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Susana Boreal: el escándalo del ‘porro’ y las dudas sobre la idoneidad de la representante para legislar
El Congreso hace méritos para seguir siendo la institución del Estado con el porcentaje más alto de desaprobación entre los colombianos. Ahora las discusiones se centran en quiénes son consumidores de droga y quiénes no. ¿Qué les está pasando?
Una vez más el Congreso está en el ojo del huracán y dando muestras de que sí pueden seguir ocurriendo cosas negativas. Susana Boreal logró que el Legislativo fuera tendencia durante varios días por unas declaraciones salidas de tono.
“Soy consumidora de marihuana, hacerlo todos los días me encanta. No me da pena decirlo porque necesitamos una transformación cultural en este país”, dijo la congresista del Pacto Histórico, quien además dijo que buscará reivindicar el derecho al ocio, al disfrute y a la fiesta.
Aunque nadie discute que se trata de su vida personal, de que cada quien defina qué consume y qué no, hizo una confesión que abrió el debate sobre la responsabilidad de los legisladores en Colombia. Sin duda, no se puede normalizar que un legislador admita que todos los días fuma marihuana porque llega el interrogante sobre si puede cumplir a cabalidad sus funciones. Además, quedó en el aire otro interrogante: ¿si se droga diariamente, habrá llegado a las sesiones bajo los efectos del cannabis? Esa situación no se ha aclarado.
El artículo 9 de la ley 1828 de 2017, que reglamenta el estatuto del congresista, dice que será sancionable el hecho de “asistir a las sesiones del Congreso en estado de embriaguez o bajo el efecto de sustancias psicoactivas”.
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Una resolución de la dirección administrativa del Senado expedida en 2022 prohíbe el consumo, posesión y venta de sustancias psicoactivas o bebidas alcohólicas en los lugares y centros de trabajo. “Por ningún motivo se permitirá a los servidores públicos y contratistas laborar bajo el efecto de sustancias psicoactivas”. Por eso, la confesión de Boreal ha dado tanto de qué hablar y ya están pidiendo una investigación en la Comisión de Ética de la Cámara de Representantes.
El congresista Juan Espinal reveló que se está estudiando la posibilidad de abrir una investigación de oficio, ya que la conducta de Boreal “no está a la altura de la dignidad que ostenta y transgrede los principios éticos y disciplinarios que rigen a las personas que ocupan cargos públicos y de elección popular”.
Más allá de las sanciones, el psiquiatra Rodrigo Córdoba, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad del Rosario, asegura que el asunto de Boreal no debería ser objeto de discusión sobre salud pública porque cada caso es distinto. Aclara que no puede opinar sobre el caso en particular porque no lo conoce, pero que, sin duda, este tipo de situaciones podrían tener un diagnóstico profesional para determinar por qué hizo esa revelación que forma parte de su vida privada.
“Hablo de temas generales, no del particular. No es cierto que la marihuana no haga daño, a unas personas sí les puede generar consecuencias, por ejemplo a los jóvenes, en los procesos cognitivos”, dice Córdoba. El especialista, aclarando que no conoce a fondo el caso de Boreal, cree que puede cuando una persona fuma marihuana todos los días y ante situaciones como dolores de cabeza, estrés o reacreativamente, podría haber un trastorno por abuso de sustancias ya que “el cannabis está incluido en los manuales de psiquiatría”. Sin embargo, este no podría ser el caso de la congresista, sencillamente es una conjetura con base en lo expresado por ella en Congreso.
Otro debate que se abre es que Boreal debería declararse impedida en los debates que restan en la Cámara porque al haber confesado que es marihuanera, estaría legislando en causa propia y podría tener responsabilidades jurídicas, aunque este asunto sería resuelto cuando la discusión de la regulación del cannabis llegue a la plenaria de dicha corporación.
En todo caso, en los últimos meses varios congresistas han confesado que fuman marihuana, pero ninguno había dicho que la planta era necesaria en sus vidas para “el disfrute y la fiesta”, como lo dijo la representante del Pacto Histórico.
Además, esta situación dejó en segundo plano el debate de fondo sobre si se debe regular o no la marihuana en Colombia. En esa audiencia pública, los asistentes esperaban escuchar argumentos sólidos a favor y en contra de la reforma, mas no una postura personal de una congresista que le parece maravilloso fumar todos los días.
Al parecer, el Congreso seguirá con su mala imagen. Se habla de ausentismo, casos de acoso sexual y laboral, de senadores borrachos haciendo escándalos en vía pública y ahora de marihuaneros.