Regaños en público, agudas pullas y malestar en el gabinete: la antesala del consejo de ministros más tenso del presidente Petro

La relación entre el presidente de la República Gustavo Petro y su gabinete no pasa por su mejor momento; es más, entró en cuidados intensivos con un profundo malestar en varios de los ministros.

El malestar del mandatario colombiano pasó de abordarse en escenarios privados a manifestarlo en público, situación que fue evidente en la toma que hizo Petro al Pacífico colombiano del 22 al 27 de enero.

Protagonizó varios regaños a algunos integrantes de su equipo de trabajo, como fue el caso de la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, a quien le ‘jaló las orejas’ por el ‘bajonazo’ de la producción de café con proyección internacional.

“Hemos vivido del café dos siglos, más o menos un siglo. ¿Dónde vendíamos el café? A Estados Unidos y Europa. Éramos el segundo productor mundial y hoy somos el quinto y nos va a pasar Etiopía y la ministra de Agricultura no se pone las pilas”, sostuvo Petro en un evento público en el Pacífico.

Pero no fue la única, ya que Petro puso en aprietos al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, luego de pedirle cifras generales sobre la aplicación del programa de prevención de salud para el litoral Pacífico.

Le preguntó el jefe de Estado: ¿no sé si ese cálculo está hecho para el litoral?

Posteriormente, el jefe de la cartera de Salud le respondió a Petro, zona por zona, mirando por varios minutos algunos papeles.

Sin embargo, Petro tomó la palabra y replicó: “Pero fíjate la diferencia, necesitaríamos, y esto hay que volverlo litoral, no solo por departamentos, pero ahora no lo hagamos”.

“Para esta noche, en la reunión del consejo de ministros, segunda parte, que en la de ayer terminamos a las 12 de la noche y ya estábamos vueltos nada, pero esta noche hay que llevar los datos de cuánto cuesta la medicina preventiva en el territorio para el litoral Pacífico”, insistió el jefe de Estado.

Pero, el mandatario colombiano no está conforme con la ejecución presupuestal de los ministerios, situación que ha venido advirtiéndoles a sus funcionarios en varias ocasiones, pidiéndoles una y otra vez dar celeridad para consolidar su proyecto de Gobierno del cambio.

Incluso, en una de las reuniones estratégicas que lideró Petro antes de finalizar 2023, lanzó una pulla contra el ministro de Transporte, William Camargo, diciéndole que parecía uribista, situación que fue revelada por varios medios de comunicación.

Todo ese malestar estalló el miércoles de esta semana, en medio de un consejo de ministros que se registró en la noche en la Casa de Nariño. El ambiente fue tenso, en cuya reunión salieron a flote nuevamente los regaños y las peticiones urgentes para dar cumplimento con el programa Colombia Potencia Mundial de la Vida.

Tal fue la tensión que luego de la reunión de alto nivel, se conoció la renuncia del director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, quien era de los pocos funcionarios que se paraba en la raya en temas clave del Gobierno, por lo que empezó a crecer en el ambiente que no estaría alineado con la visión del jefe de Estado.

En su carta de renuncia dejó un mensaje entrelíneas sobre el Plan Nacional de Desarrollo de Petro: “El cumplimiento de las metas del Plan no es posible sin el concurso de todos los alcaldes y gobernadores, y sin el aporte de las organizaciones gremiales”.

Pero la cosa no paró ahí, ya que empezaron a crecer las versiones sobre un pedido de renuncia que habría elevado el presidente Petro en el consejo de ministros, hecho que fue desmentido por el propio mandatario.

Sin embargo, la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, a quien ya el presidente había regañado en público, reveló que la renuncia protocolaria había sido un ofrecimiento general del Gobierno.

“Sobre los temas de la renuncia protocolaria realmente fue un ofrecimiento general del Gobierno nacional tenemos que estar siempre dispuestos a hacer todo lo posible por cumplir la apuesta programática de Gobierno y en esas apuestas hacer cada vez más contundente nuestras intervenciones”, sostuvo Mojica este jueves, un día después del consejo de ministros.

Sumado a ello, a todos los ministros presentes en el consejo les sorprendió la actitud de Laura Sarabia, directora del DPS, quien sí les pidió la renuncia, algo que no hizo Petro, pese a sus fuertes reclamos.

Un ministro le confirmó esta versión a SEMANA, y señaló que hay malestar en el gabinete con Sarabia.

Para nadie es un secreto que Sarabia es la mano derecha del presidente Petro, quien le habla al oído y al parecer tiene una gran influencia en el mandatario colombiano, hecho que se confirma con el regreso al Gobierno, pese a que había salido por orden del mandatario en medio del escándalo revelado por SEMANA, por el polígrafo a Marelbys Meza, su exniñera, por la pérdida de una maleta con dinero, caso que desató un revuelo nacional.

Cabe recordar que en diciembre volvió a aparecer el ‘fantasma’ del remezón de ministros, en los cuales estarían en capilla los jefes de cartera del Interior, Luis Fernando Velasco, y el de Defensa, Iván Velásquez.

Inclusive, SEMANA reveló recientemente que el regreso al Gobierno del exembajador Armando Benedetti es casi inminente.

Este medio conoció que el dirigente barranquillero, quien fue clave en la campaña de Gustavo Petro, ingresaría en el remezón ministerial que contempla el jefe de Estado a mediados de enero y con el que promete darle un nuevo viraje a su administración, que enfrenta unos índices de impopularidad superiores al 66 %.

El sonajero indica que Roy Barreras llegaría al sector Defensa y Luis Gilberto Murillo asumiría el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Así mismo, habría un enroque entre Laura Sarabia y Carlos Ramón González porque intercambiarían las funciones. Es decir, Sarabia pasaría a la dirección del Dapre, donde asumiría también algunas funciones de la jefatura de gabinete, y González iría al Departamento de Prosperidad Social como cabeza de la entidad.

Otro de los cambios sería la salida de la ministra del Deporte, Astrid Rodríguez, quien está en el ojo del huracán por la penosa pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos 2027, por incumplir los pagos pactados por el Gobierno nacional a Panam Sports, hecho que ha desatado un rechazo en todo el país.