GÉNERO

Dane: mujeres solteras ganan un 8,4% más que sus pares masculinos

El más reciente estudio de brecha de género del Dane muestra cómo la brecha salarial más grande a favor de los hombres está entre los casados, mientras que las mujeres solteras logran superarlos.

13 de noviembre de 2020
| Foto: Crédito: GettyImages/DigitalVision/Thomas Barwick

De acuerdo con el estudio del Dane, al separar a los trabajadores colombianos por su estado civil, mientras que una mujer casada gana un 15,8% menos que un hombre casado, en las parejas de unión libre esa brecha se amplía al 21%, aunque se reduce al 11,5% en divorciados o separados. Solo las mujeres solteras superan en ingreso a los hombres en la misma condición. 

Por otro lado, la encuesta comprobó que, entre más hijos hay en el hogar, más amplia es la brecha de ingresos salariales entre hombres y mujeres, pues mientras quienes no tienen hijos tienen una brecha del 7%, si hay tres o más herederos la diferencia aumenta al 20,6%.

Paula Herrera, economista experta en género y profesora de la Universidad Javeriana, señaló que el efecto es “obvio porque las mujeres solteras sin hijos tienen menos responsabilidades en el hogar y son el grupo más cercano a los hombres en ese sentido, porque a medida que aumenta la presencia de menores en el hogar, aumenta la necesidad de trabajo doméstico y cuidados”.

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A esto debe sumarse que, “una vez una mujer tiene hijos, se ausenta del mercado laboral porque tiene derecho a la licencia de maternidad de cuatro meses, mientras que los hombres tienen una semana. En muchos casos, las empresas anticipan esa ausencia y lo hacen pagándoles menores salarios a las mujeres que a los hombres, porque al final de cuentas eso es un costo para las compañías”, explicó.

Además, hay mujeres que se retiran del mercado laboral por más años para acompañar el proceso de desarrollo de sus hijos y, en la mayoría de los casos, no asiste durante ese tiempo a clases de actualización u otros espacios de formación, por lo cual su capital se deteriora y al final las empresas les pagan menos por el “hueco” de tiempo tan amplio que tienen en sus perfiles profesionales.

Herrera agregó que una tercera situación que ayuda a ampliar esta brecha es que, “cuando hablamos de los hombres, pasa al contrario, porque ellos ahora tienen una mayor demanda de recursos pues no es solamente una nueva persona en casa, además pierde los ingresos de la mujer, entonces tienen una necesidad de ser más eficientes, mostrar mejores resultados en su trabajo y probablemente buscar ascensos”.

Según los cálculos del Dane, en el promedio nacional, las mujeres ganan un 12,9% menos que los hombres cada mes, pero el ingreso por hora promedio es un 2,3% más alto para ellas.

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Sin embargo, Jaime Tenjo, economista e investigador independiente, advirtió que, “en general, es cierto que, por hora, las mujeres solteras asalariadas ganan más que los hombres solteros asalariados”.

Agregó que “en los ingresos mensuales eso no es cierto, es decir que los hombres sí ganan más que las mujeres, y no solamente los solteros. Esto se da por una razón muy sencilla y es que los hombres trabajan más horas en el mercado laboral; el ingreso laboral de las mujeres, aún de las solteras, es menor que el de los hombres".

En cuanto al ingreso laboral por hora trabajada, Tenjo agregó que, “cuando se comparan ingresos por horas trabajadas, tampoco es cierto que las mujeres tengan en general un ingreso superior al de los hombres, y eso es cierto solo para los que son asalariados, pero en los trabajadores por cuenta propia no (sucede)”.

Por otro lado, el economista destacó que, para 2019, en las áreas metropolitanas, “las mujeres tienen medio año más de educación que los hombres en general. Sin embargo, por ocupación, las mujeres ganan en promedio menos que los hombres”.

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Esto no se debe, como indican algunas teorías, a que las mujeres prefieran ocupaciones en las que las remuneraciones son menores, sino -advirtió Tenjo- a que “dentro de cada ocupación les pagan salarios menores que a los hombres (…) De hecho, en promedio, ellas prefieren las ocupaciones mejor pagadas, pero tienen salarios inferiores”.  

Lo que sí es cierto es que, sumando las horas de trabajo no remunerado, las mujeres trabajan más que los hombres, a pesar de recibir remuneraciones inferiores.

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