Secretaría de Transparencia le pone la lupa a los conflictos de intereses de Julio Fierro, director del Servicio Geológico Colombiano

La Secretaría de Transparencia solicitó información al Servicio Geológico Colombiano sobre los conflictos de intereses de Julio Fierro, director de la entidad. En la misiva, a la que SEMANA tuvo acceso, la dependencia de la Presidencia de la República habla sobre una petición en la que se les solicita a los órganos de control revisar la situación.

“La Secretaría de Transparencia, dependencia encargada de asesorar y apoyar directamente al presidente de la República en el diseño de una política integral de transparencia y lucha contra la corrupción, así como de coordinar su implementación, recibió copia de la petición en la cual manifiestan lo siguiente: ‘Se solicita –respetuosamente– a los órganos de control, se sirvan evaluar y conceptuar si el geólogo Héctor Julio Fierro Morales tiene o no conflictos de intereses para dirigir una entidad como el Servicio Geológico Colombiano, la cual tiene una misión reglada por ley, la cual no se encuentra en la línea de acción y pensamiento del geólogo Julio Fierro, aunado esto a su pensar dogmático y sesgado’”, se lee en la solicitud.

Por esta petición, la Secretaría de Transparencia solicitó que Fierro les informe los vínculos contractuales que tenga el Servicio Geológico Colombiano con la Corporación Geoambiental TIERRAE, organización activista a la que Fierro perteneció mientras se oponía a la explotación minera en el país.

“Solicitamos respetuosamente se informe los vínculos contractuales que tenga el Servicio Geológico Colombiano con la Corporación Geoambiental TERRAE, con las fechas establecidas y objetos contractuales determinados, por otro lado procuramos información de conflictos de intereses presentados por el director Héctor Julio Fierro Morales”, concluyó la petición, firmada por Ayda Judith Serrano Hernández, asesora del Grupo de Revisión y Análisis de Peticiones, Denuncias y Reclamos de Corrupción.

El pasado activista de Fierro

El Servicio Geológico Colombiano (SGC), una entidad técnica que por años se mantuvo al margen de grandes remezones por cambios de administración, está en medio de la polémica por cambios drásticos y despido de personal con años de trayectoria. En medio de las graves denuncias contra funcionarios y contratistas, comienza a llamar la atención que Julio Fierro, su nuevo director, tenga un pasado como férreo opositor de proyectos mineroenergéticos en el país.

Fierro es un reconocido geólogo y activista ambiental que fue nombrado en el cargo por Irene Vélez, ministra de Minas y Energía, dado su apoyo el cambio de transición energética. Por su lucha contra el extractivismo y demás operaciones, Fierro, poco después de posesionarse, tuvo que declararse impedido de emitir conceptos o evaluar proyectos alrededor de Hidroituango, la mina de cobre Quebradona y arroyo Bruno, cuerpo de agua desviado por la mina de carbón de Cerrejón.

Esta no es la única preocupación que existe sobre la posibilidad de que prime el activismo sobre el criterio científico en la entidad. Fierro figura como fundador de la Corporación Geoambiental Terrae, la cual se dedica a crear conocimiento sobre los efectos negativos de los proyectos mineros, petroleros o grandes represas, y por medio de la cual habría llevado a cabo labores de activismo contra proyectos.

Este medio conoció que un grupo de funcionarios del servicio le solicitaron a los entes de control investigar al director por contratar a seis funcionarios de su organización en la institución.

Desde hace varias semanas, se conoce que en el Servicio Geológico Colombiano hubo una barrida de personal altamente capacitado con varios años de trabajo en la entidad, sin importar cuántas administraciones pasen. Ahora, en medio de las nuevas acciones del director, preocupa la seguridad de los proyectos mineroenergéticos del país por posibles estudios elaborados por activistas antimineros que en algún momento se opusieron a los proyectos para los que emiten conceptos.

Por su parte, la entidad defiende la reorganización de la mayor parte de grupos de trabajo, argumentando que existía desarticulación entre los grupos de trabajo y que “hasta ahora se ha priorizado un enfoque en hidrocarburos y minerales que ha limitado su potencial”.