POLÍTICA
Reemplazar el servicio militar obligatorio por un servicio social para la paz, ¿es conveniente para el país en términos logísticos y económicos?
Expertos han señalado que esto tendría costos económicos para Colombia, más aún en tiempos en los que aún subsisten amenazas criminales
En medio de la transformación hacia la “fuerza pública de la paz”, el Gobierno nacional también le apuesta a transformar el servicio militar obligatorio para plantear como alternativa un servicio social para la paz. Esta propuesta fue incluida en la llamada ley de “paz total” -o proyecto que prorroga y modifica la Lay 418 o de orden público- que tramita el Ejecutivo en el Congreso.
Si bien esta propuesta, que no elimina de tajo el servicio militar obligatorio, pero sí busca transformarlo de manera progresiva, se hundió en el Senado de la República en medio del debate de este lunes, el Gobierno y el Pacto Histórico tiene planeado revivirla en el debate final en la plenaria de la Cámara.
Aun cuando resulta lógico que en un país en paz se prescinda de la obligatoriedad de que los jóvenes –la mayoría de ellos de bajos recursos– tengan que ponerse el camuflado, expertos advierten que en las circunstancias actuales, en las que aún se libra una guerra contra la criminalidad, puede resultar contraproducente.
“Estarían descontando casi el 30 por ciento del pie de fuerza del Ejército Nacional, en unas circunstancias del país muy violentas y complicadas en seguridad”, afirmó el coronel retirado y actual presidente de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares de Colombia (Acore), John Marulanda. Actualmente, solo el Ejército tiene 71.942 jóvenes prestando su servicio militar obligatorio.
A esto debe sumarse el hecho de que no hay recursos para mantener una fuerza tan grande como la que hay ahora si no existiera el servicio militar obligatorio. Entonces, habría que pensar en tener un ejército más pequeño.
Según le confirmó el Ejército a SEMANA, cada joven que presta su servicio militar le cuesta a la institución cerca 856.000 pesos, teniendo en cuenta bonificación, alimentación y transporte.
Esto es poco si se compara con lo que podría costar el reemplazo de esta planta de personal por solo soldados profesionales, que devengan como salario básico 1′600.000 pesos, aproximadamente, sin contar con la manutención en el área de operación, bonificaciones y seguridad social de toda la familia.
Sin embargo, quienes defienden la propuesta insisten en que es clave dar esa transformación para un país que busca dar el paso hacia la reconciliación.
Además, según un informe de la organización Temblores.org, difundido por sectores de gobierno, hoy en día la mayoría de jóvenes que prestan el servicio militar en Colombia pertenecen a los estratos 1, 2 y 3.
Además de la propuesta incluida en la llamada “ley de paz total” - o prórroga a la ley de orden público - en el Senado también se tramita un proyecto de reforma constitucional para la eliminación del servicio militar obligatorio y la implementación del servicio social para la paz.
Esta reforma constitucional la impulsan el senador Humberto de la Calle y el representante Daniel Carvalho, ambos elegidos con el aval del Partido Verde Oxígeno, de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, pero a quienes se les quitó el reconocimiento por haberse declarado en independencia al gobierno del presidente Gustavo Petro.
Según De la Calle, la propuesta es “evitar esa obligatoriedad, permitir que cada joven se apropie de su vida, abrir opciones de servicio social, ecológico y evitar lo que hoy ocurre, que es la enorme equidad”.
“El altísimo número de muchachos que cogen en las barriadas para que presten servicio militar son de estratos bajos. Eso también debe desaparecer de la organización institucional de Colombia”, afirmó el congresista y exjefe negociador del acuerdo de paz con las Farc.