POLÍTICA
Todas las miradas estarán puestas sobre el Congreso en el 2024: ¿qué pasará en Senado y Cámara frente a las reformas de Petro?
Este año, la Cámara y el Senado tendrán que acelerar el ritmo de trabajo para alcanzar a tramitar y debatir las reformas de Petro. Las elecciones del contralor y el defensor estarán sobre la mesa.
Este año, por primera vez, el Congreso regresará de vacaciones el 16 de febrero, un mes antes de lo usual, porque así lo contempla una ley que fue aprobada por el Legislativo en la que se recortó el descanso para los parlamentarios.
En últimas, el adelanto del receso le permitirá al Gobierno del presidente Gustavo Petro ganar tiempo y meterle el acelerador a sus reformas, que, aun cuando avanzaron en el segundo semestre de 2023, no están totalmente aprobadas y todavía les queda un largo camino de espinas.
El Senado –a diferencia de lo que ocurrió en el segundo semestre de 2023– jugará un papel protagónico, pues tendrá sobre la mesa la controvertida reforma a la salud, la joya de la corona del Ejecutivo.
El Gobierno planea que la iniciativa se convierta en ley el 20 de junio, cuando finaliza el segundo periodo de sesiones ordinarias, pero el escenario no es tan sencillo.
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¿Alcanzarán los cuatro meses para su aprobación? La respuesta es incierta, ya que el polémico proyecto fue radicado en la Cámara en febrero de 2023 y solo hasta mayo pasó en la Comisión Séptima. Y en la primera semana de diciembre fue aprobado en la plenaria. Como si fuera poco, la reforma pensional tendrá que surtir su trámite en la plenaria del Senado, pues solo en el último semestre logró pasar en la Comisión Séptima.
El escenario es complejo para el Gobierno. Los debates de la reforma a la salud pueden consumir gran parte del tiempo y la atención legislativa. Y en los próximos tres meses la Cámara Alta tendrá que abrirle un espacio a la reforma laboral si eventualmente es aprobada por la Cámara; además, deberá avanzar la Ley Estatutaria de Educación y otros proyectos, como la Ley Estatutaria de Integración y Estructura de la Jurisdicción Agraria.
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, tiene entre sus planes adelantar una labor titánica de lobby. Sabe que va a nadar sobre aguas turbulentas.
A diferencia de la Cámara, en el Senado hoy las mayorías no están a favor del Gobierno Petro. De hecho, la segunda semana de diciembre los senadores hundieron el Estatuto para la Garantía de la Igualdad y los Derechos de las Niñas y Mujeres, una iniciativa aplaudida por el Ejecutivo. No hubo quorum y el proyecto naufragó.
Lo mismo ocurrió con la iniciativa que regulaba el cannabis de uso adulto. Aunque se pensaba que pasaría su cuarto debate, 45 senadores votaron a favor una proposición de archivo y lo hundieron. El mensaje fue contundente contra el Gobierno.
Además, no es secreto que el ministro Velasco se dedicó exclusivamente a hacer gestión ante la Cámara durante el último semestre. De hecho, las reformas laboral y de salud ingresaron por ahí. Algunos senadores consultados por SEMANA, y quienes piden reserva de su identidad, creen que el Ejecutivo los descuidó.
En el Partido Liberal, por ejemplo, la mitad de los 13 senadores son más independientes frente al petrismo y tienen más simpatía con su director, el expresidente César Gaviria, hoy en una orilla distinta a Petro. El grueso de la colectividad ha insistido, casi en coro, que la reforma a la salud debió tramitarse por vía estatutaria y no ordinaria, pues modifica un derecho fundamental de los colombianos. Temen que la Corte Constitucional la tumbe durante su revisión.
SEMANA conoció que, fuera de un grupo de liberales, la reforma a la salud tiene en contra a más de la mitad de los 15 senadores del Partido Conservador. Y al menos seis senadores de la Alianza Verde tienen serias dudas que los llevarán, si nada extraordinario ocurre, a votar negativo la iniciativa. Entre ellos están Angélica Lozano, Guido Echeverry, Iván Name y Jota Pe Hernández.
A estos se suman los 13 senadores del Centro Democrático, los 11 de Cambio Radical y la independiente Marelen Castillo. Es decir, el ministro Velasco sorteará, de entrada, la reforma con más de 45 senadores en contra de los 108 que integran el Senado.
Quienes conocen la dinámica del Senado insisten en que será más rápido en decidir la suerte de las reformas de Petro. Muchos senadores ya tienen clara su postura, ya que no han sido ajenos al ruido mediático despertado por las reformas pensional, laboral y de salud.
“El Senado será mucho más reflexivo, más juicioso en los estudios, más técnico, menos escandaloso, pero mucho más riguroso”, anticipó el senador liberal Alejandro Carlos Chacón. “El Senado va a tener mucho más cuidado en su votación”, agregó.
El Gobierno tiene este año para darles trámite a sus reformas. Sin embargo, debe correr con los tiempos, pues a medida que pasan los días el descontento contra Petro va en aumento y ya superó el 60 por ciento.
Prueba de ello es que el país, precozmente, ya empezó a hablar de quién podría convertirse en el sucesor del líder de izquierda en 2026, un tema que casi nunca ocurre a año y medio de iniciado un mandato. Por otro lado, el Senado también estará ocupado con la escogencia del contralor general que reemplazará a Carlos Hernán Rodríguez, cuyo proceso de elección lo anuló el Consejo de Estado luego de encontrar una serie de irregularidades.
El presidente del Senado, Iván Name, le dijo a SEMANA que desde marzo próximo el proceso de selección continuará. Hay 140 postulados. “Yo tomé la decisión con el presidente de la Cámara, Andrés Calle, en una resolución que se expidió reglamentando el proceso de selección de contralor”, afirmó.
En medio de ello, el Senado tendrá que escuchar a los aspirantes, responder críticas y eventuales cuestionamientos que surjan de la escogencia. Además, deberá estar expectante a la respuesta de una tutela que instauró el excontralor Rodríguez ante la Corte Constitucional, en la que pide que no se le vulneren sus derechos y le permitan regresar al cargo. Si el fallo sale a su favor, todo el proceso de selección quedará en el piso.
Por los lados de la Cámara, el panorama es igual. De entrada, la atención estará enfocada en la reforma laboral, que empezará la votación de su articulado después del 16 de febrero.
El ambiente allí es favorable para el Gobierno, ya que durante 2023 el ministro Velasco conoció el manejo político de ese escenario, donde tramitó la controvertida reforma a la salud. El otro gran proyecto para debatir será la reforma pensional.
“La relación entre el Congreso y la Casa de Nariño este año será muchísimo más traumática. Si en 2023 fue compleja, en 2024 lo será mucho más. Una de las razones es que inician el periodo constitucional los alcaldes y gobernadores, y, en su mayoría, no representan la misma línea de gobierno e ideológica de Gustavo Petro. Los retos son grandísimos, seguramente habrá un reclamo muy importante al Gobierno nacional y es la falta de garantías en materia de seguridad”, explicó Juan Espinal, congresista del Centro Democrático.
La Cámara de Representantes, donde el Gobierno Petro confirmó que puede tener mayorías, enfrentará un desafío desde agosto de 2024: el inicio del proceso de elección del defensor del Pueblo que reemplazará a Carlos Camargo, a quien se le vence su periodo en el segundo semestre de este año.
El nuevo año permitirá identificar si el matrimonio entre el palacio presidencial y el Congreso sigue transitando entre la miel y la unión o, si al contrario, es una relación poco rentable en materia de los votos legislativos que requieren las reformas.