Política
Presidente Petro propuso “cambiar la coca por el coco”, dentro de su estrategia de sustitución de cultivos ilícitos en el Pacífico
El mandatario colombiano puso sobre la mesa esa posibilidad, en la toma que su gobierno está haciendo del Pacífico colombiano.
Avanza la agenda regional del presidente de la República, Gustavo Petro, en el Pacífico colombiano. Allí, el mandatario colombiano ha solicitado que se dé celeridad a la sustitución de cultivos ilícitos por economías lícitas.
En ese sentido, el mandatario colombiano propuso cambiar la coca por el coco, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los habitantes del Pacífico, quienes aún sienten el flagelo de grupos armados al margen de la ley.
“Cambiar la economía ilícita de la coca por productos lícitos como coco, cacao y camarón es la ambiciosa estrategia del Gobierno para transformar el litoral pacífico, pero solo se logra con la industrialización y comercialización, para que estos productos sean competitivos en Colombia y el mundo”, expresó Petro.
Y añadió en su visita al Pacífico: “El tema es que vamos a tener una producción mayor para reemplazar la coca. Esa producción tiene que industrializarse en manos de los mismos productores locales”.
Lo más leído
“Si se compite solo con un producto bruto, por ejemplo, vender el cacao en grano, es menos rentable que la pasta de coca. En cambio, si en lugar de vender el grano del cacao vendemos el chocolate ya elaborado...”.
También afirmó el jefe de Estado: “Si se vende chocolate, champú de coco, aceite de coco o madera de la corteza del coco”, entonces la pasta de coca no compite tanto y podemos ir ampliando el resto de la producción”.
“Si no hay vías hacia el centro del país, difícilmente se pueden vender. Se puede vender del mar hacia el otro lado, como hacen los ecuatorianos. Se puede vender en Japón, Tailandia, Australia, Nueva Zelanda y California”, anotó Petro, detallando su estrategia.
Cultivos de coca están desbordados: 230 mil hectáreas inundaron al país en 2022: 12% más que en 2021
Colombia ha vuelto a encabezar las cifras de cultivos ilícitos de coca, según un adelanto del informe oficial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Aunque la presentación oficial del informe está programada para hoy, ya se conocen datos alarmantes sobre la producción de coca en el país sudamericano.
El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) reveló que, en 2022, Colombia registró un total de 230.000 hectáreas sembradas con coca, superando las 204.000 hectáreas reportadas en 2021, lo que representa un aumento del 12.7 %. Además, esta cifra es casi un 43 % mayor que la registrada en 2020.
La no fumigación de cultivos ilícitos con glifosato es uno de los factores que ha contribuido al incremento de la siembra de coca. Esto, a su vez, ha llevado a un aumento estimado del 24 % en la producción de cocaína, con un total de 1,738 toneladas métricas en 2022, en comparación con las cifras del año anterior.
La mayoría de estos cultivos ilícitos se encuentran en territorios habitados por comunidades indígenas y afrodescendientes, así como en parques naturales y zonas de reserva natural, de acuerdo con la UNODC. Los departamentos de Nariño, Cauca y Norte de Santander, entre otros, están especialmente afectados por esta problemática.
Las cifras preocupantes surgieron justo después de que el presidente Gustavo Petro expresara sus críticas a la estrategia de lucha contra las drogas, en el marco de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas. Petro argumentó que esta estrategia ha fracasado en los últimos 50 años y ha generado un “genocidio” en América Latina, con la muerte de más de un millón de personas adictas, aseguró.
En su momento, el presidente Petro hizo un llamado a cambiar el enfoque de la lucha contra las drogas, destacando la importancia de abordar el consumo de drogas a nivel regional, a través de políticas de salud pública. También subrayó que otros países, considerados aliados en la lucha antidrogas, tienen la mayor parte de los consumidores de drogas ilícitas, lo que sugiere una demanda global que alimenta el narcotráfico.
“Nosotros somos las mayores víctimas de esta política (…). Lo único que hemos hecho de una manera vergonzante es repetir el discurso contra la guerra y la lucha antidrogas, porque creemos que si nos separamos una coma de él y decimos ‘oiga, esperen, ustedes no tienen razón, señores de la Unión Europea, o señores de las Naciones Unidas, o señores del gobierno de los Estados Unidos, o señores del gobierno Ruso’, entonces nosotros mismos nos autocensuramos, porque le tenemos temor a que nos digan que estamos aliados con el narcotráfico”, dijo en esa ocasión el mandatario, argumentando que, en los últimos 50 años, los colombianos han sido señalados como victimarios.