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Inteligencia

Los 24 derechos de las personas que manejan mejor la asertividad

Esta será una de las 10 habilidades que más pesará al momento de postularse para un mejor empleo, a la escasa vuelta de 2 años. Le contamos de qué se trata y por qué es tan importante dominarla.

Jorge Mario Calvo*
31 de agosto de 2018

Con muchísima frecuencia  nos cuesta encontrar el momento  y la forma para decirle a un jefe, al compañero sentimental  al amigo o a un subordinado lo que  pensamos o lo que esperamos de ellos.

Lo anterior obedece a la falta de asertividad, una fuente principal de frustración en las comunicaciones humanas. Cuando nos enfrentamos a situaciones en las que es imprescindible manifestar nuestra posición, recurrimos a formas de expresión excesivamente agresivas o sumisas que acaban  por afectar nuestra autoestima.

Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre las  dos conductas polares: la agresividad y la sumisa (o no-asertividad). Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.

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Es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa  y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos  o defender nuestros legítimos  derechos sin la intención de herir  o perjudicar, actuando desde un estado interior de auto confianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica  de la ansiedad, la culpa o la ira.

La asertividad permite decir lo que uno piensa y actuar en consecuencia, haciendo lo que se considera más apropiado para uno mismo, defendiendo los propios derechos, intereses o necesidades sin agredir u ofender a nadie, ni permitir ser agredido u ofendido y evitando situaciones que causen ansiedad.

Es una actitud intermedia entre una actitud pasiva o inhibida y otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en el lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la voz.

Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente. La asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra autoestima, además de valorar y respetar a los demás recíprocamente.

Esta conducta asertiva nos permite insistir en nuestros deseos sin caer en trampas verbales o artimañas manipuladoras del interlocutor y sin dejarnos desviar del tema que nos importa, hasta lograr nuestro objetivo.

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La frase “Promueve lo que te encanta, en vez de atacar lo que no te gusta. Sé asertivo”, resume lo que realmente se acerca a la asertividad. Además esta será una de las 10 habilidades que más peso tendrá en unos dos años para conseguir un nuevo empleo o escalar dentro de una compañía.

Siempre nos hemos enfocado en desarrollar habilidades técnicas y le hemos dados más importancia a títulos profesionales a la hora de contratar a alguien que analizar si una persona realmente tiene inteligencia emocional o  se ha interesado en desarrollar nuevas habilidades blandas.

Cómo mentor en formación recomiendo que nos esforcemos en estudiar y desarrollar esta habilidad que ayuda no solo a reforzar el autoestima sino además ayuda a solucionar matrimonios, amistades, negocios y relaciones familiares. La asertividad parte de la idea de que todo ser humano tiene ciertos derechos aquí mencionamos algunos, una recopilación de información de algunos autores y textos:

  • 1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
  • 2. En ocasiones, derecho a ser el primero.
  • 3. Derecho a equivocarse y a hacerse responsable de sus propios errores.
  • 4. Derecho a tener sus propios valores, opiniones y creencias.
  • 5. Derecho a tener sus propias necesidades y que éstas sean tan importantes como las de los demás.
  • 6. Derecho a experimentar y a expresar los propios sentimientos y emociones, haciéndose responsable de ellos.
  • 7. Derecho a cambiar de opinión, idea o línea de acción.
  • 8. Derecho a protestar cuando se es tratado de una manera injusta.
  • 9. Derecho a cambiar lo que no nos es satisfactorio.
  • 10. Derecho a detenerse y pensar antes de actuar.
  • 11. Derecho a pedir lo que se quiere.
  • 12. Derecho a ser independiente.
  • 13. Derecho a superarse, aun superando a los demás. (Castanyer: 1996:48)

  • 15. Derecho a decidir qué hacer con el propio cuerpo, tiempo y propiedades.
  • 16. Derecho a hacer menos de lo que humanamente se es capaz de hacer.
  • 17. Derecho a ignorar los consejos de los demás.
  • 18. Derecho a rechazar peticiones sin sentirse culpable o egoísta.
  • 19. Derecho a estar solo aun cuando otras personas deseen nuestra compañía.
  • 20. Derecho a no justificarse ante los demás.
  • 21. Derecho a decidir si uno quiere o no responsabilizarse de los problemas de otros.
  • 22. Derecho a no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
  • 23. Derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
  • 24. Derecho a elegir entre responder o no hacerlo.