POLÍTICA
Presidente Gustavo Petro confirma que, por ahora, no se va a reunir con la Alianza Verde, ¿ruptura a la vista?
Mientras los verdes insisten en que el jefe de Estado los citó a reunión y les canceló cuando ya tenían los tiquetes comprados, desde la Casa de Nariño indican que el encuentro no estaba programado.
El presidente Gustavo Petro, al parecer, no tendrá una tranquila Navidad en términos políticos. Por lo menos así quedó en evidencia en los últimos días con el malestar que ha saltado a la vista entre la Alianza Verde y la Casa de Nariño.
Lo que nació la semana pasada como una pelea entre los verdes y el Pacto Histórico, la fuerza política de Petro, por cuenta del trámite de la reforma política en la Cámara de Representantes, ahora ha escalado y ya llegó hasta las altas esferas de Palacio.
Las discrepancias entre la Alianza Verde y el Gobierno no son nuevas, pero se intensificaron con el enfrentamiento con la bancada del Pacto Histórico. El presidente Petro, recientemente, según dicen desde la bancada verde, no ha dispuesto un espacio para una reunión con todos los congresistas de la colectividad.
Pero la rebeldía mostrada la semana por un sector de este partido había precipitado un encuentro que, según congresistas de la Alianza Verde, estaba programada para este lunes.
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Sin embargo, el propio Petro salió esta mañana a aclarar que en su agenda a las 10:00 a. m., cuando estaba prevista la supuesta reunión , no figura este encuentro.
“En mi agenda a las diez de la mañana no tengo esa reunión que usted menciona, sino una reunión con la ANI para estudiar los temas de infraestructura férrea en Colombia”, explicó el jefe de Estado en respuesto a un mensaje en el que se criticaba que Petro les hubiera canelado.
Este pronunciamiento del primer mandatario va en contravía de lo que le dijeron a esta revista desde la Alianza Verde, partido en el que indicaron que la reunión sí está programada para este lunes. Incluso así se los informó en el chat de la bancada el copresidente de la colectividad Carlos Ramón González, pero fue cancelada este domingo en la noche, cuando ya algunos de los congresistas que no viven en Bogotá habían comprado tiquetes para viajar a la capital.
“La reunión con el Partido Verde estaba confirmada y en efecto fue aplazada. Es desconcertante que en el gobierno del cambio se vea la crítica como algo que se debe cancelar y silenciar. Nunca imaginé que actuaríamos como los uribistas: ‘o estás conmigo o estás contra mí’”, aseguró la representante Catherine Juvinao.
Aunque muchos ven la rebeldía de los verdes como un desmarque estratégico de cara a las elecciones regionales del próximo año, otros lo perciben como las primeras diferencias de fondo con la plataforma que acompañó al presidente con una ilusión de cambio real en las costumbres políticas del país.
Pelea por la reforma
El malestar de los verdes se puso en evidencia con la reforma política aprobada en cuarto de ocho debates la semana pasada. En el último debate, en la plenaria de la Cámara de Representantes, y sin titubeos, un sector de la colectividad se opuso a casi todo el articulado, lo cual fue interpretado por el Pacto Histórico como un plan malintencionado para hundir el proyecto.
La primera en pronunciarse fue la representante Katherine Miranda, una de las más fieles escuderas del presidente Gustavo Petro. “Tengo dolor, vergüenza y una profunda decepción”, manifestó la congresista, quien se quejó por la aprobación del artículo que permite que los partidos grandes puedan conformar coaliciones, algo que disminuiría a las colectividades pequeñas.
Casi en simultánea, otros representantes de los verdes criticaron puntos clave de la reforma: el transfuguismo, la posibilidad de que los congresistas sean ministros y la inconveniencia de las listas cerradas. Les apuntaron al presidente y a los ministros. Y al mismo tiempo cuestionaron si se está cumpliendo con la promesa de cambio que se hizo en campaña.
Esta rebeldía habría sido pasada por alto por el ministro del Interior, Alfonso Prada, quien en conversación con SEMANA dijo: “No respondo situaciones personales emotivas. Lo que sí respondo son los argumentos”.
Sin embargo, los ataques contra algunos artículos de la reforma no pararon ahí. Otros legisladores verdes, en cabeza de Duvalier Sánchez, sacaron a relucir una disposición que haría que la conformación de listas a corporaciones públicas privilegie a los actuales congresistas. A raíz de esto, la representante Catherine Juvinao dijo que se pretendía legislar en causa propia y presentó un impedimento para votar la conciliación de la reforma.
Fue ahí cuando el Pacto Histórico, la plataforma política de Petro, reaccionó señalando a sus compañeros de la coalición oficialista de intentar “sabotear” el proyecto. Varios, como las representantes María del Mar Pizarro y Luz María Múnera, culparon al senador Ariel Ávila, de la Coalición Centro Esperanza-Alianza Verde, por meter este mico como una estrategia para “tumbar” la iniciativa.
Ávila, quien parecía de los más cercanos al petrismo, fue contundente en responderle al Pacto Histórico: “El sicariato moral por parte de algunos sectores que dicen ser progresistas es lo más bajo y miserable”. Incluso, aseguró que la representante Pizarro ha tenido una gestión “pobre y mala” y que para intentar figurar “debe calumniar”.