Presidente Petro pidió desde El Vaticano una “normalización” de la situación de la iglesia en Nicaragua: Colombia podría servir como mediadora

La situación política de Nicaragua fue uno de los principales temas de la reunión del presidente Gustavo Petro con el Papa Francisco, que tuvo lugar en la madrugada de este viernes en El Vaticano.

El mandatario colombiano reclamó que en ese país centroamericano se dé una normalización de la situación con la Iglesia católica, pues allá los sacerdotes y religiosas están siendo perseguidos por el régimen de Daniel Ortega.

El mensaje del jefe de Estado se conoció en las declaraciones que este dio a medios a su salida del encuentro con el jerarca de la Iglesia, al que asistió por invitación del propio sumo pontífice.

“Hablamos del tema nicaragüense, Colombia puede poner sus nuevos oficios en un tema de altercado que hubo muy profundo”, detalló el presidente Petro en su conversación con los medios.

Asimismo, afirmó: “Hablamos de la crisis climática, de una propuesta que hubo muy completa cuando Colombia se adhiere al ‘Tratado de no proliferación de combustibles fósiles’ y establecer una alianza con el Estado Vaticano, en función de lograr más apoyos para que ese tratado se vuelva una realidad”.

Esta semana, Nicaragua excarceló y envió al Vaticano a 19 presos políticos que pertenecen a la Iglesia, entre los que estaban dos obispos, 15 sacerdotes y dos seminaristas. La comunidad religiosa ha sido uno de los grupos perseguidos por el régimen de Ortega y su vicepresidenta, Rosario Murillo.

El presidente Petro sostuvo que las conversaciones en curso con Nicaragua, en el marco de la disputa marítima con el Estado colombiano, pueden servir de canal de comunicación para que se traten otros asuntos diplomáticos, como la situación de los sacerdotes.

“Por orden de la Corte de La Haya, a raíz del conflicto de aguas marítimas que hemos tenido con Nicaragua, la Corte ordenó que se construya un acuerdo entre Colombia y Nicaragua y, por tanto, debe comenzar por una conversación entre los presidentes para lograr que la pesca no sea afectada por el conflicto (la pesca artesanal, los pescadores artesanales) y allí hay una oportunidad para hablar de otros temas. A mí me gustaría que hubiera un relacionamiento normal, una normalización de la actividad religiosa dentro de Nicaragua. Es un tema del que vamos a hablar”, aseveró el mandatario colombiano desde la Santa Sede.

La audiencia privada entre el presidente y el sumo pontífice tuvo lugar en la madrugada de este viernes (hora colombiana). En ella, el mandatario buscó una posición más profunda del Estado Vaticano y la Iglesia en la paz de Colombia, paso que toma relevancia si se tienen en cuenta las conexiones religiosas que ha tenido ese grupo armado.

La propuesta de Petro sobre el ELN

El presidente Gustavo Petro le propuso al papa Francisco que un ciclo de diálogos de las conversaciones con la guerrilla del ELN se lleve a cabo en el Vaticano, como una forma de darle un rol más protagónico a la Iglesia y al Estado que Francisco representa en este proceso.

Textualmente, el mandatario colombiano planteó: “La iglesia católica ha sido un gran apoyo en Colombia en todos los procesos de paz y lo es en este momento con relación al proceso de paz con el ELN y con el EMC. El Estado Vaticano, como instancia nacional, territorial, estatal, puede ser el escenario de una ronda de negociaciones. A mí me interesaría mucho que la siguiente o la que puede establecerse con el ELN se pueda desarrollar aquí por muchas razones que tienen que ver con la historia misma del ELN”.

Sin embargo, una eventual participación del Vaticano en la mesa de conversaciones con ese grupo alzado en armas tendrá que pasar por la evaluación del propio ELN. El mismo presidente Petro aclaró que, al tratarse de una mesa bilateral, las decisiones se toman entre los dos actores.

El sexto ciclo de diálogos entre el Gobierno y el ELN tendrá lugar a finales de este mes de enero y sobre la mesa está la solicitud que se le hizo a esa guerrilla para que deje de utilizar el secuestro como una actividad delictiva con fines económicos, además de la liberación de todos los secuestrados.