CALI
Rodrigo Guerrero, el hombre que le ganó a todo
Rodrigo Guerrero es el nuevo alcalde de la capital del Valle. Su aspiración, que contó con el aval de firmas, llegó a estar en jaque.
Estuvo cerca de no ser alcalde. De ni siquiera ser candidato. Rodrigo Guerrero casi termina por fuera de la contienda electoral.
La Registraduría Nacional le invalidó las firmas con las que se inscribió para ser candidato a la Alcaldía de Cali. Y se armó un escándalo, en el que hasta el mismo presidente Juan Manuel Santos tuvo que intervenir.
Sus declaraciones a favor del recuento de firmas recibieron críticas, sin embargo, al final la intervención presidencial tuvo más connotación institucional que partidista. Y tuvo eco.
Los gremios, los medios regionales y nacionales y líderes políticos salieron a pedirle explicaciones a la Registraduría, que no tuvo más remedio que contar, una a una, las firmas de Guerrero. El Consejo Nacional Electoral validó las firmas y aceptaron su inscripción.
El hecho -contrario a lo que muchos creyeron por las dudas que dejó en el ambiente- no lo perjudicó. Al contrario, lo ayudó. Y ganó más adeptos, entre ellos los que respaldaban a Susana Correa, la otra candidata por firmas que retiró su candidatura a causa del lío de las firmas no contadas y adhirió a Guerrero. Con la salida de Correa, este último se convirtió en el candidato de la élite caleña.
El Polo Democrático, que tenía su carta con María Isabel Urrutia, denunció en el Congreso de la República la injerencia del presidente Santos en la campaña, y por eso, insisten en que esta campaña no contó con plenas garantías.
Y la explicación es más sencilla de lo que parece. Pese que a que Guerrero pertenece a la élite ha estado vinculado con iniciativas que favorecen a los sectores más pobres. Desde la Fundación Carvajal, ha desarrollado programas sociales, y cuando fue alcalde -entre 1992 y 1994- impulsó el programa Desepaz y construyó una ciudadela con 28.000 casas.
Y desde la Fundación Vallenpaz, que dirige actualmente, ha apoyado a 10.000 reinsertados no sólo del Valle, sino de Cauca y Nariño. A través de estos programas,
Rodrigo Guerrero se ha ganado el aprecio de los habitantes del llamado distrito Aguablanca, que en recientes elecciones determinó el rumbo de Cali. Además, su contacto con los votantes ha sido constante y prueba de ello es que en el 2007 llegó al Concejo con la votación más alta.
Pero el triunfo de Guerrero no sólo demuestra el respaldo que de las clases altas y bajas tuvo siempre en su campaña, que haya ganado también significa una pausa en esa reciente costumbre de los caleños. Allí, los sectores populares impusieron alcaldes de corte populista. Pues por la sede de gobierno pasaron, para citar unos recientes ejemplos, un locutor y un invidente, que concluyeron sus administraciones con líos en la Procuraduría.
Guerrero sucederá, el próximo 1 de enero del 2012, a Jorge Iván Ospina, hijo del líder del M-19 Iván Marino Ospina, que se marcha con la mejor favorabilidad que haya tenido un alcalde de Cali en el siglo XXI.
A superar el listón
“Rodrigo Guerrero fue el mejor alcalde que Cali tuvo en el Siglo XX y será el mejor del Siglo XXI. Con Homero Giraldo en la Gobernación y con Rodrigo Guerrero en la Alcaldía, los liberales tenemos la oportunidad de a rescatar el Valle del Cauca”, dijo el jefe del liberalismo Rafael Pardo al anunciar el apoyo de su partido a Guerrero, luego de que Sigifredo López, quien representaba a los liberales, se retirara de la contienda.
Guerrero, médico de profesión, alcalde de Cali en el período 1992-1994 y concejal de la misma ciudad hasta el 2010, logró desde su la administración municipal adelantar diferentes proyectos de gran impacto para la ciudad. El programa Desarrollo, Seguridad y Paz (DESEPAZ) fue uno de estos. Con él obtuvo reconocimiento por la Organización Panamericana de la Salud. Modelo que fue replicado en otras ciudades como Bogotá, Quito y Caracas.
A su labor como alcalde se le atribuye además la modernización de la infraestructura vial de la ciudad, con pasos a desnivel sobre las principales vías y la vía perimetral.
Dentro de sus proyectos como alcalde en el periodo que viene está hacer un diagnóstico de la inseguridad y la violencia en Cali a diciembre de este año “Lo ideal es que Cali cuente con más de 1.000 hombres de los que actualmente tiene. Y sobre todo contar con el respaldo de alarmas comunitarias y de la vigilancia privada como apoyo, especialmente de información. También el tema de ofrecerles las condiciones para trabajar. Por ejemplo, hay estaciones que no cuentan con toda la infraestructura, vehículos y sistemas de comunicación, acordes con las exigencias actuales de la ciudad”, dijo recientemente a El País, de Cali.