SALUD MENTAL

La importancia del aburrimiento en la vida

Sentirse desocupado es una sensación desagradable e incómoda que muchas veces se acompaña de inquietud y desasosiego. Pero según el médico psiquiatra José A. Posada Villa*, el aburrimiento episódico, el que sucede a ratos, es crucial para el normal funcionamiento del individuo.

12 de febrero de 2019
El impulso de no aburrirse es tan fuerte que la gente podría estar dispuesta a elegir experiencias desagradables como alternativa. | Foto: Pixabay

En nuestra cultura confesar que está aburrido es como reconocer un problema mental. Por eso abundan los consejos para su manejo: buscar personas afines, dedicarse a un pasatiempo, tocar un instrumento, leer un libro, organizar la casa y, desde luego. El consejo también va para los niños a quienes los papás muchas veces llenan de actividades para que no se aburran: inscribirlos en natación, fútbol, ??baile, grupos de teatro, cualquier cosa para evitar que resuelvan su aburrimiento con el sexo y las drogas.

El impulso de no aburrirse es tan fuerte que la gente podría estar dispuesta a elegir experiencias desagradables como alternativa. Esta idea se basa en la investigación que ha demostrado una correlación entre el comportamiento de búsqueda de sensaciones y el comportamiento de riesgo. Las personas propensas a  aburrirse, con frecuencia conducen a velocidades más altas y tardan más en responder a peligros inesperados. En una encuesta realizada en adolescentes, aquellos que se aburren a menudo, tienen un 50% más de probabilidades de comportamientos como fumar, tomar licor y consumir drogas ilegales que sus compañeros que se aburren menos. También en los estudios sobre problemas de alimentación como los atracones, el aburrimiento es uno de los desencadenantes más frecuentes, junto con sentimientos de depresión y ansiedad.

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Es cierto que el aburrimiento crónico es responsable de aspectos negativos como la  ansiedad, depresión, comer en exceso, juego patológico, ausentismo escolar, comportamientos de riesgo o consumo de drogas, pero también es importante aclarar que esta emoción tiene sus aspectos positivos debido a que  tiene implicaciones importantes para el normal funcionamiento humano en su comportamiento, salud mental y la calidad de vida.

Lejos de embotar la mente y llevar a una falta de productividad el aburrimiento puede animar a las personas a crear e innovar, pues la gente aburrida siente que sus acciones no tienen sentido y esto las puede motivar al cambio. Muchas veces la creatividad surge cuando la persona está aburrida por la forma en que se ha hecho algo mil veces y quiere probar algo nuevo.

Por esta razón, debemos aceptar esta emoción como legítima y encontrar formas de aprovecharla. Bien entendido, el aburrimiento nos ayuda a entender el tiempo y a nosotros mismos. A diferencia de la diversión o el trabajo, el aburrimiento es el encuentro con el tiempo puro como forma y contenido. Cuando se está aburrido, el tiempo se mueve lentamente. Y el tiempo de movimiento lento puede ser tortuoso para las personas que no pueden sentirse bien solas con sus mentes. Es por eso que aprender a aburrirse es crucial y es un gran privilegio si puede hacerlo sin ir al psicólogo o al psiquiatra.

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La mitad de las personas están a menudo aburridas en la casa o en el estudio, más de dos tercios están aburridos en el trabajo y los niños están aburridos del colegio e incluso de los fines de semana y las vacaciones. La vivencia de aburrimiento parece alcanzar un máximo de los 9 a los 14 años y disminuye entre los 17 y los 22 años. Hay diferencias individuales en cuanto a la emoción y la novedad que una persona requiere para no aburrirse. Los hombres, por ejemplo, están generalmente más aburridos que las mujeres. También exhiben más comportamientos de riesgo, e informan que disfrutan de actividades más peligrosas y tienen más probabilidades de sentir que sus entornos son aburridos.

Se cree que el aburrimiento tiene una función evolutiva, que está relacionado con la necesidad de explorar y actuar en el mundo. El aburrimiento se asocia con niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés.  Por eso se siente con inquietud y desagrado. En el cerebro, el aburrimiento aparece como una variación del patrón de activación cerebral que se produce cuando se está en un estado de reposo. Pero el cerebro de la persona aburrida tiene una diferencia significativa. Un área conocida como la corteza insular anterior del cerebro es menos activa y esta es la parte del cerebro que controla la capacidad para descubrir aspectos novedosos en el entorno.

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La obsesión con las fuentes externas de entretenimiento, televisión, películas, Internet o videojuegos, por ejemplo, también puede desempeñar un papel en el aumento del aburrimiento. La sobrecarga sensorial de la vida moderna no da la posibilidad y la capacidad de descubrir cuáles son los intereses y capacidades de la persona.

De la misma manera que el estrés agudo y el miedo son emociones que tienen su razón de ser para hacernos reaccionar al medio ambiente y proteger la salud y la vida, el aburrimiento surge para decir que lo que está haciendo ya no cumple sus objetivos y que se debe encontrar alguna actividad que sí lo haga. Desde un punto de vista de bienestar, si la persona se queda en un sitio o actividad por mucho tiempo, se vuelve vulnerable y pierde oportunidades. El aburrimiento es una señal de que se ha estado de cierta manera demasiado tiempo y una invitación a hacer cosas novedosas.

*Grupo de Investigación Nuevas Perspectivas en Salud Mental, UCMC