Política
Ricardo Bonilla, la sexta cabeza del Gobierno Petro que rueda tras el escándalo de corrupción de la UNGRD
El tsunami de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres se ha llevado por delante a varios ministros y altos funcionarios del Gobierno Petro.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, saldrá de su cargo en las próximas horas porque el presidente Gustavo Petro le pidió su dimisión, tras soportar la fuerte tormenta de la exasesora del Ministerio de Hacienda, María Alejandra Benavides, que le contó a la justicia cómo el jefe de las finanzas del país conocía el entramado por corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
“Espero su renuncia, no porque crea que es culpable, sino porque lo quieren despedazar por ser leal al programa de gobierno y quieren derribar inconstitucionalmente a este gobierno”, escribió Petro en un extenso mensaje en X, donde justificó las andanzas de Bonilla y, al tiempo, le puso punto final a su permanencia en la Casa de Nariño.
Bonilla es el sexto alto funcionario cuya cabeza rueda en el Gobierno nacional por cuenta del escándalo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, un acto escandaloso de corrupción que empezó con la compra de 80 carrotanques que hoy permanecen parqueados y sin prestar servicio en el municipio de Uribia, La Guajira, y que se ha convertido en el dolor de cabeza del presidente. Al fin y al cabo, su discurso contra la corrupción que pronunció durante sus más de 20 años de carrera política quedó en entredicho en estos dos primeros años de Gobierno.
Además de Bonilla, el escándalo también le costó la cabeza al entonces ministro del Interior, Juan Fernando Velasco. Él fue señalado por el exdirector de la UNGRD, Olmedo López, de hacer parte del grupo de funcionarios que, al parecer, coordinó las “coimas” para los congresistas a cambio de empujar en el Congreso las reformas estructurales de Petro.
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Velasco ha insistido en su inocencia, pero Olmedo López lo menciona reiteradamente en el entramado de corrupción. El ministro del Interior salió de su cargo a finales de julio de 2024.
Como si fuera poco, el escándalo también se llevó por delante a la ex alta consejera para las regiones, Sandra Ortiz, la exsenadora de la Alianza Verde que respaldó la campaña de Gustavo Petro y terminó en la Casa de Nariño. El exdirector Olmedo López y el exsubdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla, la señalan de ser la “mensajera” o la persona que, al parecer, le llevó 3.000 millones de pesos de la entidad al entonces presidente del Senado, Iván Name.
Ortiz se ha declarado inocente, pero el presidente Gustavo Petro no tuvo otra alternativa que pedirle que dimitiera. Y esta semana una juez decide si la envía o no a la cárcel tras resultar imputada por la Fiscalía por los presuntos delitos de lavado de activos y tráfico de influencias.
Sandra Ortiz le dijo a SEMANA que es inocente, pero solo la justicia determinará si es o no culpable de los explosivos señalamientos en su contra.
Como ella también salió el exdirector nacional de Inteligencia, Carlos Ramón González. A él lo señalaron de ser el presunto cerebro detrás del escándalo por corrupción.
Las primeras cabezas que rodaron en medio de todo el entramado fueron las del entonces director, Olmedo López, y el exsubdirector, Sneyder Pinilla.
Ambos salieron del Gobierno en medio del ruido de corrupción. Afuera encendieron el ventilador y decidieron contarle al país cómo se utilizaron millonarios recursos destinados a atender las emergencias en el país para pagar favores políticos a senadores y representantes, a cambio de garantizar los votos para que las reformas del Gobierno resultaran triunfantes en el Legislativo.
El escándalo no parece tener un punto final y en la justicia especulan que apenas está empezando.