Política
¿Se acabó la luna de miel? En el Partido Conservador hay bastante molestia con el presidente Gustavo Petro
Las tormentas políticas que vive el mandatario han dejado ver que la coalición no es tan fuerte como se pensaba y que el 2023 no será fácil para el trámite de varias reformas importantes.
Aunque el Congreso está en receso legislativo, la actividad política empezó temprano. El pasado viernes varios congresistas del Partido Conservador se reunieron y la principal conclusión es que cada día están más alejados del presidente Gustavo Petro.
En esa reunión, a la que asistieron varios representantes a la Cámara y senadores de la colectividad, quedó claro que “se sienten maltratados a pesar de haber sido leales durante la campaña presidencial y en estos meses de gobierno”.
Según le confirmaron a SEMANA varios miembros de la bancada azul, no están tranquilos con la participación que les ha dado el presidente Petro en el Gobierno y se habla de incumplimiento en varios compromisos, como el de darles el Invías, la Aeronáutica e incluso Coljuegos. Además, consideran que el Ministerio de Transporte no ha sido suficiente porque el ministro Guillermo Reyes, dice que no es de esa colectividad.
Según los congresistas, el ministro ha dicho que no es cuota del Partido Conservador y él, supuestamente, cree que llegó a la cartera por su cercanía con el mandatario y su esposa, Verónica Alcocer. El asunto de fondo es que Reyes no atiende las llamadas ni las citas que le piden los congresistas azules y eso ha hecho que cada día estén más molestos con el Gobierno Petro.
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Además, en la reunión se habló de que, supuestamente, Mauricio Lizcano, director del Departamento Administrativo de la Presidencia, recibe a algunos congresistas conservadores para tener una interlocución directa y no institucional, lo que ha generado molestia en la dirección conservadora.
“Lizcano estuvo en el Congreso, él tiene unos amigos y eso es normal. El problema es que los rumores por esos encuentros y llamadas es que hay ayudas individuales y ahí fragmentan al partido. No sé si el presidente Petro sepa sobre esas actuaciones de Lizcano pero es preocupante”, dijo un congresista conservador.
Por esa razón, parte de la dirigencia conservadora no está conforme con la relación actual con el Gobierno Petro y se tomarían medidas drásticas como, por ejemplo, no apoyar las reformas sociales del mandatario.
Según un representante a la Cámara se estaría contemplando la posibilidad de votar en contra de la reforma a la salud que presentará el Ejecutivo al Congreso para manifestar, a través del voto, el malestar existente.
Sin embargo, como hay una información de los supuestos encuentros con Mauricio Lizcano, tienen la certeza de que habrá algunos senadores que pedirán apoyar al Gobierno y allí solicitarán que se tome una decisión en bancada para votar en contra y quien no lo haga se le aplicará la ‘ley de bancadas’.
Esa rebeldía conservadora podría cambiar la composición de la coalición de gobierno que sufre traspiés en un año que será fundamental para que el presidente Petro pueda aplicar los cambios sociales que prometió en la campaña presidencial. Para nadie es un secreto que las relaciones con la Alianza Verde están agrietadas y a esto se sumaría el conservatismo.
El malestar de los conservadores se hizo evidente el año pasado. Por ejemplo, durante la moción de censura a la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, la mayoría de las fuerzas políticas de la coalición salieron en defensa de la ministra, con intervenciones de varios congresistas; pero en el caso de los conservadores, la mayoría de la bancada se ausentó y la única intervención de parte de la colectividad estuvo a cargo del representante Wadith Manzur, quien, en todo caso, contrarió a otros partidos, no metió las manos al fuego por Vélez.
Así las cosas en los próximos días se medirá nuevamente el pulso en el Congreso, pero el Gobierno Petro está perdiendo dos colectividades que harán falta en el trámite de varias reformas importantes para el país.