NACIÓN
Urgente: la Fiscalía cita a interrogatorio a Laura Sarabia, exjefe de gabinete del Gobierno Petro, por el escándalo de la niñera Marelbys Meza
Así lo informó el ente acusador. Sarabia deberá presentarse con su abogado defensor.
Laura Sarabia, exjefe de gabinete del Gobierno Petro, fue citada a interrogatorio por parte de la Fiscalía General de la Nación. Así lo informó el ente acusador en un comunicado de prensa, divulgado en la noche de este viernes.
La alta funcionaria salió de su cargo el pasado mes de junio, en medio del escándalo que produjo la revelación de SEMANA sobre lo que vivió su niñera, Marelbys Meza, tras un robo que se vivió en su apartamento. La mujer fue etiquetada por la seguridad de palacio como miembro del peligroso Clan del Golfo para poder lograr que un juez en Chocó autorizara chuzar su teléfono y seguir sus movimientos. También fue sometida a una prueba de polígrafo en un edificio contiguo al Palacio de Nariño.
En su comunicado, la Fiscalía aseguró lo siguiente:
“1. La entidad adelanta una investigación metodológica con relación al presunto uso ilegal del polígrafo con la señora Marelbys Mesa, quien ejerció funciones de niñera para la exfuncionaria de la Presidencia de la República, Laura Camila Sarabia Torres.
2. En el desarrollo del proceso se ha recolectado evidencia física, material probatorio, se han realizado interrogatorios y recibido testimonios.
3. En consecuencia, fiscales a cargo de la investigación han dispuesto citar a interrogatorio de indiciado a Laura Camila Sarabia Torres.
La diligencia se realizará el próximo miércoles 23 de agosto en las instalaciones de la Fiscalía General de la Nación.
4. Para la diligencia judicial, la indiciada Laura Camila Sarabia deberá presentarse con su abogado defensor.
5. La Fiscalía reitera que es garante de los derechos de todos los colombianos y sus actuaciones siempre están sujetas a las normas legales vigentes”.
En los últimos días, ha trascendido que Sarabia estaría pensando en aceptar el ofrecimiento del presidente Petro para regresar a su cargo en la Casa de Nariño.
El presidente se había referido con respeto y con cariño a la funcionaria cuando anunció que dejaba ese puesto, que la había convertido en una de las mujeres más poderosas del país. . “No (se han) parado a pensar ni siquiera qué podría pensar una joven mujer recién parida con su primer niño, con su primera experiencia maternal, cuando le sucede un hecho en su vida doméstica que la hace sentir en la zozobra y que reacciona dentro de la ley, al punto que se usó el polígrafo que yo ni he logrado saber dónde está”, dijo Gustavo Petro, cuando le comunicó al país que ella se retiraba de Palacio de Nariño para asumir su defensa.
Ella, por su parte, había asegurado que estaría presta “a rendir todas las explicaciones necesarias para el esclarecimiento de los hechos y lucharé profundamente por defender mi reputación, mi buen nombre de todas las acciones malintencionadas que han rodeado estos episodios”.
En ese momento agregó que: “tengo plena tranquilidad de haber obrado correctamente, con integridad y sin ningún interés particular”.
Sin embargo, los hechos que pesaban contra ella habían generado una de las más grandes crisis que había vivido el gobierno hasta ahora. Todo comenzó cuando la niñera del hijo pequeño de Sarabia decidió contar su historia en SEMANA. Lea historia:
“Me sentí secuestrada”:
“Yo sentía que me iban a dejar ahí, que no iba a volver a salir (...). Me hicieron el polígrafo y me dijeron: ‘Usted se puede burlar de ese aparato, pero de nosotros no. Esta noche no va a su casa, de aquí va presa, y le vamos a hacer un allanamiento a todos sus hermanos y a usted’”.
Este es el testimonio de Marelbys Meza, la exniñera del hijo de Laura Sarabia, jefa de gabinete del Gobierno Petro, al recordar lo que le habría sucedido el pasado lunes 30 de enero, minutos antes de las dos de la tarde, cuando relata que la ingresaron a un sótano al frente de la Casa de Nariño para someterla a un polígrafo. Concretamente, al edificio Galán, adscrito a la Presidencia. Dicho suceso habría ocurrido luego de la pérdida de un dinero en efectivo que estaba en un maletín en la casa de la alta funcionaria, en Bogotá.
Según la niñera, fue Sarabia quien le advirtió que debía someterse al polígrafo. “Yo no quería ir allá, pero me tocaba. Si no iba, más me acusaban de que me había robado esa plata. Si iba, pues yo les decía: les aclaro que soy inocente. La verdad no quería ir, pero me fueron a recoger a mi casa. Tenía que ir o ir”, relata la mujer, de 51 años, quien vive en un humilde barrio del sur de la capital del país.
Ese día, Harold Rondón, un conductor de la Unidad Nacional de Protección (UNP) al servicio de Sarabia, fue a buscar a Meza a su casa. SEMANA tiene en su poder cinco audios que él le envió a la mujer cuando estaba esperándola afuera de su lugar de residencia. “Hola, Mary, cómo me le va. Estoy ya aquí afuerita”, le dice. Luego, ante la demora, le insiste: “Hola, Mary, te estoy esperando”. Por último, le advierte: “Chúzele, chúzele a eso, porque toca estar allá antesito de las dos”.
Meza se subió al vehículo hacia la una de la tarde y fue conducida al palacio presidencial. Allí ocurrió otro hecho relevante, ya que no ingresó por las puertas oficiales de acceso. No pasó por los controles ni el detector de metales y tampoco hubo un registro. Nadie le pidió la cédula ni le dieron escarapela o contraseña, como es habitual. Es decir, no quedó una sola huella en el sistema de visitantes.
Acompañada de reporteros de SEMANA, Meza regresó a las inmediaciones de la Casa de Nariño el jueves y le mostró al equipo periodístico cómo y por dónde la ingresaron. “Por aquí fue (y señala el edificio Galán, al frente de la Casa de Nariño). Entré en la camioneta. No me pidieron nada en ningún momento. Ni cédula. Pasamos derecho, me llevaron a un sótano donde está lo de poligrafía. Llevaba mi cédula, pero no firmé nada, ningún registro. Cuando estaba en el sótano, me sentí secuestrada, aturdida, ahogada, esperando a que me hicieran el polígrafo”.
Según cuenta la exniñera del hijo de Laura Sarabia, fue recibida “por la teniente Luna”, como recuerda que se llama la mujer de la Policía que luego la entregó a dos hombres vestidos de civil, quienes se encargaron del procedimiento junto con otro que estaba esperándolos en la sala de poligrafía. Este medio conoció los mensajes de voz que le envió Luna a Marelbys, recordándole su “cita en Palacio”. “Me puede regalar su nombre completo, por favor, y su número de cédula para que no le pongan problema en el ingreso acá en Presidencia”, le dice Luna.
“Eran tres hombres, no sé ni sus nombres ni sus apellidos. Pero, si los veo, sé quiénes son (...). Eran altos, robustos, uno moreno y uno más o menos trigueño”, recordó Meza, quien agregó que estuvo durante casi cuatro horas y media en el sótano, donde la sometieron al polígrafo.
Allí, relata, tuvo mucho “miedo”. “Me preguntaron acerca de la maleta, si yo había tomado el dinero. Que si yo tenía cómplices, que si yo le había entregado eso a alguien más, que para dónde había cogido, que a qué horas salía (...). No sabía qué contenía esa maleta porque a mí nunca me dijeron, o sea, la maleta era la del viaje que ella había hecho a Boyacá”.
Lo que más la atemorizó fue la insistencia de los hombres que le practicaron el polígrafo y que le dijeron, según ella, que esa noche no llegaría a su casa. Además, asegura que la incomunicaron. “Me quitaron el teléfono (...). Me decían: ‘Usted es una ladrona, mentirosa, de aquí va derechito a la cárcel’”. Además, la habrían amenazado con allanar su casa y la de sus familiares. “Que me iban a llevar para hacer un allanamiento en mi casa. Me decían: ‘¿A usted quién le dice que nosotros en este momento no estamos allanando la casa de toda su familia, de sus hermanos y todos los que estén allá?’. Me preguntaron: ‘¿Dónde está su mamá?’. Les dije: la dejé en el apartamento. Me respondieron: ‘No, usted es una mentirosa, su mamá no está ahí’”.
Perturbada tras la prueba del polígrafo, que le practicaron en tres ocasiones, según ella, y después de las supuestas presiones de los tres hombres, a Marelbys le devolvieron su teléfono celular y la entregaron de nuevo a la oficial de la Policía que la recibió.
Cuando salió, habría esperado a las afueras de Palacio a que la recogiera otro conductor del Gobierno. Desde allí, a las 6:29 p. m., le escribió a su hermano Dayro: “Mi niño, estoy en el polígrafo, me están culpando de un dinero que se perdió”. Él le respondió: “Todo bien, mi hermanita”. Ella continuó: “Soy inocente, manito, estoy acá esperando”. Él trató de calmarla: “Usted tiene su corazón y su conciencia limpia, no te preocupes, Jamer (su otro hermano) y yo estamos pendientes, si tienen pruebas que las demuestren en la Fiscalía”.
A las 6:32 p. m., Marelbys le insistió a su hermano: “No he cogido nada”. Él le dijo: “Nosotros te conocemos”. La mujer le advirtió: “Me van a llevar al apartamento a revisar”. Él le dijo: “Que vayan pa que vean”.
Luego, sobre las 6:35 p. m., ella le contó a su hermano: “Me tenían el teléfono, por eso no te había llamado, tú sabes que yo evito al máximo los problemas y vea”. Su hermano le pidió que les explicara a quienes la tenían que su mamá estaba muy enferma. Ella le aseguró que ya les había informado de ello.
A las 7:19 p. m., Marelbys le contó a Dayro: “Yo estoy sin almuerzo, así le paga el diablo a quien bien le sirve, tanto que les ayudé en la campaña, trasnocho, atendiendo un montón de gente, y ni las gracias”. Él le respondió: “Así es la vida”. Minutos después, a las 7:24 p. m., la niñera aseguró: “Yo les dije: solo sé trabajar (...) acá está lloviendo, con mucho frío”. Luego, le envió un video a su hermano, de apenas tres segundos, en el que se ve la Casa de Nariño y la ubicación exacta en donde estaba esa noche.
A las 7:33 p. m., su hermano le preguntó: “¿A dónde te llevaron?”. Ella le dijo de inmediato: “A Palacio, acá estoy afuera escampando”. Su hermano le contestó: “Umm, imagínate, ¿con alguien más?”. Ella le dijo: “Sola, acá esperando”.
Hacia las 9:08 p. m. de esa noche, ella volvió a comunicarse con Dayro. “Me está llevando el conductor de la secretaria de Laura, voy sola con él, no me han dicho nada”.
Eran las 10:00 p. m. y Marelbys, por fin, regresó a su casa. El día anterior, cuando la niñera celebraba su cumpleaños 51, empezó toda esta historia. Ese domingo recibió una comunicación de Andrés Parra, esposo de Laura Sarabia. Él le pidió que regresara de urgencia al apartamento. Ella, de inmediato, cumplió la orden del esposo de su jefa y, poco tiempo después, llegó al que era en ese momento su lugar de trabajo: la vivienda de la jefa de gabinete del Gobierno Petro.
Según sus palabras, al llegar, se enteró de que alguien había robado el dinero “en efectivo” que estaba en el maletín mediano, de color negro, que dos días antes una mujer policía que trabaja con Sarabia le entregó en sus manos.
“Cuando llegué, estaba la Sijín, la Policía. Me tomaron huellas, me preguntaron. Andrés les dijo que me dejaran hablar con él un momento. Entonces, él me dijo: ‘Mary, se perdió una gran suma de dinero, dime si tú la cogiste y yo paro la demanda que se está haciendo y no pasa nada (...). Ya después no puedo hacer nada por ti’”, le dijo la mujer a SEMANA.
La respuesta de Marelbys fue inmediata. “Yo le dije a él que no había cogido nada. Entonces, me mandan para el primer piso del edificio para hacerme la indagatoria por escrito preguntándome qué había pasado, cómo era la maleta, quién entró. Todo eso fue el viernes (27 de enero), cuando la teniente llevó la maleta, no me sé el nombre de ella, yo estaba con el niño cargado. Le dije: ponga la maleta allí, y ella la puso en el mueble. Yo salí a descansar el sábado, como a las 5:00 p. m.”.
Aunque la primera denuncia de Laura Sarabia en la Fiscalía habla de un poco más de 30 millones de pesos perdidos, la versión de la exniñera de su hijo menciona una cantidad superior: “El policía me saca al pasillo y me dice: ‘Es que aquí no estamos hablando de 100 pesos, estamos hablando de 150 millones de pesos que usted se robó. Diga dónde los tiene’”. Ese domingo, Sarabia estuvo presente en el apartamento, según Marelbys.
Sobre los movimientos de dinero de la jefa de gabinete del Gobierno Petro, la mujer sostuvo: “Cuando ella llegaba, iba directo a su cuarto. Lo único que se escuchaba era que sonaba la caja fuerte cuando se le ponía la clave. Sonaba tiqui, tiqui, tiqui”.
“Ella desarmaba la maleta cuando llegaba de viaje o la mamá. Nunca le desarmé ni le hice la maleta, nunca le tocaba nada”, señaló Marelbys, quien aseguró que, después de la pérdida del dinero, ella y su familia afrontaron otros episodios que la preocuparon.
Según ella, desde la noche del 30 de enero, cuando salió del edificio ubicado al frente de la Casa de Nariño, y que pertenece al Gobierno, la han venido vigilando. “Al día siguiente veía carros desde la ventana de mi apartamento. Veía carros todo el día, parqueados ahí. Sentía como si me estuvieran persiguiendo”, contó la exniñera del hijo de Sarabia. “Nunca me dieron los resultados del polígrafo”, agregó.
Ella enfatizó que quien maneja supuestamente el dinero en la casa de Laura Sarabia es su esposo, Andrés: “Como dos veces le presté mi tarjeta del Éxito y fui a hacer las compras como a las once o doce de la noche, cuando ya el bebé estaba dormido y compraba lo que faltaba. Yo le pasaba la factura y él me pagaba en efectivo”.
Jamer, su otro hermano, también habría vivido un episodio delicado de hostigamiento. “Mi hermano tiene un carro que trabaja en Uber y se le presentaron unos hombres y le dijeron: ‘Dónde está el botín, dónde está la plata’. Lo maltrataron verbalmente. Le dijeron que éramos unos ladrones, que les diera 2 millones de pesos. ‘Denos algo’, le dijeron. Y quisieron como llevárselo. Mi hermano, como es de mal genio y es serio, les dijo: ‘No tengo nada, si quieren revisen el carro, no tengo nada, no tengo que robar nada’”, contó Marelbys.
Ella afirmó que, una semana después de haber ido a esa cita, tuvo igualmente otro incidente. Fue abordada por un grupo de policías justo cuando esperaba un bus con sus hermanos, una amiga y un menor en la Terminal de Transporte de Bogotá para enviar a su mamá a El Copey, Cesar. Los uniformados la habrían llevado a un puesto de la Policía ubicado allí mismo para requisarlos a todos.
“Nos abren todas las maletas, nos revisan cosa por cosa, nos dijeron que qué llevábamos ahí. Empezaron a buscar, no sé qué buscaban, porque, la verdad, no encontraron nada. Las mujeres policías nos revisaron el cuerpo y todo. Nos requisaron a todos. A mi mamá, a mi persona, a mis hermanos, a una amiga y a mi sobrinito. Yo dije: pensarán que estoy mandando a mi mamá con la plata en la maleta o no sé, pero no encontraron nada. No teníamos nada que esconder”, narró Marelbys.
La niñera indicó que fue citada en una oportunidad a la Sijín, en la carrera 15 n.º 6-20, Seccional de Investigación Criminal, en el centro de Bogotá, el 20 de abril a las 7:30 de la mañana. Allí, de nuevo, le hicieron preguntas, le tomaron una declaración y la conectaron, por videollamada, con un abogado de oficio, de nombre Harvey, a quien ni siquiera pudo contarle el episodio del polígrafo porque él tenía otras obligaciones pendientes.
Finalmente, Marelbys le compartió a SEMANA el mensaje con el que fue despedida por Laura Sarabia: “Mary, quería saber cómo estabas y decirte lo siguiente: la verdad, hemos hablado bastante con Andrés sobre tu situación. Estamos preocupados porque al parecer la investigación va para largo y si tú no tienes nada que ver con lo que pasó, pues lo más injusto sería afectarte y pedirte que nos esperes. Al final, concluimos con Andrés que lo mejor es liquidarte y pagarte lo que te debíamos para que también puedas buscar trabajo. Lo sentimos mucho, Mary, porque sabes que te tenemos aprecio, pero, por favor, entiéndenos que sin saber qué fue lo que pasó no podríamos estar tranquilos. Y, como te decía, tampoco queremos ser injustos contigo”.
Hoy Marelbys tiene temor. “Siento que me persiguen, que tengo el teléfono chuzado, estoy en mi casa y siento que están ahí. Siempre está un carro, todo el día parqueado”.
Luego de denunciar lo que vivió, en entrevista exclusiva con SEMANA, Marelbys le pidió a la Fiscalía que investigue. “Quiero que se sepa la verdad de lo que ha pasado”. Este viernes, los investigadores del ente acusador ya le tomaron una extensa declaración. En diálogo con este medio, la mujer hace serias advertencias.
SEMANA.: ¿Siente temor del poder que tiene Laura Sarabia?
M.M.: Sí.
SEMANA: ¿Por qué?
M.M.: Porque siento que me puede poner presa en cualquier momento.
SEMANA: Teme por su libertad.
M.M.: Sí.
La defensa de Laura Sarabia
La jefa de gabinete del Gobierno Petro le respondió a SEMANA todos los interrogantes surgidos tras la denuncia de Marelbys Meza. Laura Sarabia reconoció que, tras la pérdida de una fuerte suma de dinero en su casa, fue ella quien le notificó a la niñera que se debía someter al polígrafo.
“Le pregunto si está dispuesta a someterse al polígrafo, como se sometió todo mi esquema de seguridad. Ella me dice que no tiene ningún problema”, explicó. “Yo a ella nunca la obligué”. Pero no reconoció que la mujer pudo haberse sometido a ese procedimiento por miedo a perder su trabajo y ante la presión de ser señalada como la culpable del robo. Y, ante todo, por miedo al inmenso poder de la persona más cercana al presidente de la república.
La alta funcionaria confirmó que envió a su conductor oficial, Harold Rondón, a recoger a la niñera para llevarla a la prueba del polígrafo. Sin embargo, su explicación sobre por qué una particular tendría que ser sometida a este procedimiento diseñado para funcionarios del Gobierno fue vaga. Argumentó que se trató de una recomendación de su esquema de seguridad después de que se activaron los protocolos dado el cargo que ostenta. Todo el personal que la cuida a ella y a su familia también pasó por el polígrafo.
Sarabia indicó, además, que Marelbys firmó un consentimiento a la hora de someterse al polígrafo, el cual lleva su firma y huella, y señala que “el examen es de carácter voluntario”. Al mismo tiempo, desestimó que la niñera haya firmado bajo presión, encontrándose sola, sin abogado, en manos de tres hombres y en un frío sótano.
El consentimiento, conocido por SEMANA, da cuenta de que el aparato del Estado se movió en torno a la búsqueda del dinero que se le perdió a Sarabia y en contra de esta humilde mujer. Allí se leen las razones del polígrafo: “Suscribo el presente consentimiento autorizando a la Presidencia de la República para la realización del examen poligráfico requerido en virtud de la seguridad del primer mandatario, la señora vicepresidente y sus familias, evitando de este modo posibles riesgos o vulneraciones a su vida, integridad física e imagen, considerado como un derecho fundamental”.
Luego, añade “que la dinámica del ejercicio se relaciona exclusivamente con la seguridad del señor presidente de la República, la cual es considerada un asunto de seguridad nacional, por lo que representa el primer mandatario en virtud de su dignidad y funciones definidas en la Constitución”.
El documento no menciona por ningún lado a Sarabia. ¿Podía la jefa de gabinete utilizar una sala de poligrafía del Gobierno para atender un asunto doméstico con la niñera de su hijo y que no le ocurrió en el ejercicio de sus funciones? ¿Hubo un abuso de poder?
Asimismo, Sarabia ha brindado diferentes versiones de los mismos hechos e, incluso, sobre el dinero que se le extravió. Primero aceptó que Marelbys sí ingresó a Palacio sin ser registrada. “La ingresan por el sótano, pasa por todos los pasillos donde hay cámaras de seguridad, pasa por los filtros que hay abajo de la Policía. Nunca se entró a escondidas”, reveló Sarabia en una primera versión. Contó que la mujer habría ingresado a la Casa de Nariño como lo hacen otros altos funcionarios. Así fue parte de su diálogo con este medio.
SEMANA: ¿A Marelbys la registraron? ¿Sí o no?
Laura Sarabia: No.
SEMANA: ¿Cualquier ciudadano puede ingresar a Palacio sin registro?
L.S.: Los ministros entran por la puerta blanca y no son registrados.
SEMANA: Hay una diferencia entre un ministro y una niñera.
L.S.: No…
SEMANA: ¿No?
L.S.: Me refiero a que mucha gente entra por otros filtros de Palacio, no porque se quieran esconder.
Horas después, por escrito, Laura Sarabia le dio a SEMANA otra versión de lo ocurrido. “El incidente de seguridad fue puesto en manos de la Jefatura de Protección. Contrasté la información y me indicaron que no fueron a Palacio, sino a las oficinas de poligrafía que no quedan ahí. La señora Marelbys no ingresó a la Casa de Nariño”.
Sobre la cantidad de dinero en efectivo que se perdió en su casa, tampoco entregó una cifra definitiva. Primero dijo: “Eran unos dólares que tenía ahí y una plata que había sacado. La tenía en una maleta encima del sofá. Lo que referí en ese momento (cuando se conoció el caso) es que no sabía específicamente cuánto era. Es que eran más o menos unos 3.500 o 4.000 dólares. Y otra plata que había sacado para pagar una tarjeta, y eran unos 5 millones de pesos”.
El viernes en la mañana, tras una llamada de SEMANA el jueves en la noche, Sarabia amplió su denuncia ante la Fiscalía y allí dio otra cifra sobre el dinero que se le perdió. Habló de “7.000 dólares, aproximadamente, que se encontraban en mi residencia”.
Aunque el robo aparentemente se descubrió el 29 de enero, y la niñera fue sometida al polígrafo el 30 de enero, Sarabia reconoció que nunca informó a los investigadores que llevaban el caso que Marelbys perdió la prueba del polígrafo. Tampoco le informó a la niñera. En cuanto al presidente Gustavo Petro, aseguró que él no sabía del procedimiento del polígrafo al que sometieron a la niñera. “El presidente sabía que me pasó un hecho en mi casa con la niñera de mi hijo y que se habían activado todos los protocolos de seguridad”, dijo Sarabia. “Esos procedimientos de polígrafo quedan grabados”, agregó.
La jefa de gabinete, inicialmente, se mostró dispuesta a entregarle el video del polígrafo a SEMANA, pero después señaló que solo lo hará a la Fiscalía. A este medio únicamente le hizo llegar un fragmento con el compromiso de no ser publicado. Allí, Marelbys asegura que está dispuesta a ir donde le toque y que la han tratado bien. No se sabe lo que ocurrió durante, antes y después de la prueba. Marelbys afirmó que en las cuatro horas que estuvo en la sala de poligrafía fue “presionada, intimidada y amenazada”.
Cuando se le preguntó a Sarabia si hubo una orden judicial para llevar a la niñera a ese procedimiento, contestó: “No, obviamente, no”.
La jefa de gabinete cuestionó que la niñera de su hijo haya denunciado estos hechos cuatro meses después, sin aceptar que la mujer se pudo haber abstenido de hacerlo por el temor a lo que pudiera sucederle, tratándose de una funcionaria tan poderosa del Gobierno Petro. Sarabia contó que todo el procedimiento estuvo a cargo de la Policía.
Sobre los hostigamientos contra los familiares de Marelbys, Sarabia aseguró: “Hasta ahora me estoy enterando”. La funcionaria también dijo desconocer las presiones y amenazas denunciadas por la niñera de su hijo mientras estuvo en las instalaciones del edificio Galán.
Llamó la atención que, en la ampliación de la denuncia, solo unas horas antes de esta publicación, Sarabia le dijo a la Fiscalía: “Le solicito se sirva indagar si la señora Marelbys Meza está siendo instrumentalizada o inducida a circular información que no corresponde con la verdad, en el evento de establecerse lo anterior, le solicito respetuosamente se sirva adoptar las medidas de protección para víctimas de procesos de desinformación”.
Sarabia agregó que “una campaña de desinformación es una estrategia deliberada y organizada para difundir información falsa o engañosa con el fin de influir en la opinión pública, manipular las percepciones de la realidad y desacreditar a individuos, grupos, organizaciones o instituciones”.
En diálogo con SEMANA, lanzó una frase categórica: “Quiero saber si hay una tercera persona detrás (...). Esto es una extorsión”.
Al cierre de esta edición, fuentes de la Fiscalía le confirmaron a este medio que Marelbys Meza interpuso formalmente su denuncia ante el ente acusador y le ofrecieron protección. Serán los investigadores quienes destapen la verdad sobre este crítico episodio, ocurrido a pocos metros del palacio presidencial. Los fiscales y los jueces deben establecer si Sarabia abusó de su poder, si incurrió en alguna falta disciplinaria o si cometió delitos. Lo cierto es que el aparato del Estado no puede ser usado con toda su fuerza contra un ciudadano inerme. Tampoco ese Estado puede suplantar las funciones de la Justicia. Si Marelbys es hallada culpable, que responda. Pero que también lo hagan quienes la sometieron a la pesadilla que ella hoy, valientemente, denuncia.
*Texto publicado el 27 de mayo de 2023
¿Quién ordenó las chuzadas? La portada de SEMANA sobre las pistas desconocidas de la Fiscalía en el escándalo de Laura Sarabia.
Ocho días completa la crisis más aguda que ha tenido que afrontar el presidente Gustavo Petro en sus diez meses de mandato. En cuestión de horas, el escándalo desatado por las graves denuncias de la niñera Marelbys Meza en SEMANA derivó en las alarmantes revelaciones de la Fiscalía que apuntan a que integrantes de la Dijín interceptaron ilegalmente no solo a Marelbys, sino también a Fabiola, otra humilde mujer que trabajaba en la casa de Laura Sarabia, jefa de gabinete.
El país se escandalizó al conocer que la niñera fue sometida al polígrafo de la Casa de Nariño sin ser funcionaria. Según su relato, tres hombres la mantuvieron incomunicada durante cuatro horas en un sótano ubicado en un edificio al frente de la Presidencia. Allí habría recibido amenazas y presiones para que confesara que se robó una fuerte suma de dinero de un maletín en la casa de Sarabia. Se ha hablado de 3.500 dólares, 7.000 dólares y hasta de 150 millones de pesos en efectivo. Las versiones más audaces se atreven a hablar de sumas mayores.
El escándalo ya tumbó a Sarabia, mano derecha del presidente, y se llevó por delante al embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, quien se convirtió en la sombra de Petro en la pasada campaña electoral y fue fundamental para el triunfo en las urnas. Hoy, todo el país quiere saber las respuestas a estas preguntas: ¿quién ordenó las chuzadas?, y ¿por qué intentaron convertir un robo doméstico en un asunto de seguridad nacional que incluso ponía en riesgo la integridad de Petro y Francia Márquez? La Fiscalía argumenta que todo lo que hicieron fue solo para recuperar el dinero y que el episodio nada tenía que ver con riesgos para el país.
“Las chuzadas regresaron a Colombia”, advirtió el fiscal Francisco Barbosa, quien comparó lo ocurrido con los crímenes que cometieron el DAS y el F-2, ya extintos. Por eso, la inquietud que surge es si este es un episodio aislado o es apenas la punta del iceberg de una repudiable práctica que ya se habría instalado en el Gobierno Petro para perseguir a opositores, periodistas y todo aquel que piense distinto al presidente. Ante las evidencias de la Fiscalía, y visiblemente molesto, Petro se negó a aceptar que, bajo su administración, se esté chuzando.
Tan pronto estalló este escándalo, el pasado sábado 27 de mayo, tras la publicación de SEMANA, la Casa de Nariño se convirtió en un infierno. El presidente guardó un extraño silencio frente al tema, habló de un “golpe blando” y durante horas casó peleas en Twitter que incluso lo llevaron a recibir un fuerte jalón de orejas de parte del Consejo de Estado.
Las primeras pistas
Las investigaciones sobre este nuevo capítulo de chuzadas hasta ahora empiezan. SEMANA conoció que los fiscales buscan establecer si la sala usada para estas interceptaciones ilegales es una al servicio de la Dijín en la zona industrial de Bogotá. Además, indagan qué papel habría desempeñado un general de la Policía en retiro, además de un coronel y un mayor activos. La Fiscalía ya llamó a interrogatorio a tres patrulleros y a un intendente de la Policía.
La lupa también está puesta sobre el coronel de la Policía Carlos Feria Buitrago, quien está a cargo de Casa Militar, la dependencia que se ocupa de la seguridad del presidente. Justamente, Laura Sarabia actuaba como jefa directa del coronel Feria, según las funciones otorgadas en el decreto de su nombramiento. ¿Se desbordó el poder de ese despacho para hacer labores de espionaje? Hace pocas semanas, Sarabia reconoció en entrevista con El Tiempo que quería ser presidenta.
Pero eso no es todo. Una de las líneas de la investigación apunta al llamado Grupo Especial contra Estructuras de Delincuencia Organizada (Gredo), adscrito a la Dijín de la Policía. Desde allí, al parecer, se habría engañado a la Fiscalía con información falsa sobre quiénes eran realmente Marelbys Meza y Fabiola. A ambas las describieron con los alias de la Cocinera y la Madrina, y como integrantes de la peligrosa organización criminal del Clan del Golfo.
Además de chuzarlas, y sustentados en un falso prontuario, ambas mujeres se convirtieron automáticamente en objetivo militar para la fuerza pública. Es fácil pensar que alguien quería ir más allá y callarlas. Otra pregunta a resolver es ¿por qué no se tramitó esta información abiertamente desde Bogotá y acudieron a un fiscal en el Chocó que, según el fiscal Francisco Barbosa y la vicefiscal Martha vera, fue usado y engañado?
Paradójicamente, mientras el presidente Petro ha arremetido contra el fiscal Barbosa, porque supuestamente no ha avanzado en las investigaciones por los presuntos homicidios cometidos por el Clan del Golfo, las chuzadas descubiertas se hicieron camuflando los nombres de la niñera y la empleada como integrantes de esa organización criminal en una investigación contra alias Siopas, quien fue asesinado en una vendetta en abril.
Esta historia, como lo reveló SEMANA en su pasada edición, comenzó el 29 de enero de este año cuando Laura Sarabia y su esposo, Andrés Parra, descubrieron que faltaba un dinero en efectivo que estaba guardado en un maletín que pertenecía a la entonces jefa de Gabinete de Petro. Ese mismo día, a la niñera Marelbys Meza le tomaron huellas y sus primeras declaraciones. Veinticuatro horas después, el 30 de enero, Meza fue llevada, según ella bajo presión, por el conductor de Sarabia a un sótano donde funciona la sala de poligrafía de la Casa de Nariño.
Allí, prácticamente, de acuerdo con su testimonio, habría sido torturada psicológicamente por tres hombres de civil que la amenazaron permanentemente, diciéndole que no regresaría esa noche a su casa y que terminaría en la cárcel. También, según ella, la presionaron con que iban a allanar su casa y las de otros integrantes de su familia. Según los investigadores, las chuzadas duraron diez días, aunque al tercer día, según la Policía, el analista había advertido que tanto Meza como Perea solo hablaban de asuntos personales que nada tenían que ver con el Clan del Golfo.
Marelbys también denunció que hombres de civil, que serían policías, interceptaron a uno de sus hermanos en la calle, exigiendo la devolución de la plata extraviada. Y, por último, como lo prueba un video revelado por SEMANA, Marelbys, su mamá, dos familiares, una amiga y un menor de edad fueron sometidos a una fuerte requisa, sin causa aparente, en la Terminal de Transportes de Bogotá. “Creían que iban a encontrar la plata”, dijo Marelbys.
Lo que sí resultó premonitorio es que, antes de que la Fiscalía se pronunciara, Marelbys le dijo a este medio hace una semana: “Siento que me persiguen, que tengo el teléfono chuzado, estoy en mi casa y siento que están ahí. Siempre está un carro todo el día parqueado”.
Tras la comprobación del fiscal Barbosa, en el sentido de que ella sí fue chuzada, Marelbys, hoy bajo protección, reaccionó así en diálogo con este medio: “Terrible. Estoy en shock. Yo sí sentía que me tenían chuzada”.
Fabiola, trabajadora doméstica en la casa de Sarabia, y a quien también hicieron pasar como una integrante del Clan del Golfo para chuzarla ilegalmente, solo dejó ver en sus estados de WhatsApp las siguientes frases: “Por ahí dicen que el que nada debe, nada teme. Entonces, con la ayuda de Dios, como siempre, todo me va a salir bien (...). Si en algo estoy segura, es que Dios no me va a dejar sola, él será mi defensor”. La mujer cerró con esta frase, escrita a las 2:53 a. m. de este viernes: “Estaré cumpliendo con ese deber 3:00 p. m.”. Luego, en entrevista con SEMANA, anunció que demandará al Estado.
Las movidas de Sarabia
SEMANA confirmó que, durante estos días de crisis, Sarabia se dedicó a llamar a varios periodistas de diferentes medios para tratar de menguar el escándalo y defenderse, pero simulando, frente al presidente, que estaba en silencio.
Desde el principio culpó al embajador en Venezuela, Armando Benedetti, su antiguo jefe, de estar detrás de las denuncias en su contra. Sarabia les dijo a varios reporteros y directores que Benedetti la estaba chantajeando y hasta habló de “extorsión”. Contó, además, la historia a su manera, y solo lo que le convenía. Incluso, a varios periodistas les permitió escuchar algunos audios que le había enviado el embajador. No fueron todos, ni mucho menos los más comprometedores, que la pondrían a ella y a otros funcionarios del más alto nivel a dar explicaciones.
Esta guerra entre Sarabia y Benedetti promete seguir acaparando la atención de la opinión pública durante las próximas semanas. La Fiscalía está trabajando a todo vapor. Mientras Sarabia tendrá que rendir un interrogatorio en la Fiscalía, Benedetti deberá declarar para contar todo lo que sabe.
Si bien Benedetti negó cualquier extorsión o chantaje, lanzó graves acusaciones contra ella en Twitter. Aseguró que se llevó a la niñera para Venezuela durante una semana, porque Sarabia le pidió que la ayudara con el fin de evitar que los medios de comunicación conocieran la denuncia de Marelbys. Pero Sarabia vendió este viaje como la supuesta prueba reina de que Benedetti había influido en la niñera para atacarla. Hasta hoy, los fiscales que han interrogado a la humilde mujer no tienen mayores dudas sobre la validez de su testimonio y la pesadilla que sufrió en un sótano frente al despacho presidencial.
En el contrapunteo entre Sarabia y Benedetti, este último le propinó un golpe crítico a ella al señalarla de mover grandes cantidades de dinero en efectivo en su casa y dejó sobre la mesa la posibilidad de que la mujer más poderosa del Gobierno Petro estuviera detrás de interceptaciones ilegales. “¿Ella chuza?”, se preguntó Benedetti. Hasta ese momento, la Fiscalía no había destapado el escándalo de las chuzadas.
Algunos directores de medios también le contaron a SEMANA que Sarabia escribió desesperada en su chat, el jueves en la mañana, que Benedetti había hecho varios viajes sin permiso de la Cancillería. También estaba empeñada en que se le cuestionara la financiación de los vuelos chárter en los que se trasladaba el entonces embajador entre Caracas y Bogotá, así como sus vuelos a Estados Unidos.
Pero Benedetti no se quedó quieto. A varios periodistas que lo llamaron les respondió de manera categórica: dijo que la empresa de los vuelos chárter fue la misma que usó Petro en la campaña presidencial. Además, recordó que Sarabia organizaba todos los vuelos y sabía muy bien cómo funcionaba todo.El silencio del presidente
A mediados de la semana, ocurrió un hecho inusual. Hubo un gran silencio del presidente, de más de 21 horas, en las que no publicó ningún mensaje en Twitter. El mandatario tampoco estuvo en la Casa de Nariño, ni asistió a Catam, a las nueve de la mañana, a la reunión de urgencia a la que había citado a Benedetti, después de regresar de Brasil.
SEMANA pudo confirmar que, durante estos ocho días, fuentes de la Casa de Nariño interesadas en defender a Sarabia estuvieron moviendo, de manera interesada, un supuesto informe de inteligencia que contenía graves acusaciones contra Benedetti. Se sabe que mientras Sarabia estuvo todo el tiempo en contacto con Petro, el exembajador tampoco perdió el contacto con el primer mandatario. De hecho, un chat que se le filtró por error a Benedetti en su perfil de WhatsApp permitió ver durante seis minutos que el presidente le pedía calma y le daba una instrucción precisa: “Por hoy es silencio de ambos. Ya veremos cómo se solucionan las cosas”.
El exembajador también le planteaba sus razones a Petro. “¡... Yo estoy calmado!”. Lo llamaba “mi presidente” y se le quejaba de lo que hacía Sarabia. “Me da pena molestarte, pero el canciller está sacando todos mis viajes, lo del avión privado, etc. Es Laura!... y yo estoy callado”, le decía Benedetti a Petro. Ese mensaje fue enviado el pasado jueves a la 1:36 p. m.
Tras explotar el escándalo de las chuzadas, Petro se reunió con Sarabia y Benedetti ese mismo día, después de las diez de la noche, en la casa de otro alto funcionario del Gobierno. Allí hubo tensión y pasó de todo. Hubo gritos y llanto. Pero, desde un principio, en el encuentro quedó claro que, siendo consciente de que Sarabia era insostenible en el Gobierno, el presidente estaba con ella. De hecho, cuando anunció la salida de los dos funcionarios, el mandatario se refirió a Sarabia como “mi funcionaria querida y estimada”. De Benedetti solo mencionó su nombre de forma escueta.
Hasta ahora, este conflicto ha dejado ver ofrecimientos de Sarabia a Benedetti que no se cumplieron. Por ejemplo, sobre la mesa estuvo la opción de que él fuera el ministro del Interior, pese a que Luis Fernando Velasco ya estaba nombrado. También se analizó la posibilidad de que fuera el canciller o que tuviera a cargo las tareas de paz, algo a lo que Benedetti se negó. Al final, Petro quería que él se convirtiera en un superministro en la Casa de Nariño, como lo fue Néstor Humberto Martínez en el Gobierno Santos, es decir, que coordinara a todo el gabinete.
También se planteó la posibilidad de que el embajador en Venezuela regresara a Bogotá para ponerse al frente de las elecciones de octubre, dado que el Gobierno Petro tiene muchos temores de caer derrotado en las urnas. Según la más reciente encuesta de Invamer, la aprobación a la gestión del presidente pasó del 50 % en noviembre del año pasado a tan solo el 33,8 % en mayo de este año. Por su parte, la desaprobación se disparó del 43 al 59,4 % en seis meses.
Aunque no parezca, este escándalo hasta ahora empieza y la crisis en el Gobierno Petro no ha terminado. Algunos apuestan a que podría agravarse con el paso de los días. En los corrillos políticos y en Palacio hay expectativa por la reacción que pueda tener Benedetti y lo que pueda contar sobre lo que conoció de primera mano durante la campaña que llevó a Petro a la presidencia. Todos tienen claro que él sabe mucho. Sarabia también sabe. Aunque no está formalmente hoy en el Gobierno, sigue en el corazón del presidente y bajo su control, y como un apoyo en la sombra.
Sin embargo, fuentes cercanas a Sarabia aseguran que ella les habría dicho a ciertas personas que estaría dispuesta a declarar contra Benedetti en las investigaciones que él ha tenido en contra, algunas de las cuales han sido cerradas. Ella también habría tenido conversaciones con familiares del exembajador y allegados, haciendo advertencias.
En medio de esta grave crisis, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que datos sensibles sobre el presidente Petro estén en juego. En las últimas horas, se confirmó que hay audios y chats de todo tipo, especialmente entre Benedetti y Sarabia, que podrían desencadenar otro infierno.
Texto publicado el 3 de junio de 2023