POLÍTICA
Rodrigo Lara quiere ser alcalde de Bogotá, dice que construiría la tercera línea del metro y dejaría contratada la cuarta
En entrevista con SEMANA, el exsenador se lanzó al ruedo y habló de sus propuestas, que estarán enfocadas en combatir la inseguridad y mejorar la movilidad y la calidad de vida de los capitalinos.
Aunque las elecciones regionales se llevarán a cabo en octubre, varios aspirantes ya ponen su nombre sobre la mesa. Así lo hizo el excongresista Rodrigo Lara Restrepo entrevista con SEMANA.
Lara anunció que aspirará a la alcaldía de Bogotá y dio detalles de sus propuestas. Habla de un programa para ocupar a los jóvenes para alejarlos de los vicios y la delincuencia, un sistema de vigilancia a través de drones para combatir la inseguridad y ponerle el acelerador al metro para construir la tercera línea y dejar contratada la cuarta. ¿Cómo lo logrará?
SEMANA: ¿Es oficial que será candidato a la alcaldía de Bogotá?
RODRIGO LARA (R.L.): Así es. Arrancaremos oficialmente campaña en el mes de abril. Hoy lo anunciamos luego de mucha reflexión, después de hablar y convencer a mi familia. Creo que Bogotá es una ciudad que está viviendo una crisis muy profunda y tenemos que sumar todos los esfuerzos para sacarla adelante entre todos.
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SEMANA: ¿Se va a lanzar por firmar como independiente?
R.L.: Será independiente. Siempre he sido un actor político independiente. Fui independiente del gobierno Santos, fui un presidente de Cámara totalmente independiente en momentos en que dimos pulsos muy fuertes con el Gobierno. Fui independiente, incluso oposición, del gobierno de Iván Duque. Esa ha sido la línea que siempre he seguido, me siento cómodo siendo independiente y buscando un contacto directo con la gente, con los dirigentes en las diferentes localidades, con las asociaciones deportivas y todo tipo de movimientos sociales. Es lo que más fácil se me da y con lo que me siento realmente a gusto. No pido y nunca he pedido que me regalen nada.
SEMANA: El CNE le dio la posibilidad de volver al Nuevo Liberalismo, ¿descarta competir con el aval de ese partido?
R.L.: Es la primera vez que el CNE sanciona a un partido por este tipo de prácticas antidemocráticas y nepotistas. Tengo la opción hoy de regresar al Nuevo Liberalismo si lo quisiera y lástima, yo sí lamento mucho que se haya perdido la oportunidad histórica de hacer del Nuevo Liberalismo un verdadero partido político. Espero que este fallo del CNE sirva de precedente. Esa opción la tengo, lástima no poder encontrar garantías democráticas que me permitan participar en ese partido que fuera de mi padre, pero no importa, trabajo y puedo volver a arrancar de cero sin ningún problema.
SEMANA: ¿Cuáles serán sus principales propuestas para la alcaldía de Bogotá?
R.L.: Quiero trabajar por las familias y en particular por las madres cabeza de hogar, que salen a las 4:30 a.m. todos los días sin darles desayuno a sus hijos, sin saber si se levantaron y fueron al colegio. Y esa misma señora, o señor, está llegando a su casa a las 8:30 p.m., se les va media jornada laboral montados en buses. Mi propuesta será encargarme de estos muchachos mientras la gente trabaja. Voy a tener a todos los niños en edad escolar de manera obligatoria en jornada extendida haciendo prácticas deportivas de lunes a viernes y el sábado por la mañana, obligatorio. Para que estos muchachos no tengan ratos libres, no caigan en el ocio ni estén por ahí deambulando en la calle y pagando el precio moral de estar viendo todas las cosas malas prácticas que hacen los adultos. Será un proyecto de logística inmenso, pero van a aprender rigor, método y disciplina mediante el deporte y con eso los alejo de las drogas.
Voy a trabajar también de la mano de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, entre los 18 y los 35 años, para que, a través de brigadas de reparación de mantenimiento del espacio público, arreglen y reparcheen las vías. Así tendrán trabajo y podrán arrancar su vida. Una vez estos muchachos entran a estudiar o deciden casarse y tienen hijos, están del otro lado y no me caen en las drogas ni en el delito.
SEMANA: ¿Cómo mejorará la inseguridad en la capital?
R.L.: Una vez yo cuido y ofrezco garantías a los jóvenes y evito que el crimen organizado me los reclute, eso me permite concentrar todo el esfuerzo para desplegar una ofensiva implacable en contra de los cabecillas de las estructuras del crimen organizado en Bogotá.
Voy a tener un sistema de vigilancia, habrá apoyo irrestricto por parte del alcalde a la Fuerza Pública y voy a garantizar el apoyo de la ciudadanía mediante la creación de frentes de seguridad en todos los barrios, y ojalá en todas las cuadras de Bogotá.
Para ese fin voy a convocar a los militares y policías retirados para que me ayuden a organizar y dirigir esos frentes de seguridad. Y voy a tener una vigilancia aérea permanente de Bogotá, que solo tiene 6 drones vigilando lo que ocurre en las calles. Voy a tener centenares de drones y ese programa se va a llamar ‘El ojo de Dios’, que los criminales sepan que donde estén, por donde se muevan, los voy a detectar y a ubicar en cualquier momento del día.
SEMANA: ¿Qué propone en materia de movilidad?
R.L.: Es necesario despegar la política de infraestructura más ambiciosa de la historia de Bogotá. Aquí hay una deuda histórica con las vías de acceso de esta ciudad que es prisionera de sí misma y eso hay que hacerlo. Al mismo tiempo vamos a masificar los sistemas de metro. Espero dejar contratada una tercera línea y andando una cuarta. Bogotá tiene que optar y sumar todos los esfuerzos financieros y humanos en la magnificación de las líneas de metro, no hay otra forma de ofrecerle a la gente un transporte digno y masivo que les facilite la vida.
Esas son las grandes de mi propuesta: familia, seguridad y movilidad, y de paso, evitar el derroche del dinero público en obras absurdas como el TransMilenio por la carrera Séptima, que es otra forma de malgastar la plata cuando deberíamos destinarla toda a masificar las líneas de metro, como hicieron Santiago de Chile o Santo Domingo, en República Dominicana, que construyó tres líneas de metro en 20 años.
SEMANA: Es decir, ¿usted continuaría con la obra de metro como ya está contemplada, o qué ajustes haría?
R.L.: La línea de metro que dejó Enrique Peñalosa es nefasta, porque es una línea de 24 kilómetros con solo 16 estaciones, es decir, con estaciones cada kilómetro y medio. Un metro en cualquier ciudad, es decir un metro intramuros, tiene estaciones cada 600 metros. Los tramos elevados en ciudades capitales del mundo son tramos que existen o que fueron construidos en 1895, a nadie, excepto Peñalosa se le ocurre hacer una línea elevada de 24 kilómetros en una ciudad tan densa como Bogotá.
Si me costará poquito enterrarlo, yo lo enterraría inmediatamente. Sin embargo, lo que yo observo es que estamos hablando de 17 billones de pesos para soterrar esta línea tan precaria, eso es demasiado dinero y yo tengo que arbitrar. Es decir, Colombia no es Qatar donde la plata abunda, aquí yo tengo que arbitrar muy bien y priorizar. Dicen que eso cuesta 17 millones, yo mejor le digo al presidente, venga presidente, mitiguemos los efectos de esa línea nefasta. Deme esos 17 billones de pesos, señora alcaldesa Claudia López no haga el absurdo y disparatado TransMilenio verde de la Séptima, no peatonalice esas cuadras y con esos 4 billones del TransMilenio, más los 17 que costaría soterrar, yo dejo andando la tercera línea, que recoja pasajeros en Soacha, Usme, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe y que conecte el sur con el norte.
SEMANA: Esa sería la tercera línea del metro, ¿la cuarta qué tramo contemplaría?
R.L.: La cuarta la tendrían que definir los estudios. Yo no me atrevo anticipadamente a dar los estudios de carga de pasajeros. Pero, entenderá que Bogotá es una ciudad de 8 millones de habitantes. Aquí lo que se necesita son muchas líneas de metro. La gente voluntariamente no opta por viajar en TransMilenio, no es un sistema lo suficientemente masivo ni digno para transportar a tanta gente que vive en esta ciudad. Por eso, la mujer que lo puede hacer o compra un carro o una moto. Y por eso Bogotá está llena de motos porque las mujeres están desesperadas de que las acosen y las toquen en las horas pico del TransMilenio. Es que la solución está inventada, todas las grandes capitales de América Latina optan por el metro y no por el sistema de TransMilenio. La única capital de este tamaño en el mundo que pretende una red de metros por buses es Bogotá.
SEMANA: ¿Modificaría el pico y placa?
R.L.: El vehículo y la moto no son los responsables del caos de movilidad en Bogotá, son una consecuencia de pésimas políticas que tomamos en el pasado, de haber optado en los noventas por buses en vez de metro. Nadie voluntariamente se quiere montar en los buses porque las condiciones son inhumanas indignas. El que puede, compra una moto y el que puede un poquito más, compra un segundo carro.
A mí me parece que es humillante, arbitrario, cambiarle las reglas del juego a la gente, como lo hicieron con las últimas reformas del pico y placa. Un padre de familia que tiene un carro promedio compra un segundo carro para que su esposa e hijos no tengan que montarse en un bus, que es un esfuerzo gigante de 30 a 40 millones de pesos a crédito; y del día a la mañana sale una decisión de la Alcaldía parqueándole los dos carros el mismo día porque sí. Eso me parece que es humillar y maltratar a la gente, así no se puede gobernar.
Yo creo que el pico y placa es una figura que ya no produce efectos significativos en el mejoramiento del tráfico. Yo no lo eliminaría porque sería tener entre el lunes y viernes el tráfico del sábado en Bogotá, que es el peor, pero no cambiaría más las reglas como lo hizo la Administración Distrital. E incluso, más no me comprometo, revisaría si es factible volver al pico y placa inicial que prohibía la circulación de los carros en unas horas de la mañana y en unas horas de la tarde para que la gente lo pueda usar de pronto al mediodía y pueda salir más temprano o un poquito más tarde. Pero, eso lo tengo que revisar con más serenidad antes de comprometerme con algo tan significativo.
SEMANA: Sobre el tema de la inseguridad, la alcaldesa López ha dicho que el problema está en la justicia porque, a pesar de que los capturan, los jueces los dejan libres, ¿cree que es así?
R.L.: Creo que hay un problema mucho más profundo y es básicamente el ocio y la inactividad de los muchachos entre 17 y 35 años. Un muchacho a los 19 años está lleno de ilusiones. A los 20 ni hablar, sueña con una vida extraordinaria, con armar un hogar más adelante, pero la realidad es tan dura que a los 25 ya no tiene ningún sueño. Y cuando ya no sueña con nada, y no tiene ilusión sobre su vida, y el mañana cualquier cosa es mejor que esa vida y esa muerte económica que significa el desempleo, lo puede llevar al crimen. Por eso hago tanto énfasis en que voy a trabajar con estos muchachos. No me puedo comprometer a ofrecerles universidad a todos los muchachos de Bogotá, puedo sí mejorar la educación técnica y profesional. Necesito ofrecer trabajo y, en lugar de generarles contratos a una cantidad de contratistas sabandijas para que no reparcheen lo que tienen que reparchar y no hagan los andenes que tienen que hacer, pues trabajo con esos muchachos para que hagan esas obras y obtengan el reconocimiento de su comunidad. Ese muchacho trabajando 5-6 años se organiza, su hogar y está del otro lado.
Eso es mucho más importante que andar echándole la culpa a los jueces. No creo que sea la culpa de ellos. La Fuerza Pública funciona bien cuando hay un liderazgo decidido por parte de la autoridad civil, en este caso la alcaldía, cosa que haré porque no hay que tener ninguna tolerancia con el violento. Yo le digo, yo fui víctima siendo muy niño, de la violencia, la viví en carne propia y yo no quiero ni permito y voy a hacer todo lo que está a mi alcance para que ningún otro niño tenga que vivir lo que yo viví. Al criminal conmigo le va a ir supremamente mal, a esas organizaciones delincuenciales: Maracuchos, Tren de Aragua, a esos tipos los voy a erradicar.
SEMANA: ¿Cómo evalúa la gestión de la alcaldesa Claudia López?
R.L.: Tengo un buen concepto personal de la alcaldesa. Es una mujer honrada y bien intencionada. Pero, como toda persona y ser humano, comete errores. Durante los primeros años cometió errores de liderazgo con la Fuerza Pública y por eso subió la percepción de inseguridad, sumado a todos los efectos devastadores que tuvo la pandemia, eso hay que reconocerlo. Pero, ha hecho cosas importantes como mejorar ciertas vías de acceso de Bogotá, está andando muy bien con la ampliación de la carrera 13, el mejoramiento de la Autopista Norte. Pero, está cometiendo un error incomprensible que no logro entender que es un TransMilenio en la carrera Séptima; es enterrar cuatro billones de pesos para peatonalizar 60 cuadras y meter unos benditos buses por la mitad que van a transportar a muy poquita gente. Ese es un error que no logro entender y que le va a hacer mucho daño al legado de su gestión.
SEMANA: ¿Qué opina de otros candidatos que ya se han lanzado al ruedo como Gustavo Bolívar o Guillermo Alfonso Jaramillo del Pacto Histórico, el exdirector del Dane Juan Daniel Oviedo, Carlos Fernando Galán o Diego Molano?
R.L.: No tengo reparos por ninguno de los candidatos que están aspirando, considero que todos son personas honradas y bien intencionadas, cada uno desde su espectro. Tengo diferencias ideológicas con unos, diferencias frente a la forma de llevar la política y la vida frente a otros. Nunca hago política descalificando personalmente.
La diferencia realmente entre ellos y yo es que detrás mío no hay ni expresidentes ni grandes estructuras económicas escogiéndome para que sea su candidato, tampoco hay un partido familiar, mi proceso es realmente independiente. Considero que, como dijo el papa Francisco, “nadie sale solo de una crisis” y la ciudad está sumida en una crisis muy profunda y yo espero contar con todos ellos para sacarla adelante. Bogotá necesita del concurso de todos y sería devastador para Bogotá trasladar los factores de polarización política que en mi opinión son muy artificiales y creados por los políticos a la campaña de Bogotá o a la administración, sobre todo de Bogotá. Gobernar a Bogotá implica un esfuerzo colectivo, entender que el trancón afecta al que vota por cualquier tendencia política. La inseguridad no distingue entre electores uribistas, petristas, liberales, verdes, las inseguridad es un monstruo que destruye la vida de todas las personas independientemente de su orientación ideológica.