Aceptando las recomendaciones, relevaron a todo mi esquema de seguridad. Lo cambiaron. Yo le dije a ella que no podía sentirme tranquila, pues la investigación va para largo. Le dije: no puedo afirmar que te hayas o no apropiado de eso. Pero, por mi tranquilidad, tampoco podía tener a una persona sin una razón tanto tiempo.
Han pasado seis meses y no hay resultados de la investigación. Lo que le dije era que mejor dejáramos el contrato así. La liquidé, con todo lo de ley, y quedamos en buenos tratos. Incluso, ella me dijo que me quería mucho, que estaba muy agradecida, que me tenía como una hija y que siempre contara con ella. Fue la última vez que hablamos.
V.D.: ¿Usted descarta que las personas que le hicieron al polígrafo hayan cometido excesos con ella?
L.S.: No creo que hayan cometido excesos porque en el polígrafo queda todo grabado.
V.D.: Sí, el polígrafo queda grabado, pero ella estuvo allá cuatro horas y media. ¿Todo ese tiempo duró el procedimiento?
L.S.: No, pero pues acá está todo en cámaras de seguridad y aquí está todo desde su entrada hasta su salida.
V.D.: ¿Nos puede enviar ese material? Desde que ella entra hasta que sale.
L.S.: Me toca preguntar porque eso fue hace mucho tiempo. No sé si queda un back up.
V.D.: Y el registro de su ingreso, eso es clave, porque ella dice que no la registraron.
L.S.: Vuelvo y le indico, ella entró en mi carro, como entro yo…
V.D.: Claro, pero ella no es funcionaria, es una particular.
L.S.: Si quisiera esconder el hecho, no le hago firmar un consentimiento.
V.D.: Bueno, pensando mal, también puede ser una forma suya de protegerse.
L.S.: ¿Pero protegerme de qué? De que la señora va a decir cinco meses de que la traje prácticamente obligada y que la metí ilegal a un sótano por cuatro horas. Fui víctima de un robo y ahora le salgo a deber a la persona que hoy es la mayor indiciada del robo.
V.D.: ¿Usted le reportó a la Fiscalía el resultado del polígrafo?
L.S.: No.
V.D.: Cuando la niñera refiere que se sintió secuestrada, ¿qué se le ocurre?
L.S.: Le voy a ser sincera. Una persona que miente, que tal vez roba, y que diga eso, ¿qué puedo hacer? Estoy sin palabras. Me parece tenaz que, después de ser la víctima, termino debiéndole a la persona, pero bueno.
V.D.: ¿No cree que se equivocó haciéndola llevar a un polígrafo de Presidencia?
L.S.: No hice nada que ella no me autorizara.
V.D.: Pero independientemente de que autorizara, ¿usted podía hacer uso del polígrafo de Palacio para algo personal?
L.S.: Pero es que ese es mi esquema de seguridad.
V.D.: Pero es que ella no hace parte de su esquema de seguridad.
L.S.: Claro, pero es que hubo una situación de vulneración de mi seguridad y de mi familia.
V.D.: Le insisto en que ella es una particular, no una funcionaria del Gobierno.
L.S.: Pero ella igual firmó un consentimiento.
V.D.: Allí habría que ver si usted, como servidora pública, podía usar un bien del Estado para una particular en un caso doméstico.
L.S.: No lo estoy usando para una cosa particular. Lo estoy usando en el caso de una vulneración de mi seguridad.
V.D.: La Fiscalía es la única que debe investigar a Marelbys Meza, no usted ni el Gobierno.
L.S.: Claro, la Fiscalía lo está haciendo.
V.D.: Pero no hay un fiscal ni un juez ni una orden judicial que ordene que a esa señora había que hacerle un polígrafo.
L.S.: A ella, yo no la estaba investigando.
V.D.: Pero hacerle un polígrafo en un sótano de una dependencia del Gobierno es investigarla, someterla.
L.S.: Yo no la estaba investigando. Al senador Benedetti, hace un año, también le pasó lo mismo y mandó a hacer un polígrafo. ¿También estaba investigando a la señora?
V.D.: No tengo referencia de eso. Pero quiero saber si el señor Benedetti la llevó o no a Palacio.
L.S.: No, a Palacio no.
V.D.: ¿Lo hizo en un polígrafo particular?
L.S.: No la llevó porque en ese momento no era parte del Gobierno.
V.D.: Entonces son dos situaciones distintas.
L.S.: Pero entonces, no entiendo. ¿El problema es el polígrafo o que lo hicieran en Palacio? O sea, ¿si hubiera llevado a la señora a un polígrafo particular no hubiera problema?
V.D.: Por lo menos no estaría haciéndole estas preguntas. Estaríamos en otra conversación. Por ejemplo, su conductor se llama Harold, ¿correcto?
L.S.: Sí señora.
V.D.: ¿Harold qué?
L.S.: Rondón.
V.D.: ¿Harold Rondón es funcionario del Gobierno?
L.S.: Es de la UNP.
V.D.: Muy bien. Entonces ese funcionario va a recoger a la señora en un carro del Estado para someterla al polígrafo en un sótano al frente de Palacio y que pertenece al Gobierno.
L.S.: Claro.
V.D.: La ingresan, pero no con un registro oficial.
L.S.: La ingresan por el sótano, pasa por todos los pasillos donde hay cámaras de seguridad, pasa por los filtros que hay abajo de la Policía, nunca se entró a escondidas, ni absolutamente nada.
V.D.: ¿La registraron, sí o no?
L.S.: No, señora.
V.D.: ¿Y cualquier ciudadano puede ingresar a Palacio sin registro?
L.S.: ¿Señora?
V.D.: ¿Cualquier ciudadano puede ingresar a Palacio sin registro?
L.S.: Los ministros entran por la puerta blanca y no son registrados, todas las personas que entran por ahí no son registradas.
V.D.: Obviamente hay una diferencia entre un ministro y la niñera del hijo de la jefe de gabinete.
L.S.: No…
V.D.: ¿No?
L.S.: Me refiero a que mucha gente entra por otros filtros de Palacio. No es porque se quiera esconder, sino porque no pasan por la puerta de la Séptima, porque es un paso vehicular.
V.D.: Un ministro es un funcionario del Gobierno, la niñera de su hijo no es funcionaria del Gobierno, pero la ingresaron como si fuera un ministro.
L.S.: No, la ingresaron en mi carro, como ingreso yo. ¿Por qué? Porque era mi niñera en ese momento y venía aquí como si yo hubiera traído a mi hijo, como si hubiera venido mi esposo y no estaba haciendo nada ilegal, ni que quisiera que no quedara registro.
V.D.: No es lo mismo que entre su hijo a que ingrese una persona particular de la cual usted dudaba y por lo cual usted terminó llevándola a hacer un polígrafo.
L.S.: ¿ Y es que mi hijo no es un niño particular?
V.D.: Claro, pero su hijo es su hijo y usted no lo está llevando a hacerle un polígrafo a un sótano en una dependencia de Palacio porque duda de él.
L.S.: Ella vino conscientemente.
V.D.: ¿Realmente la niñera podía negarse a hacer el polígrafo? Póngase en su lugar.
L.S.: Claro, claro.
V.D.: ¿Podía negarse?
L.S.: No, no.
V.D.: ¿No?
L.S.: Claro que sí, ella es una ciudadana.
V.D.: ¿Por qué no le dijo: la esperan en Palacio a tal hora, por ejemplo?
L.S.: Yo le dije.
V.D.: Usted mandó al conductor a recogerla.
L.S.: Yo le dije a la señora que la esperaba acá y me dijo que le quedaba muy difícil y que si le podía mandar un carro.
V.D.: ¿Hoy cree que ella le robó el dinero del maletín?
L.S.: No sé, eso está en investigación en la Fiscalía. No puedo acusar a la señora, a nadie.
Pero ella sí perdió la prueba del polígrafo. El resultado fue negativo. Pero aún así no puedo decir que la señora se robó eso. Tengo chats, los puedo leer textual, se los escribió a mi esposo a los dos días: “Hola, mijito, buenas tardes, qué pena molestarlo, quería saber acerca de mi trabajo, ¿voy?, ¿qué hago?, ¿qué le han dicho? Estuve en lo del polígrafo, me recogieron en casa y me trajeron y no me dijeron más nada, necesito trabajar, no me puedo quedar sin trabajo. Lo llamé y sumercé no me contestó”.
O sea, una persona que dice esto y cinco meses después referencia que le pasaron un poco de cosas. ¿Es una persona que escribe ese mensaje? Vicky, se lo pregunto honestamente.
V.D.: No puedo responder eso. Lo que puedo es preguntarle a usted.
L.S.: Pero, Vicky, le hago otra pregunta. ¿Si ella vivió eso, por qué no denunció?
V.D.: No sé, habría que preguntárselo. Pero pues puede haber mil razones.
L.S.: Pero yo quisiera preguntárselo.
V.D.: Miedo, por ejemplo.
L.S.: ¿Y se le acabó el miedo cinco meses después o qué fue lo que pasó?
V.D.: No lo sé. No puedo responder por ella.
L.S.: Sí, de acuerdo.
V.D: Hay un testimonio donde ella refiere unas cosas graves que usted ha confirmado. Usted corroboró que envió por ella a su casa; que ingresó sin registro a Palacio; que le hicieron un polígrafo en un sótano en una dependencia oficial, al frente de la Casa de Nariño Palacio, sin ella ser una funcionaria. O sea, son hechos reales.
L.S.: Sí, son reales. No son reales en el sentido o la dimensión en que los dice la señora, pero nunca he negado que ella haya hecho el polígrafo. Nunca he negado que el polígrafo no se hubiera hecho aquí en Palacio. Nunca he negado que la recogí porque ella me pidió que la recogiera y fueron y la dejaron en su casa como ella me pidió.
Jamás ella me refirió que pasó por todo esto que me está contando. Le agradezco por haberme incluido en la noticia porque me va a ayudar a ampliar la denuncia. Es evidente que esto es una extorsión y quisiera que la Fiscalía me diga quién está detrás de la señora o por qué, cinco meses después, refiere un poco de cosas.
V.D.: ¿Quién está detrás de la señora, qué sospecha tiene usted?
L.S.: No sé, me gustaría que la Fiscalía lo investigara.
V.D.: Una pregunta difícil, pero se la hago para que pueda responder. ¿A la señora Marelbys Meza la tuvieron secuestrada durante cuatro horas en un sótano frente a Palacio?
L.S.: No. La señora, en ningún momento, estuvo secuestrada en Palacio. Ella vino consciente. Ella firmó un consentimiento.
V.D.: ¿Que usted me lo va a hacer llegar verdad?
L.S.: Sí claro, se lo hago llegar. (SEMANA tiene el documento en su poder, pero Sarabia prohibió su publicación). Insisto, le agradezco porque esto me permite ampliar la denuncia y ojalá me llame la Fiscalía. Para mí, la verdad, esto es una extorsión.
V.D.: ¿Una extorsión de la señora?
L.S.: Ya veremos, yo quisiera...
V.D.: ¿Cree que hay una tercera persona involucrada? Me sorprende que constantemente se refiera a una extorsión.
L.S.: Ya veremos. Pido que la Fiscalía averigüe quién está detrás de la señora.
V.D.: ¿Hay alguien detrás de la señora?
L.S.: Pues usted misma me dijo que la señora no tenía muchos estudios, y que es fácilmente manipulable.
V.D.: No. No he dicho que es manipulable.
L.S.: Pues que se podía sentir presionada fácilmente, que era una persona humilde.
V.D.: ¿Pero no cree que usted tiene el poder suficiente como para amedrentar a una persona sencilla como lo es quien era la niñera de su hijo?
L.S.: No, Vicky.
V.D.: ¿No?
L.S.: No tengo el poder de amedrentarla. Jamás en la vida la amedrenté.
V.D.: Pero es que la hizo llevar a Palacio.
L.S.: Pero es que ella vino a Palacio en muchas oportunidades con mi hijo y también sola. Estuvo en mi oficina. ¿Entonces en ese momento la estaba amedrentando?
No, Vicky, no considero que la estuviera amedrentando. Ella vino consciente a lo que venía, nunca la obligué, nunca la presioné, no utilicé mi poder. Que la señora denuncie, que vaya con pruebas de que todo eso pasó. La verdad, dañar mi buen nombre por un testimonio, sin una sola prueba, porque la señora no tiene una sola prueba de que eso pasó, en cambio yo sí tengo el consentimiento. Tengo mi escolta que puede referir si ella vino obligada.
V.D.: ¿Pero cómo prueba que el consentimiento no fue presionado?
L.S.: No sé. Me siento como en un interrogatorio, en el cual soy la culpable y la señora es la inocente.
V.D.: No, por favor. Eso solo lo definirán los jueces. Entienda que debo hacerle estas preguntas para que usted tenga la oportunidad de responderlas.
L.S.: Yo, en vez de ser la víctima por un robo, tengo que salir a responder supuestamente porque la señora se sintió amedrentada por mí y por, supuestamente, un abuso de poder.
V.D.: Usted sabe que estoy cumpliendo con mi obligación como periodista.
L.S.: Yo sé que usted está cumpliendo con su obligación y le agradezco.
V.D.: Cuando habla de extorsión, ¿es porque alguien le está pidiendo algo a cambio?
L.S.: Me remitiré a la Fiscalía.
V.D.: ¿Pero alguien la está extorsionando ?
L.S.: Vicky, me remitiré a la Fiscalía y llevaré todas las pruebas.
V.D.: O sea que sí.
L.S.: En la Fiscalía ampliaré toda mi denuncia y pues ya miraremos. Vicky, igual, le agradezco mucho por todo.
Nota: horas después de esta entrevista, Laura Sarabia le envió por escrito a SEMANA el siguiente mensaje: “El incidente de seguridad fue puesto en manos de la Jefatura de Protección. Con lo que me fue informado por ustedes contrasté la información y me indicaron que no fueron a Palacio sino a las oficinas de poligrafía que no quedan en Palacio. La señora Marelbys no ingresó a Palacio”. Igualmente, Sarabia adjuntó la ampliación de su denuncia ante la Fiscalía, y que hizo este viernes, un día después de esta entrevista con SEMANA.